LO QUE NUNCA DEBARIA HABER PASADO PACTO CiU PSC (Roque).pptx
Qué pasa en Brasil?. Escenario 2015 - 2016
1. Noticias Destacadas
Dólar blue alcanza record de $16. En OIKOS te explicamos la razón.
Esta semana el blue alcanzó la cifra récord de $16. Esta suba está explicada fundamentalmente a cuatro factores: a)
mayor demanda producto de la fuerte expansión monetaria (M2 privado crece a 36% ia); b) aumentaron las
expectativas de devaluación, el mercado espera una devaluación mayor 35% para los primeros meses de 2016; c) se
redujeron fuertemente los montos autorizados de “dólar ahorro” contrayendo la oferta de divisas; d) producto de los
allanamientos, multas, castigos y sanciones realizadas sobre puntos de venta el mercado paralelo se redujo
aumentando su volatilidad.
Bolsa de China sufre caída de 7,63%
La Bolsa de Shanghai sufrió una nueva caída, esta vez de un 7,63%, llegando a los 2.964,97 puntos, luego de la baja
histórica de este lunes (-8.5%), en medio de un mercado en pánico por el debilitamiento de la economía china.
El Gobierno consiguió US$ 1500 millones (equivalente en pesos) mediante bono atado al dolar
El Gobierno triplicó el monto de la emisión de bonos vinculados al tipo de cambio oficial. La semana pasada había
anunciado que salía a buscar el equivalente a 500 millones de dólares. Sin embargo, días despues en el Boletín Oficial,
rectificó que la emisión por US$ 1.500 millones. La insaciable necesidad de financiamiento del gobierno se encontró
con un mercado ávido de instrumentos que mitiguen el riesgo de una devaluación
.
ÍNDICE
Nota Principal 2
Twits de la semana 4
Noticias Destacadas 1
2da Quincena de Agosto 2015
2. NOTA PRINCIPAL
Qué pasa en Brasil?. Escenario 2015-2016
El país vecino está atravesando un año complejo. Tras apenas siete meses de reasumir la presidencia, Dilma Rousseff se enfrenta a un panorama
interno altamente crítico, a tal punto que gran parte de la población y la oposición reclama su remoción del cargo.
Este brote de fuerte descontento social tiene su origen tanto en eventos de carácter político como económico.
Por el lado político, las múltiples denuncias y escándalos de corrupción en torno a Petrobras afectaron de sobremanera a la imagen de la primera
mandataria. A su vez, este factor negativo de carácter político se conjugó con la introducción de un programa de ajuste fiscal (impopular por
definición) al inicio del actual mandato, en un momento donde también el escenario internacional y regional se tornó significativamente más hostil.
En lo que va del año se observa un claro denominador común en la región: el colapso de las exportaciones por el fortísimo retroceso de los precios de los
commodities, junto con las menores inversiones privadas, como consecuencia del menor atractivo de una Latinoamérica estancada, y un EE.UU. que se
encuentra recuperando momentum y a punto de elevar los rendimientos financieros. Adicionalmente, China (que concentra el 20% de las exportaciones totales
de Brasil) se encuentra creciendo al ritmo más lento de los últimos 25 años, mostrando también una mayor volatilidad en sus mercados financieros, al tiempo
que se encuentra reajustando la cotización de su moneda.
Este cóctel ha resultado altamente explosivo: por la fuerte salida de capitales y el desplome del comercio exterior (-76% interanual del saldo comercial
acumulado de los últimos 12 meses) la cotización del real brasileño se debilitó durante todo 2015, alcanzando su menor nivel desde principios de
2003 con un promedio de 3,50 reales por dólar durante lo que va de agosto. Como consecuencia del vertiginoso ritmo de depreciación (+58% ia) y alguna
corrección en las tarifas del servicio eléctrico, el nivel de precios mostró una aceleración notable. Se estima la inflación alcance el 10% este año, muy por
encima del techo de la meta inflacionaria, fijado en 6,5% por el BCB.
