La fuerte y definitiva oposición de la Teoría de las relaciones humanas (con su énfasis profundo en las personas) en relación con la Teoría clásica (con su énfasis profundo en las tareas y en la estructura organizacional) caminó lentamente hacia una segunda etapa: la Teoría conductista. Esta última representó un nuevo intento de síntesis de la teoría de la organización formal con el enfoque de las relaciones humanas.