La escultura griega arcaica se desarrolló entre los siglos VII y V a.C., estableciendo las bases para esculturas monumentales. Las figuras solían ser frontales y rígidas, representando hombres desnudos y mujeres cubiertas. El período homónimo fue una etapa hacia el clasicismo donde se realizaron progresos artísticos y culturales. La escultura adaptó el cuerpo a formas cilíndricas. Ejemplos notables incluyen "La dama de Auxerre", "La Hera de Samos" y "