El documento discute las perspectivas deficientes que se han adoptado para comprender la organización escolar y propone enfoques alternativos. Señala que las teorías procedentes de otros campos no capturan adecuadamente la experiencia de los participantes de la comunidad educativa. En cambio, sugiere que los miembros de la escuela tienen las claves para comprenderla y que la organización puede facilitar la innovación y el cambio si se analizan y abordan los conflictos de manera creativa.