El documento resume las diferentes etapas del Sexenio Democrático en España desde la Revolución de 1868 hasta la restauración borbónica en 1874. Comienza con la proclama de los revolucionarios en Cádiz en 1868 que inicia el periodo. Luego se muestra el establecimiento de la regencia de Serrano y la búsqueda de un rey por Prim, resultando elegido Amadeo de Saboya. Más adelante se proclama la Primera República Española en 1873. Finalmente, en 1874 el general Martínez Campos lidera el
Prueba de evaluación Geografía e Historia Comunidad de Madrid 2º de la ESO
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1. COMENTARIO CARICATURA :” ETAPAS DEL SEXENIO”
1. Se trata de un documento iconográfico, en concreto una caricatura editada por la revista
satírica "La Madeja", presumiblemente en 1875 o años posteriores. Es por tanto una fuente
primaria de temática política y destinada al público en general.
Durante el Sexenio democrático se dieron cotas de libertad de expresión que no se habían
dado antes. Esto produjo un importante desarrollo de la prensa satírica, especialmente
revistas en las que se caricaturizaba a políticos y se hacía burla de los hechos más importantes
del periodo.
Estos medios consiguieron llegar a los lectores de forma clara y amena, expresando sus
mensajes de forma sencilla para un público poco culto y que entendía mucho mejor una
caricatura que densos artículos políticos.
2. En este dibujo se muestra las diferentes etapas del Sexenio democrático, desde que triunfa
la revolución de 1868 hasta que en 1874 el general Martínez Campos restaura la monarquía
borbónica.
Siguiendo la viñeta, el escudo real borbónico da paso a un nuevo amanecer en España, en
concreto la "Gloriosa" revolución del 29 de septiembre de 1868. A bordo de la fragata
Zaragoza, el almirante Topete enarbola la bandera de España con el lema de esta revolución,
"Viva España con honra", que dio título al Manifiesto de los revolucionarios. A su lado se
encuentra Prim y Serrano, los dos principales líderes de la septembrina. Todos están sobre el
puente de Alcolea, lugar donde tuvo la batalla y el triunfo del general Serrano sobre las tropas
isabelinas de Novaliches.
Los partidos firmantes del Pacto de Ostende forman el Gobierno provisional en 1868, que
dará lugar al nacimiento de la peseta y cuyo principal cometidos será la elaboración de la
Constitución de 1869. Una vez aprobada ésta, se instaura en el país una regencia presidida por
Serrano mientras Prim se encarga como presidente del gobierno de buscar un rey para el
trono vacante.
Desbancando a los demás pretendientes, Amadeo de Saboya se hace en 1871 con el cetro de la
monarquía democrática, tal y como señala el artículo 33 de la Constitución. Tras dos años de
reinado, el 11 de febrero de 1873 se proclama la República española en medio de la
indiferencia de la mayor parte de la población. Se destaca en el dibujo de manera ostentosa
este período como el más importante de todos, representándose a los 4 presidentes de la
República. El primero, Figueras, ostenta la bandera de la República Federal, sobre la
inscripción "federal-algodonera"; A continuación se representa a Pi i Margall sentado en una
silla contemplando su "República pirotécnica"; Salmerón, tercer presidente de la República,
sostiene un libro donde se expone su filosofía krausista desde su República filosófica; y
finalmente, Castelar, último presidente de la República, hace equilibrio sobre el precipicio al
que está a punto de caer la República.
El 3 de enero de 1874 aparece el general Pavía como un pavo real sobre el Congreso mientras
que los diputados abandonan por los tejados el edificio legislativo, por otro lado un hombre
con tupé que parece Sagasta, se escabulle sigilosamente. En la última escena, el general
Martínez Campos aparece restaurando el escudo de la monarquía borbónica, en Sagunto,
donde protagonizó el pronunciamiento militar que restaura a los Borbones el 29 de diciembre
de 1874 poniendo fin al Sexenio.
3. Proclama de los sublevados en Cádiz.
“VIVA ESPAÑA CON HONRA”
“Españoles: la ciudad de Cádiz puesta en armas con toda su provincia (...) niega su obediencia al
gobierno que reside en Madrid, segura de que es leal intérprete de los ciudadanos (...) y resuelta a
no deponer las armas hasta que la Nación recobre su soberanía, manifieste su voluntad y se cumpla.
