La economía colonial en América y Chile estaba caracterizada por el monopolio comercial español, que prohibía el comercio con otras naciones. Esto llevó a altos precios y contrabando. La principal actividad económica era la agricultura en grandes propiedades, donde se cultivaban cereales, viñedos y se criaban ganado. Los peones e inquilinos trabajaban en estas actividades agrícolas y ganaderas.