Este documento trata sobre el rol de la farmacología en el manejo de las enfermedades crónicas no transmisibles, enfocándose en la hipertensión pulmonar. Explica que las enfermedades crónicas no transmisibles son la principal causa de muerte a nivel mundial y comparten factores de riesgo como el tabaquismo y la falta de actividad física. Luego define la hipertensión pulmonar, sus síntomas, diagnóstico y tratamiento farmacológico actual basado en diez medicamentos de cinco
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Rol de la farmacología en el manejo de las enfermedades crónicas no transmisibles-Hipertensión pulmonar y su abordaje terapéutico farmacológico
1. UNIVERSIDAD TÉCNICA DE MANABÍ
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
ESCUELA DE MEDICINA
ESTUDIANTE:
ESPINOZA MENÉNDEZ EMILIO ANDRÉS
ASIGNATURA:
FARMACOLOGÍA II
DOCENTE:
DR. JHON ALEXANDER PONCE ALENCASTRO
NIVEL:
SEXTO NIVEL PARALELO “B”
PERÍODO ACADÉMICO
MAYO 2021 – SEPTIEMBRE 2021
PORTOVIEJO MANABÍ ECUADOR
2. ROL DE LA FARMACOLOGÍA EN EL MANEJO DE LAS ENFERMEDADES
CRÓNICAS NO TRANSMSIBLES:
Hipertensión pulmonar y su abordaje terapéutico farmacológico
Espinoza Menéndez Emilio Andrés1
Correo institucional: eespinoza5766@utm.edu.ec
1
Estudiante de la Escuela de Medicina, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Técnica
de Manabí, Portoviejo-Manabí, Ecuador.
Resumen
Introducción: El término enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) se refiere a aquellas
enfermedades que no son causadas por una infección aguda. Generalmente son de larga
duración y puede ser resultado de factores genéticos, fisiológicos, ambientales y conductuales.
Tiene una alta tasa de mortalidad y discapacidad en el mundo. Objetivo: Definir el papel de la
farmacología en su manejo de las enfermedades crónicas no transmisibles, enfocándose en la
hipertensión pulmonar y su abordaje terapéutico. Metodología: Para la siguiente investigación
se realizó una búsqueda en las bases de datos de PubMed, Science Direct, Scielo, Google
Scholar. Seleccionamos un total de 16 artículos que cumplían con los criterios de selección
planteados. Conclusión: Son múltiples los factores que pueden contribuir al desarrollo de la
hipertensión arterial pulmonar, en muchos casos tiene un inicio insidioso, por lo que es
sumamente importante conocer los mecanismos fisiopatogénicos de la enfermedad para una
detección temprana y oportuna, y de esa manera dar un tratamiento específico que permita
mejorar la calidad de vida del paciente.
Palabras claves: Farmacología, enfermedades crónicas no transmisibles, enfermedades
respiratorias, hipertensión pulmonar.
Abstract
Introduction: The term chronic non-communicable diseases (CNCD) refers to those diseases
that are not caused by an acute infection. They are generally long-lasting and can be the result
of genetic, physiological, environmental, and behavioral factors. It has a high death and
disability rate in the world. Objective: To define the role of pharmacology in its management
of chronic non-communicable diseases, focusing on pulmonary hypertension and its
therapeutic approach. Methodology: For the following research, a search was carried out in
the databases of PubMed, Science Direct, Scielo, Google Scholar. We selected a total of 16
articles that met the selected selection criteria. Conclusion: There are multiple factors that can
3. contribute to the development of pulmonary arterial hypertension, in many cases it has an
insidious onset, so it is extremely important to know the pathophysiological mechanisms of the
disease for an early and timely detection, and thus give a specific treatment that improves the
quality of life of the patient.
Key words: Pharmacology, chronic non-communicable diseases, respiratory diseases,
pulmonary hypertension.
Introducción:
Hoy en día las enfermedades crónicas no transmisibles constituyen la principal causa de muerte
y discapacidad a nivel mundial, ya sea por el costo elevado de la hospitalización, el de su
tratamiento médico y de su posterior rehabilitación. Estas enfermedades son de larga duración
y presentan una evolución lenta, entre las principales están las enfermedades cardiovasculares,
la diabetes, enfermedades respiratorias crónicas y la enfermedad renal, la mayoría comparte
los mismos factores de riesgo como es el tabaquismo, mala alimentación, falta de actividad
física y consumo excesivo de alcohol. En este ensayo nos centramos en las enfermedades
respiratorias crónicas, específicamente en la hipertensión arterial pulmonar (HAP). La HAP es
una enfermedad crónica, que se caracteriza por una proliferación vascular y se remodelado.
