Este documento contiene varios párrafos sobre cuentos infantiles. Explica que los cuentos infantiles se refieren a historias escritas para niños, aunque también pueden ser escritos por niños. Los cuentos infantiles fomentan la imaginación de los niños y les permiten integrarse en su mundo. A menudo tratan temas como hadas o enseñan valores. El documento incluye también algunos ejemplos breves de cuentos infantiles mexicanos y explica cómo los cuentos pueden usar para reforzar valores en los niños
3. El cuento infantil es el que se refiere o que va dirigido para los niños. Siempre ha sido importante bien establecer
los conceptos vinculados con los términos que corrientemente son de aplicación.
Actualmente puede utilizarse la expresión cuento infantil para señalar o para referirse a los cuentos escritos por niños.
Los términos cuento infantil y cuento para niños con cierta frecuencia se suelen utilizar como sinónimos, pero hoy día se constata :
a) una alta alfabetización de los niños en el correr del siglo XX y en lo que va del siglo XXI ;
b) una gran promoción de la creatividad en el sistema escolar, en sus diversas formas, y ya desde edades tempranas;
c) el establecimiento de concursos literarios para niños con relativa frecuencia en las últimas décadas.
Por tanto, bien puede decirse que la literatura escrita por niños obtuvo ya carácter propio, y que netamente ella se diferencia de la
literatura escrita para niños (el término más preciso para referirse a un cuento escrito para un público infantil, tal vez es "cuento para
niños").
La literatura para niños favorece su imaginación y les permite integrarse a su mundo socialmente hablando, pues les ofrece un
panorama de su entorno inmediato y los ayuda a solucionar problemas.
Los cuentos para niños están fuertemente asociados a los cuentos de hadas, aunque no todos los cuentos de hadas son para niños,
ni todos los cuentos para niños son de hadas.
Los cuentos han sido parte del crecimiento de muchos, si no es que de todos los seres humanos desde tiempos muy antiguos,
permiten jugar con la imaginación, fantasear y crear nuevos mundos, personajes, paisajes, seres irreales. Estos les ayudan también
en el habla y en el desarrollo de cómo expresarse y tener interacción con otros tipos de comunicación. Esta es una forma clara de
abrir nuestra mente a cosas nuevas, la creatividad y la enseñanza son parte fundamental de estos ya que el leerlos no solo te
divierte o entretiene, si no te aporta conocimiento o aprendizaje para la vida diaria. Es importante impulsar la lectura de estos ya
que así estas tradiciones no se perderán, existen cuentos mexicanos que resaltan la belleza de nuestras costumbres, de esta forma
alimentamos el habito familiar de leer, revivir tradiciones culturales y tener niños con la capacidad de imaginar. Algunos de los
ejemplos de cuentos mexicanos son:
Marble quiere volar
Hada de las aves
El último Dragón
Ángeles guardianes
Los cuentos infantiles también han sido muy usados para reforzar valores en los niños.
4. UN CONEJO EN LA VIA
Daniel se reía dentro del auto por las gracias que hacía su hermano menor, Carlos. Iban de paseo con sus padres al Lago Rosado. Allí irían a nadar
en sus tibias aguas y elevarían sus nuevas cometas.
Sería un día de paseo inolvidable. De pronto el coche se detuvo con un brusco frenazo. Daniel oyó a su padre exclamar con voz ronca:
- ¿A quién, a quién?, le preguntó Daniel.
- No se preocupen, respondió su padre-. No es nada.
- ¡Oh, mi Dios, lo he atropellado!
El auto inició su marcha de nuevo y la madre de los chicos encendió la radio, empezó a sonar una canción de moda en los altavoces.
- Cantemos esta canción, dijo mirando a los niños en el asiento de atrás. La mamá comienzo a tararear una tonada. Pero Daniel miró
por el vidrio trasero y vio tendido sobre la carretera el cuerpo de un conejo.
- Para el coche papi, gritó Daniel. Por favor, detente.
- ¿Para qué?, responde su padre.
- ¡El conejo, le dice, el conejo allí en la carretera, herido!
- Dejémoslo, dice la madre, es sólo un animal.
- No, no, para, para.
- Sí papi, no sigas - añade Carlitos-. Debemos recogerlo y llevarlo al hospital de animales. Los dos niños estaban muy preocupados y
tristes.
- Bueno, está bien- dijo el padre dándose cuenta de su error. Y dando vuelta recogieron al conejo herido.
Pero al reiniciar su viaje fueron detenidos un poco más adelante por una radio patrulla de la policía vial, que les informó de que una
gran roca había caído sobre la carretera por donde iban, cerrando el paso. Al enterarse de la emergencia, todos ayudaron a los
policías a retirar la roca.
