Existen dos tipos de sistemas de control: lazo abierto y lazo cerrado. En los sistemas de lazo abierto, la salida depende solo de la entrada y no es afectada por la retroalimentación. En los sistemas de lazo cerrado, la salida depende tanto de la entrada como de la retroalimentación de la salida, lo que los hace más precisos e insensibles a perturbaciones.