1) El documento discute las tendencias y desafíos de la educación médica, incluyendo la necesidad de cambiar el enfoque biologicista tradicional hacia uno más holístico e interdisciplinario. 2) También analiza la evolución de los modelos educativos médicos desde Flexner hasta la actualidad, con un énfasis creciente en las ciencias sociales, la atención primaria y las necesidades de la comunidad. 3) Finalmente, examina los desafíos específicos de América Latina como la brecha entre la formación
1. La educación Médica: Tendencias y desafíos
Juan Carlos Morales Ruiz
MD Magister en Educación
EL PANORAMA MUNDIAL
Las raíces de la crisis actual del ejercicio de la medicina deben buscarse en el paradigma
biologicista que aún se encuentra vigente. Se acusa a la medicina de ser deshumanizada
cuando en su intervención técnico-científica no considera en su total integridad a la
persona desconociendo las dimensiones ontológicas que la constituyen. Con el método
científico positivista desde mediados del siglo XIX se aceptó la medicina como ciencia
natural, suprimiéndose de la formación del médico la filosofía y las ciencias sociales. El
mecanicismo, al considerar al cuerpo como una máquina en su estructura y
funcionamiento, permitió el avance del conocimiento objetivo en sus componentes celular
y molecular, logrando éxitos insospechados, pero parcializados, en el intento de lograr la
salud.
Las nuevas concepciones de la profesión y la evolución histórica de los derechos
humanos, unida a otros cambios de la sociedad, exigen un replanteamiento del paradigma
dualista cartesiano. En consecuencia surge el movimiento bioético que pretende conciliar
el paralelismo científico, cultural y humanístico o al menos tender un puente de reflexión
entre ellos. Los principios de beneficencia, no maleficencia, autonomía y justicia aplicados
a la práctica de la medicina están inmersos en la reflexión moral filosófica, jurídica,
religiosa y cultural, y se extienden a todas las experiencias de la vida y la naturaleza en
una ética de solidaridad planetaria.
Desde esta mirada es válido contextualizar los aspectos más relevantes del siglo anterior
y los desafíos del nuevo milenio, a fin de considerar las necesidades y prioridades para la
formación de profesionales médicos capaces de dar respuesta efectiva a las actuales y
futuras demandas de salud de la población colombiana.
Los planes de estudios adoptados inicialmente para la formación médica respondieron al
modelo paradigmático enunciado por Abraham Flexner (1866 – 1959), quien consideró al
individuo como el centro de la atención médica y analizó la problemática de la salud con
un fuerte énfasis en los procesos individuales, lo cual restó importancia al estudio de los
contextos sociales, comunitarios y/o familiares.
Los postulados de Flexner establecieron requerimientos como el hospital universitario
para cada escuela de medicina prestando enorme importancia al desarrollo de las
especialidades y sub-especialidades médicas, y al crecimiento de las condiciones
materiales y tecnológicas para el desarrollo de las mismas, a la vez que consideraron
impropio para la educación médica el recurso de unidades periféricas al hospital (puestos
y centros de salud) y desaprobaron la asistencia ambulatoria en los hospitales por
considerar difícil e insatisfactorio el control de los pacientes ambulatorios.
2. Estos principios, válidos en la época, por cuanto el hospital universitario permitía el
ejercicio integral de la función docente, sentaron las bases para la formulación de los
planes de estudio de medicina que aún hoy en día se mantienen en la mayoría de
escuelas a pesar de los cambios científicos y sociales que se han sucedido desde
entonces. Así vemos como en un gran número de facultades y carreras de medicina
persiste un fuerte carácter biologicista centrado en la enfermedad que privilegia casi con
exclusividad las prácticas en el hospital universitario y concede poca relevancia al ámbito
familiar y comunitario como escenario de práctica formativa.
Si bien la intención de Flexner al insistir en la fundamentación científica era la de
garantizar el buen desempeño médico a favor de los individuos enfermos, desconoció el
aporte de las ciencias sociales para la comprensión de las patologías. Desde la
postguerra de 1944 época en que lanzó sus postulados, se establecieron seis años de
duración de la carrera, los tres primeros dedicados a las ciencias básicas (reduciendo las
mismas a las ciencias naturales), y los otros a la formación clínica.
