Este documento discute tres polaridades o dualidades antropológicas relevantes para el análisis del mundo moderno: 1) cuerpo y espíritu, 2) varón y mujer, 3) individuo y comunidad. En cada caso, se describen las tensiones entre estos pares de conceptos y cómo la modernidad ha influido en ellos, como la pérdida de unidad entre cuerpo y espíritu y la nivelación de las diferencias entre varones y mujeres. También se menciona que el individualismo liberal puede debilitar los lazos comunitarios.
4. En la modernidad se percibe que existe una
pérdida de lo que Alasdair MacIntyre
entiende como «unidad de una vida», de tal
manera que ésta se desarrolla como en
compartimentos estancos. La modernidad
ha fraguado el clima para que esto sea
posible: primero porque no tiene los
recursos necesarios para detectar esta falta
de unidad y, además, porque no ve
necesidad de ello. En definitiva, se ha
perdido la capacidad de advertir que existe
un problema. Esto necesariamente también
influirá –y mucho– en la valoración de los
aspectos religiosos. Este proceso es,
además, diluyente. Con ello queremos decir
que toda esta pérdida de unidad se realiza
no solo a los distintos niveles de la vida
personal de los individuos, en una clara
dinámica individualista, sino que influye, a
la vez, en el entorno social donde se
mueven las personas.
Una fragmentación (compartimentación)
diluyente
5. “La globalización, por lo tanto, ha sido
económica, pero no se han globalizado ni los
derechos humanos, ni la lucha contra el cambio
climático, ni la generalización de productos
fitosanitarios, ni un sistema eficaz de sanciones
para los países que incumplen las normas más
elementales de convivencia en el planeta [...].
Pero convendría que el mundo repensara la
globalización si no quiere caer en las
consecuencias imprevisibles de lo que Ulrich Beck
llamó la sociedad del riesgo, y [...] ya advirtió que
las tradicionales coordenadas que marcaban las
fronteras de desigualdad y de inseguridad
(basadas en las viejas estructuras de clase y que
afectaban a colectivos sociales homogéneos) han
sido profundamente alteradas por fuertes
procesos de individualización y de fragmentación
familiar y social, que hoy cabalgan a caballo de
los cambios generados por la globalización y la
revolución tecnológica”.
SÁNCHEZ, C., «La fiesta ha terminado: el virus que
mató la estupidez», El Confidencial, 15 de marzo
de 2020
Un efecto no deseado de la globalización:
fragmentación y dilución
6. Polaridades o dualidades antropológicas
relevantes para el análisis de nuestro mundo
moderno:
1. cuerpo y espíritu
2. varón y mujer
3. individuo y comunidad
7. “El punto de partida de la antropología
cristiana es la creación del hombre en su
unidad de alma y cuerpo: «Uno en cuerpo y
alma, el hombre, por su misma condición
corporal, reúne en sí todos los elementos del
mundo material, de tal modo que, por medio
de él, estos alcanzan su cima y elevan la voz
para la libre alabanza del Creador. Por
consiguiente, no le es lícito al hombre
despreciar la vida corporal, sino que, por el
contrario, tiene que considerar su cuerpo
bueno y digno de honra, ya que ha sido creado
por Dios y que ha de resucitar en el último día»
[CONCILIO VATICANO II, Constitución pastoral
sobre la Iglesia en el mundo actual «Gaudium et
Spes», 14]. En este texto del ConcilioVaticano
II encontramos una síntesis de la visión
cristiana del ser humano y de su relación con la
resurrección de la carne”.
CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA, «Un Dios de
vivos»…, núm. 20.
Polaridades o dualidades antropológicas:
cuerpo y espíritu
8. La pura concepción monista-material del
hombre, tan bien recibida por la modernidad,
plantea muchísimos problemas para el
entendimiento adecuado de su ser y actuar.
