1. Psicosis se refiere a los trastornos graves de personalidad que llevan asociadas alteraciones de
la conciencia y de la personalidad. Dentro de la psicosis en la infancia y adolescencia: ente sus
variables tenemos el Autismo, Esquizofrenia y la Psicosis Simbiótica.
La mayor parte de estos niños, a pesar de la diversidad de su adaptación a las obligaciones
familiares y escolares, se convierten en adultos con dificultades para hallar su lugar en la
sociedad. Sus realizaciones son nulas o trágicas y sus relaciones con los demás son también
difíciles.
De entrada hay que señalar que, erróneamente, la psicosis infantil se ha confundido
con el autismo, el cual suele implicar una actitud de aislamiento del mundo. Sin
embargo, la psicosis no necesariamente excluye el contacto con los demás, sino que
suele basarse en unadistorsión de la realidad.
De igual manera que prestamos atención a la salud física de los niños, hay que
vigilar la salud emocional y la mental, igual de importante para asegurar un correcto
desarrollo y crecimiento.
Los niños también pueden padecer problemas emocionales y psicológicos que,
generalmente, asociamos con la edad adulta, desde el estrés, la ansiedad a trastornos
más severos, como puede ser la psicosis. Conocer sus síntomas es fundamental para
detectar cualquier problema de salud mental y aplicar la terapia o tratamiento más
adecuado para el niño.
Síntomas y causasLa psicosis infantil puede ser sintomática o funcional. El
primer tipo se debe a causas psicológicas, mientras que el segundo se relaciona con
el daño físico, como una enfermedad o trauma de diversos tipos. Respecto a
la edad, la psicosis en la infancia suele manifestarse a partir de los tres años. En
algunos casos, puede estar motivada por contextos familiares difíciles. En estas
situaciones, los niños son propensos a ser víctimas de la situación familiar y de los
problemas de sus progenitores. De manera inconsciente, su mente puede distorsionar
el clima de tensión como arma de defensa.
En cuanto a los síntomas, la mayoría de los estudios sobre la psicosis infantil
distinguen entre dos tipos. Por un lado, señales como alucinaciones, problemas de
conducta y del lenguaje, y, por otro, síntomas como la depresión y la apatía, tanto
dirigidas a atraer la atención de los padres y de alguna manera a ejercer una forma de
control sobre ellos. Mecanismos inconscientes que a menudo surgen como
consecuencia de un traumatismo, situaciones y contextos particularmente tensos o
graves problemas familiares. La psicosis afectiva infantil sirve al niño para transmitir
un mensaje, mostrar su malestar y, en última instancia, alertar a los adultos de que
algo no está funcionando como debería, tal vez incluso en ellos.
2. Otras formas de psicosis son el denominado síndrome simbiótico, causado cuando
la separación de la madre provoca un severo episodio de ansiedad y pánico, y
el trastorno bipolar infantil, que se caracteriza por la alternancia de estados de ánimo
oscilantes entre la hiperactividad y la depresión. El síndrome simbiótico puede estar
relacionado, entre otras causas, con una actitud maternal fría y distante, que puede
hacer sentir al niño que no está debidamente protegido.
TratamientoLa consulta al psicólogo o psiquiatra siempre se recomienda en
caso de psicosis infantil. La opinión de un profesional, incluso en los casos menos
llamativos, puede ayudar a enfocar el problema e identificar las posibles causas, que
a menudo se encuentran en los padres o en las relaciones entre padres e hijos
deficientes en algunos aspectos. Obviamente, la culpa no es atribuible únicamente a
los progenitores, sino que también hay que analizar el entorno en el que vive el niño.
La terapia para la psicosis infantil puede requerir en algunos casos la administración
de fármacos específicos, prescritos por el médico. Nunca se debe dar medicamentos a
los niños, de ningún tipo, sin la prescripción médica.
• Niños poco sociables, tímidos, sin amigos e inhibidos.
• Conductas raras e inexplicables como el levantarse durante la noche a bañarse o
evitar comer por temor a envenenarse.
• Baja del rendimiento escolar de forma sorpresiva e inexplicable.