Esto provoca un aumento progresivo de las resistencias vasculares pulmonares y a la final un
fallo del ventrículo derecho y la muerte. El objetivo de este ensayo es definir el papel de la
farmacología en su manejo de las enfermedades crónicas no transmisibles, enfocándose en la
hipertensión pulmonar y su abordaje terapéutico.
Metodología:
El presente trabajo tuvo por objeto la búsqueda bibliográfica con carácter descriptivo y
transversal sobre el papel de la farmacología en las enfermedades crónicas no transmisibles,
enfocado en el abordaje terapéutico de la hipertensión pulmonar. Una vez ya determinado el
tema y el título del ensayo se seleccionaron los correspondientes descriptores de ciencias de la
salud, en base a los cuales se escogieron los artículos científicos que se relacionaban con el
tema que se abordó, con ayuda de las bases de datos de PubMed, Science Direct, Scielo, Google
Scholar, entre otras. Se seleccionó aquellos artículos que tenían un nivel de evidencia alta, con
buen sustento y rigurosidad científica y que cumplían con los criterios de selección planteados.
Los artículos seleccionados corresponden a una fecha de publicación no mayor de 10 años de
antigüedad con contenidos que resulten relevantes y bibliografías médicas que no sean mayores
a este periodo de tiempo. En base a esto se seleccionó un total de 16 artículos que cumplían los
criterios planteados y nos ayudaron a la posterior redacción del ensayo.
Desarrollo:
4. ENFERMEDADES CRÓNICAS NO TRANSMISIBLES
Las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) son la principal causa de muerte y
representan el 70% de las muertes en el mundo. También conocidas como enfermedades
crónicas, las ECNT incluyen principalmente enfermedades cardiovasculares (como
enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares), cáncer, enfermedades respiratorias
crónicas (como enfermedad pulmonar obstructiva crónica y asma) y diabetes. La incidencia de
las ECNT está aumentando con el tiempo, convirtiéndose en una de las amenazas más
importantes para la salud humana (Gong et al., 2018).
Se podría decir que en la actualidad las enfermedades crónicas no transmisibles constituyen
uno de los mayores retos que enfrentan los sistemas de salud a nivel mundial. Lo son por varias
razones: el gran número de casos afectados con sus consabidas tasas de incidencia cada vez
más crecientes, su gradual contribución a la mortalidad general, porque son la causa más
frecuente de discapacidad, por el costo elevado de la hospitalización, el de su tratamiento
médico y el de su posterior rehabilitación. Su emergencia como problema de salud pública
sigue siendo el resultado de varios factores: cambios sociales, culturales, políticos y
económicos que modificaron el estilo y condiciones de vida de un gran porcentaje de la
población (Ángel et al., 2018).
Estas enfermedades se ven favorecidas por factores tales como: la urbanización rápida y no
planificada, la generalización de modos de vida poco saludables o el envejecimiento de la
población. Se debe insistir en combatir los factores de riesgo que son modificables (ingestión
excesiva de sal, el tabaquismo, el sedentarismo y el alcoholismo) y tratar adecuadamente los
factores de riesgo metabólicos (hipertensión arterial, hiperglucemia, hiperlipidemia, el
sobrepeso y la obesidad) (Forouzanfar et al., 2016).
Otros problemas en los pacientes con enfermedades crónicas lo constituyen el padecer de
cáncer, enfermedades reumáticas, otros trastornos osteomusculares degenerativos y la
demencia. Estos dos últimos contribuyen a una gran discapacidad en la población, no solo en
el adulto mayor porque muchas veces personas con menos de 50 años están aquejadas de estos
padecimientos, que afectan por supuesto la calidad de vida, constituyen una carga social y la
afectación económica que ejerce.
El tratamiento farmacológico es una de las principales herramientas terapéuticas en los
pacientes crónicos. Sin embargo, su implementación en la práctica clínica tiene muchas
dificultades, por ejemplo, derivadas de la insuficiente información proveniente de los ensayos
clínicos sobre los efectos en pacientes con múltiples enfermedades, más añosos, con déficits
para el cumplimiento terapéutico y otras circunstancias (Málaga, 2014).
5. GENERALIDADES DE LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL PULMONAR
La hipertensión pulmonar (HP) es una entidad clínica producida por diferentes enfermedades.
