Las principales ventajas de tener un trabajo independiente incluyen mayor flexibilidad en el horario y lugar de trabajo, mayor productividad al evitar distracciones de una oficina, y la posibilidad de obtener mejores ingresos al ahorrar en gastos. Sin embargo, también existen desventajas como la ausencia de beneficios como seguro médico, sentir aislamiento al perder el compañerismo de la oficina, y asumir la responsabilidad de la facturación y finanzas con ingresos potencialmente irregulares.