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TIEMPOS "POSMODERNOS": AJUSTE Y SALUD MENTAL
Alicia Stolkiner
(Publicado en el libro : POLÍTICAS EN SALUD MENTAL, Comp. O.Saidon y
Pablo Troianovsky , Lugar Editorial, Buenos Aires, 1994.) ( pags. 25 a 55)
INTRODUCCION
En la película "Tiempos Modernos", Charles Chaplin sintetizó en imágenes una época. En las
vicisitudes de una historia individual desfilan los principios del fordismo rigiendo la producción, los
tiempos y las vidas; la Gran Crisis rompiendo la ilusión del Mercado Autoregulado y precipitando
rupturas en los destinos colectivos y personales, las fuerzas institucionales (en este caso la
policía y la psiquiatría) tratando de controlar las disfuncionalidades provocadas .
Sabemos cómo siguió la historia. Guerra de por medio y en un mundo bipolar, el capitalismo
abrió una etapa . El keynesianismo como principio de relación del Estado con la Economía, el
Estado Benefactor en funciones de redistribución de la riqueza y de regulación de las tensiones
entre el capital y el trabajo y, para los países atrasados, el sueño del desarrollo por vía de la
industrialización y la sustitución de importaciones.
Este proceso encontró su disrupción en la crisis de los 70, que algunos definen como crisis
del Fordismo. Crisis en la que se incorpora poco después la bancarrota del socialismo real. Nos
detendremos en ella porque parece haber inaugurado la época de los " pos " : posfordismo,
postindustrial, posmodernidad etc.
Dice al respecto un autor italiano, refiriéndose a los países centrales : ..."La crisis es un
intermedio dentro de cuyos límites el presente se desconoce a sí mismo. Las fronteras entre
posible e imposible se vuelven inseguras y los paradigmas que permitían fijar objetivos, ins-
trumentos y comportamientos para el conjunto de las fuerzas sociales, dejan de operar con la
fuerza acostumbrada. El desarrollo sin cambios estructurales profundos es sustituido por cambios
y tensiones que operan mientras el desarrollo parece haberse congelado.....La crisis parece
presentarse...como liberación de la realidad frente a la teoría, una realidad decidida a quebrar
seguridades establecidas y que siembra un camino de acertijos. Desde 1974 hubo de todo:
estancamiento con inflación, crecimiento económico con aumento del desempleo, políticas
antikeynesianas con déficits presupuestales sin precedentes, retórica librecambista con
reafirmación del papel central del dólar, baja en el nivel de vida de millones de trabajadores y
altos niveles de paz social, etc. ...aunque sea evidente para todos, es conveniente recordarlo: la
crisis del capitalismo es también crisis de las ideas y de las perspectivas. Un momento de pausa
que, mientras produce una baja sensible en las seguridades axiomáticas del pasado, impone una
atención más puntual hacia procesos históricos originales que requieren nuevos instrumentos
analíticos para su interpretación. La realidad deja de ser una extensión enriquecida de alguna
teoría y se convierte en reto y momento de redefinición de toda teoría"..(1
)
La "mundialización" de la crisis condujo a la aplicación de políticas comunes internacionales
para su superación. La apertura de los mercados, la desestatización de la economía y la
flexibilización laboral comforman hasta hoy el trípode organizador de la respuesta capitalista.(2
)
Una aclaración necesaria es que, si bien muchos de los problemas a encarar son comunes
con los países centrales, las diferencias también son grandes. Algunas de las investigaciones
que se citarán corresponden a economías desarrolladas, pero consideramos necesario señalar
que no es lo mismo hablar de procesos de marginación en un país central que en América
Latina. "Aún cuando la política neoliberal ha empobrecido y lanzado al desempleo a grandes
grupos en los países centrales, estos grupos no son mayoritarios y tienden también a ser margi-
nales políticamente. En nuestros países, por el contrario, el empobrecimiento involucra a la
2
mayoría de la población"..(
3
). Hablar de marginación en nuestro caso, es hablar de los excluidos
en sociedades que, a su vez, son periféricas y marginales en términos de poder y economía.
Esta misma diferencia vale para las formas políticas y las transformaciones del Estado. La
mundialización de la economía, así como la velocidad y simultaneidad de la información, no
implican que, en ese sistema único, los lugares sean equivalentes o similares, sino
complementarios o alternos. Aún cuando un modelo o propuesta sea similar --tal el ejemplo de la
propuesta neoliberal-- sus objetivos distan de ser los mismos en todos los países. La restricción
del gasto público en nuestro subcontinente, por ejemplo, tiene como objetivo predominante
cumplir con los compromisos de pago de la deuda externa, antes que ser parte de una estrategia
de modernización global del aparato productivo.
