ACERTIJO LA RUTA DE LAS ADIVINANZAS OLÍMPICAS. Por JAVIER SOLIS NOYOLA
Diario del confinamiento
1. Ilustración de Esther Torrellas López
Diario del
confinamiento
Alumnado de 2º ESO-A
Curso 2019-20
IES Jándula
2. 2
Cuando el viernes, 13 de marzo, nos despedimos en nuestra aula, nadie
podía imaginar lo que se nos venía encima. Recuerdo que ese día
intentaba responder a vuestras preguntas y, sobre todo, a vuestras
dudas (reconozco que yo tenía casi las mismas que vosotros).
A partir de ese momento comenzamos a quedarnos en casa, donde
hemos estado confinados casi cuatro meses; meses de incertidumbre,
de soledad, de miedo, de lágrimas, de despedidas; tiempo donde hemos
descubierto y aprendido muchas cosas que espero no las olvidemos;
momentos de rencontrarnos con nosotros mismos y con nuestra
familia, de valorar lo realmente importante que conforma nuestras
vidas.
He pretendido que este diario fuera el vehículo a través del cual
plasmarais vuestros sentimientos, donde pudierais verter vuestras
inquietudes y miedos; un lugar donde quedara recogido cada una de
esas intensas emociones que habéis experimentado durante estas diez
semanas de confinamiento. Ojalá os haya podido ayudar.
No ha sido fácil, lo sé. En toda esta historia han habido muchos héroes.
Vosotros, con vuestro esfuerzo y trabajo diario, con vuestro saber
estar y sobrellevar esta situación, también lo habéis sido. Por lo menos
para mí. Y en este último trabajo de este curso quiero felicitaros y
daros las gracias. Sois únicos y especiales.
Os quiero
Begoña Giménez Marín
Profesora de Lengua y Literatura
3. 3
DIARIO SEMANA 1 (DEL 16 AL 22 DE MARZO)
Esta semana es la primera que no tenemos que ir a instituto, pero estamos teniendo clase por
internet, es algo que no se me había ocurrido nunca.
Estoy echando mucho de menos a mis amigas y profesores y, encima, no podemos quedar
porque los municipales ponen multas a los que vean por la calle, sin excepción. Para colmo,
hacen unos días estupendos y no podemos salir.
Daniela Chércoles
Esto de quedarnos en casa, la verdad, no lo llevo muy bien, puesto que no se puede salir a la
calle para nada.
Ha hecho que nuestra forma de vida cambie dando un giro de 360 grados, puesto que la rutina
que teníamos antes, nos la han quitado del día a la noche.
El hecho de tener que hacer tantos ejercicios y trabajos para el instituto, en cierto modo, es un
alivio, porque al estar todo el día haciendo tareas, hace que el día pase más rápido, aunque, en
ciertos momentos, también echo de menos el poder estar un poquito relajada, sin hacer nada o
simplemente viendo la televisión o haciendo aquello que me guste.
Al comienzo de semana, como era tan reciente la obligación de quedarnos en casa, lo llevé
bastante bien, porque parecía que era un día normal de fin de semana, en el que haces deberes,
estudias, pero también te queda esos momentos de relajación que tanto apetecen a veces.
Ya pasando la mitad de la semana, me voy viendo más agobiada, sobre todo por el hecho de no
poder ver la calle más allá de lo que alcanzan mis ojos cuando me asomó a la terraza.
Tengo que hacerme a la idea de que esto es el principio de un periodo de cuarentena, que
todavía no se sabe lo que durará.
Nuria García
4. 4
Los profesores dijeron que iban a mandar tarea, pero jamás imaginaba que fuera tanta cantidad.
El nivel de agobio de todos mis compañeros y el mío fue aún mayor que el de las clases diarias.
Además, las noticias cada vez decían cosas peores, cada vez el número de casos aumentaba y
esto era preocupante.
También me asombra que la gente compre tanto papel higiénico, es algo muy absurdo, ya que,
si compráramos con normalidad y sin abusar, habrá de todo para todos. Mi madre ha salido hoy
a comprar y había solo dos personas, además de ella, en el supermercado.
Lucía Herrada
Todo esto lo estoy viendo como que el mundo está al revés. Ahora la gente trabaja desde casa,
un beso pasa a ser un arma, es más generoso quién no te da la mano, nadie está en la calle…
Eva Mª Lázaro
En estos días de encierro, en los que me harto de estar en casa, pienso mucho en el libro que leí
hace poco, El diario de Anne Frank. Esta chica estuvo escondida durante dos años en el ático y
el desván del edificio del trabajo de su padre.
Estar en estas condiciones hace que empatice mucho más con su historia, aunque lógicamente
su situación era muchísimo peor que la mía. Por eso, a veces reflexiono y me doy cuenta de que
no puedo ser tan negativa, porque hoy en día tenemos miles de medios para comunicarnos con
quien queramos y mientras sepa que todas las personas a las que quiero están bien, yo también
lo estaré.
Rosa Luz Lorenzo
5. 5
Llevamos una semana de cuarentena y ayer
confirmaron que no van a ser solo dos semanas de
encerramiento, sino que va a ser un mes, por lo menos
por ahora.
Es un poco agobiante el no poder salir a dar una vuelta
o el no poder hablar con otras personas que no sean
tus padres sin tener una pantalla de por medio.
También me asusta pensar qué va a pasar cuando esto
acabe y cuando vuelva todo a la normalidad; pero
bueno, yo confío en que todo volverá a su ser y será
pronto.
Espero que no tengamos que recuperar clases en julio o repetir el curso, como he leído en
algunas páginas de internet.
La parte positiva de esto es que podemos hacer algunas actividades que antes no teníamos
tiempo para hacer, como por ejemplo leer, escuchar música o estar con nuestros familiares.
Claudia Lorite
Esta primera semana de confinamiento para mí ha sido diferente.
Cada día llamo a mis abuelos para ver cómo están, ya que las personas mayores son las más
vulnerables a coger el virus. Me dicen que están bien, que muy pronto pasará esta epidemia. Mi
abuela está un poco preocupada. En cambio, mi abuelo dice que la gente está exagerando
demasiado este tema. Él cuenta que ha vivido cosas peores. Según mi abuelo, esto es una guerra
sin tiros, ya que está muriendo mucha gente.
En mi opinión, este tiempo en casa nos va a hacer reflexionar sobre quiénes somos y a dónde
nos dirigimos. Para combatir este virus debemos estar unidos, debemos formar una piña y
ayudar a los demás. Esa es la única manera de vencer al virus.
Gracias a este encierro estoy valorando a mi familia y amigos. Me doy cuenta de que echo mucho
de menos a mis amigas. Por otro lado, estoy pasando mucho tiempo en familia; jugamos a juegos
de mesa, vemos películas juntos… Nos lo pasamos muy bien.
Lucía Meco
Se nos ocurrió hacer un cartel, un cartel que animara a no salir, a quedarse en casa. Lo puse en
mi balcón y mucha gente miraba hacia arriba para verlo.
El lunes se acercaba y traía consigo lluvia, por lo que tuve que quitar
el cartel; pero lo que no imaginé, era que, aparte de la lluvia, también
trajo tarea, mucha tarea; de repente comencé a recibir correos
electrónicos, mensajes por Google classroom, por Edmodo, por la
moodle del IES, y muchos más mensajes de confusión por el grupo de
whatsapp. Se notaba que este no era un lunes normal, que era el
primer lunes de una cuarentena que durará semanas…
Elena Rascón
6. 6
Reconozco que el primer día, cuando me informaron de que no tendríamos clase durante dos
semanas, me puse contenta, pues no tendría que ir al instituto ni al conservatorio. Realmente
no me había parado a pensar sobre lo que estaba ocurriendo ahí fuera; los adultos dicen que los
niños y adolescentes ven las cosas de otra forma.
En casa seguimos una rutina: nos levantamos los cuatro, desayunamos, trabajamos en lo
nuestro y hacemos cosas divertidas juntos (bailar, jugar al Tabú, parchís, ver pelis…) Quizá esta
sea una de las pocas veces que hemos estado tantos días juntos haciendo cosas en familia (como
en las vacaciones de verano).
Ahora, después de una semana, sabiendo que esto va a durar más, no estoy tan contenta. Estoy
asustada. Tengo miedo de que ese bicho llegue a algún ser querido.
Tengo ganas de salir, ver a mis profesores, que se han esforzado mucho en hacer estos días de
confinamiento lo más normales posibles, abrazar a mis amigos y no tener que hacer con ellos
un saludo con los pies o con el codo y, sobre todo, poder ir a visitar a mis abuelas, que las echo
mucho de menos.
La verdad, es que estoy muy a gusto en casa, pero estar en casa por obligación no es tan guay.
¡MALDITO BICHO!
Esther Torrellas
7. 7
DIARIO SEMANA 2 (DEL 23 AL 29 DE MARZO)
Parecía una película cuando lo veíamos primero en China y después en Italia, pero aquí
también está ocurriendo.
Esto se está haciendo ya demasiado pesado, estoy harto de estar todo el día en casa y encima
las noticias que dan por la tele son cada vez peores. Ya que se echa de menos la relación con
la gente; desde que empezó todo esto hemos estado mi hermana, mi madre y yo solos todo el
día hasta que llega mi padre de trabajar.
Ahora, en estos tiempos, y no teniendo nada más que el patio, me doy cuenta de lo
importante que es ese trocito de libertad
Miguel Ángel Calixto
En la segunda semana hubo un cambio considerable en la cantidad de deberes que mandaban.
Yo ya me empezaba a sentir más cómodo en mi casa ya que me estaba acostumbrando. Y tenía
a mi familia para hablar y estar con ellos.
