Las hemorragias del segundo trimestre, definidas como sangrado vaginal entre las semanas 13 y 26 de embarazo, representan un mayor riesgo para la salud materna y fetal durante este período. Las principales causas incluyen problemas placentarios y del cuello uterino. La evaluación inicial considera la magnitud del sangrado, exámenes clínicos, ecografías y diagnósticos presuntivos, y el manejo depende de factores como la edad gestacional, causa del sangrado, severidad y estado fetal.