Se caracteriza por el desarrollo de cambios moleculares y anatómicos en la circulación
pulmonar, que conlleva un aumento en las resistencias vasculares pulmonares (RVP), lo que
provoca una insuficiencia cardíaca derecha y finalmente la muerte.
La HP es un trastorno fisiopatológico que cursa con elevación de la presión en la circulación
pulmonar que deriva de una gran variedad de procesos clínicos y puede complicar la mayoría
de las enfermedades cardíacas y respiratorias. Se define por presiones media en la arteria
pulmonar (PmAP) ≥ 25 mmHg en reposo, evaluadas por cateterismo cardíaco derecho.
(Zagolin et al., 2015).
En la HAP, la vasculatura pulmonar está obstruida dinámicamente por vasoconstricción,
estructuralmente obstruida por remodelado vascular adverso y patológicamente no compatible
como resultado de fibrosis vascular y rigidez. Muchos tipos de células son anormales en la
HAP, incluidas las células vasculares (células endoteliales, células de músculo liso y
fibroblastos) y células inflamatorias.
La baja prevalencia y la ausencia de síntomas específicos es la razón por la cual la HAP
permanece como una condición poco reconocida y sub-diagnosticada, siendo los síntomas más
comunes: disnea, dolor torácico, fatiga y síncope. Esta entidad afecta fundamentalmente a
mujeres jóvenes (relación 8:1 con hombres), en plena edad productiva desde el punto de vista
familiar, social y laboral, que en el momento del diagnóstico la mayor parte se encuentra en
Capacidad Funcional III (B. & V., 2015).
El origen es desconocido, pero se postula la existencia de una predisposición genética sobre la
que deben actuar factores facilitadores y desencadenantes que dan lugar al inicio de la
enfermedad. Una base genética poligénica sobre la cual se superponen factores facilitadores y
gatillantes, inflamatorios y ambientales que permiten el desarrollo y progresión de la
enfermedad (Soubrier et al., 2013).
En las guías europeas de 2015 se clasificó la HP en 5 grupos (hipertensión arterial pulmonar,
hipertensión pulmonar secundaria a cardiopatía izquierda, hipertensión pulmonar secundaria a
enfermedades pulmonares y/o hipoxia, hipertensión pulmonar tromboembólica crónica y otras
obstrucciones de arterias pulmonares, hipertensión pulmonar de mecanismos desconocidos o
multifactorial) (Kylhammar et al., 2018).
Si nos referíamos al tratamiento farmacológico actualmente se encuentran disponibles diez
medicamentos de cinco clases de sustancias diferentes para el tratamiento de la HP y, a
menudo, se administran en combinación. La estrategia de tratamiento está determinada por la
6. estratificación del riesgo en función de la gravedad de la enfermedad, junto con el fenotipo
clínico y las posibles enfermedades acompañantes (Hoeper et al., 2017).
CLÍNICA DE LA HIPERTENSIÓN PULMONAR
El síntoma inicial es la disnea de esfuerzo, que se caracteriza por ser progresiva y está dada por
la disfunción paulatina del VD secundaria a su incapacidad para adaptar el gasto cardiaco a la
demanda física. Por lo tanto, estos pacientes presentarán fatiga, letargo, disnea, angina o
síncope de esfuerzo; en fases avanzadas, estos síntomas se producen en reposo (Guiot et al.,
2019). Los signos asociados más frecuentes son: presencia de onda a (por la baja distensibilidad
del VD) y de onda v (por la regurgitación tricúspide) en el yugulograma, refuerzo del segundo
tono pulmonar, presencia de un tercer tono, soplo pansistólico de insuficiencia tricúspide y
diastólico de regurgitación pulmonar. Los signos derivados de la disfunción avanzada del VD
son la presencia de ingurgitación yugular, hepatomegalia, ascitis y edemas.
Durante la exploración física, la presencia de pulsos en el borde paraesternal izquierdo, un
segundo ruido cardiaco aumentado, presencia de soplos de regurgitación tricúspide o de
insuficiencia pulmonar, hacen sospechar de hipertensión pulmonar (Forfia & Trow, 2013). En
pacientes con antecedentes de esclerodermia, candidatos a trasplante hepático y familiares de
pacientes con HAP hereditaria es necesario realizar un ecocardiograma aun en ausencia de
síntomas (Humbert et al., 2012).