Entre ellos se encuentran algunas cuestiones
ya expuestas, como los intentos de explicar la
libertad como un derivado de la materia; y,
dentro del campo de la moralidad, la
fundamentación del respeto hacia personas
que pueden oponerse a nuestros fines y
deseos más fuertes, que consideramos como
profundamente naturales. Esta visión
materialista de la modernidad deja, en
definitiva, más perplejidades que certezas, con
cuestiones abiertas e irresolubles que, por
paradójicas, ocultan más que dan luz a los
problemas difíciles.Y la relación entre cuerpo y
espíritu es una de las principales.
Polaridades o dualidades antropológicas:
cuerpo y espíritu
9. De estas relaciones entre cuerpo y
espíritu, una que tiene especial
relevancia en el mundo científico y
mediático de los últimos decenios:
la interacción mente-cerebro. Las
grandes preguntas que se han
planteado sobre estas relaciones
son las siguientes: ¿se puede
reducir todo lo mental a lo físico?;
si esta respuesta fuese afirmativa
cabe la siguiente pregunta: ¿quiere
decir esto que no existe la libertad,
lo más esencial en la vida humana?
Polaridades o dualidades antropológicas:
cuerpo y espíritu
10. “Va a ser ella [la muerte] la que, en cada una
de las tensiones antropológicas, resurgirá
como el definitivo enigma torturante. Porque
tal como ahora reza la demanda: realizar el
espíritu en el cuerpo y el cuerpo en el espíritu,
encierra una contradicción. Filón, Gregorio [de
Nisa], Agustín consideraban al primer hombre
en una especie de indiferencia frente a la
mortalidad e inmortalidad. Pero, de hecho, en
alguna parte se ha tomado opción por la
mortalidad. Entonces ¿cómo es que debe
ahora el hombre concreto elegir la
inmortalidad? O ¿qué sentido tendría el querer
imprimir una especie de «huella inmortal» en
una materia mortal? Pues en esta situación es
en la que se encuentra el hombre y de ahí que
siga siendo, como hemos dicho al principio,
una cuestión abierta que no recibe ninguna
otra respuesta que la de Cristo”.
BALTHASAR, H. U.VON, Teodramática, vol. 2...,
p. 339
Polaridades o dualidades antropológicas:
cuerpo y espíritu
11. “La mujer tendría que ser compañera del
hombre, en la igualdad absoluta de valor y
en la diferencia profunda en el ser.
Nunca hasta hoy hemos tenido tan cercana
la posibilidad de comprender la igualdad de
valor entre los sexos, su reciprocidad en la
diferencia.Y al mismo tiempo, nunca nos
hemos encontrado más alejados, desviados
y confundidos, al convivir en una cultura que
niega el valor de la diferencia. Precisamente
en esto reside la paradoja de nuestro
tiempo”.
CERIOTTI MIGLIARESE, M., Erótica y materna:
un viaje al universo femenino, Madrid: Rialp,
2018, p. 11.
Polaridades o dualidades antropológicas:
varón y mujer
12. “El verdadero respeto solo es posible entre
personas que se reconocen igual valor, y
esa es la base de la amistad. El amor entre
un hombre y una mujer necesita que se
cultive esta amistad, que considera al otro
como igual a uno mismo, respeta su
diversidad, y precisamente en esta
diversidad sabe interpretar la mayor
oportunidad recíproca.
Pero el respeto tiene que entenderse
también en otro sentido: el que se traduce
en gestos pequeños y cotidianos, y tiene
que ver con la «buena educación». Es una
expresión obsoleta, pero es necesario
revalorizarla, porque la presencia o
ausencia en una relación de un poco de
buena educación manifiesta la capacidad o
no para un respeto que realmente puede
marcar la diferencia…
Polaridades o dualidades antropológicas:
varón y mujer
13. … La mujer siempre ha sido la primera
y la auténtica civilizadora, porque es
maestra en el cuidado de las
relaciones, que requieren de una
sensibilidad amplia, capaz de captar los
matices y traducirlos en gestos. Desde
siempre, las mujeres enseñan esos
gestos a los niños, que se convierten en
buenas costumbres, que puedan hacer
de la vida un lugar más acogedor y
agradable.
He escrito «enseñar», pero quizá
tuviera que haber escrito «enseñaban».