Posteriormente, hacia los años 60 del siglo pasado se comenzaron a incorporar los
conceptos y el lenguaje de la salud pública planteando la importancia de los equipos de
salud, la relación de las facultades de medicina con las necesidades de salud de la
comunidad y el tipo de médico que necesita el país. Ligado a ello se comenzó a hablar de
la necesidad de la planificación, el diseño curricular y las propuestas de las facultades y
centros de ciencias de la salud, para instrumentar programas de integración de la
educación en las diferentes profesiones de la salud.
El modelo de formación médica tradicional se vio cuestionado por las patologías
hospitalarias en contraste con las necesidades de salud y la calidad de vida de la
sociedad y comenzó a gestarse una propuesta de cambio de paradigma en la formación
médica, para la cual fue determinante la Conferencia Internacional sobre Atención
Primaria en Salud, APS, realizada en Alma Ata en 19781
. Allí se plantearon por primera
vez a nivel internacional acciones concretas para lograr la modificación en el modelo de
formación y desempeño profesional médico.
Posteriormente, la Conferencia Mundial sobre Educación Médica (Edimburgo 1988)
planteó las dimensiones educacionales (curriculares) de la práctica universitaria, sus
implicaciones individuales en la actividad profesional y la extensión de los espacios
institucionales de formación, haciendo algunas recomendaciones sobre factores a tener
en cuenta en la educación médica, tales como los entornos educativos pertinentes, el
currículo basado en las necesidades de salud, la importancia de la promoción de la salud
y la prevención de la enfermedad, el aprendizaje activo durante toda la vida, el
aprendizaje basado en competencias, los profesores capacitados como educadores, la
integración de las ciencia básicas con las clínicas, la participación de los estudiantes y la
comunidad en la planificación y evaluación de la educación médica, estrategias y métodos
de enseñanza y aprendizaje específicos para medicina, entre otros.
1 Informe de la conferencia sobre atención primaria a la salud. Declaración de Alma Ata. “Salud
para todos en el año 2000”. OMS, Ginebra (1978).
3. En los últimos años, la tendencia de la educación médica gira en torno al fenómeno de la
globalización y a la necesidad de incorporar en el proceso de formación de los futuros
profesionales, competencias requeridas para el ejercicio de dicha actividad en los ámbitos
local, regional, nacional y global, habiéndose definido en el año 1999, los referentes
mundiales a este respecto por parte del IIME.
De acuerdo con este trabajo, el Comité Nuclear ha definido los requisitos globales
mínimos esenciales en torno a siete dominios, que fueron identificados en un proceso de
revisión bibliográfica y consulta con expertos, considerados como pilares de la formación
médica e indispensables en las competencias de salida de los médicos:
1. Valores, actitudes, conducta y ética.
2. Bases científicas de la medicina.
3. Habilidades Clínicas.
4. Habilidades comunicativas.
5. Salud poblacional y Sistemas Sanitarios.
6. Gestión de la Información.
7. Pensamiento crítico e Investigación.
De acuerdo con los expertos del IIME, los métodos utilizados para la enseñanza de la
medicina y las estrategias pedagógicas que los operacionalizan pueden variar de una
facultad a otra, sin embargo las exigencias en torno al desarrollo de las competencias han
de ser equivalentes, hecho que no implica la uniformidad global de los currículos pero sí la
garantía de que los futuros médicos hayan adquirido las capacidades educacionales
básicas señaladas por el Instituto.
En el mismo sentido, las políticas de la Asociación Médica Mundial respecto al tema,
adoptadas por la Asamblea Mundial de la Asociación en Pilanesberg, Sudáfrica en
Octubre de 2006, incluyen los siguientes aspectos:
• La naturaleza dinámica y evolutiva de la profesión médica.
• La importancia del conocimiento médico, la ética y la responsabilidad social del
ejercicio de la medicina.
• La importancia de las ciencias sociales y humanas en la formación de los futuros
médicos.
• La necesidad de llevar a cabo procesos exigentes de selección para el ingreso a las
Facultades de Medicina.
• La relevancia de contar con los recursos educacionales necesarios para cumplir con el
proceso educativo.
4. • La responsabilidad de las Universidades de contar con unidades educativas
estructuradas para alcanzar el máximo grado de calidad en la formación de los
estudiantes de medicina y garantizar que sean competentes en el ejercicio de la
profesión.
