Este capítulo discute las limitaciones de aplicar teorías de organización de empresas al contexto escolar. Las escuelas son entidades únicas con fines más complejos que las empresas. Se necesitan enfoques más flexibles e ideográficos que consideren las perspectivas de los participantes. Se proponen varias iniciativas para promover la reflexión sobre la organización escolar y su transformación hacia prácticas más racionales, justas y democráticas.