María, la madre de Jesús, con su vida, es camino seguro para el cristiano que quiere acercarse a Jesús. Descubramos hoy la manera tan perfecta en que están unidos y cómo pueden ser un prototipo de unidad para todos los que queremos hacer vivir y reinar a Jesús en nuestro corazón.
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Sábado Santo: María: ¡Ama a tu Hijo por mí!
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UNIDAD DE ESPIRITUALIDAD EUDISTA
Sábado Santo: María: “Ama a tu Hijo por mí.”
Explicación del tema: María, la madre de Jesús, con su vida, es camino
seguro para el cristiano que quiere acercarse a Jesús. Descubramos hoy la
manera tan perfecta en que están unidos y cómo pueden ser un prototipo de
unidad para todos los que queremos hacer vivir y reinar a Jesús en nuestro
corazón.
Inicio: En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Pidamos perdón:por las veces en que no hemos descubierto en María el
camino seguro hacia Jesús.
Oremos:
Bendita seas, Virgen santa, por el honor que has dado a tu Hijo amadísimo en toda tu
existencia. Te ofrezco mi vida, Madre de vida y de gracia, y la consagro por entero a
honrar la tuya; suplico a tu Hijo Jesús, Dios de mi vida y de mi amor, que por su
inmensa bondad haga de mi vida un homenaje continuo y eterno a su santa vida y a la
tuya.
(San Juan Eudes, Vida y Reino, V parte, Para el sábado)
Lectura bíblica: Evangelio según san Mateo 28, 1-10.
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Meditación:
Padre de las misericordias y Dios te todo consuelo: ¿qué Corazones son los que así
tienes crucificados? ¿Cómo no prestas tu asistencia a tu único Hijo y a tu amable Hija
y humildísima Sierva? ¿Cómo quebrantas con ellos la ley que estableciste de que
sobre tu altar no se sacrifique el mismo día al cordero y a su madre? Porque en el
mismo día, a la misma hora, en la misma cruz y con los mismos clavos, tienes
clavado al Hijo único de la desolada María y al Corazón virginal de la inocentísima
Madre… ¿Es que no quieres que tenga otro verdugo su martirio, sino el amor que a tu
Unigénito tienes, ni que, en tan crueles tormentos, falte a este bondadosísimo Hijo, la
vista de los sufrimientos de esta dignísima Madre para más afligirle y atormentarle?
¡Alabanzas y bendiciones inmortales sean dadas Dios mío, al amor incomprensible
que tienes a los pecadores! ¡Gracias infinitas y eternas por todas las obras de este
divino amor!
(San Juan Eudes, El Corazón Admirable, Libro XII, Ejercicio de amor y piedad sobre los
dolores del Divino Corazón de Jesús y del Sagrado Corazón de María)
Oración final:
Te pido perdón, Madre de misericordia, por mis faltas y pecados de toda mi vida,
contra ti y contra tu Hijo. Te ofrezco, en satisfacción, el honor y la alabanza que has
recibido en el cielo y en la tierra. Me doy a ti, Madre de Jesús: entrégame, te lo ruego,
a tu Hijo. Destruye en mí, por tus méritos y tu intercesión, lo que a él desagrada.
Comunícame tu purísimo amor, tu humildad y demás virtudes. Haz que mi vida
entera y mis obras honren la vida y las acciones de tu Hijo. Asóciame al amor y a la
gloria que le das y le darás eternamente y sírvete de mi ser, de mi vida y de todo lo
mío, que es totalmente tuyo, para glorificarlo según tu beneplácito.
(San Juan Eudes, Vida y Reino, III parte, La devoción a la Santísima Virgen, Elevación a la
santa Virgen aplicable a cada misterio de su vida)
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Para meditar durante el día:
Corazón de Jesús y de María: tesoro inestimable de toda clase de bienes, sé mi único
tesoro, mi refugio y mi salvaguardia en este bondadosísimo Corazón de Jesús y de
María, que no me engañará ni me dejará nunca.
(San Juan Eudes, El Corazón Admirable, Libro XII, Cuarenta llamas de amor al
Corazón de Jesús)