LA EDUCACIÓN MÉDICA EN AMÉRICA LATINA
Para abordar el análisis de los problemas de formación de recursos humanos en salud,
es necesario tener en cuenta la crisis económica acumulada en la región de las Américas,
agravada por el incumplimiento de los plazos de pago y la enorme generación de
intereses que merman las capacidades de los gobiernos en la prestación de los servicios
públicos y el desarrollo social de la población, porque precisamente esta crisis histórica ha
sido el antecedente o el catalizador de diversos procesos de reforma, uno de los cuales,
de relevancia especial, es la reforma del Estado y de la administración pública, que a su
vez ha conllevado a reformas de los sectores laboral, educativo y de salud.
Las razones que se aducen a favor de las reformas del sector salud instrumentadas en los
últimos años en diversos países de la región, mencionan la búsqueda de servicios de
mayor calidad, cobertura y accesibilidad. Sin embargo, existen factores de impulso a
distintas acciones de reforma no siempre explícitos, como la aplicación de políticas
económicas de ajuste en países con deudas públicas significativamente importantes.
Como quiera que sea, es indudable que los procesos de reforma plantean dificultades y
retos en la formación del recurso humano en salud. La Organización Panamericana de la
Salud, OPS, en su documento “Los cambios de la profesión y su influencia sobre
educación médica” 2
se pronunció frente a temas como la reducción del Estado y su
impacto desfavorable en los sectores sociales, las políticas de ajuste estructural, la
colectivización del trabajo médico en reemplazo de la práctica laboral privada, la
significativa incorporación tecnológica y el aumento incontrolable del costo de la atención
a la salud, a la vez que resaltó la importancia de los procesos de democratización y
construcción de ciudadanía para ejercer el derecho a la salud.
Dentro de los múltiples problemas que enfrenta la educación médica destaca el desfase
entre el perfil de formación y las políticas públicas de salud, la ausencia de enseñanza de
las ciencias sociales a los profesionales de salud, la rigidez y obsolescencia de los
modelos pedagógicos vigentes, el escaso compromiso de las instituciones de salud en la
formación del recurso humano, el poco compromiso de la universidad con la sociedad, el
escaso avance de la enseñanza de la investigación, la escasez de escenarios para la
formación práctica, los problemas de relación docencia-servicio y la baja acreditación de
los escenarios de práctica.
2 Rodríguez M (1994). “Lo biológico y lo social. Su articulación en la formación del personal de
salud”, en Serie de desarrollo de recursos humanos, N. 101. OPS. Washington.
5. Por último la OPS advierte sobre la importancia de superar la contradicción entre la
formación de especialistas y generalistas, lo cual obliga a la Educación Médica a
cuestionar el criterio médico de la calidad basada en un condicionamiento tecnológico que
afecta tanto la ética profesional como la equidad. Para ello propone la integración de las
actividades docente-asistenciales en el marco de la estrategia de Atención Primaria de la
Salud, como una inmejorable oportunidad de investigación y aprendizaje de los problemas
de salud de la población y de demostrar el compromiso de la universidad con la sociedad.
También en otros ámbitos internacionales y educativos se han esbozado alternativas
como la de modificar el paradigma en la formación y en la práctica de los profesionales de
salud, entendiendo la salud dentro de una dimensión social amplia y buscando
transformaciones en el hombre y en la sociedad.
Se ha abogado por integrar en los programas de enseñanza las ciencias sociales y la
investigación, por revisar y transformar los modelos pedagógicos, equilibrar el contenido
de los planes de estudio, establecer cambios en la relación docencia-servicio
garantizando instalaciones hospitalarias y ambulatorias suficientes para la formación
clínica que incluyan los centros de atención primaria y otros ámbitos comunitarios para la
formación en servicio de los alumnos. Un asunto de importancia fundamental es
establecer incentivos a los docentes que les permitan formarse y actualizarse en
pedagogía, capacitarse en nuevas tecnologías de información y comunicación así como
en sus saberes disciplinares.
En el ámbito de la educación, se ha registrado el surgimiento de nuevos paradigmas
antes no considerados. Así, se puede mencionar el aprendizaje autónomo-colaborativo, el
aprender a aprender y el aprender a ser, como expresiones de las nuevas realidades en
las que el ser humano se mueve actualmente y se prevé lo hará en los próximos años
(UNESCO).3
En el tema de las competencias, el 29 de junio de 1999 se realizó en Río de Janeiro
Brasil, la Primera Cumbre entre los Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el
Caribe y la Unión Europea con el objetivo de fortalecer los vínculos de un entendimiento
político, económico y cultural entre las dos regiones a fin de desarrollar una asociación
estratégica entre ambas. Para ello declaran entre otros enunciados que reiteran el
compromiso para una relación sólida en la esfera educativa, cultural y humana, resaltando
que la educación, por una parte, es factor importante en el logro de la igualdad social y el
progreso científico y tecnológico y por otra, en la formación profesional de los trabajadores
de todas las edades y puedan aprovechar las oportunidades de empleo.