Por otra parte, en lo que hace al Estado Benefactor, cabe preguntarse si entre nosotros llegó
a ser algo más que una tendencia. Dice Adriana Marshall: ..."El Modelo propuesto por el régimen
liberal en este ámbito no representó una inflexión de las tendencias históricas anteriores, puesto
que en el pasado bajo la apariencia de un estado ~protector~, la dinámica de financiamiento del
gasto público en general y del de la seguridad social en particular ya hacía recaer sobre los
trabajadores una fraccion importante del costo de las prestaciones colectivas"..(4
)
Un análisis detallado del gasto del Estado en las últimas décadas dejaría en claro que su
aspecto más grueso estuvo directamente traspasado a sectores privados que construyeron
masas importantes de capital y poder a través de él (créditos impagos, subsidios, exenciones
impositivas, etc.). Se trata de un capitalismo de alta ineficiencia, acostumbrado a ganancias
financieras coyunturales e improductivas. Esto, sin contar las formas corruptas de apropiación, en
países donde es difícil discernir la frontera entre legalidad e ilegalidad de la actividad financiera.
Otra diferencia importante es que la implementación de las políticas neoliberales en los
países centrales se hizo desde el inicio en formas democráticas de gobierno y con un margen de
consenso importante. En América Latina, que alcanzó en la década del 70 altos niveles de
conflictividad y lucha social, la implementación de estas políticas estuvo, en la mayoría de los
casos, a cargo de gobiernos dictatoriales, que debieron anular las formas de resistencia social
por medio del Terror de Estado. Hubo, es cierto, algunas excepciones, como México.
Sólo con posterioridad a esta desarticulación sangrienta de las fuerzas sociales que
podrían haber significado un obstáculo, se hizo posible aplicar el modelo conservando las formas
democráticas. El término "desmovilización indolora", que suelen utilizar autores europeos,
difícilmente sea aplicable a nuestro sub-continente. Al Terror de Estado se sumó el Terror
Económico bajo la forma de escaladas hiperinflacionarias que operaron de hecho como
mecanismo de traslación de ingreso de abajo hacia arriba y de adentro hacia afuera, y que, en
muchos casos, fueron un poderoso recurso de presión política en manos de los grandes grupos
económicos.
Ya en el marco de una política internacional de control político y económico, se
mantuvieron las formas indirectas o abiertas de coerción. Con respecto a estas últimas, basta
mencionar que en la década del 80 se sucedieron: dos invasiones directas de tropas estadouni-
denses (Granada y Panamá), dos ingerencias militares encubiertas (la "guerra de baja intensi-
dad" en Nicaragua y el conflicto salvadoreño) y otras formas que apenas consiguen disimularse
bajo el discurso de la lucha contra el narcotráfico.
Todo análisis de campos de representaciones actuales debe incorporar el hecho de que el
Terror tiene una operatoria que trasciende los límites temporales de su aplicación. Se invisibiliza
en formas de aparente consenso pasivo o indiferencia, y opera en las subjetividades y en los
funcionamientos institucionales.
El objetivo de este trabajo es formular hipótesis y abrir interrogantes sobre las formas
particulares de producción de subjetividad y/o de padecimiento inherentes a las actuales transfor-
maciones económicas, sociales y culturales. Avanzar sobre esta problemática es indispensable
para pensar cuales son o deben ser las acciones a desarrollar en el campo de la salud mental,
entendido como un conjunto heterogéneo y contradictorio de prácticas sociales. Cabe mencionar
que estas prácticas y sus actores también se hallan sometidos y son sujetos de los efectos de
estas transformaciones. Por ende el análisis los engloba.
3
LO ECONÓMICO, LAS FORMAS INSTITUCIONALES, LO COTIDIANO.
“La angustia producida por la inflación es algo parecido a un dolor agudo,
aunque más prolongado. Es totalmente absorbente, requiere una atención
completa mientras dura y se ignora o se olvida cuando ha terminado"
Adam Ferguson ("Cuando muere el dinero")(5
)
Nunca quisimos más al arte en Austria que en esos años caóticos,
porque la traición del dinero nos hizo sentir que sólo lo imperecedero
dentro de nosotros era lo realmente estable"
Stefan Zweig (6
)
Hemos comenzado este punto con dos citas que tienen que ver con contradictorias
sensaciones producidas en el seno de episodios hiperinflacionarios. Para muchos esto puede
parecer parte del pasado, asombra recordar que se trata de un pasado abrumadoramente
reciente cuyos efectos todavía son actuales. Si bien la sensación es de remotidad, su efectos se
manifiestan , por ejemplo, en la valoración colectiva de las situaciones de estabilidad monetaria,
independientemente de sus costos.
Sucede que en los periodos de "enloquecimiento de la moneda " se transparenta, al cesar
en su función, aquello que en los períodos de estabilidad se invisibiliza: el lugar del dinero como
equivalente general, significante de relaciones entre los hombres, imbricado en todos los
aspectos de la vida social.
La investigación de Adam Fergusson, tiene el valor de no ser, él se encarga de afirmarlo, un
estudio económico en el sentido estricto. Es así que se documenta en datos económicos,
políticos y, a la vez, en historias de vida, en fragmentos de testimonios de personas particulares,
en microepisodios sociales. En una descripción minuciosa, que carece de voluntad explicativa
global, muestra la articulación entre las vicisitudes económicas, fenómenos sociales y vidas
particulares. Todo esto en el particular contexto de la Alemania de los 20.