Diego Fuentes
Sigo encerrada en mi casa, pero no me deprimo, estoy contenta porque he descubierto que
ahora mi familia esta más junta y me alegra porque todos estamos todos los días ayudándonos
y haciendo bromas.
Ariadna García
La segunda semana de confinamiento se hace duro, se podría resumir en esas tres palabras.
Nunca pensé que al estar en casa tantos días metida, y sin poder bajar a la calle bajo ningún
pretexto, fuera a resultar tan duro.
En cierto modo hay que agradecer que cualquier tarea que tenga que realizar, en el fondo me
sirve de alivio, puesto que pasa el tiempo más rápido y a la vez al estar entretenida, el tiempo
es más agradable.
Me sirve también de entretenimiento, la cita de las 8 de
la tarde en la que todos los vecinos salimos a la calle a
aplaudir a tantas personas que se están sacrificando
porque a esto se le vea la luz de salida algún día.
Resulta divertido, puesto que hay vecinos que ponen
música muy pegadiza, a la que nos unimos los vecinos
cantando. Hay quien se anima a bailar y a animar al resto
de vecinos.
Quiero resaltar también algo positivo de todo esto y es
que estoy disfrutando de mis padres, de mi hermano y
de mi perro, mucho más de lo que acostumbró en el día
a día, dentro de una situación de vida normal, en la que
salimos y entramos.
Nuria García
8. 8
Me imagino el dinero que tiene que estar ganado Netflix, porque si
todos son como yo y ya se han visto millones de películas y series…
Estoy pensando hacer un bizcocho de chocolate para merendar esta
tarde. Voy a buscar una receta en internet.
Lucía Herrada
Hoy he estado por horas asomada a la ventana, respirando y sintiendo el aire en mi cara.
Eva Mª Lorenzo
La semana pasada fue muy divertida e interesante. Esa semana llamé a mi abuela muchas
veces le añoraba mucho ya que ella se sentía muy sola, decía que echaba de menos nuestras
visitas, nuestras charlas y películas juntos. También empecé a leer un libro, que cogí en el
instituto en el mercado del libro, que se llama “El color púrpura”. Por ahora está siendo
bastante interesante y enigmático ya que, no sé por qué razón, me cuesta imaginar el físico de
los personajes, algo que nunca me había pasado. Pero estoy segura de que, conforme vaya
leyendo, ya empezaré a ir sabiendo su personalidad y aspecto más profundamente. Lo que me
parece más raro del libro es que parece “antiguo “, por el color de las hojas y el olor que
desprende (que, por cierto, me encanta ese olor).
Ángela Lópiz
Cuando llega el domingo me pongo bastante contenta. Quién lo diría, antes para mí el
domingo era el peor día de la semana, pero ahora me ilusiona que llegue. El motivo es simple;
el domingo me llena de esperanza, ya que me anuncia que empieza una nueva semana, una
semana en la que las cosas pueden ir a mejor.
Rosa Luz Lorenzo
Esta semana empecé a hacer un poco de deporte, comencé a ver
algunos vídeos donde hacían ejercicios y yo los intentaba seguir,
aunque algunos ejercicios eran muy complicados. También
intento comer mejor, pero el aburrimiento me hace ir a la cocina
a picar, aunque deteste hacer eso porque no es nada saludable.
Mi madre está muy preocupada y no me gusta mucho verla así,
así que intento siempre sacarle una sonrisa.
Claudia Lorite
El domingo me sentí feliz porque pude ver a una de mis abuelas, por vídeollamada, porque no
la veía desde el viernes anterior al confinamiento y porque por la tarde hice una vídeollamada
conjunta con mis tías y fue un desastre, porque todos hablábamos a la vez. A veces se cortaba
la llamada y no nos veíamos bien; al final, lo conseguimos.
Álvaro Muñoz
9. 9
Esta segunda semana de confinamiento se me ha hecho más amena, ya que he comprendido
mucho mejor en la situación que estamos actualmente y ya no estoy tan agobiado. Además,
esta semana he pasado más tiempo con mi madre, mi padre y mi hermana. Hemos jugado al
parchís, nos hemos divertido y ha sido una semana en la que hemos estado muy unidos.
Francisco Javier Puig
Esta segunda semana ha servido para que nos familiaricemos un poco más con lo que está
ocurriendo, que cuando me paro a pensar, parece como si estuviera atrapada en una pesadilla
irreal y extremadamente larga.
Cada vez me resulta más normal usar el Classroom y levantarme por las mañanas sin ir al
instituto. El tiempo se me alarga mucho más que cuando hace tiempo iba al instituto y al
conservatorio. Parece que ya llevo un mes en la casa, pero tan solo llevo dos semanas. Estoy
deseando poder sentirme libre de nuevo, poder ver a mi familia, a mis amigos. Cada día, mi
deseo es más fuerte, y aunque sepa que esto se va a alargar más, tengo esperanzas de que
esto parará.
En mi casa, al igual que durante la semana pasada, sigo una rutina, hago recreos en el patio
con mi hermano y mis padres. Lo que estoy aprendiendo de esta cuarentena es a aprovechar
el tiempo cuando esté con mis amigos, familiares, profesores, cuando esté en la calle, en el
instituto, conservatorio… Cada vez odio más a este maldito bicho, ¿quizás sea lo que más odie
en el mundo?
Tengo miedo de que esto dure más, esa es la verdad. Tengo miedo de que alguien de mi
familia de Sevilla y Motril pueda enfermar. Valoramos mucho más aquello que conseguimos
con esfuerzo, que todo lo que conseguimos fácilmente y que ya tenemos.
Esther Torrellas
10. 10
EL EMOTICONO
Manolo es un vecino de mi bloque bastante mayor al que todos queremos mucho porque se
ocupa de las cuentas y de los pequeños arreglos de la comunidad.
En el grupo de Whatsapp que tenemos los vecinos, decidimos que cada mañana, si todos
estábamos bien, pondríamos el emoticono del dedo pulgar hacia arriba. De esa forma si había
algún problema los demás podríamos ayudar.
El primer día todos los vecinos pusieron el emoticono en el grupo, pero no había noticias de
Manolo, y nos preocupamos mucho. ¡No sabíamos qué hacer!
Pasadas unas cuatro horas, Manolo escribió un mensaje que decía:
Estamos bien. Yo salgo todos los días a la cochera a pintar. Esta mañana he salido a comprar el
pan, pero estamos bien. Gracias por el interés, pero no sé poner el dedo para arriba.
Cuando leímos el mensaje no pudimos dejar de reír.
Al día siguiente, vimos con sorpresa que el primero que había puesto el emoticono había sido
Manolo y, además, preguntaba a los demás vecinos cómo estaban y lo adornaba todo con
muchos emoticonos distintos.
La capacidad que tenemos para adaptarnos a cualquier situación y seguir adelante es increíble.
Es la que nos hará vencer y volver a lo que éramos.
Si Manolo ha aprendido a usar emoticonos, ¿de qué seremos capaces los demás?
Camila Vera
11. 11
DIARIO SEMANA 3 (DEL 30 DE MARZO AL 5 DE ABRIL)
Estoy escribiendo esto ahora que acabo de cometer
¡Una locura con mi familia! Acabamos de poner el
himno de España y de bailar “la roja”. Después, a las
ocho de la noche, salimos al balcón a poner una canción
de alegría y apoyo que pegue con el tema este del
coronavirus, hablamos con los vecinos y aplaudimos y, a
las diez, ponemos el himno de Andalucía. Hoy todos los
vecinos han salido a aplaudir a las ocho y me lo he
pasado genial matando un poco de tiempo en hablar
con familiares; porque, además de mis vecinos, tengo la
suerte de tener a mis titos viviendo cerca de mí, así que
los veo todos los días. Qué suerte, ¿verdad?
Mi perro, que no es tonto, viene a buscar mimos de mí
todo el rato, no me deja hacer mis deberes, así que
estoy con una mano escribiendo y con otra mano
acariciándolo.
¡VAMOS! Una semana menos, ya mismo termina, seguro; ¡Vamos que podemos con esto y con
más! Siempre me animo y sigo preocupada por mi tito, que es como un abuelo para mí. Tiene
alzhéimer, pero recuerda cosas y eso me alegra, está en buenas manos y no le va a pasar nada.
Jennifer Collado
Esto cada vez es más duro, se hace inaguantable.
Me da mucha impotencia asomarme a mi terraza, ver la calle tan cerca y tan lejana a la vez, ya
que no podemos pisarla, y sin saber hasta cuándo se va a alargar esto de no poder salir.
En casa hay momentos en los que me los pasó bien, pues me pongo a hacer tareas del colegio
y en otros momentos me pongo a jugar con mi padre o mi madre a juegos de mesa. También
me pongo a jugar online a juegos de mesa con algunas de mis amigas de clase y en esos ratos,
la verdad, lo pasamos bastante bien.
A todo esto de no salir, tampoco acompaña el tiempo; nos hemos tirado unos días con tiempo
lluvioso y cuando miras la calle, todavía te entra más tristeza.
Ahora empieza el mes de abril, ¡Con lo bonito que es el mes de abril de un año cualquiera, con
la Semana Santa y la Virgen! Y este año no podemos ver ni pasos, ni tampoco ir al santuario, ...
¡Menudo mes de abril de pena!
Nuria García
Si estuviéramos en la rutina diaria, hoy darían las vacaciones de Semana Santa. Todos
estaríamos muy felices de quedar para poder ver las procesiones y pasar rato juntos, hacer
comidas en familia… ¡Podríamos hacer cosas tan geniales! Después de esto vamos a ser mucho
más fuertes.
