El documento describe las características de la educación durante el porfiriato en México. Se expandió la educación primaria pero de forma insuficiente, dejando de lado la cobertura. El estado buscó uniformar los programas y métodos a través de leyes como la de Justo Sierra en 1908. Sin embargo, la educación rural estuvo descuidada y las diferencias entre lo urbano y rural aumentaron. El documento también analiza los intentos de reforma educativa durante los gobiernos de Madero, Huerta y Carranza.