La comunicación familiar es fundamental para mantener una relación sana. Una buena comunicación requiere escuchar con atención, compartir sentimientos, y crear un clima emocional que facilite el diálogo. Sin embargo, el uso excesivo de redes sociales y dispositivos electrónicos puede dañar la comunicación entre familiares al reemplazar la interacción personal. Esto puede llevar a problemas como desconocer el rendimiento de los hijos y sus amistades.