En efecto, en las últimas décadas se
han producido algunos cambios
significativos …
Polaridades o dualidades antropológicas:
varón y mujer
14. …Por un lado, está la idea de que la igualdad
significa no-diferencia, que nivela por debajo
las modalidades de comportamiento
masculina y femenina: por ejemplo, en la
mayoría de los casos, las chicas ya usan un
lenguaje «de hombres», en sentido
peyorativo. Por otro lado, muchas mujeres
han renunciado, sin darse cuenta, a su deber
civilizador, tan trabajoso y poco reconocido:
una tarea que ejercitan también teniendo en
cuenta instintivamente las diferencias de
sexo.
¿De verdad estamos seguros de que esto ha
mejorado nuestra convivencia y ha traído
mayor bienestar para todos?"
CERIOTTI MIGLIARESE, M., Masculino: fuerza,
eros, ternura, Madrid: Rialp, 2019, pp. 106-
107.
Polaridades o dualidades antropológicas:
varón y mujer
15. “Pues si el acceso del hombre al
horizonte de la razón implica siempre
un elemento de pasividad, de
alteridad, si el despertar del letargo
natural es en el fondo un don recibido,
el concepto de autonomía no pasa de
ser una ficción teórica. La conciencia
del Otro no es derivada […] a partir de
la conciencia que previamente tengo
de mí mismo, sino que una y otra son
estrictamente simultáneas. La
socialidad no es un dato construido
con materiales previamente
allegados, sino que está en el
amanecer de la autoconciencia
racional…
Polaridades o dualidades antropológicas:
individuo y comunidad
16. …El contractualismo liberal, que hace del
individuo autónomo y dotado de derechos
inalienables el fundamento último de la reflexión
política, se revela a luz de estas reflexiones como
típico fruto de una razón abstracta, olvidada de
sus raíces históricas y naturales. La dimensión
histórica de la razón está entrañada […] en la
definición aristotélica del hombre como animal
dotado de lenguaje, pues el lenguaje es siempre
el lenguaje de una comunidad. De hecho, en el
debate contemporáneo entre liberales y
comunitaristas cada bando parece absolutizar
una de las dos dimensiones del lógos aristotélico:
el universalismo de la razón y el particularismo
del lenguaje, respectivamente.AAristóteles, en
cambio, ambas dimensiones le parecían
inseparables”.
RODRÍGUEZ DUPLÁ, L., «Los fundamentos del ser
social», en Dios para pensar,A. Pérez de Laborda
(ed.), Madrid: Publicaciones de la Facultad de
Teología San Dámaso, 2002, pp. 54-55.
Polaridades o dualidades antropológicas:
individuo y comunidad
17. “En nombre de la libertad, el liberalismo
impone una forma de dominio silencioso que,
con el paso del tiempo, tiende a disolver los
lazos humanos tradicionales y a empobrecer la
red de las relaciones culturales y sociales.
Mientras buscan imponerse a través de
regímenes de poder basados sobre la idea de
que cualquiera es libre de perseguir cualquier
objetivo que considere útil para sí mismo, los
liberales privan a la mayoría de los hombres de
la posibilidad de comprender la propia vida
como búsqueda y logro del bien.Y esto, sobre
todo, porque el liberalismo tiende a
desacreditar las formas tradicionales de
comunidad humana en medio de las cuales
puede expresarse de veras el proyecto de una
realización personal”.
BORRADORI, G., Conversaciones filosóficas: el
nuevo pensamiento americano, Santafé de
Bogotá: Editorial Norma, 1996, pp. 206-207
Polaridades o dualidades antropológicas:
individuo y comunidad
18. “Frodo no es el único héroe, y, por supuesto, sin el heroísmo
de toda la gente que le ayudó, Frodo hubiera fracasado.
Nuestros destinos están todos interconectados, en
oposición a una visión en la que todo depende de un heroico
individualismo. Tolkien era profundamente pluralista en El
Señor de los Anillos. Es un libro multicultural y multirracial.
Contrario a ese pluralismo, uno tiene Mordor, el cual es un
[solo] anillo. Un [solo] anillo para gobernar a todos.
