El documento describe cómo la experiencia sensorial solo tiene significado a través del marco de referencia de la persona y se incorpora a sus esquemas mentales existentes. Para que los aprendizajes funcionen como esquemas críticos, se deben conciliar los intereses personales e institucionales, utilizar efectivamente el lenguaje y sus significados, y aplicar recursos psicopedagógicos acordes con el objetivo de aprendizaje de manera que exista una clara comprensión y transformación.