Kant intentó establecer si la metafísica podía existir como ciencia. Planteó que el conocimiento se compone de un elemento a priori, que son las formas y estructuras mentales con las que organizamos la experiencia, y un elemento a posteriori, que proviene de los datos sensibles. Según Kant, la metafísica no puede ser una ciencia porque sus objetos, como el alma, el mundo o Dios, no pueden ser conocidos directamente, aunque cumple una función reguladora al señalar los límites del conocimiento basado en la experiencia.