Lucía Herrada
12. 12
Hoy he tenido otra videoconferencia. Como ya dije me encanta hacerlas porque me siento
como en clase. Es de agradecer la positividad y el cariño que nos están dedicando los
profesores en estos momentos tan difíciles. Lo mismo digo de mis amigos, son geniales y me
llenan de alegría y positividad.
Rosa Luz Lorenzo
Para no aburrirme mucho en casa he intentado hacer magdalenas con mi hermana. Fue un
desastre ya que nos equivocamos en la receta. Yo estaba muy ilusionada porque casi nunca
hago magdalenas y esa vez me iban a salir bien. Cuando sacamos las magdalenas del horno
nos dimos cuenta de que estas soltaban mucho aceite. Nos quedamos muy extrañados. Luego
las probamos y no eran comestibles. Salieron así de mal porque mi hermana y yo en vez de
echarle 100 ml de aceite le echamos un litro. Yo me quedé muy triste y descontenta, ya que yo
tenía mucha ilusión.
En conclusión, desperdiciamos aceite, nuestro tiempo y todos los demás ingredientes de las
magdalenas. Por suerte, se acerca el santo de mi madre así que mi padre va a hacer un pastel
de chocolate y así aprendo cómo se hace y ya, de paso, me animo.
Lucía Meco
Ya queda menos para salir de casa, para volver al instituto, para volver a vernos, ¡qué ganas!
Las rutinas no han cambiado mucho desde el primer día, pero, sin duda,
ahora estamos mejor organizados. Mi padre sale todas las mañanas a
trabajar, entonces él es el que se encarga de hacer la compra una vez a la
semana. La limpieza, diaria; todos los días desinfectamos la casa por
completo, aunque los fines de semana hacemos una limpieza más
profunda.
Nosotros vivimos en la Corredera Capuchinos. Aquí un bloque de pisos saca
los altavoces y pone música todos los días sin importar la lluvia, y, aunque desde mi balcón no
alcanzo a ver quién es el que pone la música, no dudo y salgo a bailar. También tengo un
altavoz y me estoy pensando la idea de salir y, con los micrófonos, hablar a ese bloque e
intentar animar a la gente cercana a mi edificio, a ver si bailan un poco más, ¡qué me quedo
sola en el balcón!
Elena Rascón
13. 13
Parece que estamos llegando a la curva, o al menos eso dicen todos los días en las noticias.
Siguen faltando materiales, pero mirándolo de forma positiva, hay más curados que muertos,
incluso personas mayores con patología previas.
Estoy un poco preocupada por el hecho de que mi padre tenga que trabajar de cara al público
en esta situación, pues trabaja en un supermercado.
Además, el otro día se escuchaban bastantes bocinas pasar cerca de mi calle, aunque no supe
reconocer si pertenecían a una ambulancia o a un coche de la policía.
Últimamente me enfado con más facilidad, aunque siempre he sido de enfadarme rápido, pero
se me pasa al poco tiempo, pues no es un momento para estar enfadados los unos con los
otros.
Alba Mª Salas
Me encanta la lluvia. Por eso hoy no puedo dejar
de mirar por la ventana y ver qué ocurre fuera.
Hoy, como todas las mañanas a la misma hora, veo
a una mujer pasar tirando de un carrito de la
compra. Su cara, a diferencia de otros días, es de
preocupación y va andando muy deprisa.
Me pregunto qué le pasará e intento ponerme en
su lugar. ¿Tendrá algún problema en la casa? ¿La
habrán despedido de su trabajo como
consecuencia de la epidemia? ¿Se le habrá hecho
tarde para la compra?
Descubro que una de las cosas que está
consiguiendo esta situación tan difícil que estamos
viviendo es que nos ponemos en el lugar del otro,
que intentamos ver la vida con sus ojos, que
queremos comprenderlos.
Dejo de mirar la lluvia y pienso que, a pesar de
todo, estamos sacando cosas positivas de todo
esto, que seremos mejores cuando esto acabe.
Camila Vera
14. 14
DIARIO SEMANA 4 (DEL 6 AL 12 DE ABRIL)
[…] Por la tarde me he dedicado a peinar a mi gato, mirando los pájaros desde mi ventana. A
esa hora los pájaros son muy abundantes enfrente de mi casa.
Por la noche, mi familia y yo nos dedicamos a ver una serie que nos encanta. He de decir que a
mí también me gusta la serie; pero lo que más me gusta es verla en familia.
Carla Álvarez
Ya está aquí la Semana Santa. Este año no la pasaremos como siempre, pero para demostrar
que nosotros y todo el mundo podemos con todo...no nos saltamos el confinamiento.
El pasillo que conecta mi cocina con el salón fue el camino del paso; mi padre se puso de
rodillas con las manos apoyadas en el suelo, yo me quité el corsé para que mi padre pudiera
soportar el peso. Le pusieron una manta por encima a mi padre y a mí, otra blanca, me dieron
un palo de escoba y tuve la brillante idea de ponerle la correa para salir a mi perro, teniendo
así a mi borriquilla. Mi madre se encargó de grabar y mi hermano fue capataz. Nosotros
siempre buscamos la parte positiva de todo.
Jennifer Collado
Esta semana fue un poco rara porque echamos de menos algo típico de Andalucía, que se
celebra todos los años. Como mi hermana y yo estábamos muy aburridos, hicimos un paso de
Semana Santa y también hicimos una procesión con el paso que montamos, y nos
entretuvimos un rato.
Ángel Díaz
15. 15
Para mi este día fue muy especial, ya que
fue el día de mi cumpleaños. Aunque este
año ha sido un poco triste por no poder
celebrarlo con mi familia ni con mis
amigos por el confinamiento.
Por la mañana hice una video llamada con
mi abuela que vive en Madrid, me felicitó
y le dije que pronto nos veríamos.
Luego hice otra videoconferencia con mis
abuelos que viven aquí, en Andújar. Se
han modernizado con una tablet que le
hemos prestado para poder vernos,
aunque ya los abrazaré cuando pueda.
También, al mismo tiempo, se unieron mis
tíos para felicitarme y fue divertido
porque pudimos hablar todos a la vez.
Por la tarde quedé con mis amigos de clase y también hicimos videoconferencia y me lo pasé
muy bien con ellos, haciendo juegos y hablando.
Ariadna García
Una semana más, cada día se hace más duro.
Nunca pensé que podría estar en mi casa tanto tiempo sin salir a la calle para nada. Nunca
podremos saber dónde está el límite de una persona. Yo nunca hubiera pensado que lo
soportaría y, hoy por hoy, no lo llevo mal del todo.
Hay momentos en que a lo mejor me desesperó un poco, pero siempre miro para algún lado y
encuentro algo con lo que entretenerme.
Nuria García
Toda la gente me pregunta si quiero jugar al parchís. Es muy curioso, a muchas personas les ha
dado por el parchís. Decidí descargármelo, empecé a jugar partidas y ahora estoy un poco
viciada. Es un juego muy chulo y entretiene muchísimo.
Lucía Herrada
No paro de pensar en todos los planes y las cosas que voy a hacer nada más termine el
confinamiento. Tengo muchas cosas en mente, pero las primeras serán ir a ver a mis abuelas e
ir a comer churros con mis amigos.
Eva Mª Lázaro
16. 16
Esta semana ha sido bastante tranquila. Me ha servido para relajarme y tomar fuerzas para el
tercer trimestre. La mitad de la semana, por las tardes, he leído y visto series. La otra mitad
también he leído, pero he cambiado el ver series por hacer deporte, que lo había dejado un
poco estancado. La verdad es que me ha parecido una semana de lo más rara al principio, por
el mero hecho de que la tendría que haber pasado en la calle, disfrutando de los pasos que
deberían de haber salido. El viernes era el día que tendría que haber acompañado a mi
hermandad. Hizo un día muy bueno, cosa que no había sido así estos dos años atrás, por lo
que me dio más pena aún. Al fin y al cabo, esto es lo que nos ha tocado. Leí una publicación
muy acertada en una red social que decía
“La Semana Santa volverá, lo importante es que ese día estemos todos”.
Por cierto, se me olvidaba mencionar que el domingo hicimos una video llamada para celebrar
el cumpleaños de Ariadna. ¡Fue genial! Nos lo pasamos muy bien a pesar de estar separadas
por la pantalla.
Rosa Luz Lorenzo
Sin duda, ha sido la semana más dolorosa y pesada para mi, ya que me encanta la Semana
Santa y me encantaba ir con mi abuelo a ver todas las procesiones. Ya es la segunda decepción
que me llevo con las procesiones, ya que el año pasado no pude ver mi procesión favorita
porque llovió.
El miércoles, mis vecinos montaron a una virgen en un coche teledirigido y la pasearon por el
barrio. Fue super gracioso y divertido.
Manuel Moreno
Esta Semana Santa ha sido la más extraña de toda mi vida. Todos los años solemos ir a Sevilla y
Motril para ver a las abuelas, primos, tíos…
En cambio, este año ha sido diferente, nos hemos quedado en casa, como debe ser. He echado
de menos ir al centro de Sevilla con mi madre y sus amigos a ver las diferentes procesiones.
Me encanta el ambiente, el olor a incienso, la música, hacer una bola de cera, pedir estampas
de los santos y caramelos y el silencio y la oscuridad con las procesiones más serias. Siempre
me he quejado un poco porque hay demasiada gente por todos lados y ni se puede caminar
bien, pero este año lo he añorado, así que no me quejaré más.
He echado de menos la costa de Motril, dar una vuelta por el paseo marítimo, tomar unas
tapas con mi familia en el chiringuito.
Pero lo que más he echado en falta han sido los abrazos y besos que ahora no les puedo dar a
mis abuelas. Los tengo reservados.
Esther Torrellas
17. 17
LOS TAMBORES DE SAN BARTOLOMÉ
Es Viernes Santo por la noche y echo de menos el sonido de los tambores de la cofradía del
Santo Entierro.