Pienso que el mismoTolkien era, personalmente, bastante
pesimista. Pero hay esperanza en sus libros. Por cierto, esta
era la frase queTolkien solía decir: «Esperanza sin
garantías». Una buena descripción de lo que ofrece su libro.
La desesperanza es para la gente que conoce, sin ninguna
duda, cómo va a ser el futuro. Pero nadie está en esa
situación. Por lo tanto, la desesperación no es solamente un
pecado, teológicamente hablando, sino también un simple
error, porque nadie sabe cómo será [realmente] el futuro.
En este sentido, siempre hay esperanza”.
CURRY P., The Fellowship of the Ring:The Appendices, Part
One: from book to vision, Los Ángeles: New Line Home
Entertainment, 2002
¿Una sociedad sin futuro?
20. “En la plomiza sociedad de un mundo sin Dios,
en su íntimo aburrimiento, ha irrumpido de
nuevo la búsqueda de la mística, de algún tipo
de contacto con la divinidad. Por todas partes
se habla de visiones y mensajes del otro
mundo, y dondequiera que se oye la palabra
aparición miles se ponen en camino, para
descubrir, quizás, una rendija en el mundo a
través de la cual el cielo nos mire y nos mande
consuelo”.
“Quien hubiera esperado que el cristianismo se
convirtiera en un movimiento de masas,
quedará decepcionado. Pero no son los
movimientos de masas los que albergan la
promesa del futuro. El futuro se construye allí
donde las personas están de acuerdo en
convicciones vivas.Y el buen futuro se levanta
allí donde esas convicciones proceden de la
verdad y se adentran en ella”.
RATZINGER, J., Obras completas. IV…, pp. 18 y 19
Cristianismo y modernidad
22. Podría parecer que las cuestiones
planteadas, el conocimiento filosófico-
metafísico y religioso-revelado, se
desarrollan cada una por su cuenta. Pero lo
cierto es que ambas se concentran en un
tema central de esta investigación: la
cuestión de la verdad y su encubrimiento.
Ambos tipos de conocimiento tienen, por
supuesto, sus propios principios y métodos
para abordar el mismo objeto de estudio
que nos concierne en este apartado: Dios.
Pero, en la actualidad, la unidad de ese
objeto, es decir, que se refieran a un
monoteísmo, hace que sean sospechosos
frente a una sociedad en la que los sujetos
quieren defender su autonomía individual.
El alejamiento de Dios y la fe revelada
23. “Ciertamente, la unidad de la
verdad que pregona todo
monoteísmo parece anular las
individualidades diferentes y
diferenciadas, es sospechoso de
sofocar despóticamente la
autonomía y libertad de las
personas singulares, y además
parece impedir de entrada todo
diálogo o cuestionamiento de tal
verdad monolítica. Mientras que
todo lo contrario sucedería en el
seno de una concepción politeísta.
(…)
El alejamiento de Dios y la fe revelada
24. (...) Pero bien puede ocurrir justamente
lo contrario. Si un monoteísmo admite
la idea de verdad (que solo puede ser,
al final, unitaria y superior a la misma
religión), se somete entonces, sin
miedo, a las reglas de la racionalidad –
o razonabilidad–, a saber: reconocer
verdades auténticas allá donde las
haya, también las parciales y diversas,
así como posibilitar la búsqueda de
verdades, también parciales, que
permitan el diálogo y la mejor
fundamentación mediante los recursos
propios de la lógica (comparaciones,
análisis, demostraciones, reducción al
absurdo, etcétera). (…)
El alejamiento de Dios y la fe revelada
25. (…) En cuanto diálogo, algunos
filósofos posmodernos defienden la
necesidad de un diálogo que debiera
prescindir de toda convicción previa
(extraño e imposible diálogo sería, al
faltar todo argumento de partida).
Frente a ellos hay que advertir que es
posible un verdadero diálogo
manteniendo las propias certezas, la
propia fe; lo único que se requiere –
aunque no es poco– es la sincera
disposición a escuchar, o sea, a admitir
la posibilidad de aprender algo del
otro, incluso algo que ayude a
comprender mejor la propia fe. (…)
El alejamiento de Dios y la fe revelada
26. (…)
En cambio, la renuncia por
principio de todo politeísmo a una
racionalidad unitaria última
favorece el abandono final de toda
idea de verdad. Pero entonces la
tentación del imperio de la sola ley
del más fuerte no es solamente una
sugestiva opción, sino también una
necesaria consecuencia práctica”.