Una vez entendido eso podemos encaminarnos al diagnóstico. Ante la sospecha clínica de HP,
la prueba inicial que hay que realizar es un ecocardiograma transtorácico y valorar la
probabilidad con los siguientes criterios ecográficos empleados para valorar la probabilidad de
HP son, los cuales son: Velocidad pico de regurgitación tricuspídea, Parámetros del VD: índice
de excentricidad, relación diámetros basales entre ambos ventrículos, parámetros relacionados
con la arteria pulmonar: tiempo de aceleración en el tracto de salida del VD, velocidad de
regurgitación pulmonar en diástole precoz, diámetro de la arteria pulmonar, parámetros
relacionados con el tamaño y la variabilidad respiratoria de la vena cava inferior (Kylhammar
et al., 2018).
Si la probabilidad es baja se deben considerar diagnósticos alternativos. Si la probabilidad es
intermedia o alta el siguiente paso es descartar una patología cardíaca o respiratoria. En caso
negativo, la siguiente prueba sería una gammagrafía V/Q para valorar una posible hipertensión
pulmonar tromboembólica crónica (HPTEC). Si existen defectos de perfusión se completará el
estudio de probable HPTEC. El diagnóstico hemodinámico con cateterismo cardiaco derecho
(CCD) se realizará en una unidad experta en HP. Si se confirma HAP, se completará el estudio
para la identificación del subtipo.
7. ABORDAJE TERAPÉUTICO DE LA HIPERTENSIÓN PULMONAR
Es importante empezar diciendo que no existe ningún estudio clínico que recomiende algún
medicamento específico con mayor énfasis que otro (Tamura & Kimura, 2015). La evaluación
de la severidad y determinación de la clase funcional de la Organización Mundial de la Salud
determinan el tratamiento. Actualmente existen cuatro tipos de fármacos específicos para el
tratamiento de la HAP:
➢ Inhibidores selectivos de la 5-fosfodiesterasa
Sildenafil: Dosis de 20, 40, 80 mg tres veces al día para los pacientes clase funcional II y III;
se recomienda usar la dosis máxima tolerada, ya que ofrece mejoría de la clase funcional con
el esquema de 80 mg (Taichman et al., 2014).
• Antagonistas del receptor de endotelina
Bosentan: En cuatro estudios doble ciego controlados con placebo demuestran mejoría de los
pacientes clase funcional II, III y IV, modificaciones hemodinámicas, retraso del deterioro
funcional y disminución de hospitalizaciones. La dosis recomendada es 62.5 mg cada 12 horas
de forma inicial por cuatro semanas y posteriormente, 125 mg cada 12 horas para
mantenimiento. Dentro de los efectos adversos asociados se encuentran alteraciones de las
pruebas de función hepática, que son más frecuentes con dosis superiores a 250 mg, por lo que
se sugiere valoración mensual del funcionamiento hepático (Channick et al., 2011).
• Prostanoides
Epoprostenol. Un tratamiento intravenoso de forma continua, administrado por catéter venoso
central a dosis de 1-2 ng/kg/min44 en pacientes con HAP asociada a esclerosis sistémica
demostró mejoría en la capacidad física y en pruebas hemodinámicas. Sin embargo, no se
observó beneficio en la supervivencia. Se propone para la clase funcional IV, considerando la
vía de administración, la dosis máxima tolerada por el paciente y los riesgos de infección del
sitio de catéter venoso central (Ordoñez-Vázquez et al., 2015)
• Estimulador de la guanilato ciclasa soluble
Riociguat. En pacientes con clase funcional II-III, administrando 2.5 mg al día durante 12
semanas se demostró mejoría sobre la capacidad física, tolerancia al ejercicio, pruebas
hemodinámicas, disminución de la progresión a eventos adversos, modificación de la escala de
disnea de Borg y disminución del péptido natriurético cerebral sérico. La reacción adversa más
frecuente relacionada a la terapia fue el síncope asociado a hipotensión (en el 1% de los
pacientes). Está contraindicado utilizar Riociguat ante datos de hipotensión, por lo que se debe
8. verificar, previo uso, que el paciente tenga presión arterial sistólica mayor de 95 mmHg
(Ordoñez-Vázquez et al., 2015).
Ideas destacadas
En la actualidad las enfermedades crónicas no transmisibles son una causa importante de
morbilidad y mortalidad a nivel mundial. Son afecciones de larga duración con una progresión
generalmente lenta. Hay 4 tipos principales de enfermedades crónicas: enfermedades
cardiovasculares, el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes. Estas
enfermedades comparten factores de riesgo que incluyen el tabaquismo, la inactividad física y
el uso excesivo de bebidas alcohólicas. Por lo que una de las medidas preventivas está centrada
en mejorar el estilo de vida de los jóvenes.