Ese sonido me lleva siempre a un momento muy especial. Salgo a la ventana con mis padres
para ver la procesión. Entre los capirotes intento adivinar dónde están mi tito Pedro y mi tita
Flor. La cruz pequeña se para debajo de la ventana todos los años.
La Semana Santa siempre me trae recuerdos de olores, de sonidos y de imágenes.
El incienso, el azahar y la música se mezclan en mi memoria.
Este año no hay tambores, solo hay silencio.
El silencio que siempre acompaña a esta imagen, pero que este año no es de respeto sino de
tristeza.
Camila Vera
18. 18
DIARIO SEMANA 5 (del 13 al 19 de abril)
Esta semana han empezado otra vez las clases y el 3º trimestre más especial de la historia de la
humanidad, porque este año va a pasar a la historia. Ya han empezado los maestros a mandar
tareas y a hacer llamadas con nosotros desde casa.
Lo que más quiero ahora es que todo vuelva a la normalidad, que podamos salir a la calle... y
que pueda quedar con mis amigas.
Daniela Chércoles
Hoy mi madre y yo fuimos elegidas para hacer un reto en honor a la romería que no se va a
celebrar. Se trata de vestirse de gitana, maquillarnos y bailar una sevillana. Lo grabaremos y
así, mi tía, en su escuela, puede hacer un montaje audiovisual con todos los videos. Es una
forma de vivir un poquito la romería y de divertirnos al mismo tiempo.
Ariadna García
Esta semana no ha sido nada del otro mundo, pero vaya semana… Me he sentido súper
agobiada. De repente, cada profesor empezó a mandar deberes para su asignatura, hasta el
punto de tener tarea de casi todas las asignaturas. A ver, yo sé que han dejado su tiempo para
hacerlas, pero son tantas cosas, tantas asignaturas y tantas fechas de entrega, que tengo
miedo de que me pueda confundir de día al entregar los deberes.
No solo eso; no he tenido apenas tiempo para hacer algún pasatiempo, solo leer, porque,
además de hacer los deberes, he tenido que hacer muchísimas más cosas.
Bueno, y llega mi parte favorita de la semana, el
cumpleaños de mi madre. Ayer fue uno de los mejores
días y recuerdos posiblemente de la cuarentena. Ayer
era todo, o casi todo, buenas noticias. Mi madre, ya no
tenía que trabajar por la tarde hasta un tiempo por un
asunto de su trabajo y podía pasar la tarde con nosotros.
Además, tuvimos que preparar mi hermana y yo su
sorpresa. Siempre utilizamos la misma caja para los
regalos de mi madre, porque está personalizado para
ella. En la caja había pequeños regalos y sorpresas, ya
que, no podíamos salir de casa a comprarle nada. En la
tapa de la caja estaba dibujado un móvil, abres la caja y
hay apps dibujadas. Mi madre tenía que elegir la app e ir
descubriendo las sorpresas que hay guardadas en ellas.
Por ejemplo: al abrir Youtube, encontraba un vídeo
grabado por nosotras para ella; al darle a Instagram,
ponía un mensaje que decía que había ganado un sorteo
y le dimos una pulsera con su nombre puesto y muchas
cosas más. Al final le dimos las cartas que le hicimos y también cocinamos la cena.
Me lo pasé muy bien y la experiencia fue increíble. Lo más importante es que nos lo pasamos
genial y que a mi madre le encantó.
Ángela Lópiz
19. 19
Un día, al entrar en mi habitación, noté que no estaba como siempre, que algo no encajaba.
Empecé a mirar en las estanterías, todo estaba bien. Luego miré en el escritorio, no había nada
fuera de lo normal. No sabía qué era lo que estaba mal, pero algo estaba mal.
Cuando pasó un rato, me dirigí a un estante que tengo encima del escritorio para coger un
libro y ahí fue cuando me di cuenta. En el estante faltaba un sombrero de bruja, ya que se
había caído al suelo. El sombrero de bruja era de un disfraz de hace dos años, pero como es
muy grande y llamativo, me lo quedé. Me sigue gustando y me sigue estando bien. Es
increíble. Durante todo este tiempo de confinamiento, al quedarme en casa y ver todos los
días mi cuarto, cuando falta algo, enseguida me doy cuenta.
Lucía Meco
Esta semana ha sido, sin duda, la más larga de todo el confinamiento, ya que llevo toda la
semana sin conexión a internet y he tenido que hacer todos los deberes entre el jueves y el
viernes. Ha sido muy estresante y espero que no vuelva a suceder.
Estoy pasando tanto rato con mi hermana que creo que nos estamos empezando a llevar bien,
mis padres están sorprendidos.
Mi abuela vive al lado de mi calle y vino a visitarme. Tenía unas ganas enormes de verla. Cuando
la vi no pude resistir y empezar a llorar.
Lo mejor de esta semana fue que llamó mi tía y dijo que va a tener un bebé. Esa noticia me ha
alegrado todo el confinamiento.
Manuel Moreno
Esta semana estoy mejor que la semana pasada. Además, he mirado las noticias y son mejores,
ya que hay menos muertos y más curados. Ojalá y esto siga así y no muera nadie más, porque
ver esas cifras de fallecidos no es muy agradable.
También esta semana me he sacado un poco de la cabeza este tema del virus, porque me bajaba
mucho el ánimo.
Lo mejor de esta semana ha sido ver que mi familia sigue muy bien en sus casas y con mucho
ánimo.
Francisco Javier Puig
20. 20
Esta semana ha sido prácticamente igual que las últimas, aunque he salido más al balcón para
observar al gato del vecino, porque es muy gracioso cómo se queda en el filo de la ventana
para ver a unas golondrinas que viven en el canalón de su casa. También me he cabreado con
la barandilla del balcón, porque no me permite asomarme al haber una especie de maceteros
delante de esta, que no sirven para nada porque están vacíos, y una columna que sólo sirve
para no dejarte ver a los demás.
Alba Mª Salas
Volvemos a la rutina del trabajo online. Por una parte, me daba pereza volver a empezar, pero
una vez empezado el trabajo, veo que me tiene más entretenida y los días se me pasan más
rápido. No sé cuánto durará esta situación, por eso pienso que, si se me pasan los días a esta
velocidad, llegaremos antes al final de esta pesadilla. En este poema, resumo un poco mi
rutina.
Llevamos más de treinta días
metidos en nuestro hogar,
esto quién nos lo diría,
nadie imaginó que fuera a pasar.
Estoy feliz con mi familia,
de eso no me puedo quejar,
juego, trabajo, leo, duermo…,
y echo de menos sin parar.
Por la mañana a las nueve
estoy frente al ordenador
para esperar qué tareas
manda cada profesor.
Sobre las doce y media
solemos hacer un parón
y charlamos en el patio,
así nos da un poco el sol.
21. 21
A la hora de comer
evitamos el televisor,
pues ya no queremos noticias
que nos hacen sentir peor.
Espero y rezo todos los días
que esto llegue a su fin,
poder dar besos y abrazos.
¡Eso sí que es un final feliz!
Esther Torrellas
¿UNA PARTIDA?
Han pasado las vacaciones y volvemos a la normalidad.
Han pasado las vacaciones y no he notado ninguna diferencia.
Solo el trabajo que tenemos que hacer para las asignaturas hace a unos días diferentes de los
otros.
Llevamos treinta y tres días encerrados y no sabemos cuánto tiempo más seguiremos así.
Llega la noche y espero que mis compañeras de clase manden un mensaje con la frase mágica:
¿una partida?
Mientras jugamos al parchís, me olvido de todo y vuelvo a disfrutar de ellas y de sus bromas.
En estos momentos, las cosas más simples pueden hacernos felices.
Camila Vera
22. 22
DIARIO SEMANA 6 (del 20 al 26 de abril)
Hoy he visto un vídeo donde salía una familia explicando su situación. Viven en un piso de 40
metros cuadrados. Solo tienen una ventana por donde les llega la luz.
Yo lo pienso y sería incapaz de vivir ahí con mi hermana y mis padres, porque apenas tendría
sitio para mis cosas o, cuando quisiera estar sola, no podría, y ahora que estamos encerrados,
no me lo puedo ni imaginar. Muchas personas tienen una vivienda pequeña, o no tienen.
Yo pienso que soy muy afortunada y que deberíamos agradecer más lo que tenemos.
Eva Mª Lázaro
Nunca me había planteado vivir una romería como esta. Para mi sorpresa, no ha sido tan triste
como pensaba. El domingo sí que me entristeció no poder verla a ella, a la Virgen de la Cabeza,
que es lo que más disfruto de la romería. He pensado mucho en cómo pasé esta fiesta el año
pasado y me he dado cuenta de que a veces no aprovechamos los momentos como deberíamos.
La tomaba como una romería más, hasta que me di cuenta de que fue uno de los mejores
momentos de mi vida.
Es curioso cómo algo tan pequeño le puede cambiar la vida a millones de personas en un
momento. Da igual que ya tuvieras un vestido comprado, da igual que llevaras planeando ese
viaje desde niña, da igual que hubieras enviado todas las invitaciones de tu boda, todo se va al
garete; curioso sí, por algo muchísimo más pequeño que la punta de un bolígrafo.
De todos modos, pienso que, aunque no hayamos podido llevarle flores a la Virgen, ni montar
en carreta, ni subir al santuario, siempre podremos vivir la romería en nuestros corazones.
Rosa Luz Lorenzo
Nostalgia, todo nostalgia. En eso se ha basado mi semana, soñando con estar allí, en el santuario.