Esta sucesión de hechos desafortunados no ha hecho más que seguir erosionando la credibilidad, no solo de Dilma, sino de todo su equipo económico. Como
caso testigo de la incrementada desconfianza, la agencia de calificación Moody’s revisó a la baja la nota de la deuda de Brasil de”Baa2″ a “Baa3″.
Si bien es cierto que el desmejorado panorama exterior ha tenido un gran impacto, el torpe timing del recorte fiscal, la cuestionable falta de
intervención en el mercado cambiario para moderar el pass-through a precios, y la utilización de la suba de la tasa de interés SELIC como
prácticamente el único antídoto anti-inflacionario, se erigen como las tres grandes fuentes de cuestionamientos por parte del periodismo económico.
3. En el análisis global, 2015 se encamina a ser el peor año de las últimas dos décadas, dado que se vaticina una caída del 2,2%. El último dato publicado refleja
un retroceso del PIB del -1,9% en el 2T15 (en la comparación interanual). De esta manera, la economía brasileña ha caído en recesión técnica. Como
consecuencia del deterioro generalizado, el mercado laboral tampoco resultó ileso. El último relevamiento de julio arrojó una tasa de desempleo del 7,5%,
siendo esta la más alta desde la salida de la crisis sub-prime. Con todo esto, Dilma sufre los mayores niveles de desaprobación desde 1987, con un rechazo
del 71% de la población, según cifras de Datafolha.
Teniendo en cuenta el panorama actual, las perspectivas para 2016 lucen poco alentadoras.
La desaceleración de China parecería haber llegado para quedarse. Los fundamentals del crecimiento del gigante asiático de las últimas décadas marcan
que, si bien seguiría creciendo, el dinamismo de 2016-2017 lejos estaría de los niveles mostrados durante años anteriores.
Adicionalmente, la recuperación de EEUU y la consiguiente suba de tasas esperada para 2016 no harían más que reforzar la actual tendencia al
debilitamiento de los commodities y la salida de capitales desde los emergentes hacia plazas más “seguras” (proceso conocido como flight to quality).
Esta dinámica tendería a debilitar aún más las monedas de LATAM, generando mayores presiones inflacionarias y volatilidad, como producto de una probable
profundización de las políticas anti-cíclicas que ya tuvieron lugar en gran parte de la región.
De todos modos, existen algunos factores que podrían jugar a favor de la recuperación. Se estima el gobierno brasileño moderaría sus intenciones de balancear
las cuentas fiscales, dado el crítico momento político. Incluso sería probable que durante el próximo año tengan lugar mayores estímulos fiscales si el nivel de
actividad no logra dar señales de recuperación en el arranque del año. También, la fuerte depreciación del real ha superado largamente la de los principales
socios comerciales de Brasil, por lo que el tipo de cambio real se ha recompuesto notablemente, dando un plus de competitividad a la industria local, de gran
importancia en la matriz productiva brasileña.
Con todo esto, se estima la caída del PIB se recorte considerablemente, llegando a un -0,7% en 2016. En la misma línea, se espera el ritmo de depreciación
se desacelere, y esto, sumado al contexto de debilidad económica, harían que la inflación ceda algunos puntos, marcando un retroceso con respecto al nivel
de 2015. Como resultado, se pronostica un aumento de precios del orden del 7,5% a 8% para 2016. Por su parte, si bien durante lo que resta del
corriente año tiene algún recorrido alcista, en 2016 la tasa de desempleo se estabilizaría en torno al 8%, algo por encima del promedio de la última
década; nada mal si se lo compara contra nuestra “no crisis” de +27% de inflación y -1% de crecimiento del PIB y múltiples escándalos de corrupción,
en un año donde incluso se postergó la corrección del atraso cambiario y tarifario.
En este sentido no quedan dudas: el paladar brasileño con respecto a la performance de sus dirigentes políticos se tornó mucho más exigente.