En el escenario de los anteriores planteamientos se acordó “considerar el fortalecimiento
de la cooperación educativa como un reto especial, con particular énfasis en la educación
básica, en la formación profesional y en la cooperación entre las instituciones de
3 UNESCO (1998). Declaración Mundial sobre Educación Superior en el siglo XXI, Conferencia
Mundial sobre Educación Superior, París.
6. educación superior, incluyendo las universidades y la educación a distancia y tomando en
cuenta las necesidades particulares de cada una de las sociedades”. También se asumió
el compromiso de impulsar el acceso a la educación y formación profesional con la
responsabilidad de cada país de proporcionar una educación adecuada a todos sus
ciudadanos.
En octubre del año 2002, se realiza en la ciudad de Córdoba España, la IV Reunión de
seguimiento del Espacio de Enseñanza Superior UEALC, de donde surge la propuesta de
elaborar un proyecto similar al de Europa para América Latina, mismo que en el año de
2003 se presenta a la Comisión Europea como un trabajo intercontinental debido a que es
un proyecto que retoma la experiencia europea y es enriquecido por aportaciones
académicas tanto europeas como latinoamericanas.
En este proceso surge el proyecto “6 x 4 UEALC que refiere al trabajo de seis profesiones
(Administración, Ingeniería Electrónica, Medicina, Química, Historia y Matemáticas) en
cuatro ejes (Competencias profesionales, créditos académicos, evaluación y acreditación
y formación para la innovación y la investigación): un diálogo universitario”
En este proyecto se encuentran intenciones como las de “impulsar la participación
comprometida y decidida de las universidades, las organizaciones de educación superior,
las organizaciones profesionales, las agencias de evaluación, acreditación, análisis
curricular, equivalencia de créditos, certificación y formación para investigación e
innovación de América Latina y el Caribe y de la Unión Europea.
Así también se propone desarrollar perfiles profesionales en términos de competencias
genéricas y específicas de cada área de estudio; facilitar la transparencia en las
estructuras educativas e impulsar la innovación; crear redes; intercambiar información
sobre el desarrollo de la currícula, crear puentes entre las universidades y otras
instituciones para crear convergencias y contar con un diagnóstico general sobre la
educación superior en América Latina, así como la elaboración de cuatro documentos de
trabajo para la discusión, la reflexión y debate entre los participantes.
El proyecto Alfa Tuning, retoma los conceptos básicos y metodología del proyecto Tuning
Educational Structure in Europe, y para lograr los propósitos y objetivos antes
mencionados, programa también el desarrollo de cuatro líneas de acción 1) competencias
genéricas y específicas, 2) Enfoques de enseñanza, aprendizaje y evaluación, 3) Créditos
académicos y 4) calidad de los programas.
Sobre las competencias genéricas, se busca identificar aquellos atributos compartidos
que pudieran generarse en cualquier titulación y que son considerados importantes por la
sociedad además de ser comunes a todas o casi todas las titulaciones.
Las competencias específicas son las que se relacionan con cada área temática, y tienen
una gran importancia para cualquier titulación por que están específicamente relacionadas
7. con el conocimiento concreto de un área temática. Se conocen también como destrezas y
competencias relacionadas con las disciplinas académicas y son las que confieren
identidad y consistencia a los programas.
En relación a la segunda línea sobre los enfoques de enseñanza, aprendizaje y
evaluación, implica un trabajo a profundidad que consiste en traducir las competencias
genéricas y específicas en actividades dentro del proceso de enseñanza, aprendizaje y
evaluación. Por lo que se sugiere visualizar los métodos en cada uno de estos
componentes que serán los más eficaces para el logro de los resultados del aprendizaje y
las competencias identificadas.
De ahí la importancia de que en este momento cada estudiante experimente diversos
enfoques, tipos y métodos de enseñanza y aprendizaje y tenga acceso a diferentes
contextos de aprendizaje. Es importante resaltar que los conceptos: resultados de
aprendizaje y competencias, dentro de la metodología Tuning, son los elementos más
significativos en el diseño, construcción y evaluación de las cualificaciones.
