Este documento discute cómo tomar la mejor decisión entre la razón y la emoción desde la perspectiva de un estudiante universitario. Explica que la emoción afecta las decisiones, pero que es importante ser racional al planear. También señala que si bien la intuición emocional a veces guía a decisiones acertadas, otras veces se necesita un análisis más racional de los pros y contras. La conclusión es que para tomar buenas decisiones se requiere un equilibrio entre la razón y la emoción.