Los fines de la educación en el siglo XXI deben ser formar personas conscientes de su individualidad dentro de la comunidad, el país y el mundo, que cuenten con la capacidad y motivación para lograr su desarrollo en diferentes ámbitos. Asimismo, es necesario definir los aprendizajes que los estudiantes deben lograr en cada nivel educativo para alcanzar su pleno potencial y cerrar brechas de desigualdad en la sociedad.