El documental "Un crimen llamado educación" critica el sistema educativo actual, argumentando que ejerce mucha presión sobre los estudiantes y afecta su autoestima y futuro. Aunque la infraestructura escolar ha mejorado, los métodos pedagógicos siguen siendo conductistas y centrados en la memorización en lugar de desarrollar la creatividad de los estudiantes. Se necesita un cambio hacia una educación más enfocada en los individuos y que permita la experimentación y construcción del conocimiento a través de la interacción con los demás y el entorno