Este documento argumenta que las escuelas deberían centrarse más en cada estudiante individual en lugar de tratar de obligar a todos los estudiantes a adaptarse a la misma estructura. Propone dar a los estudiantes más libertad para seguir sus pasiones y permitir que su aprendizaje se adapte a sus intereses individuales. También sugiere que las escuelas deberían encontrar formas de implicar a los estudiantes en actividades significativas para que se sientan capaces e importantes, en lugar de considerarlos incapaces.