SÁNCHEZ-MIGALLÓN, S., «Religión,
verdad y violencia…», p. 292
El alejamiento de Dios y la fe revelada
27. “Los tres rasgos del pensamiento posmoderno […]
(disolución del sujeto, de la verdad y de la historia) han
impregnado en buena medida la mentalidad
contemporánea. Al hacerlo, han contribuido a hacer de
nuestra época una época poscristiana. No perdamos de
vista que el cristianismo se presenta ni más ni menos
que como la verdad capaz de salvar al hombre
haciéndole partícipe de la vida divina; que esta verdad
interpela al sujeto en su intransferible individualidad,
invitándole a una conversión que compromete su
entera existencia; que la participación del hombre en la
vida divina está decisivamente mediada por el
acontecimiento de la encarnación de Cristo. En un
mundo que desconfía de la verdad, que ha difuminado
la identidad personal hasta incapacitarla para el
ejercicio de la responsabilidad y que declara la historia
irrecuperable, el mensaje cristiano se enfrenta a
enormes dificultades para hacerse creíble, o incluso
inteligible”.
RODRÍGUEZ DUPLÁ, L., «El alejamiento práctico de
Dios…», p. 39.
Disolución del sujeto, de la verdad y de la
historia
28. “…[por] más que el compromiso social sea un
rasgo característico del ethos cristiano, la
implantación del reino de Dios nada tiene de
espectacular, como se encarga de recordarnos la
parábola del grano de mostaza. Pero lo
verdaderamente decisivo es que la relación entre
la conducta moral y el reino no es instrumental,
sino consecutiva. Jesús no nos dice en primer
lugar: «haced el bien para que venga el reino de
Dios», sino «haced el bien porque el reino de Dios
ya se ha iniciado» (SCHRAGE, p. 41). Como se ve,
la dialéctica de presente y futuro resulta de
nuevo determinante. Por otra parte, la idea de
que el odio y la violencia sean un camino lícito
hacia la salvación es demasiado contraria al
espíritu de los Evangelios para que debamos
demorarnos en ella”.
RODRÍGUEZ DUPLÁ, L., Ética de la vida buena…, p.
107.
Vivir en “un ya pero todavía no”
29. Una forma de ver, y desear, la
realización del reino de Dios es
situarlo exclusivamente en el
presente, lo que podríamos
denominar una escatología ya
realizada. En ella se instauraría
progresivamente un «reino de
la moralidad» donde los
contenidos éticos habría que
identificarlos racionalmente a
través del orden inmutable de
la realidad creada.
Vivir en “un ya pero todavía no”
30. “Sin embargo, esta interpretación se estrella contra
la evidencia de que no es posible para la razón
derivar del orden constante de la creación los
contenidos más característicos del mensaje moral
del Jesús: ¿qué argumento estrictamente racional
probará el acierto de los paradójicos juicios de valor
vertidos en el sermón de la montaña o del precepto
del amor al enemigo? Por otra parte, resulta muy
inadecuado presentar el reino como una tarea
exclusiva o incluso predominantemente humana,
cuando la iniciativa corresponde en realidad a Dios,
que es quien lo ha instaurado y quien lo llevará a su
confirmación. Esto explica que la mayor parte de los
exégetas coincidan en sostener que los elementos
sapienciales de la predicación de Jesús se hallan
siempre subordinados a la perspectiva escatológica,
que es la dominante”.
RODRÍGUEZ DUPLÁ, L., Ética de la vida buena…, p. 108
Vivir en “un ya pero todavía no”
32. Los hogares se han convertido en lugares
permanentemente [abiertos] con el exterior y todos nos
hemos acostumbrado a esto, pero es una distorsión del
orden natural de las cosas. Me parece que tenemos que ser
conscientes de que vivimos en medio de una cultura que ya
no es cristiana, que está desintegrándose y que es
profundamente hostil a la fe. Eso hace más importante que
nunca proteger el hogar como lugar natural de transmisión
de la fe.