(...) Hollada la ley fundamental (...), corrompido el sufragio por la amenaza y el soborno, (...)
muerto el Municipio; pasto la Administración y la Hacienda de la inmoralidad; tiranizada la
enseñanza; muda la prensa (...). Tal es la España de hoy. Españoles, ¿quién la aborrece tanto que no
se atreva a exclamar: «Así ha de ser siempre»? (...) Queremos que una legalidad común por todos
creada tenga implícito y constante el respeto de todos. (...) Queremos que un Gobierno provisional
que represente todas las fuerzas vivas del país asegure el orden, en tanto que el sufragio universal
echa los cimientos de nuestra regeneración social y política. Contamos para realizar nuestro
inquebrantable propósito con el concurso de todos los liberales, unánimes y compactos ante el
común peligro; con el apoyo de las clases acomodadas, que no querrán que el fruto de sus sudores
siga enriqueciendo la interminable serie de agiotistas y favoritos; con los amantes del orden, si
quieren ver lo establecido sobre las firmísimas bases de la moralidad y del derecho; con los
ardientes partidarios de las libertades individuales, cuyas aspiraciones pondremos bajo el amparo de
la ley; con el apoyo de los ministros del altar, interesados antes que nadie en cegar en su origen las
fuentes del vicio y del ejemplo; con el pueblo todo y con la aprobación, en fin, de la Europa entera,
pues no es posible que en el consejo de las naciones se haya decretado ni decrete que España ha de
vivir envilecida. (...) Españoles: acudid todos a las armas, único medio de economizar la efusión de
sangre (...), no con el impulso del encono, siempre funesto, no con la furia de la ira, sino con la
solemne y poderosa serenidad con que la justicia empuña su espada. ¡Viva España con honra!
Cádiz, 19 de septiembre de 1868
Lo firman: Juan Prim, Francisco Serrano y Juan Topete, Ramón Nouvillas, Rafael Primo de Rivera,
Domingo Dulce, Antonio Caballero de Rodas.
COMENTARIO
1. Se trata de una fuente primaria, es un texto de naturaleza política, una proclama con la intención
decimonónica de los pronunciamientos. Antecede al golpe que inicia la Revolución de 1868, conocida
como “La Gloriosa”, que dará fin al reinado de Isabel II en España. Será conocido el texto como ¡Viva
España con honra!
El lugar y la fecha nos vienen indicados en el texto: Cádiz, 19 de septiembre de 1868, así como los
4. autores del mismo (el colectivo de generales pronunciados), Entre los militares firmantes de la
proclama nos encontramos con el general Prim, con Serrano y el almirante Topete, todos ellos
destacados protagonistas de la “Gloriosa”. El inspirador y figura más destacada es el general Prim,
participó en la guerra carlista y en la represión de Barcelona contra Espartero en 1843. Participó en la
guerra de Marruecos. Presidente del gobierno durante la regencia de Serrano, fue el encargado de
buscar un nuevo rey para España en la persona de Amadeo de Saboya.
Francisco Serrano, participó en la guerra carlista. Se unió al pronunciamiento de Espartero en 1840,
aunque luego pasó a los moderados. Fue amante de la reina Isabel, participó en el Manifiesto de
Manzanares y pasó a la Unión Liberal. Fue jefe del gobierno provisional y luego regente tras la
revolución de 1868. Durante la República participó en la conspiración que acabó con ella.
Se trata de un texto público, destinado a la difusión general para dar a conocer los motivos e
intenciones del pronunciamiento.
2. La idea fundamental es derrocar a la reina Isabel II, explícitamente marcado en el texto: “(...) niega
su obediencia al gobierno que reside en Madrid (...)”. Además, se pretende convocar Cortes
constituyentes por sufragio universal para decidir el futuro.
Como ideas secundarias, serían las que explican las razones por las que se han sublevado, es decir,
la violación de la Constitución de 1845, el no cumplimiento del sistema electoral por la falsificación
electoral, la falta de autonomía de los municipios, la corrupción administrativa, la falta de libertades, la
tiranía en la enseñanza, la inmoralidad de la corte. Tras esta exposición se muestran los objetivos de la
sublevación, para acabar con la corruptela a través de un gobierno provisional democrático elegido por
sufragio universal y con libertades reales.
Además, se sienten representantes de todos los ciudadanos españoles y esperan que éstos los
respalden en la lucha. Buscan que acudan todos a las armas por el lema “Viva España con honra”.
3. Los últimos años del reinado de Isabel II se viven en un clima de varias crisis que, finalmente provocan
la caída de la monarquía.
Crisis económica.
