Para dar órdenes efectivas, un jefe debe hacerlo de manera clara, firme y convincente sin saturar a los empleados. También es importante dar el buen ejemplo, delegar tareas, motivar a los empleados con elogios, y ponerse en su lugar para comprender sus perspectivas. El lenguaje corporal es clave, y gestos como señalar con las palmas hacia arriba en lugar de con el dedo apuntando crean un ambiente de mayor confianza y calidez que lleva a una mejor cooperación.