Gracias a la solidaridad de todos pudieron dejar el camino libre y llegar a tiempo al veterinario, que curó la pata al conejo. Los papás
de Daniel y Carlos aceptaron a acogerlo en casa hasta que se curara
Unas semanas después toda la familia fue a dejar al conejito de nuevo en el bosque. Carlos y Daniel le dijeron adiós con pena, pero
sabiendo que sería más feliz en libertad.
FIN
Cuento de Álvaro Jurado Nieto, Colombia
5. EL NIÑO Y LOS CLAVOS
Había un niño que tenía muy, pero que muy mal carácter. Un día, su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que
cada vez que perdiera la calma, que él clavase un clavo en la cerca de detrás de la casa.
El primer día, el niño clavó 37 clavos en la cerca. Al día siguiente, menos, y así con los días posteriores. Él niño se iba
dando cuenta que era más fácil controlar su genio y su mal carácter, que clavar los clavos en la cerca.
Finalmente llegó el día en que el niño no perdió la calma ni una sola vez y se lo dijo a su padre que no tenía que
clavar ni un clavo en la cerca. Él había conseguido, por fin, controlar su mal temperamento.
Su padre, muy contento y satisfecho, sugirió entonces a su hijo que por cada día que controlase su carácter, que
sacase un clavo de la cerca.
Los días se pasaron y el niño pudo finalmente decir a su padre que ya había sacado todos los clavos de la cerca.
Entonces el padre llevó a su hijo, de la mano, hasta la cerca de detrás de la casa y le dijo:
- Mira, hijo, has trabajo duro para clavar y quitar los clavos de esta cerca, pero fíjate en todos los agujeros que
quedaron en la cerca. Jamás será la misma.
Lo que quiero decir es que cuando dices o haces cosas con mal genio, enfado y mal carácter, dejas una cicatriz,
como estos agujeros en la cerca. Ya no importa tanto que pidas perdón. La herida estará siempre allí. Y una
herida física es igual que una herida verbal.
Los amigos, así como los padres y toda la familia, son verdaderas joyas a quienes hay que valorar. Ellos te sonríen y
te animan a mejorar. Te escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre tienen su corazón abierto para
recibirte.
Las palabras de su padre, así como la experiencia vivida con los clavos, hicieron con que el niño reflexionase sobre
las consecuencias de su carácter. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN
6. TODOS SOMOS DIFERENTES
Cuenta una historia de que varios animales decidieron abrir una escuela en el bosque. Se reunieron y empezaron a elegir las disciplinas
que serian impartidas durante el curso.
El pájaro insistió en que la escuela tuviera un curso de vuelo. El pez, que la natación fuera también incluida en el currículo. La ardilla creía
que la enseñanza de subir en perpendicular en los árboles era fundamental. El conejo quería, de todas formas, que la carrera fuera
también incluida en el programa de disciplinas de la escuela.
Y así siguieron los demás animales, sin saber que cometían un grande error. Todas las sugerencias fueron consideradas y aprobadas. Era
obligatorio que todos los animales practicasen todas las disciplinas.
Al día siguiente, empezaron a poner en práctica el programa de estudios. Al principio, el conejo se salió magníficamente en la carrera;
nadie corría con tanta velocidad como él.
Sin embargo, las dificultades y los problemas empezaron cuando el conejo se puso a aprender a volar. Lo pusieron en una rama de un
árbol, y le ordenaron que saltara y volara.
El conejo saltó desde arriba, y el golpe fue tan grande que se rompió las dos piernas. No aprendió a volar, y además no pudo seguir
corriendo como antes.
Al pájaro, que volaba y volaba como nadie, le obligaron a excavar agujeros como a un topo, pero claro, no lo consiguió.
Por el inmenso esfuerzo que tubo que hacer, acabó rompiendo su pico y sus asas, quedando muchos días sin poder volar. Todo por
intentar hacer lo mismo que un topo.
La misma situación fue vivida por un pez, por una ardilla y un perro que no pudieron volar, saliendo todos heridos. Al final, la escuela tuvo
que cerrar sus puertas.
¿Y saben por qué? Porque los animales llegaron a la conclusión de que todos somos diferentes. Cada uno tiene sus virtudes y también sus
debilidades.
Un gato jamás ladrará como un perro, o nadará como un pez. No podemos obligar a que los demás sean, piensen, y hagan algunas
cosas como nosotros. Lo que iremos conseguir con eso es que ellos sufran por no conseguir hacer algo de igual manera que
nosotros, y por no hacer lo que realmente les gustan.
Debemos respetar las opiniones de los demás, así como sus capacidades y limitaciones. Si alguien es distinto a nosotros, no quiere decir
que él sea mejor ni peor que nosotros. Es apenas alguien diferente a quien debemos respetar.
FIN
Este cuento nos fue enviado por Pablo Zevallos - Brasil