El documento discute el impacto del estilo de liderazgo en la gestión del talento y la salud de los empleados. Señala que prácticas de liderazgo deficientes se asocian con mayor absentismo, problemas de salud física y mental de los empleados. También destaca que el estrés interpersonal tiene mayores efectos fisiológicos que el estrés impersonal, y que las relaciones sociales positivas en el trabajo mejoran la satisfacción y compromiso de los trabajadores.