Esa secularización tan agresiva, que no es nueva, aunque es
evidente que se está acelerando, afecta también a la Iglesia,
ha abierto boquetes en nuestros muros y hace más
necesario que nunca purificar [nuestra comprensión de la fe]
para transmitirla sin adulteraciones o deformaciones. La
manera de hacerlo es una cuestión prudencial […]; siempre
lo ha sido en la historia de la Iglesia. Alejarse del mundo no
es para todos, pero sí ser conscientes de que la gran batalla
es espiritual y pasa también por conservar y transmitir lo
que en palabras de sanVicente de Lerins, ha sido creído
siempre, por todos y en todas partes”
Transmitir la fe en una cultura “vaciada”
de ella
SANMARTÍN FENOLLERA, N., «NATALIA SANMARTÍN: “Es más importante que nunca proteger el hogar
como lugar natural de transmisión de la fe”», Mundo Cristiano, núm. 732 (2021), p. 15.
33. “[...] para mí la sabiduría de Chesterton
consiste en haber percibido que, lo que
él mismo llama la novela del hombre,
es decir, el drama de la humanidad; es
decir, esa estructura argumental de la
humanidad consiste, como he dicho,
en no poder prescindir del pecado
original; lo que nos lleva a precavernos
de una solución meramente
económica, de aquello cuyo sentido no
es económico. Pero también, por lo
mismo, lo que nos obliga, una y otra
vez, a restablecer objetivos
comunitarios, a los que subordinar la
vida económica. Esto es lo que a
Chesterton le llevó al catolicismo.
(…)
“Pensar” la fe: explicar por qué es
razonable creer lo que se cree
34. (…) Es decir, lo que le llevó, es esa idea de
Ramiro de Maeztu: «amó tanto al pueblo,
que se hizo católico»; es decir le llevó a ver
que justamente este equilibrio, es por así
decir, el quid de la Iglesia católica. Es el quid
de la doctrina moral, de la teología política
católica y de la doctrina moral católica. Esta
es la cuestión. Es decir que si ustedes me
fuerzan...; si ustedes me hubieran puesto,
aunque ya no da tiempo a que me pongan
entre la espada y la pared, y me hubieran
dicho: díganos usted si es o no es creyente.
Yo les diría que –me estoy poniendo yo solo
entre la espada y la pared–, desde luego
reconociendo que Chesterton lo era,
seguramente porque era infinitamente más
sabio y mejor persona que yo; que lo era
seguramente, seguro; acaso por eso es por
lo que creía, y yo al día de hoy no creo; sin
embargo, yo estaría en la situación de un
personaje que creo recordar que cita
Chesterton en su autobiografía (…)
“Pensar” la fe: explicar por qué es
razonable creer lo que se cree
35. (…) En un momento que dice que un
amigo suyo al que tiene mucho
aprecio, que le comentaba –lo
recordaréis todos los que lo habéis
leído en la autobiografía–: «la verdad
es que tengo un pequeño problema»,
decía, «para ser completamente
católico»; «es que», decía, «no creo
que crea en Dios». «Por lo demás»,
decía, «la doctrina católica me parece
tan impecablemente verdadera en
todos y cada uno de sus extremos, que
no puedo comprender que haya
personas que la puedan objetar o no la
puedan suscribir». Pues bien, este es
mi punto de vista”.
FUENTES, J. B., Debate Chesterton UCM
(3ª parte), 24 de abril de 2007
“Pensar” la fe: explicar por qué es
razonable creer lo que se cree
36. “La fecundidad espiritual no es fabricable.
Allí donde la Iglesia no promueve el número
suficiente de sacerdotes ni es capaz de
impulsar a las personas necesarias al
servicio total e indiviso —y por tanto
celibatario— del reino de Dios, hay que
dudar también de que exista suficiente
capacidad para la eucaristía. Debe añadirse
que la capacidad para un matrimonio
sacramental conforme al evangelio y la
disposición a la virginidad son magnitudes
complementarias. Donde la segunda se
agosta, es dudoso también el primero”.