En la tercera línea de acción sobre los créditos académicos, se lleva a cabo una reflexión
sobre la vinculación de las competencias con el trabajo del estudiante, su medida y
conexión con el tiempo calculado en créditos académicos. La cuarta línea referente a la
calidad de los programas, refiere a la necesidad de integrar nuevas formas de enseñanza
y aprendizaje por parte de los profesores, lo cual implica también diferentes métodos y
criterios de evaluación.
LA EDUCACIÓN MÉDICA EN COLOMBIA
En el contexto colombiano, se hace imprescindible definir modelos de atención en salud
que sirvan como eje para el desarrollo de estrategias innovadoras de formación, que
fomenten un enfoque holístico de la salud, integrador de las dimensiones biológicas,
ambientales y sociales en que se desarrolla la vida, y fortalezcan la capacidad resolutiva
de los niveles primarios, así como la continuidad e integralidad del proceso de atención.
Por tanto, el fortalecimiento de programas de medicina familiar y comunitaria, atención
primaria en salud y salud familiar, constituyen una prioridad.4
Aunque se han hecho esfuerzos por cambiar el modelo de práctica en todas las
disciplinas de la salud, la formación de profesionales se sigue concentrando en el medio
hospitalario. El establecimiento de nuevos escenarios de práctica y nuevos centros de
formación distintos al clásico hospital y centros de prácticas formativas, exige replantear la
relación existente entre las instituciones educativas y los centros asistenciales.
4 Ministerio de Salud (Ministerio de Protección Social) (2002). La formación de personal de salud
en Colombia un reto al futuro, Tecnopress ediciones Ltda.
8. La relación entre el personal médico general y el especializado implica un replanteamiento
del ejercicio mismo del poder gremial actualmente en manos de las especialidades
médicas. La coyuntura social del país exige la creación de una fuerza laboral que logre
fortalecer el primer nivel de atención: necesitamos más médicos generales bien
fundamentados y menos especializados. En entornos distintos al colombiano, el médico
general no solo resuelve un alto volumen de casos sino que además gestiona los recursos
que para ello se requieren. No se trata de reemplazar al profesional especializado, por el
contrario, hay que ubicarlo en los lugares que le corresponde, como son los entornos con
alta complejidad tecnológica, donde se tratan las condiciones más infrecuentes y
complejas.
A medida que la sociedad se transforma y el conocimiento avanza, se modifican también
los roles profesionales y técnicos. Analizar la vigencia de las actuales funciones constituye
un nuevo reto del personal de salud. La introducción de nuevas tecnologías, tanto en el
campo de la salud como de las comunicaciones y la informática, exige el replanteamiento
constante del rol laboral en cada ocupación.
Los escenarios de la práctica profesional del futuro serán cada vez más tecnificados y
necesitarán de un personal más capacitado en el manejo de bases informáticas y para la
toma de decisiones altamente informadas. Debido a la transición epidemiológica, los
perfiles de morbimortalidad de los países están convergiendo en muchos aspectos y
Colombia no es la excepción5
. La esperanza de vida, a pesar de sus limitaciones
evidentes, tiende a aumentar y la población envejece lenta pero progresivamente al
tiempo que se incrementan las enfermedades crónicas y degenerativas, un patrón que
coexiste con los riesgos tradicionales dados por las enfermedades infectocontagiosas, la
desnutrición y la marginalidad social. La formación del personal de salud debe contemplar
estos aspectos y preparar profesionales idóneos no solamente para comprender la
naturaleza cambiante del binomio salud-enfermedad, sino adicionalmente para enfrentar
situaciones distintas dentro de un mismo entorno social, cultural y económico.
Un análisis rápido de los indicadores de demanda de consultas ayudan a orientar el
rumbo que nosotros como universidad debemos dar a la formación médica. Si bien los
indicadores dependen del grupo de edad6
, se calcula que el índice de demanda de
consulta año de la población colombiana es de 50 %, es decir que sin tener en cuenta las
barreras de acceso, la mitad de la población demanda al menos una consulta por
enfermedad al año. Adicionalmente, los indicadores de hospitalización para la población
general son mucho más bajos, del orden de 5% y los exámenes de tercer y cuarto nivel
son mucho menores.
5 En Colombia la expectativa de vida es de 75.3 años para las mujeres y 69.2 para los hombres.
Situación de salud en Colombia. Indicadores de Salud, MPS-OPS (2004).