Dentro de las enfermedades respiratorias crónicas tenemos la hipertensión pulmonar. La HP es
una condición compleja y de mal pronóstico. Las formas idiopáticas y familiar constituyen
cerca del 40% de la etiología y el 60% restante aparece en pacientes portadores de
comorbilidades. La prevalencia de la hipertensión pulmonar tiene una relación mujer: hombre
de 4:1 con una media de edad de 50 años, aunque se puede presentar a cualquier edad.
La fisiopatología de la hipertensión pulmonar se explica por una interacción multifactorial que
genera disfunción endotelial en las arterias pulmonares, se produce una alteración de las
sustancias vasodilatadoras y vasoconstrictoras endoteliales, produciendo una remodelación
vascular, aumentando progresivamente la resistencia vascular pulmonar.
Actualmente no hay cura para la hipertensión pulmonar, sin embargo, el tratamiento
farmacológico como no farmacológico puede ayudar a controlar la afección; ambos ayudan a
mejorar los síntomas y frenar el avance de la hipertensión pulmonar. Entre los medicamentos
están los vasodilatadores, inhibidores selectivos de la 5-fosfodiesterasa, antagonistas del
receptor de endotelina, prostanoides y los estimuladores de la guanilato ciclasa.
Aportes a mi formación
La realización de este ensayo considero que fue de mucha ayuda para mi formación académica
como futuro médico. Es de gran relevancia para nosotros como estudiantes de la carrera de
medicina empezar en el mundo de la investigación y así obtener la información más actualizada
sobre un tema en específico. En este caso aprendimos sobre el rol de la farmacología en las
enfermedades crónicas no transmisibles, centrándonos en el abordaje terapéutico de la
hipertensión pulmonar. Como se investigó cada año aumenta la prevalencia de las
enfermedades crónicas no transmisibles, esto constituye un verdadero reto para los sistemas de
salud, debido a que estas enfermedades provocan un colapso de los centros de salud además de
tener una alta tasa de mortalidad.
9. También se investigó sobre las generalidades de la hipertensión pulmonar y de su tratamiento
tanto farmacológico como no farmacológico. Lastimosamente hoy en día no existe cura para
la hipertensión pulmonar, pero hay medidas terapéuticas como cambios en el estilo de vida y
ciertos tipos de medicamentos que pueden mejorar la supervivencia de los pacientes.
Conclusiones
Las ECNT tienen un impacto económico enorme, no sólo por los costos derivados de la
atención médica sino también debido a la pérdida de productividad de las personas afectadas,
ya que un cuarto de las muertes por estas causas ocurre en personas menores de 60 años.
Las enfermedades crónicas no transmisibles están representadas principalmente por las
enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer y enfermedades respiratorias crónicas. Estas
patologías se asocian a una serie de factores de riesgo comunes, dentro de los cuales los más
importantes son: la alimentación inadecuada, la inactividad física, el consumo de tabaco y el
consumo de alcohol.
En la hipertensión pulmonar los vasos sanguíneos de los pulmones se estrechan, bloquean o
destruyen. El daño reduce el flujo de sangre a través de los pulmones, y la presión en las arterias
pulmonares se eleva. El corazón debe trabajar más duro para bombear la sangre a través de los
pulmones. El esfuerzo adicional termina por hacer que el músculo del corazón se debilite y
falle.
Hay que tener en cuenta que el diagnóstico de la hipertensión pulmonar de manera precoz es
complicado debido a que a menudo no se detecta en una exploración física de rutina. Incluso
cuando la enfermedad está más avanzada, los signos y síntomas son similares a los de otras
afecciones cardíacas y pulmonares. Por lo que se necesitan de pruebas más específicas como
un ecocardiograma transtorácico.
No hay cura para la hipertensión pulmonar pero ciertos tipos de tratamientos pueden ayudar a
controlar la afección. Se requiere un poco de tiempo para encontrar el tratamiento más
adecuado para la hipertensión pulmonar. Los tratamientos a menudo son complejos y requieren
una atención de seguimiento extensa. Entre los medicamentos más utilizados tenemos: los
vasodilatadores, inhibidores selectivos de la 5-fosfodiesterasa, antagonistas del receptor de
endotelina, prostanoides y los estimuladores de la guanilato ciclasa.
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