El documento discute el papel de un asesor político. Explica que un buen asesor debe comprender bien a la sociedad y transmitir la necesidad de identificarse con las necesidades de la gente en lugar de enfocarse en la proyección personal. También argumenta que un asesor debe ser contratado por su juicio y no por prejuicios ideológicos. Finalmente, sostiene que la política asesorada debe aspirar a la excelencia democrática y centrarse en investigación, neurociencia y nuevas disciplinas para ser más útil para los votantes