La suspensión en automóviles tiene tres funciones principales: absorber las irregularidades del terreno, mantener la estabilidad del vehículo en cualquier situación y proporcionar elasticidad a los movimientos. Absorbe las oscilaciones mediante mecanismos como barras, ballestas, barras de torsión y muelles helicoidales, mientras que los amortiguadores controlan el rebote. La suspensión se ha ido desarrollando históricamente desde las primeras barras flexibles hasta los complejos sistemas actuales de muelles y amortiguadores.