Pero, al fin y al cabo, no he estado mal. Todos los días, desde el jueves hasta el lunes, me he
arreglado, me he puesto mi flor y mi vestido y he salido al balcón a aplaudir y a bailar sevillanas.
Elena Rascón
23. 23
El jueves y el viernes de Romería, los vecinos han puesto música a todo volumen, han cantado,
aplaudido, adornado sus balcones… En casa no lo hemos hecho, pero hemos salido al porche a
aplaudir y ver cómo lo celebraban los vecinos. Esta Romería he echado de menos vestirme de
gitana, comprarme un ramo de flores, oler su aroma e ir a la ofrenda. ¡Hasta echo de menos el
dolor que sentía cuando me ponía las horquillas y la peineta en el pelo! ¡Y el frío que sentía con
el traje!
Esther Torrellas
FOTOS
Lavado de cara.
Coleta alta estirada.
Camiseta de tirantes estrecha.
Medias que me llegan casi hasta el
cuello.
Zapatillas de esparto rosa.
Traje demasiado ajustado.
Cordoncillo corta hombros.
Mantón y alfiler.
Pendientes, colorete, pintalabios y flor.
Peineta clavada en mi cerebro.
Horquillas asesinas.
Ramo de flores.
Medalla de Begoña y Cristóbal.
Y fotos.
Muchas fotos para los abuelitos.
Demasiadas fotos.
Este año me he librado de ellas.
¡Siento pena!
El año que viene quiero más fotos.
Camila Vera
24. 24
DIARIO SEMANA 7 (del 27 de abril al 3 de mayo)
Ya se ven niños por las calles con sus madres y con mascarilla. Me da alegría verlos corriendo y
paseando.
Los balcones ya no están tan decorados y ya no hay tanta música ni tanto ambiente romero.
A veces pienso en todos los limpiadores que se encargan de desinfectar la calle,
supermercados e incluso mi propio bloque. Mucha gente piensa que ahora son indispensables,
pero, en verdad, siempre lo han sido, pero en silencio. Me gusta preguntarle a mi madre, que
es la que sale a la calle, si ha visto a alguien conocido o qué medidas de seguridad hay en cada
tienda.
No paro de pensar si en verano ya podremos salir e ir a la playa a tocar el mar o pasear por la
playa.
Carla Álvarez
Escucho a niños jugar y hablar mientras pasean con sus padres, salgo al balcón, el sol y el aire
me acarician la cara mientras respiro profundamente. Esto me reconforta y sonrío al darme
cuenta de que el ambiente huele a primavera. Todo parece un día normal, de esos en los que
no me apetece salir y me quedo en casa. Sin embargo, me fijo un poco más en la gente que
pasea. Llevan algo que mis ojos perciben como un golpe seco y despiadado de realidad. Es su
mascarilla, la misma que me recuerda que no estoy en uno de esos días que mencionaba antes,
en el que, si de repente hubiera cambiado de opinión, habría podido salir con mis amigas y
habría disfrutado a mi antojo de la calle. Creo que esos días quedaron muy atrás y no solo en mi
vida, sino en la vida de todos.
No sé si mirándolo desde el más positivo de los lados, sentirme afortunada por estar viviendo
un hecho que pasará a la historia por su radicalidad o, por el contrario, sentirme derrotada por
todo esto, que a veces me supera y que en mi recuerdo empezó como una broma, que ahora se
ha convertido en el centro de los pensamientos de muchos.
Rosa Luz Lorenzo
25. 25
Esta semana han empezado las clases
presenciales, aunque de presenciales nada,
ya que cada uno se conecta en su casa.
Esto me ha hecho pensar en cómo ha
avanzado la tecnología en poco tiempo, ya
que esto hace 40 años sería inviable. ¿Cómo
sería la pandemia si hubiera ocurrido hace 40
años? Creo que todos hubiéramos estado
más alejados de lo que estamos ahora, ya
que ahora nos podemos ver por
vídeollamadas de Skype, Google Meet, etc.
También, a la hora de progresar en clase,
¿cómo hubieran mandado los profesores las
tareas a sus alumnos? ¿Y cómo les hubieran
explicado los temas?
Tenemos suerte, dentro de lo que cabe, de que nos haya tocado vivir esta situación en el siglo
XXI, donde casi todas las familias tienen al menos un dispositivo electrónico para conectarse a
la red.
Claudia Lorite
El lunes, fue el segundo día que salí después de más de un mes encerrada.
Mi primera sensación fue de extrañeza e incomodidad. Pasé de estar entre cuatro paredes a un
espacio abierto, normal mi reacción. Cuando me acostumbré, me sentí como un pájaro libre,
feliz de volver a ver las calles.
¿Lo disfruté? Sí, mucho; volvería a salir como hoy, con mi mascarilla.
María Martínez
Esta semana ha sido de lo mejor, ya que hemos
recibido la gran noticia de que los niñ@s
podríamos salir a la calle. Estoy muy feliz de poder
ver a mis amigos, pero no va a ser igual, ya que
tendremos que estar separados un metro de
distancia y tenemos que llevar guantes y
mascarillas.
También ha sido un poco mala, porque han dicho
que hay una enfermedad que es muy contagiosa
para los niños y deberíamos de tener cuidado.
Cuando mi madre oyó esa noticia, le faltó poco
para comprarme un traje de astronauta para
evitar que entre el aire contagiado dentro.
Manuel Moreno
26. 26
MIEDO
Nunca me imaginé que el sonido del timbre de la puerta me asustara tanto. Ya me había
acostumbrado a que no sonase. Ni siquiera me acordaba de cómo sonaba.
Salté de la silla, lo reconozco. Creo que ni viendo la película de IT había pegado un salto tan
grande. Me da vergüenza decirlo, pero me puse como una niña chica buscando a mis padres.
¿Dónde estáis? -pregunté.
Vaya tontería de pregunta. Pues dónde van a estar, ¿de paseo? Empezó a darme la risa, nerviosa,
eso sí.
Me fui corriendo al pasillo, y allí estaba mi padre cogiendo el picaporte de la puerta.
¡No se te ocurra abrir! Menos mal que no
lo dije en voz alta.
Sería ya mi imaginación, pero la puerta
empezó a chirriar como en las mansiones
de pesadilla.
Me acerqué y vi a una persona con
mascarilla que empezaba a hablar:
- Buenos días. DNI, por favor.
Llevaba un paquete y se lo dio a mi padre
rápidamente mientras le decía el
número. Cerró la puerta y me sentí
aliviada.
-Toma, Camila. Te lo pidió mamá la
semana pasada.
Empecé a sonreír. ¡Mira que al final va a
merecer la pena el susto que he pasado!
Antes de darme el paquete, lo limpiaron bien con un trapo y mi madre empezó a abrirlo. ¡Qué
emoción! ¡Pero si estoy como si fuera Navidad!
-Toma, Camila. Me di cuenta de que se te estaba acabando.
¡TIPPEX! ¡TRES BOTES DE TIPPEX!
Todavía me sigo riendo.
Camila Vera
27. 27
DIARIO SEMANA 8 (del 4 al 10 de mayo)
Espero…
Espero que quede poco para terminar esta pesadilla.
Espero que volvamos al instituto lo más pronto posible.
Espero que vuelva a entrenar y darlo todo como siempre.
Espero que cambien las noticias de la televisión.
Espero que, al fin, pueda abrazar a mis seres queridos.
Espero que las personas sean responsables con el estado de alarma.
Espero que los cumpleaños sean cara a cara y no a través de una pantalla.
Espero que la cuarentena no me afecte como persona.
Espero que todo se solucione.
Espero que, pase lo que pase, pase ya.
Pero, mientras tanto, solo puedo esperar; así que...espero.
Ángela Lópiz
28. 28
Todos los días, cuando miro por la ventana,
veo a una mujer tomando el aire en su terraza.
Su cara refleja soledad
y se ve que ha vivido mucho ya.
Espero equivocarme y goce de compañía
cuando deje esa terraza sombría.
Algo no deja que sonría,
quizás sean estos tiempos de agonía.
Me siento egoísta por quejarme todo el día.
Cuando salgo a mi terraza tengo con quién
hablar,
sin embargo, esa mujer siempre callada
está.
Todos los días, cuando miro por la ventana,
veo a una mujer tomando el aire en su
terraza.
Observa su alrededor en silencio,
pues no quiere perderse nada del mundo
externo.
La única vez que la veo sonreír
es cuando saluda a su vecina desde allí,
desde esa terraza sombría
en la que se siente protegida.
Y ahora me pregunto:
¿Qué pensará esta mujer
cuando llegue el anochecer?
Quizás se sienta triste y sola,
o quizás ya esté acostumbrada
a despertarse sola en las mañanas.
Tal vez en mi anterior rutina
no hubiera reflexionado tanto sobre su vida.
Todo este alboroto me hace pensar más
en las circunstancias en las que viven los demás.
Posdata: Esta semana ha sido mi cumpleaños. Un cumpleaños muy especial gracias a todas las
personas que me han acompañado, aunque no presencialmente, claro.
Rosa Luz Lorenzo
29. 29
Esta semana nos han dejado salir a hacer deporte, lo cual tiene su parte buena y su parte mala.
La parte buena es que por fin podemos salir un poco a tomar el aire, siempre respetando las
medidas de seguridad; la mala es que aumentaran los casos.
En esta cuarentena pensaba que todos íbamos a cambiar a mejor e íbamos a ser más
responsables, pero hemos demostrado que no nos pueden dar ni un poco de libertad, ya que
mucha gente está saltándose las normas quedando con sus amigos o saliendo más tiempo del
que se debe. Yo creo que si no respetamos estas medidas lo único que haremos será retroceder
y que esto no acabe nunca.
Espero que la gente recapacite y respete las normas.
