Horizontes de esperanza. Aspecto social del ingreso del adolescente.
XX Jornada de Atención Integral Infanto-Juvenil de Andalucía
H.U. Reina sofía - CÓRDOBA
17 de Febrero de 2014
Horizontes de esperanza. Aspecto social del ingreso del adolescente
1. HORIZONTES DE ESPERANZA
ASPECTO SOCIAL DEL INGRESO DEL ADOLESCENTE
RODRÍGUEZ OTERO CLARA MARÍA; BARCIA RUIZ JOSÉ MARÍA; OTERO MUÑOZ LUISA
Centro: Hospital Infanta Margarita. Área: Unidad de Gestión Cínica de Pediatría Interniveles
Conclusiones:
La nueva ley sobre la ampliación de hospitalización en Pediatría hasta la mayoría de edad, permite alcanzar unos objetivos que puede suponer un avance social y sanitario importante.
Introducción y Objetivos: El IV Plan Andaluz de Salud propone una reducción de las desigualdades sociales en la salud.
El decreto 246/2005 del 8 de noviembre regula el ejercicio del derecho de las personas menores de edad a recibir atención sanitaria en condiciones adaptadas a las necesidades propias de su edad y desarrollo.
Con el objetivo de reducir las desigualdades mencionadas, en el Hospital Infanta Margarita de Cabra, con respecto a los adolescentes con enfermedades crónicas, se trabaja por minimizar el impacto que tales desigualdades puedan conllevar de negativo.
Material y Métodos:
El presente trabajo se enmarca dentro de la experiencia que se analiza por comparación de dos realidades. Una, ingreso en Medicina Interna de una adolescente con una enfermedad crónica. Dos, se le traslada a la Unidad de Pediatría.
Resultados y Discusión:
Sobre la primera realidad: Tras semanas en la Unidad de Medicina Interna la joven se ve desanimada, triste, tanto por su enfermedad como por la convivencia con personas mayores. Deambula por los pasillos, “atada” a su bomba de suero que le sirve de compañía.
Sobre la segunda realidad: La situación es la antítesis de la anterior. La joven ve como niños pequeños incluso bebés, que a pesar de sus enfermedades, siguen adelante con la sonrisa o la risa abierta consciente o inconsciente de los niños que son. Esto le levanta el ánimo; y la bomba de suero, el compañero triste de los pasillos lo cambia por los pequeños de su nueva unidad, sirviendo de apoyo y cariño mutuos. Unos se sienten protegidos y ella se ve como protectora, dejando un poco de lado su enfermedad.