Finlandia tiene un sistema educativo descentralizado donde cada escuela tiene autonomía y los profesores y estudiantes participan en la planificación. La educación es gratuita y de alta calidad, con profesores muy bien capacitados y remunerados. En Ecuador, el sistema está centralizado y enfocado en cumplir con planes del Ministerio de Educación, lo que ha llevado a bajos niveles de calidad y respeto hacia los profesores.