RATZINGER, J., Teoría de los principios
teológicos: materiales para una teología
fundamental, Barcelona: Herder Editorial,
1985, p. 360
Evangelizar en la sociedad actual:
“facilitar” espacio para Dios
37. “El orden cristiano es sobrenatural.Tiene
sus propios principios y leyes que son
diferentes a los del mundo visible y, a
menudo, parecen contradecirlo. Sus
victorias pueden dar la apariencia de
derrotas y sus derrotas pueden verse
como éxitos materiales.Vemos que todo
se manifiesta clara y perfectamente una
vez y solo una vez, es decir, en la vida de
Jesús, que es el modelo de la vida
cristiana y el modelo de la acción
cristiana. La vida de Jesús es
profundamente histórica; es el punto
culminante de miles de años de tradición
histórica viva. Es el cumplimiento de un
propósito histórico, por el que habían
trabajado sacerdotes y profetas e incluso
políticos, y en el que se encarnó la
esperanza de una nación y una raza. (...)
Evangelizar en la sociedad actual:
“facilitar” espacio para Dios
38. Sin embargo, desde el punto de vista
mundano, desde el punto de vista de un
historiador secular contemporáneo, no
solo carecía de importancia, sino que en
realidad era invisible. Aquí estaba un
campesino galileo que durante treinta
años vivió una vida tan oscura que fue
desconocida incluso para los discípulos
que aceptaron su misión. Luego siguió un
breve período de acción pública, que no
condujo a ningún tipo de logro histórico,
sino que avanzó rápida e
irresistiblemente hacia su catastrófico
final, un final que fue previsto y aceptado
deliberadamente […]”.
MADIGAN, A. S.J., «Rememberig
Christopher Dawson», TheTorch, Boston
College’s Catholic Newspaper, November
21, 2018.
Evangelizar en la sociedad actual:
“facilitar” espacio para Dios
39. “[…] siempre tendría en cuenta que salvarán
a este mundo nuestro de hoy, no los que
pretenden narcotizar la vida del espíritu y
reducirlo todo a cuestiones económicas o de
bienestar material, sino los que saben que la
norma moral está en función del destino
eterno del hombre: los que tienen fe en Dios
y arrostran generosamente las exigencias de
esa fe, difundiendo en quienes le rodean un
sentido trascendente de nuestra vida en la
tierra.
Esta certeza es la que debe llevar no a
fomentar la evasión, sino a procurar con
eficacia que todos tengan los medios
materiales convenientes, que haya trabajo
para todos, que nadie se encuentre
injustamente limitado en su vida familiar y
social”.
ESCRIVÁ DE BALAGUER, J., Conversaciones con
Mons. Escrivá de Balaguer…, núm. 95.
Evangelizar en la sociedad actual:
“facilitar” espacio para Dios
41. “Sin embargo, no podemos simplemente dejar de lado
la Comarca y el Mar, las dimensiones social y espiritual
[de la obra deTolkien]; más bien, deben integrarse en
la centralidad de la naturaleza.Creo que su síntesis
final es que el trabajo deTolkien insta a una nueva ética
de la convivencia humana, el respeto por la vida y la
máxima humildad. Esa ética debe basarse en la
experiencia de la vida en laTierra y, por lo tanto, en los
rasgos de la vida –buena tierra, agua limpia, aire puro y
cosas por el estilo– que son como sagrados.
Finalmente, para que esa re-sacralización tenga éxito,
debe estar profundamente arraigada en la cultura, a
través de su celebración y comunicación de manera
local y tradicional. El resultado no es simplemente una
crítica negativa de la cultura «positivista, mecanicista,
urbanizada y racionalista», sino una visión positiva de
lo que un lector describió bien como «cordura y
santidad» “.
Respeto por la vida y máxima humildad
CURRY, P., Defending Middle-Earth:Tolkien, Myth and Modernity, NewYork: St. Martin´s
Press, 1997, pp. 154.