Los años sesenta europeos son críticos (1866, crisis generalizada), pero en España se añade la
secular tradición agraria, que frenaba el cambio. Una serie de malas cosechas obligaron a reducir las
exportaciones y originaron la carestía de los alimentos y la hambruna. A esta crisis de subsistencia se
unió la crisis en la industria textil, por la falta de algodón originada por la Guerra de Secesión de
Estados Unidos; y en los ferrocarriles, que derivó en quiebras de sociedades y la crisis en el sector
financiero, que repercutiría en una mala situación de la Hacienda Pública, que como solución parcial,
incrementaría la presión fiscal. Todo ello acabó generando un profundo malestar general, que lleva a
una crisis social en todos los estamentos.
Crisis política.
Basada en un régimen isabelino anclado en la Constitución de 1845, que no extendía la
participación política ni la representatividad nacional; se añadía el apoyo de la reina a los
moderados ,carentes ya de una política positiva y moderna. Esta actitud de la reina provocó el
enfrentamiento de gran parte de los partidos políticos de la oposición (progresistas y demócratas). A
estas causas se unieron otras como la desaparición de las principales figuras de los políticos
moderados y unionistas, O'Donnell y Narváez, que habían apoyado a la reina.
La sucesión de acontecimientos: pronunciamiento de Prim en Villarejo (1866), el levantamiento de los
sargentos del cuartel de S. Gil (1866), levantamientos de agosto de 1868 en los Pirineos, Barcelona,
Valencia y Aranjuez.
5. La alianza entre los progresistas y los demócratas contra el régimen tras la firma del Pacto de Ostende
en agosto de 1866, a la que se unirían más tarde los unionistas.
Con este caldo de cultivo, en septiembre de 1868 se sublevan en Cádiz los firmantes en
Ostende e inician el periodo denominado Sexenio Democrático o Revolucionario, que
culminó con la caída de Isabel II y con el gobierno provisional de Prim y Serrano, que tras
valorar distintos candidatos eligieron como monarca a Amadeo de Saboya, el cual apenas pudo
mantenerse dos años en el poder.
CARICATURA
CIRCULAR MINISTERIO DE LA GOBERNACIÓN 1º REPÚBLICA
“Vacante el trono por renuncia de D. Amadeo de Saboya, el Congreso y el
Senado constituidos en Cortes Soberanas, han reasumido todos los poderes y
proclamado la República.
A consolidarla y darle prestigio deben ahora dirigirse los esfuerzos de todas las
6. Autoridades que de este Ministerio dependen. Se la ha establecido sin sangre, sin
sacudimientos, sin la menor alteración del orden y sin disturbios; conviene que se la
sostenga para que acaben de desengañarse los que la consideraban inseparable de la
anarquía.
Orden, libertad, justicia: tal es el lema de la República. Se contrariaría sus fines si no se
respetara e hiciera respetar el derecho de todos los ciudadanos, no se corrigiera con mano
firme todos los abusos y no se doblegara al saludable yugo de la Ley todas las gentes. Se
los contrariaría también si no se dejara ancha y absoluta libertad a las manifestaciones
del pensamiento y la conciencia, si se violara el menor de los derechos consignados en el
título I de la Constitución de 1869. No se los contrariaría menos si por debilidad se
dejara salir fuera de la órbita de las leyes a alguno de los partidos en que está dividida la
nación española. Conviene no olvidar que la insurrección deja de ser un derecho desde el
momento en que universal el sufragio, sin condiciones la libertad y sin el límite de la
Autoridad Real la soberanía del pueblo, toda idea puede difundirse y realizarse sin
necesidad de apelar al bárbaro recurso de las armas… Se han de reunir Cortes
Constituyentes que vengan a dar organización y forma a la República; no se repetirán en
los próximos comicios las ilegalidades de otros tiempos. No se cometerán ya las
coacciones, los engaños, las violencias, los fraudes que tanto falsearon otras elecciones:
no quedará por lo menos sin castigo el que los cometa. Sin un profundo respeto a la ley
sería la República un desengaño más para los pueblos; y los que componemos el Poder
Ejecutivo no hemos de defraudarles, sin consentir que se les defraude la última
esperanza.”
Circular del Ministerio de la Gobernación a todos los gobernadores de provincias del
14 de febrero de 1873.