6 El índice de consulta año para los menores de 1 año es tres veces/año, entre 1 - 4 una
vez/año, entre 2- 5 una vez/2 años, entre 5-9 consulta 0.2%, entre 10-49 una vez/año aunque en el
caso de los hombres es una vez cada 5 años, y entre 60 y más vuelve a ser tres veces/año como
en los menores de 1 año. OPS-MPS, Op. Cit. 2004
9. Por otra parte, una de las razones para la baja demanda en este nivel se debe a los
planes de beneficio diferenciales de las Aseguradoras que niegan intervenciones y
exámenes de alta complejidad y tecnología al régimen subsidiado mientras los favorecen
para quienes tienen mayor capacidad de pago. Pero aún así, los indicadores de
demanda permiten constatar que el grueso de las consultas de la población está en
enfermedades que pueden ser resueltas en los niveles I y II de atención, y ese es el
campo laboral en que van a moverse nuestros egresados..
En ese orden de ideas, es necesario dedicar todas nuestras energías hacia la formación
de nuevas generaciones de médicos que estén en capacidad de dar atención integral a
las necesidades básicas de salud de la población en lugar de dedicar esfuerzos sin mayor
costo-beneficio a la atención de enfermedades de alta complejidad, que deben ser
emprendidas por los especialistas.
La sociedad del futuro será cada vez menos tolerante con el error, más informada y
consciente y exigirá de las instituciones formadoras la rendición de cuentas y la garantía
de un producto idóneo. Esto implica capacitar permanentemente su cuerpo docente,
mantener actualizados los enfoques, contenidos y metodologías educativas y estar cada
vez más en contacto con las necesidades y realidades de los servicios de salud.
Finalmente, no se debe olvidar que existen valores fundamentales y principios éticos que
caracterizan el ejercicio de las disciplinas de la salud, más que científicos teóricos, la
sociedad demanda profesionales conscientes de sus responsabilidades en la generación
de bienestar y calidad de vida para la población.
En el año 2001, el Consejo Directivo de ASCOFAME planteó algunas recomendaciones
para el desarrollo de las actividades académicas que fundamentan la formación médica
en Colombia, incluyendo las siguientes:
• El pregrado debe conducir a la formación de un médico general integral con alta
capacidad resolutiva y de desempeño en el contexto nacional, con capacidad de
adaptación a cambios en el contexto local y nacional, así como a las condiciones de
desempeño y formación a nivel internacional.
• El pregrado no puede ser considerado como una plataforma de formación
especializada temprana, lo cual no significa que no pueda existir un componente
flexible que permita orientar y fortalecer vocacionalmente al estudiante hacia su futuro
desempeño profesional.
• Es importante contar con un currículo nuclear, o contenidos temáticos nucleares que
le den identidad al médico general que se está formando y faciliten los aspectos
relacionados con intercambios nacionales e internacionales. Este núcleo curricular
podría ser definido por ASCOFAME en correspondencia con los estándares
internacionales.
• Es necesario y deseable que cada facultad de medicina imprima su sello particular en
sus egresados a través del componente flexible o complementario de sus planes de
estudio, lo cual no es limitado por lo concluido en los tres primeros puntos.
• El internado es y debe seguir considerándose la etapa culminante de la formación de
pregrado de un médico general integral. Por lo tanto no puede considerarse como algo
10. aparte del pregrado, sino la parte final del mismo y por lo tanto debe estar armonizado
curricularmente con toda la carrera. Es igualmente la etapa en la cual la universidad
concreta la formación del médico que pretende de acuerdo con el perfil que ella ha
definido.
En octubre de 2002, ASCOFAME estableció las siguientes orientaciones sobre la
construcción de un currículo nuclear:
“Las ciencias médicas han tenido a través del tiempo admirables adelantos en lo
relacionado con el descubrimiento de las causas de muchas enfermedades antes
ignoradas, de los agentes productores y transmisores, del tratamiento eficaz y muy
especialmente de la manera de evitarlas a través de la promoción de la salud y
prevención de la enfermedad, haciendo énfasis en los factores de riesgo, las
vacunaciones preventivas contra un sin número de enfermedades infecciosas y su
tratamiento con antibióticos cada vez más efectivos contra ellas.