Claudia Lorite
Querido diario: En esta semana solo he salido el
domingo y el lunes a hacer ejercicio. Lo que más me
ha afectado es ver tanta gente irresponsable que no
mantiene la distancia. Yo intentaba mantenerme al
margen, pero no podía. En mi interior me decía: ¿Por
todo esto están luchando los sanitarios? A la gente
parecía darle igual, me sentía como si estuviera
haciendo algo mal, pero no, yo estaba respetando la
distancia.
Al siguiente día era un pelín más fácil mantener la
distancia, pero aún había demasiada gente.
El recorrido que yo hacía pasaba por el hospital. Cada
vez que lo veía me daba más fuerza para seguir
adelante, para seguir luchando con ellos contra el
coronavirus. En mi interior algo decía: “No estáis
solos, me tenéis a mí luchando con vosotros”.
María Martínez
Mirar el cielo es la mejor manera que encuentro para
relajarme, el sentarme y ver pasar las nubes, las
cuales me recuerdan a las personas. Cada nube tiene
una forma diferente a la otra, al igual que las
personas, que en su interior cada una es diferente a
la otra. Las nubes son pasajeras, pero tampoco
tienen prisa por pasar; las personas también son
pasajeras, pero, al igual que las nubes, no tienen prisa
por pasar.
Dicen que las personas al morir van al cielo y pienso
que esas nubes son esas personas.
Álvaro Muñoz
30. 30
Otra semana más en este confinamiento.
Ya estaba “confinada” antes de que pasara
esto, no es nada nuevo para mi. Misma
rutina una y otra vez cada día.
Levantarse, entrar a llamada, esperar a
que mi padre venga de trabajar para
empezar a comer, hacer ejercicios o no
hacer nada, cenar e irme a dormir con
algún que otro regaño por parte de mis
padres.
Nunca pasa nada nuevo. Es lo mismo una
y otra vez. Además, no me gusta salir, por
lo que no tiene sentido.
¿Por qué tengo que escribir esto?
Ah, sí, para pasar al siguiente curso,
repasar y aprender diferentes cosas que,
posiblemente, casi no valgan la pena,
porque las acabaré olvidando a los meses
o años.
¿Por qué lo miro todo de una forma negativa? ¿No puedo ser normal? Creo que no.
Lucía Simón
¿Vamos hacia adelante o hacia atrás?
Todo el mundo está contento porque ya puede salir con más libertad, aunque aún no somos
libres, pues tenemos que cumplir con unos horarios. Poco a poco se están abriendo las tiendas,
la gente va a trabajar, se ven personas paseando, corriendo, padres con hijos…pero, ¿ya todo va
bien? ¿podemos estar tranquilos?
Todas las tardes nos salimos los cuatro al porche a tomar algo y vemos mucha gente pasar en
grupo, sin mascarilla, como si no pasara nada.
Me puse a jugar con mi hermano con la pelota, pero, al mismo tiempo, escuchaba a mis padres
que estaban teniendo una conversación. Estaban preocupados y enfadados con esa gente que
no respeta las normas. Decían que como se siga actuando así, con tanta irresponsabilidad, no
vamos a avanzar y no podremos ver a las abuelas porque no llegaremos a esa fase.
Me parece injusto, hay personas que lo estamos haciendo bien, no por nosotros mismos, sino
también por los demás.
Por ahora parece que vamos hacia adelante, pero ¿y si no? ¿Iremos de nuevo para atrás?
Esther Torrellas
31. 31
NO
Todos los días la miro, algunas veces con curiosidad, pero la mayoría con mucha pena y hasta
envidia.
Empiezo a imaginar. Sé que, aunque es lo normal, se ha convertido en algo imposible, cada vez
más lejano.
Hasta que un día dejas de escuchar solo a los pájaros.
Hay voces de niños, hay risas y hasta algún grito.
Están en la calle que miro hoy con curiosidad, pero ya no me da envidia.
Tampoco me da miedo. No sé.
Hay muchas voces y mucho ruido.
Sé que puedo hacerlo y estar ahí.
Cuando me preguntan, me sorprende mi respuesta.
No quiero salir.
Todavía no.
Camila Vera
32. 32
DIARIO SEMANA 9 (del 11 al 17 de mayo)
Esta semana el sol tiene miedo a salir, parece pedir permiso a la lluvia y, mientras tanto, el
arcoíris aprovecha para asomarse. Es algo muy parecido a la realidad que atravesamos es este
momento. Cada vez que salgo a pasear, veo el miedo que hay en los ojos de aquellas personas
de edad más avanzada y, aunque es poco tiempo el que nos permitimos estar fuera, pronto me
viene a la cabeza que las siete de la tarde está por llegar y que ahora es el turno de aquellas
personas que son nuestros abuelos, los que tanto han luchado en la vida.
A veces pienso que el viento no sopla a mi favor, ya que esta semana está siendo más dura de
lo que imaginaba, nada positivo ha pasado aún. Pero, a veces miro al cielo y sé que el sol va a
salir, saldrá y se quedará con nosotros. Entonces, todo habrá pasado y llegará el verano.
Lucía Herrada
Siempre pensé en lo egoísta que puede llegar a ser el ser humano en determinadas
circunstancias. Hoy en día no solo lo pienso, sino que también lo puedo ver ante mis ojos. Antes
era incapaz de ver las noticias por las despiadadas cifras de números que aparecían todos los
días; ahora me encuentro en la misma situación, pero por los insensatos comportamientos de
la gente.
Terrazas de bares llenas, en las que no hay ni treinta centímetros de separación entre una mesa
y otra, gente que pasea en grupos y con la imprudente ausencia de sus mascarillas, calles
abarrotadas...
¿Hemos olvidado cómo hemos pasado todas estas semanas atrás?, ¿hemos olvidado el sacrificio
de todos los sanitarios, que han estado a pie de cañón afrontando todo este caos como podían?,
¿y el sufrimiento de miles de familias, lo hemos olvidado también? No me creo que todo esto
haya caído en el olvido de la noche a la mañana. De ahí mi conclusión de que, simplemente, lo
hemos querido olvidar y de ahí el egoísmo del que hablaba antes.
Estoy de acuerdo con que poco a poco tenemos que ir recuperando la normalidad o, mejor
dicho, tenemos que ir adaptándonos a esta nueva normalidad, la misma que impide la
negligente conducta con la que nos estamos comportando. Espero que no caiga en el olvido la
situación en la que vivimos, ni tampoco todas las víctimas que esta se ha cobrado porque sí.
No podemos dar pasos hacia atrás, ahora no.
Rosa Luz Lorenzo
33. 33
Ayer salí por primera vez a la calle
con mi hermana y mi padre. Llevaba
dos meses sin que un aire distinto al
de mi casa me acariciara el pelo y la
cara. Naturalmente, usé la protección
obligatoria, es decir, la mascarilla y el
mantenimiento de una distancia de
dos metros; sin embargo, a pesar de
ello, sentí profundamente ese
airecillo nuevo que me trasladó a mi
vida anterior a esta pandemia.
Mi primera impresión, al pisar la
calle, fue extraña, el pueblo estaba
vacío y melancólico; me recordaba a
un pueblo fantasma. Además, la
mascarilla era muy agobiante. Dimos
un pequeño paseo por el campo.
Este año, la primavera mostraba una
cara más triste ya que, debido al
coronavirus, no era igual que otros
años. Parecía que se había
perfumado con una fragancia menos
intensa y que se había vestido con un ropaje menos brillante.
Lucía Meco
Parece que todo ha vuelto a la “normalidad”. Me asomo por la ventana y veo las cabezas de la
gente andando. No hay ningún momento del día en el que no haya nadie. El bar de enfrente ha
colocado ya sus mesas y, poco a poco, la gente las va ocupando. Muchas personas están
empezando a salir a la calle como si todo esto ya hubiera pasado; algunos, incluso, van sin
mascarilla, mientras que otras personas, como yo, salimos una vez a la semana, con la mascarilla,
los guantes y con el cubo de lejía esperando en la puerta a que regresemos. Probablemente, los
que salen todos los días a pasear y a ver a sus amigos nos vean como miedicas, pero yo creo que
no somos miedicas, sino precavidos. Aunque los nuevos casos y muertes por esta causa hayan
disminuido, no debemos olvidar de que cada día se contagian alrededor de 500 personas y
fallecen unas 200. Son cifras muy grandes, demasiado grandes. Creo que no nos debemos
confiar, porque cada cosa que hagamos mal, si damos los pasos demasiado grandes, puede
hacer que muchas personas pierdan la vida.
De todo se sale, y de esto, también saldremos.
Elena Rascón
34. 34
UN CIRCO
Hacerlas fue sencillo.
No tenía globos, pero un día aparecieron cuatro o cinco en un cajón. Algún cumpleaños de los
de antes, seguramente. Llenarlos de arroz fue también muy fácil. No es por nada, pero me
quedaron monísimas.
En los vídeos parecía tan sencillo: lanzabas una con una mano, y mientras estaba cayendo,
lanzabas la otra.
Hasta que me puse en acción.
Mis padres se pensaron que me había caído del ruido que hicieron la primera vez que las lancé.
Venga, tú puedes, me repetía una y otra vez hasta que las volvía a estrellar en el suelo.
Y así un día, y otro, y otro, y cuando me iba a dar por vencida... ¡lo conseguí!
Un malabarismo perfecto con dos bolas. ¡No podía estar más contenta! Fue un momento de
felicidad que duró hasta que me di cuenta de que no había puesto el vídeo a grabar.
Me ha costado varias manchas en la pared y un trabajo extra sobre los malabares, pero me sentí
feliz actuando por primera vez en un circo sin público.
Camila Vera
35. 35
DIARIO SEMANA 10 (del 18 al 24 de mayo)
Esta semana he salido mucho a la calle y, la verdad, me siento liberada.
