1. LA LENGUAY LOS HABLANTES
Raúl Ávila
1.- EL SIGNO Y LOS SIGNOS.
Cuando tomamos un objeto como representante de otro hecho distinto del objeto
mismo, estamos considerándolo como signo. Un signo es, pues, un hecho
perceptible que nos da información sobre algo distinto del mismo. Por ejemplo, el
que una persona traiga lentes, significa que no ve bien ya sea de lejos o de cerca,
es decir, nos está dando una información. Otro ejemplo de un signo son las
palabras que utilizamos al hablar y al escribir; así como cuando levantamos el
dedo pulgar hacia arriba haciendo un puño, que puede significar buena suerte o
que algo está bien. En los signos secundarios, la finalidad de comunicar algo más
allá del objeto mismo no es la función primaria: por ejemplo, cuando nos vestimos
o lo que comemos. En cambio, los signos primarios, su única función es la de
comunicar: se producen voluntariamente para establecer la comunicación, por
ejemplo, cuando movemos la mano abierta de un lado a otro (saludar o despedir)
uno lo hace para poder comunicar ya sea una bienvenida o una despedida. En los
signos secundarios, es involuntaria. Hay otra diferencia entre estos dos tipos de
signos. En los primarios, el receptor sabe que el emisor desea establecer la
comunicación, conoce su intención comunicativa. En cambio, en los secundarios,
el receptor no percibe necesariamente la intención comunicativa del emisor. La
semiología se ocupa del estudio de los signos producidos por el hombre. En este
sentido caben todos los signos de los que hemos hablado antes, sin embargo, hay
dos planteamientos del campo semiológico. El extenso; que abarca tanto los
signos primarios como los secundarios, y el limitado, que incluye únicamente el
estudio de los signos primarios. A la primera se le ha llamado semiología de la
significación, y a la segunda semiología de la comunicación. Dada la complejidad
y riqueza de la lengua, y dadas sus características distintivas, hay una disciplina
que, dentro de la semiología, se ocupa de su estudio: la lingüística. El mundo, ante
la interpretación del hombre, está lleno de significaciones. Tan pronto el hombre
decide ir más allá de los objetos mismos, encuentra que éstos tienen un valor que
los trasciende: una significación. La manera en que viste una persona nos puede
indicar sus status socioeconómicos, su tipo de actividad e, incluso, algunas
características de su personalidad. Cuando tomamos un objeto como
representante de otro hecho distinto del objeto mismo, estamos considerándolo
como signo. Un signo es un hecho perceptible que nos da información sobre algo
distinto de sí mismo. Signos primarios y secundarios: Los signos que un emisor
produce con la intención de establecer la comunicación son signos primarios, dado
que esa es su finalidad esencial. Los otros signos, cuya función básica no es la de
servir para comunicar algo, son signos secundarios.