El documento argumenta que en México muchos ciudadanos viven esperando recibir beneficios de los políticos sin participar ni trabajar. El sistema político y social está basado en relaciones personales en lugar de mérito, lo que crea conformismo entre los ciudadanos. Para prosperar, México necesita una educación que enfoque menos en la ideología nacional y más en desarrollar habilidades para competir globalmente, creando así ciudadanos comprometidos que exijan más a los políticos en lugar de aceptar pasivamente los problemas.