Tres pueblos asolaron Europa en la Edad Media: los vikingos, magiares y sarracenos. Los reyes eran débiles y pidieron ayuda a la nobleza a cambio de tierras, dando lugar al sistema feudal donde los campesinos buscaban protección de los señores feudales a cambio de trabajo. La sociedad se organizó en torno a la propiedad de la tierra y el poder recayó en los reyes y nobles.