• Alucinaciones, delirios o conductas agresivas.
• Torpeza en los movimientos, repetición excesiva del mismo tema con dificultad
para hilar frases o crear palabras.
• Depresiones severas o intentos de suicidio.
¿Cómo podría comportarse un niño psicótico?
Los niños psicóticos manifiestan marcadas diferencias en sus conductas con las de los
niños que no sufren el trastorno. Son niños que lejos de disfrutar del juego y de
relacionarse con otros niños, toman marcada distancia de ellos, no participan del juego.
Podrían manifestarse más preocupados de aislarse de los otros niños en algún rincón, o
a manifestar conductas de terror frente a las espantosas imágenes de sus alucinaciones.
El niño psicótico se comporta, permanentemente, de forma "estrafalaria" y
desconcertante, pueden describirse como:
Aislamiento: presenta una clara falta de comunicación respecto al entorno. Ya desde los
primeros meses, se observa una falta de contacto ocular, hay ausencia de sonrisa (propia
ya del 3er mes), ausencia del miedo frente a personas o situaciones extrañas (ya
presente en el 8º mes). Rechaza, generalmente, el contacto físico, con frecuencia su tono
muscular es hipotónico (tono bajo), sus gestos son extraños, poco habituales, el niño se
muestra como absorto o "embobado" en sus propios movimientos o gestos. Explora el
entorno con formas especiales como el olfateo (de cosas, personas,...), se observan
trastornos en el lenguaje, muy diversos según el grado. El niño psicótico adquiere el
lenguaje más tarde de lo normal, de forma incompleta e inadecuada; también se ve
3. afectada la entonación. Hay trastornos de las funciones intelectuales, aunque son
difíciles de detectar, ya que parece variar según la población y los modos de atención y
no hay apenas posibilidad de comunicación con el especialista infantil encargado de
evaluarlo. Presenta una increíble capacidad retentiva (de memorizar), su esquema
corporal está muy alterado. Es característica la necesidad de realizar determinados
rituales al acostarse, salir, (el romper esa secuencia le hará "descontrolarse") pueden
darse ideas delirantes (de tipo persecutorio,...), alucinaciones (auditivas, por ej.) muy
difíciles de constatar. Trastornos en el sueño (insomnio). Trastornos en la alimentación,
retraso en el control de los esfínteres, etc. O con síntomas atípicos donde los niños
pueden ser inteligentes, su lenguaje suele estar bien desarrollado, utilizan en apariencia
el mismo sistema simbólico que los demás, pero, innegablemente, son diferentes. Hay
formas particulares de psicosis infantiles tardías.
Me gustaría destacar que el pronóstico del tratamiento de este trastorno, al igual que el
de la mayoría de los trastornos mentales graves, está asociado a su detección precoz e
intervención temprana. Lo anterior debería ser suficiente fundamento como para
evaluaciones preventivas durante el desarrollo del niño. Especialmente de aquellos que
dejan ver algunas conductas que los padres perciben como extrañas o alarmantes.
Consultar, en todos los casos, es mucho más beneficioso que enfrentar los costos y
sufrimiento que estas enfermedades implican cuando no son tratadas con anticipación.
El abordaje de la medicación, intervenciones oportunas de especialista y la comprensión
y manejo de la familia son importantes.
En el diagnóstico será fundamental discriminar si se trata de éste u otro trastorno que
puede desarrollarse con síntomas similares. Cuanto antes se intervenga, más se podrá
evitar el deterioro que implica sufrir este tipo de trastornos. El tratamiento básicamente
es farmacológico, prescrito por el psiquiatra infantil, pero no es curativo (es paliativo de
los síntomas). El tratamiento depende de la causa de la psicosis. Con frecuencia, se
necesita cuidado hospitalario para garantizar la seguridad del paciente.
Los fármacos antipsicóticos, que reducen las alucinaciones y los delirios y que mejoran
el pensamiento y el comportamiento, pueden ayudar, si la causa es un trastorno médico
o psiquiátrico. Su educación deberá ser especializada. La psicoterapia con el niño y con
la familia puede ayudar mucho.