El estudio encuentra que casi el 60% de los niños españoles tiene déficit de vitamina D y solo el 10% consume la cantidad diaria recomendada de calcio. La falta de ejercicio y una dieta poco saludable debilitan los huesos de los niños españoles y los sitúan a la cola de Europa en salud ósea. Sin embargo, pequeños cambios en la alimentación y estilo de vida pueden mejorar rápidamente la formación ósea en la infancia y prevenir enfermedades futuras.
La falta de calcio y de ejercicio mina los huesos de los niños españoles
1. La falta de calcio y de ejercicio mina los huesos
de los niños españoles
Un estudio sitúa la salud ósea de la población infantil a la cola de Europa
RAFAEL
PÉREZ
YBARRA
-‐
Madrid
-‐
24/02/2009
La
salud
ósea
de
la
población
infantil
española
está
en
la
cola
de
Europa.
Casi
el
60%
de
los
niños
tiene
déJicit
de
vitamina
D
y
apenas
el
10%
ingiere
la
dosis
de
calcio
diaria
necesaria
para
obtener
unos
huesos
fuertes,
sanos
y
resistentes
en
un
futuro.
La
vida
sedentaria,
la
mala
alimentación
y
la
falta
de
actividades
al
aire
libre
parecen
ser
las
causas
de
que
los
huesos
de
los
niños
españoles
sean
de
peor
calidad
que
los
de
los
europeos,
según
un
informe
de
la
Fundación
Hispana
de
Osteoporosis
y
Enfermedades
Metabólicas
Óseas
(Fhoemo).
De
pequeños
se
desarrolla
el
90%
del
esqueleto
que
se
tendrá
de
adulto
Hacer
deporte
en
edad
escolar
retrasa
la
osteoporosis
más
de
una
década
En
España,
el
número
de
personas
con
osteoporosis
aumenta
cada
año.
Hoy
día,
casi
la
mitad
de
los
ancianos
sufre
esta
enfermedad,
caracterizada
por
la
fragilidad
ósea
(huesos
porosos)
y
la
tendencia
a
las
fracturas.
"La
osteoporosis
es
en
realidad
una
enfermedad
geriátrica
que
se
inicia
en
la
infancia",
dice
Manuel
Díaz
Curiel,
presidente
de
Fhoemo.
Por
ello,
asegura,
la
prevención
se
debe
iniciar
en
este
periodo
crucial
para
el
desarrollo
de
los
huesos.
En
la
infancia
se
desarrolla
"más
del
90%
de
la
masa
ósea
que
tendrá
el
adulto",
abunda
Luis
Miguel
del
Río,
director
médico
del
centro
Cetir
(Barcelona),
Bastan
pequeños
cambios
en
el
estilo
de
vida
y
la
alimentación
del
niño
para
generar
cambios
rápidos
y
efectivos
sobre
la
construcción
y
formación
de
los
huesos,
según
Del
Río.
"Dichos
cambios
pueden
prevenir
y
evitar
enfermedades
óseas
que
darán
síntomas
en
edades
más
avanzadas".
Así,
se
estima
que
el
ejercicio
Jísico
regular
durante
la
infancia
aumenta
un
20%
la
masa
ósea
y
retarda
la
osteoporosis
más
de
10
años.
Aunque
no
se
puede
aventurar
que
en
el
futuro
vaya
a
haber
una
epidemia
de
osteoporosis
en
España,
la
actual
situación
obliga,
según
Díaz
Curiel,
a
adoptar
medidas
preventivas
desde
la
infancia.
"Mejorar
la
masa
ósea
debe
ser
un
objetivo
de
salud
pública",
subraya.
En
este
sentido,
la
campaña
Alimenta
sus
huesos,
cuida
su
salud,
promovida
por
Fhoemo,
pretende
concienciar
a
la
población
acerca
de
la
importancia
de
una
correcta
formación
de
la
masa
ósea
en
la
infancia
para
prevenir
la
osteoporosis.
Y
para
ello,
además,
pide
a
la
Administración
que
promocione
los
alimentos
enriquecidos
con
vitamina
D.
No
es
la
primera
vez
que
se
da
la
señal
de
alerta
sobre
esta
situación.
En
2006,
todas
las
sociedades
médicas
relacionadas
con
la
osteoporosis
redactaron
una
declaración
en
la
que
se
señalaba
que
"la
prevención
de
la
osteoporosis
empieza
en
etapas
tempranas
de
la
vida
y
continúa
a
lo
largo
de
toda
ella.
