El realismo surgió a mediados del siglo XIX como reflejo de la realidad de la época y en ruptura con las idealizaciones académicas. Artistas como Millet, Courbet y Gisbert retrataban escenas de la vida cotidiana del campo y la ciudad, así como temas sociales como el trabajo, la pobreza y la hipocresía social, en lugar de temas heroicos o románticos.