Salgo a mi balcón a las ocho y nadie aplaude. Al principio me daba pena que a la gente ya no le
apeteciera aplaudir, pero me alegra que todo vuelva a ser como antes.
Salí a pasear muy temprano y, a la vuelta, vi a muchas personas paseando, cosa que me alegra.
He ido a muchas tiendas a las que llevo toda la cuarentena deseando ir y no me podía creer, al
fin, visitarlas.
Carla Álvarez
A veces me da la sensación de que todo este tiempo he estado en el interior de una burbuja, la
cual me ha hecho, en determinadas ocasiones, perder la noción del tiempo. Marzo, el mes
donde todo vio la luz, donde todos quedamos anonadados y el tiempo se detuvo en la vida de
muchos, donde los números se convirtieron en nuestra más terrorífica preocupación, donde, yo
personalmente, creí estar viviendo una película de ciencia ficción de la que quería salir por
encima de todo y, sobretodo, donde me di cuenta de lo insignificantes que somos.
Yo, inocente, pensaba al principio de esta
catastrófica historia, que ya por estas fechas
estaríamos, seguramente, de vuelta en las aulas.
Y es que, a lo largo de todo este tiempo, he
pensado tantas cosas positivas como negativas;
estas últimas perduraban más en mi memoria
por negativas, supongo. En muchas ocasiones he
pensado, ¿en qué momento sucede algo de
estas características? Podría causar pavor darle
demasiadas vueltas a esta pregunta.
Muchas personas pensarán, que todo este
tiempo de confinamiento ha sido tiempo
perdido en sus vidas; yo, sin embargo, no lo veo
así. Para mí, esta vivencia ha contribuido a mi
aprendizaje, por lo que no puedo decir que haya
perdido o malgastado el tiempo. Todo, a mi
parecer, depende de él. Es el tiempo con nuestra
colaboración, claro, el que puede dar
finalmente, dulces frutos que recoger.
Rosa Luz Lorenzo
Esta semana al salir al balcón lo vi. Vi cómo, lo más odiado en la cuarentena, el silencio de la
calle, había desaparecido, cómo lo habíamos expulsado y desterrado.
Vi cómo el poder salir, demostró que somos fuertes y hemos aguantado el estar enjaulados.
Gracias a esa fuerza volvemos a ser libres y podemos abrazar a nuestra familia.
Álvaro Muñoz
36. 36
Por suerte, la cosa va a mejor.
Parece que el calor está
“ablandando” al virus, parece que el
estar encerrados ha hecho efecto,
que todo este esfuerzo ha merecido
la pena.
Hoy, en las noticias, anunciaban 48
fallecidos por esta causa, una cifra
esperanzadora comparándola con la
de semanas anteriores. Pero, poco
después, decían que esa cifra no era
cierta, que faltaban algunas
comunidades que todavía no se
habían sumado.
Me da la sensación de que todo esto
todavía no ha acabado, de que esto
es solo el principio, de que debemos
encontrar la vacuna, de que
tendremos que aprender a convivir
con el virus, igual que hicimos con la
gripe.
Elena Rascón
Una mujercita
Cada vez que nos encontramos en mi calle con alguna vecina o conocida de mis padres
(siempre son mujeres), dicen sobre mí: “Ya mismo es una mujercita”, “está hecha una
mujercita”… Los hombres suelen decir: “¡Qué grande está ya!”, “¡Cómo pasa el tiempo!”…
Supongo que “mujercita” significa que estoy en medio, es decir, entre niña y mujer. Ahora
estoy sufriendo muchos cambios físicos y psicológicos. Los físicos los noto, pero los
psicológicos no, supongo que eso solo lo ven los adultos porque a veces he escuchado a mis
padres decir: “Eso son las hormonas”.
¿Qué hormonas? Si un día me siento más triste, otro día más activa y alegre, al otro estresada,
o al otro súper feliz, es porque tendré mis motivos. No creo que sea cosa de las hormonas.
La próxima vez que los vea tristes, estresados o alocados, les diré: “Uff, vaya con las
hormonas”.
Esther Torrellas
37. 37
Sentir
Mira que me lo había imaginado veces.
Solo montarme en el coche me pareció lo más maravilloso del mundo. Menuda tontería,
pensé.
La luz me hacía daño en los ojos, y el aire era muy caliente, demasiado. Si es la mascarilla no
me queda otra que irme acostumbrando.
En el coche cantamos como siempre, pero no era igual. Era muchísimo mejor.
Qué alegría ver el cielo, el campo... hasta las señales de tráfico parecían bonitas. Me empecé a
poner nerviosa cuando vi la que tiene el nombre del pueblo.
Ya mismo, ya mismo...
Ellos no lo sabían.
Papá abrió la puerta y entré corriendo.
Cuando vi cómo me miraban mis abuelos, me di cuenta de que todo lo que me había
imaginado no era nada comparado con lo que sentí en ese momento.
Camila Vera
38. 38
REFLEXIONES
Para mi, en este tiempo, hacer todos los diarios me ha encantado. Aunque, a veces, no sabía
qué escribir, pues no hacía nada nuevo, siempre había algo; además, la situación en sí era digna
de contar.
Carla Álvarez
Desde que dijeron que se cerraban los colegios, ya han pasado 10 semanas en las cuales hemos
estados confinados en casa.
Este tiempo ha supuesto muchas cosas, algunas positivas y otras negativas.
Las positivas han sido el no tener que madrugar, el estar más tiempo con la familia, el tener
tiempo después de los deberes de leer… Las negativas, el no poder salir, no poder estar con el
resto de mi familia, los amigos, y la cantidad de deberes.
He aprendido lo valiosa que es la salud, porque este virus nos las ha quitado.
Miguel Ángel Calixto
Para mí este tiempo ha sido una enseñanza más. He aprendido a valorar más lo que tengo, a
convivir más con las personas que tengo al lado. Se ha reducido la contaminación y la gente se
ha vuelto más generosa; pero lo negativo es que no puedes ver a tus seres queridos, salir a
la calle, los fallecidos y las clases desde casa.
Daniela Chércoles
He tenido mucho tiempo para pensar y reflexionar; me he dado cuenta de que los seres queridos
no duran para siempre, que el tiempo se acaba; me he dado cuenta de que tengo que disfrutar
cada instante.
Jennifer Collado
Este tiempo que hemos estado encerrados me ha supuesto aprendizaje, paciencia, pero
también mucho agobio y estrés. He aprendido la parte buena de las cosas malas.
Ángel Díaz
Esta cuarentena para mí ha sido útil, ya que he aprendido que puedo ser más trabajador.
Diego Fuentes
Para mí esto ha servido de escarmiento para ponerme las pilas y darme cuenta de que lo que
más importa es la familia y los estudios. Mis profesores me han ayudado en todo y me siento
muy agradecida. Por un lado, me he enterado de muchísimas novedades y cosas que me han
cambiado la vida, he conocido mejor a aquellas personas que nunca pensé que iba a conocer.
Lo malo ha sido que me hubiese gustado pasar más tiempo con mi familia que vive lejos de mi
ciudad. Me hubiese gustado abrazarlos y llenarlos de besos.
Sobre todas las tareas de el instituto ha habido variedad, he descubierto muchísimas cosas
interesantes sobre cada asignatura. He logrado aprobar aquellas asignaturas que pensaba que
no. He descubierto todo tipo de tareas e, incluso, me han gustado porque eran de expresar lo
que tu querías. Y en artística he aprendido que dibujar, colorear y todo es cuestión de
imaginación.
Ariadna García
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Algunas cosas de las que he aprendido de manera positiva es la forma tan buena que tiene la
gente de solidarizarse con las demás personas que lo están pasando mal. Por ejemplo, al no salir
de casa estamos colaborando a que las demás personas no se infecten y a que tú tampoco lo
hagas; otra cosa a tener en cuenta ha sido la importancia de salir a los balcones para darle las
gracias a las personas que tienen que salir para hacer su trabajo y con eso también a darle apoyo
a la gente que no está viviendo su mejor etapa. Otra cosa que también he aprendido es a no ser
tan impaciente con la frase “Quiero que se acabe ya”. Cuando tenga que terminar esto,
terminará.
Nuria García
Ha sido una etapa muy dura, puesto que he estado separada de las personas que más quiero.
Lo peor de todo ha sido la incertidumbre del mañana, porque en mi cabeza siempre quedará el
recuerdo de aquellas terribles mañanas en las que anunciaban los tristes datos de contagiados
y muertos.
A veces pensamos que nos faltan muchas cosas para ser felices y no nos damos cuenta de que
lo tenemos todo.
Lucía Herrada
Nunca pensé que podríamos vivir esta situación.
Me he dado cuenta de que los besos y los abrazos verdaderos son el mayor regalo del mundo y
que estar rodeado de personas que te demuestran todo lo que te quieren es genial.
También he aprendido a valorar más las cosas, a conocerme más, ya que hemos pasado mucho
tiempo solos con nosotros mismos y he intentado mejorar todo o que no me gusta de mi forma
de ser.
Eva Mª Lázaro
Este diario ha supuesto para mí muchas cosas. Haciéndolo podía revivir mis sensaciones y
emociones vividas esa semana, para mí era algo totalmente mágico.
He aprendido a que, a pesar de la situación, de la distancia, de las pérdidas… hemos estado más
unidos que nunca; a que siempre hay que buscar el lado bueno de las cosas, llegar a ser optimista
en las peores situaciones. También he adquirido sentimientos nuevos y totalmente
inexplicables; nunca pensé que echaría de menos ir al instituto y dar clase, nunca imaginé que
no podríamos abrazarnos, no llegué a razonar el tiempo que podía transcurrir sin hacer tantas
cosas diarias y que jamás fueron suficientemente valoradas.
