1. Ampliar la cobertura en el sistema educativo
En Colombia la educación es un derecho ciudadano y una prioridad por parte del
gobierno
De acuerdo con la Constitución de 1991 y la Ley General de Educación de 1994, la
totalidad de los colombianos tienen derecho a acceder a la educación para su
desarrollo personal y para el beneficio de la sociedad. Actualmente la educación
obligatoria es de 10 años, desde los 5 hasta los 15 años de edad (desde los 6 hasta
los 16).2 Como un medio para ampliar el acceso y mejorar las competencias,
muchos países entre ellos Colombia han decidido ampliar dicho plazo, por eso
busca que en el 2030, la educación obligatoria cubra la media.
Recientes las políticas educativas han contribuido a ampliar significativamente la
participación de la educación en Colombia, en particular en aquellos niveles en los
que el número de matriculados había estado disminuyendo.
Aunque se han hecho significativos esfuerzos por ampliar esta cobertura, la
deserción escolar se suele presentar, existen varios factores que inciden en las
bajas tasas de asistencia escolar en Colombia, entre otros, una deficiente transición
entre niveles, las altas tasas de deserción escolar y un número representativo de
niños que no ingresan al sistema educativo. Aunque la tasa de deserción desde
preescolar hasta educación secundaria se ha reducido a más de la mitad entre 2002
y 2013, la proporción de niños en edad de cursar primaria que no están estudiando,
de hecho, ha aumentado, del 4% en 2000 al 9% en 2010. Aproximadamente uno de
cada cinco estudiantes en Colombia no continúa estudiando después de la primaria
(OCDE/CAF/CEPAL,2014).Dicho fenómeno obedece a las condiciones de pobreza
y vulnerabilidad en qué se suelen encontrar los niños, por lo cual los padres optan
porque no asistan a la institución, pues en muchos casos son familias numerosas
y con muy escasos recursos
2. Disminuir la tasa de analfabetismo, enfocándose en el sistema de educación
indígena
Las reformas educativas con las cuales Colombia se ha comprometido requerirán
un liderazgo claro y una gran coordinación en todo el sector. Lo cual implica un
mayor involucramiento y apoyo por parte del gobierno en la implementación de
estrategias para llegar a la población minoritaria como lo son los indígenas y las
zonas más alejadas de nuestro territorio.
Dicha acción es muy cuestionable y presenta dificultades puesto que el apoyo por
parte del gobierno para destinar recursos en la preparación de estas personas es
mínimo y presenta muchas deficiencias, pues una inversión de suma cuantía
genera un “gasto” considerable por parte del gobierno, y estos no están dispuestos
a realizar esta clase de labores, pues económicamente no tiene ninguna
rentabilidad para ellos.
En este mismo sentido la barrera cultural es un gran afluente que no favorece la
comunicación con dichas comunidades, puesto que la confianza es difícil de ser
ganada por ellos y se hace fundamental en el proceso de alfabetización.