La vocación médica se puede definir como una llamada interior que despierta el deseo de dedicarse a la medicina. Aquellos con una verdadera vocación médica tienen actitudes como una gran capacidad de trabajo, ansia de aprender constantemente, y valorar las satisfacciones de su profesión por encima del prestigio. Los objetivos de desarrollar una vocación médica incluyen procurar el bienestar de todos, cuidar la salud para conservar la integridad física y mental, y tratar de mejorar la vida digna individual y colectiva.