La educación japonesa se basa en la transmisión estricta de valores y tradiciones desde una edad temprana, con un énfasis en la homogeneidad y el respeto a la autoridad. Los niños asisten a guarderías y jardines de infantes antes de la escuela primaria obligatoria, donde aprenden materias académicas y tareas domésticas. Luego asisten a la secundaria elemental y superior con una carga académica más pesada antes de ingresar a la universidad para especializarse en una carrera.