La extinción es una técnica para reducir o eliminar conductas mediante la omisión del refuerzo que sigue a una respuesta. Esto causa una disminución en la tasa de respuesta e incrementa la variabilad, pero no altera la estructura básica de la conducta. La extinción crea asociaciones inhibitorias entre el estímulo y la respuesta, y puede tener efectos emocionales como consecuencia de la frustración de no recibir el refuerzo esperado.