Puerto Rico experimentó cambios socioeconómicos en las primeras tres décadas del siglo XX. La industria azucarera volvió a dominarse por capitalistas estadounidenses, mientras que el café y el tabaco también se vieron afectados. La industria de la aguja floreció pero la mayoría de los puertorriqueños sufrían de pobreza y enfermedades debido a los bajos salarios y el desempleo endémico.