COMENTARIO
1. Estamos ante un texto primario de carácter político, ya que se trata de
una circular dirigida a todos los gobernadores de provincias, que serían
pues los destinatarios del mismo. Personajes muy importantes en ese
momento en España, ya que, dado el carácter centralizador del Estado
liberal hasta entonces, eran los encargados de las fuerzas del orden, del
control de los alcaldes, etc. El autor del documento es el Ministerio de la
Gobernación, posiblemente, este texto pertenezca más concretamente a
Francisco Pi y Margall, un intelectual y político español que fue ministro
de Gobernación y segundo presidente de la Primera República española.
Este político español presentó una Constitución Republicana Federal ante
las Cortes en julio de 1873, Constitución que, sin embargo, no fue
aprobada.
2. La finalidad perseguida por el autor con este texto es, ante la
proclamación de la República el 11 de febrero de 1873, garantizar un clima
7. estable basado en el orden, la libertad y la justicia, pero evitando, por
supuesto, las posibles insurrecciones que puedan tener lugar por parte de
partidos políticos, o de grupos de personas cuyas ideologías eran
diferentes a la republicana. Por supuesto, su intención es también la de
consolidar y prestigiar la República, tratando de convencer de que es éste
el mejor método de gobierno y que debe, por ello, instaurarse correcta y
pacíficamente. Reconoce la soberanía popular y el sufragio universal, y
critica las frecuentes corruptelas presentes durante todo el período liberal.
3. En cuanto a las circunstancias espacio-temporales, debemos señalar que
el texto se encuentra escrito en el penúltimo año del sexenio
revolucionario (1868-1874), concretamente tres días después de que
Amadeo de Saboya, (monarca de España durante dos años en los que trató
de instaurar una monarquía constitucional dirigida por una dinastía
extranjera con gran popularidad debido a la unificación de Italia),
presentara su renuncia al trono, siendo aceptada ésta por las Cortes.
Amadeo abandonó España dando como consecuencia la sensación de país
ingobernable y contrario a una monarquía democrática, puesto que existió
una gran inestabilidad debido a la gran oposición que Amadeo recibió por
parte de moderados, de la Iglesia, de la élite del dinero, así como por parte
de los carlistas, los sectores republicanos, y los grupos populares. Esta
amplia oposición al monarca tuvo lugar desde su llegada al trono y
supuso numerosas dificultades a su reinado, por lo que hubo seis
ministerios en los dos años que gobernó, e incluso intentaron asesinarle.
Todo esto terminó por desembocar en la renuncia ya señalada del rey que
cita el documento propuesto ("Vacante el trono por renuncia de D.Amadeo de
Saboya,"); y que desembocará, asimismo, en la proclamación de la
República por parte del Senado y el Congreso, considerados garantes de la
Soberanía Nacional. Dicha aprobación fue, sin embargo, un fraude,
porque la gran parte de la Cámara era monárquica y votaron la República
únicamente como una manera de ganar tiempo para restablecer
posteriormente a los Borbones.
4. . Podemos hacer una división del texto en tres partes distintas. La
primera correspondería a la primera frase, en la que se presenta la
situación, citando la dimisión de Amadeo de Saboya y la proclamación
posterior de la primera República. La segunda parte englobaría las dos
siguientes líneas dónde se apela a la unión y al esfuerzo común para
conseguir que las autoridades de cada provincia puedan mantener el
orden y la fuerza de la ley y demostrar, además, a aquellos que
consideraban la República inseparable de la anarquía que estaban
equivocados. La tercera y última parte del documento sería el texto
restante, donde se señalan las reformas y acciones que deben realizarse
para evitar errores del pasado y no volver a defraudar al pueblo.
8. Pi i Margall destaca en este documento que el nuevo régimen no ha nacido
fruto de una insurrección, sino de manera pacífica, “sin sangre, sin
sacudimientos”. Gran contraste si analizamos el convulso siglo XIX
español hasta el momento, en el que las guerras civiles, los
pronunciamientos militares, las revueltas populares, etc., han sido una
constante en nuestro devenir.
La República debe superar todos los vicios del pasado: debe asegurar el
orden, respetándose las leyes; debe preservar las libertades y derechos de
los ciudadanos, especialmente el de expresión y conciencia; reconocer el
sufragio universal masculino, por lo que carece de justificación ningún
tipo de insurrección al poder expresarse libremente todos los ciudadanos
y estar representados en las Cortes todas las tendencias políticas.
Reconoce la soberanía popular, sin que la limite ninguna autoridad real.
No se cometerán en lo sucesivo fraudes electorales tan comunes durante el
régimen isabelino. En definitiva, la República supondrá el establecimiento
de un auténtico régimen democrático en el que todos los ciudadanos estén
representados independientemente de su riqueza y de su ideología.