Este documento describe el juego My Talking Tom, en el cual los jugadores cuidan y juegan con un gato virtual. El juego ha evolucionado desde su lanzamiento en 2010 y ahora permite a los jugadores alimentar, bañar y jugar con su mascota virtual, así como participar en minijuegos que desarrollan habilidades como la memoria y la coordinación. El documento también analiza cómo el juego puede fomentar la responsabilidad en los niños y apoyar su desarrollo, aunque también plantea que puede aislarlos si se vuelve