El documento contrasta los enfoques pedagógicos tradicional y actual, señalando que el tradicional se basaba en la autoridad del maestro y la transmisión de conocimientos, mientras que el actual respeta la naturaleza infantil, promueve la construcción del aprendizaje, la diferenciación y la creatividad. También menciona que Piaget criticó el modelo conductista tradicional y que los cambios educativos del proceso democratizador incluyeron la creencia en la identidad infantil y el constructivismo en la enseñanza.