Junto
con
una
dieta
2. equilibrada
y
la
práctica
de
ejercicio
diario,
la
ingesta
adecuada
de
calorías,
el
calcio
y
la
vitamina
D
son
esenciales
para
su
prevención".
La
buena
noticia
es
que
basta
con
mejorar
los
patrones
dietéticos
y
el
estilo
de
vida
para
revertir
esta
situación,
según
Del
Río.
De
los
factores
que
inJluyen
en
la
formación
del
hueso,
unos
no
pueden
cambiarse,
como
la
herencia
genética;
pero
sobre
otros
sí
se
puede
intervenir,
como
el
consumo
de
vitamina
D
y
calcio,
el
estilo
de
vida
y
el
ejercicio
Jísico.
Todos
los
datos
indican
que
los
niños
españoles
no
tienen
los
elementos
necesarios
para
una
buena
salud
ósea
en
un
momento
crítico.
Según
Díaz
Curiel,
son
además
especialmente
vulnerables
las
niñas,
los
intolerantes
a
la
lactosa
y
quienes
hacen
dieta.
La
solución
a
este
problema
es,
sin
embargo,
"bien
sencilla:
prevenir
en
la
infancia
mediante
campañas
educativas",
recalca
Carmen
Sánchez,
de
la
Asociación
Española
contra
la
Osteoporosis.
Y
en
esta
prevención
deben
estar
implicados
los
padres,
profesores
y
pediatras.
Para
mejorar
el
consumo
de
vitamina
D,
más
complejo
que
el
de
calcio,
proponen
desarrollar
políticas
de
salud
pública
encaminadas
a
enriquecer
los
productos
lácteos
y
una
regulación
adecuada.
Porque,
como
ellos
mismos
reconocen,
no
todos
los
alimentos
que
dicen
estar
enriquecidos
con
vitamina
D
lo
están.
Sin
vitamina
D
en
el
país
del
sol
El
calcio
es
un
elemento
fundamental
en
la
infancia,
pero
los
niños
españoles
no
lo
ingieren
en
las
cantidades
necesarias.
Es
imprescindible
para
tener
huesos
sanos
y
reducir
el
riesgo
de
osteoporosis
y
fracturas
a
lo
largo
de
la
vida.
Sin
embargo,
es
muy
fácil
tomar
el
calcio
necesario
(800-‐1.300
miligramos
por
día,
según
la
edad).
La
leche,
los
yogures,
el
queso,
algunas
verduras
y
los
frutos
secos
son
ricos
en
calcio.
"Bastan
cuatro
unidades
de
lácteos
al
día
para
recibir
el
calcio
necesario",
indica
José
Manuel
Quesada,
del
hospital
Reina
SoJía
de
Córdoba.
No
obstante,
el
calcio
necesita
otro
elemento
para
absorberse
y
para
que
se
forme
correctamente
el
hueso:
la
vitamina
D.
El
organismo
la
adquiere
mediante
su
exposición
a
los
rayos
solares
o
con
la
ingesta
de
ciertos
alimentos,
aunque
pocos
la
contienen
(leche,
sardinas,
ostras).
Curiosamente,
algunos
estudios
realizados
en
España
y
otros
países
mediterráneos,
muestran
que,
a
pesar
de
presumir
de
sol,
su
población
infantil
presenta
un
importante
déJicit
de
vitamina
D.
Como
dice
Quesada,
"debemos
desmitiJicar
la
exposición
al
sol
en
nuestro
país.
No
adquirimos
las
suJicientes
reservas
de
vitamina
D".
La
dieta
parece
ser
la
única
alternativa
válida
para
ingerir
la
cantidad
necesaria.
Pero
algunos
estudios
epidemiológicos
muestran
que
los
niños
españoles
no
obtienen
las
cifras
necesarias
de
vitamina
D
con
la
alimentación.
En
Cataluña,
por
ejemplo,
las
niñas
ingieren
cada
día
120
unidades,
de
vitamina
D,
y
los
niños,
196;
en
Canarias,
las
niñas
toman
60
y
los
niños,
75.
Y
la
cantidad
recomendada
es
de
200
unidades
al
día.
El
estudio
Optiford,
realizado
en
cinco
países
europeos,
mostraba
un
panorama
similar:
en
verano,
las
niñas
españolas
tenían
un
aporte
de
vitamina
D
un
17%
inferior
a
lo
necesario,
y
en
invierno
un
45%
menor.