San Agustín fue uno de los más importantes Padres de la Iglesia latina. Tuvo una juventud marcada por las pasiones mundanas pero se convirtió al cristianismo tras leer los escritos neoplatónicos y ser influenciado por san Ambrosio. Después de su conversión, vendió sus bienes para ayudar a los pobres y se retiró a vivir como monje, aunque más tarde fue ordenado sacerdote y obispo contra su voluntad. Defendió que la razón y la fe no se oponen, y exploró