Los adelantos en las técnicas quirúrgicas como la cirugía de transplantes de órganos, la
cirugía endoscópica, la imagenología diagnóstica cada vez más sofisticada y precisa, los
avances en biología molecular y en los últimos días la revolución que está causando el
descubrimiento del genoma humano y la incidencia que tendrá en el diagnóstico,
prevención y tratamiento de múltiples enfermedades plantean importantes retos para la
educación médica.
Lo anterior nos indica que la educación médica cada día se hace más compleja y difícil
sobre todo si se tiene la idea que todo debe ser aprendido por el estudiante lo cual a la luz
de los conocimientos actuales es imposible. La universidad no puede enseñarlo todo; la
universidad, según Venturelli, debe aprovechar la oportunidad de formar a un individuo
capaz de formularse preguntas y encontrar respuestas.”
Es necesario que las escuelas de medicina determinen por consenso, cuáles son los
fundamentos básicos y esenciales que deben los estudiantes aprender y asimilar durante
su permanencia en el programa. El desarrollo de la biología molecular ha permeado todas
las ciencias básicas tradicionales y se constituye en la base fundamental de la
comprensión del funcionamiento normal y patológico del organismo, así como de su
interacción con agentes externos, sean estos biológicos, físicos o químicos. La
fundamentación básica científica sustenta el quehacer del médico.
Uno de los principales problemas de la educación médica actual es haber debilitado,
olvidado o menospreciado la clínica, entendida esta como la capacidad de abordar al
paciente desde una perspectiva integral con base en una sólida formación semiológica, la
que es indispensable en la formación del médico independientemente del progreso de la
ciencia y tecnología.
Los elementos integradores entre las ciencias básicas y clínicas se constituyen en un eje
central de la formación: en este sentido vemos de principal relevancia el papel que juegan
la semiología y la epidemiología clínica (incluida la Medicina Basada en la Evidencia). La
semiología nos obliga a pensar, a analizar, a discurrir y a sintetizar. Sin embargo, esta
parte de la formación está siendo cada día más postergada y con la tendencia a buscar el
camino más fácil en presencia del enfermo, enviándolo rápidamente a un sin número de
11. exámenes de laboratorio o de imágenes, sometiéndolo a múltiples idas y venidas que lo
asustan, lo fatigan y lo impresionan, además de ocasionarle significativos gastos, que
muchas veces no puede afrontar, terminando por tenerle miedo al médico, no utilizar más
sus servicios, dejar avanzar la enfermedad o recurrir a las medicinas alternativas, las que
han tomado un auge impresionante en nuestros días.
El desarrollo del juicio clínico es indispensable para determinar un diagnóstico y definir la
conducta a seguir. Por otra parte, la epidemiología clínica, por su parte, nos permite
desarrollar un dominio del método científico aplicado a la actividad clínica, tanto en la
prestación de servicios personales de salud, como en la investigación para permitirle al
médico evaluar de forma independiente la evidencia científica e incorporarla a su práctica,
y producir investigación científica relevante y valedera. Igualmente una actitud científica
frente a la evidencia con base en la cual se toman decisiones en salud lo cual le permitirá
evaluar de manera más adecuada la información clínica, lo que a su vez deberá reflejarse
en tomas de decisiones informadas y empleo racional de los recursos de salud.
La enseñanza de las ciencias clínicas deberá centrarse en aquellas competencias
fundamentales que requiere un médico general y que deben ser construidas con base en
el perfil epidemiológico y demográfico del país, así como en la capacidad del médico de
abordar integralmente al ser humano desde las perspectivas de protección (promoción y
prevención), y recuperación (diagnóstico, tratamiento y rehabilitación) de la salud, desde
una aproximación nosológica, por sistemas o por resolución de problemas, pero centrada
en lo que el médico general debe y puede hacer.
Finalmente todo el proyecto educativo debe estar cimentado en sólidas base éticas y
bioéticas. En resumen la propuesta de currículo nuclear se concreta en dos ejes
transversales y permanentes de la formación del médico:
• Ética y bioética como base de la fundamentación humanística.
• Biología Molecular como base de la fundamentación científica.
Y dos bloques integradores entre la formación en ciencias básicas y la formación en el
área clínica:
• Semiología
• Epidemiología clínica
La tendencia actual de la Educación Médica en Colombia, ha incorporado
progresivamente las experiencias derivadas de proyectos colaborativos en el ámbito
regional y global, incluyendo las derivadas del proyecto Tuning América Latina, del
Instituto para la Educación Médica Internacional IIME y de la Asociación Médica Mundial
AMA.