42. “A este respecto, es paradójica la anécdota
que relata el filósofo Karl Jaspers: en un
congreso marxista, en el que se optimaba la
sociedad comunista del futuro, un
espontáneo cuestionó al ponente qué
sucedería en caso de que en tal sociedad
utópica una pareja de nuevos esposos, al salir
del Ayuntamiento en donde acaban de firmar
un futuro feliz, fueran atropellados por un
camión. Según el relato, tras un profundo
silencio que llenó la sala, el conferenciante
contestó: «En la sociedad del futuro no habrá
accidentes de tráfico». La historia posterior
ha confirmado que la utopía marxista estaba
llena de engaño y crimen”.
FERNÁNDEZ,A., Teología dogmática II…, p. 680
Huir de los intentos de instaurar una
utopía
43. “El hombre de hoy mira al
futuro. Su lema es «progreso»,
no «tradición»; «esperanza», no
«fe». Conoce sin duda un cierto
romanticismo del pasado. Le
gusta rodearse de las joyas de la
historia, pero todo esto solo
confirma que estas épocas ya
están pasadas y que el reino del
hombre de hoy es justamente el
mañana, el mundo que él
mismo construye.
(…)
Ratzinger: no a un “reino del hombre”
44. (…)
Porque lo que le aguarda, en
contraposición a la iglesia
primitiva, no es el reino de Dios
sino el reino del hombre, no la
vuelta del Hijo de Dios, sino el
definitivo resurgir de un orden
humano racional, libre y fraterno,
orden encontrado por los mismos
hombres. La evolución que
experimentamos no se presenta
como regalo de arriba, sino como
producto de un duro trabajo, de
una acción planificadora,
calculadora, creadora.
(…)
Ratzinger: no a un “reino del hombre”
45. De aquí que la esperanza no
signifique ya para el hombre actual
una expectación de lo que no está
en su mano, sino una actuación por
sus propias fuerzas. El hombre
aguarda la salvación de sí mismo y
parece estar a punto de dársela.
Con el primado del futuro se une
un primado de la praxis, un
primado de la actividad humana,
superior a cualquier otra postura ”.
RATZINGER, J., Fe y futuro…, p. 62
Ratzinger: no a un “reino del hombre”
46. “Pero tras la prueba de estos
desgarramientos brotará una gran fuerza
de una iglesia interiorizada y
simplificada. Porque los hombres de un
mundo total y plenamente planificado
serán indeciblemente solitarios.Cuando
Dios haya desaparecido completamente
para ellos, experimentarán su total y
horrible pobreza.Y entonces descubrirán
la pequeña comunidad de los creyentes
como algo completamente nuevo. Como
una esperanza que les sale al paso, como
una respuesta que siempre han buscado
en lo oculto [...]. Pero florecerá de nuevo
y se hará visible a los hombres como
patria que les da vida y esperanza más
allá de la muerte ”.
RATZINGER, J., Fe y futuro…, p. 57
Un pequeño grupo del que florecerá todo
47. “No tengáis miedo al mundo,
ni al futuro, ni a vuestra
debilidad. El Señor os ha
otorgado vivir en este
momento de la historia, para
que gracias a vuestra fe siga
resonando su Nombre en toda
la tierra ”.
BENEDICTO XVI, Vigilia de
oración con los jóvenes en el
Aeropuerto CuatroVientos de
Madrid, 20 de agosto de 2011
Un pequeño grupo del que florecerá todo
48. “Cada generación de cristianos ha de
redimir, ha de santificar su propio
tiempo: para eso, necesita
comprender y compartir las ansias de
los otros hombres, sus iguales, a fin de
darles a conocer, con don de lenguas,
cómo deben corresponder a la acción
del Espíritu Santo, a la efusión
permanente de las riquezas del
Corazón divino. A nosotros, los
cristianos, nos corresponde anunciar
en estos días, a ese mundo del que
somos y en el que vivimos, el mensaje
antiguo y nuevo del Evangelio ”.
ESCRIVÁ DE BALAGUER, J., Es Cristo que
pasa, Madrid: Rialp, 1973, núm. 132
Evangelizar en la sociedad actual:
“facilitar” espacio para Dios