El documento resume la división del Imperio Romano en 395 d.C. en dos partes: Occidente, con capital en Roma, y Oriente, con capital en Constantinopla. Explica también algunas características clave del Imperio Bizantino como sus influencias romanas y griegas, su emperador llamado Basileus y su capital Constantinopla. Finalmente, destaca algunos de los emperadores más importantes como Justiniano y sus logros, así como la toma de Constantinopla en 1453 que marcó el fin del Imperio Bizantino.