Absolutamente me ha parecido todo positivo de este diario, cada pequeño momento del día
que le podías dedicar a escribir en él, me parecía maravilloso y me lo pasaba estupendamente.
Te doy las gracias por haberlo puesto como tarea.
Ángela Lópiz
Para mí, realizar el diario durante estas diez semanas, ha hecho que sacara de cada una
de ellas algo positivo. Cierto es que no siempre ha sido fácil escribir, pues me bloqueaba y no
sabía muy bien lo que poner.
Esta actividad me ha resultado de lo más útil y me ha hecho mucha ilusión realizarla semana a
semana, aportando lo que rondaba por mi cabeza en cada una de ellas. A partir de ahora
escribiré muchísimo, ya que he descubierto un hobby al que nunca antes hubiera dedicado tanto
tiempo. Lo mejor es que considero que ha contribuido a mejorar mi expresión y me siento
bastante satisfecha por ello. También ha hecho que me atreviera a escribir poemas.
En definitiva, no puedo estar más agradecida con esta tarea.
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Todo este tiempo ha sido una etapa de aprendizaje en toda regla, sobre todo me ha servido
para tomarme las cosas con más calma y para interiorizar que nunca puedo dar nada por
sentado, pues todo puede cambiar en cuestión de horas.
Esta es, básicamente, la conclusión que obtengo de esta vivencia.
Me gustaría escribir, en este último diario, mi segundo poema, con el que he disfrutado mucho
escribiendo:
¿Qué hizo que muchos quedaran en el camino?
¿Y en qué momento vino?
¿Y quién lo dejó venir?
¿Y qué es esto con lo que ahora, tenemos que convivir?
¿Qué removió conciencias?
¿Qué hizo reflexionar?
¿Qué nos dejó a todos,
sin ni siquiera palabras para hablar?
Y todo dará igual,
ya nada servirá.
Algo entra en nuestras vidas,
sin permiso, sin avisar.
Nunca sabes lo que la vida te deparará,
nunca preparado estarás.
Siempre piensa que todo puede cambiar,
siempre, bueno o malo, desprevenido lo esperarás.
Con esto que vino,
sentimientos acompañados van.
No son comunes en todos,
cada uno diferente lo sentirá.
Miedo una de mis propuestas es,
que ligada a la incertidumbre va
y juntas hacen esto más difícil de llevar.
¿Cómo vivir en incertidumbre?
Lo hice sin saber, lo hice sin comprender,
que nunca me debí adelantar
a los hechos que tenían que pasar.
¿Por qué todo me humedece los ojos?
¿Por qué no puedo parar de pensar?
Antes era feliz sin saberlo.
Ahora temo y soy consciente de ello.
Por último, me gustaría agradecer el trabajo de mi profesora este curso, ya que ha despertado
mi pasión por la escritura y la lectura, que estaban un poquito dormidas dentro de mí.
¡Muchas gracias!
Rosa Luz Lorenzo
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Con este confinamiento hemos aprendido a ser pacientes y a no desesperarnos, a valorar a
nuestros sanitarios y a otros trabajos que siempre han sido infravalorados, como los
trabajadores de supermercado y transportistas.
También ha incrementado el uso del teletrabajo, algo que antes solo el 5% de los españoles
usaba.
Claudia Lorite
A mí al principio me costó un poco escribirlo. Luego me fui acostumbrando y lo iba haciendo
mejor
También quizás como no estaba muy concentrada con esto del confinamiento, el estrés y todos
lo deberes … mi mente se quedaba en blanco, como si fuera un sueño y no me dejaba pensar
muy bien.
Pero lo importante, al final, es que me pude controlar y seguir con los trabajos como si estuviera
en el instituto.
María Martínez
Toda esta cuarentena se me ha pasado muy rápido. Me he dado cuenta de lo importante que
son mi familia y mis amigos. También he aprendido a valorar más el tiempo y a mejorar mi
organización en el instituto. Por otro lado, el simple hecho de salir con tus amigos a la calle a dar
una vuelta, antes nos parecía insignificante, pero ahora, al estar un largo tiempo encerrados en
casa, nos damos cuenta del valor que tiene.
Con respecto a las clases, no sé si las prefiero online o presenciales. Sinceramente, si tuviera que
elegir, creo que las daría online, porque yo aprovecho más el tiempo que cuando dábamos clase
en el instituto. A pesar de que no nos vemos físicamente, ya se puede quedar con amigos, así
que los veo.
Esta actividad me ha parecido muy útil y práctica ya que me ha ayudado a reflexionar sobre esta
cuarentena y a mejorar mis habilidades a la hora de redactar algo.
Lucía Meco
Gracias al diario que hemos hecho durante este confinamiento me he dado cuenta de que a lo
que a mi familia y a mi nos faltaba era tiempo juntos.
Mi hermana y yo nos hemos dado cuenta del trabajo que hacen continuamente mis padres; es
increíble lo mucho que nos quieren y que nunca me haya dado cuenta de lo mucho que trabajan
mi hermana y por mí.
También me he dado cuenta de lo importante que es mi abuela y mi tía abuela para mí; estar
dos meses sin verlas ha sido muy frustrante y, aunque hayamos hecho videollamada, nunca
sabes cuándo le pueden ocurrir algo, ya que las cosas pasan de un día para otro. Normalmente
no solía visitarlas mucho ya que no tenía tiempo, pero me he dado cuenta de que siempre hay
tiempo, así que últimamente las visito mucho y les digo lo mucho que las quiero.
Matilde Molina
El escribir este diario me ha ayudado a ver cómo hemos aguantado el confinamiento, cómo
hemos conectado con nosotros y con nuestros familiares. Me ha ayudado a desahogarme y a
expresar tanto los malos como los buenos sentimientos.
Gracias a esta tarea he aprendido a escribir y expresar emociones y sentimientos y a
reflexionar sobre el mundo.
Álvaro Muñoz
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Gracias a esta tarea he tenido momentos para desahogarme, para contar todo lo que pasaba
por mi cabeza y desconectar un poco del resto del mundo. Esta ha sido una de las tareas que
hecho durante este confinamiento que más me ha gustado hacer, ya que me gusta mucho
escribir y, sobre todo, expresar mis sentimientos. Además, he aprendido a usar de una manera
diferente el lenguaje, más profunda.
Desde mi punto de vista, esta tarea ha sido una genial idea para esta situación que hemos vivido.
Elena Rascón
El confinamiento, a decir verdad, ha cambiado drásticamente nuestras vidas; un día estábamos
en el instituto y al siguiente teníamos que estar encerrados para que el virus no se siguiera
expandiendo. Y ese no ha sido el único cambio; ahora no podemos darnos besos, ni abrazarnos,
tenemos que estar lavándonos las manos cada dos por tres por el ‘¿y si lo tengo en las manos y
no lo sé? Pero ese no es el único ¿y si?, también está el ‘¿y si al hablar contigo “lo pillo”?, ¿y si
“lo pillo” al ir a comprar el pan?, ¿y si lo que me estoy comiendo está contaminado por el virus?
Todas estas semanas me he dado cuenta de lo que echo de menos el darle un abrazo a mi abuela,
el hacer el tonto en los intercambios de clase, pero sobre todo el no poder salir con la misma
tranquilidad de antes, porque, a pesar de que nunca he sido una persona de estar fuera de su
casa todo el tiempo, echo de menos el poder salir con mis amigas para despejarme o
simplemente porque nos apetecía salir.
Alba Mª Salas
Esta tarea ha hecho que me conozca mejor a mí misma, pues jamás he escrito un diario sobre
mis reflexiones, pensamientos e inquietudes, por lo tanto, esto ha sido algo nuevo para mí.
Con este diario he aprendido a valorar lo que tengo en mi vida, creo que soy afortunada y he
descubierto que, sin salir a la calle, sin ir de compras, sin el estrés diario de las actividades
extraescolares, me puedo sentir llena y feliz. A veces nos preocupamos por cosas que realmente
no tienen importancia como que se estropee el móvil, que “si fulano me ha hablado mal”, que
si “qué estrés por los exámenes” …
Estar las 24 horas con mi familia en casa, sanos y salvos, es una bendición, debemos sentirnos
afortunados. Yo jamás me he sentido “encerrada”, me he sentido “a salvo”.
Escribir este diario me ha gustado mucho, me relaja realizar tareas creativas y así desconecto un
poco de los ejercicios “normales” que se suelen mandar. La valoración es positiva, pues con este
tipo de actividades se reflexiona sobre cómo somos y actuamos y qué cosas valoramos
realmente.
Esther Torrellas
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Durante estas diez semanas he vivido muchas cosas que jamás pensé que me podían pasar.
Creo que te he contado cómo me he sentido estos meses: días de miedo, de preocupación, de
emoción, de esperanza, de alegría, de risas...
Mis padres han sido lo más importante. Los tres juntos hemos conseguido que los días acabaran
siempre con una sonrisa.
Me gusta escribir y este diario ha hecho que todas las semanas me sentara con un papel en
blanco para poder expresar lo que estaba viviendo. No siempre ha sido fácil porque muchos días
eran iguales y muchas semanas eran muy parecidas.
El tener que sentarme a escribir me hacía valorar las cosas a las que a veces no le damos
importancia y las convertía en algo especial.
El viernes salí por primera vez con mis amigos y me resultó más difícil hablar que escribir. Era
demasiado lo que tenía que contarles y muy poco el tiempo que pasamos juntos.
Estoy segura de que seguiré escribiendo y creo que, con la práctica, volveré a hablar tanto como
lo hacía antes.
Muchas gracias por todo Seño ♡
Camila Vera