Pensamos que una problemática como la actual , en la velocidad y dramaticidad de sus
cambios, requeriría ser abordada de esta manera.
Proponemos introducir tres delimitaciones metodológicas en la articulación de sujeto/sociedad
: Lo económico, las formas institucionales y lo cotidiano. En el extremo estaría la irreductible
particularidad de cada sujeto, esa que reconocemos en la práctica clínica, que sin embargo se
constituye con los elementos de lo genérico, con la "materia" que le brindan las significaciones
sociales de la época. La "forma" o el "modo" de esta producción para ser explicada desde el
psicoanálisis requeriría que éste reconozca su historicidad y la de sus instituciones, permitién-
dose el ser interpelado y transformado en este proceso.
Conviene, sin embargo, eludir una caracterización economicista de los fenómenos y
devenires sociales, lo que implica aclarar que "lo económico" es un recorte, en todo caso
metodológico, dentro de un campo de gran complejidad. Dice Michel Aglietta : .."la delimitación
del campo de la ciencia económica no resulta de un principio universal fundamentador de una
economía pura. Y no es más que una división metódica en el campo de las relaciones sociales,
división que constantemente es puesta en entredicho y desplazada por el mismo desarrollo del
análisis. El estudio de la regulación del capitalismo, por tanto, no puede ser la búsqueda de leyes
económicas abstractas. Es el estudio de la transformación de las relaciones sociales que da lugar
a nuevas formas económicas y no económicas simultáneamente"..(
7
)
Lo económico es no sólo inseparable de lo político, sino también de las minúsculas tramas de
la cotidianeidad en que se particulariza lo genérico-social(
8
). Por lo tanto, es preciso entenderlo
dejando de lado toda externidad. No se trata de algo que "influye" en los sujetos, sino que se
entreteje en el texto de su configuración en la medida en que se imbrica en las representaciones
sociales y en las formas institucionales (las determina y a su vez es determinado por ellas).
4
Por citar un ejemplo, las representaciones sociales del tiempo son relativas a una determinada
constelación ideológico-cultural que mucho tiene que ver con los tiempos de producción y
reproducción social. Junto con la idea de progreso y de evolución, el capitalismo ha producido
ritmos en aceleración creciente, obsolescencias cada vez más veloces, cuantificaciones tempo-
rales cada vez más estrictas. Puede afirmarse, sin exagerar, que los paradigmas en que se fundó
el Taylorismo y el Fordismo marcaron los ritmos no sólo de trabajo sino de descanso, recreación
e inclusive del amor de generaciones enteras.
Que conste que, al hablar de este entramado de la subjetividad, no nos referimos
específicamente a las "mentes" , porque también están allí implicados los cuerpos. Una
investigadora sueca afirma:..."luego de 1979 la mortalidad por cardiopatía coronaria ha ido
decreciendo en Suecia ...el ascenso y caída del taylorismo en la industria sueca parece estar
seguido de una ascenso y caída de enfermedades cardiovasculares entre trabajadores
industriales del sexo masculino"...(9
)
Es obvio que no puede pensarse en una determinación lineal que vaya desde las formas
hegemónicas de producción de la industria a los corazones y las arterias de los hombres, este
ejemplo (como muchos otros) nos enfrentan al desafío teórico de pensar una problemática que
se resiste a una explicación unidisciplinaria y causalista.
Con respecto a las formas institucionales (entendidas como forma de producción y
reproducción de las relaciones sociales) sus procesos de crisis parecen diferenciarse del "estalli-
do' del que se hablaba en la décadas del 60 y 70. En algunos casos parecen implosionar sin que
haya, al menos de manera evidente, un "instituyente" de nueva índole. Se rigidifican en rituales o
gestos mientras, simultáneamente, se vacían de significación. Son atravesadas por la tendencia
a la desagregación y a la fragmentación, y lo instituyente en ellas no siempre pude ser conside-
rado "mejor" que lo instituido, desde el punto de vista de la realización humana.
CONCENTRACION vs. FRAGMENTACION
...Si la melancolía vuelve a ser "el mal del siglo" ,si crece el número de
depresiones no ocurre en un contexto social en que se han cortado los nexos
simbolicos? vivimos una fragmentación del tejido social que no puede ofrecer
ayuda alguna a la fragmentación de la identidad psíquica que vive el
deprimido.....
Julia Kristeva
Como si fuera una situación paradojal, la concentración de la economía a nivel mundial, la
transnacionalización de los capitales y la universalización de la información parecen coexistir y
polarizar con una tendencia a la desagregación y fragmentación cada vez mayor.
Los procesos de ajuste ,a veces llamados "estructurales" promueven una fragmentación
social seguida de reagrupamientos parciales. En la medida en que determinan una gigantesca
concentración de la ganancia , a nivel de la sociedad en su conjunto desplazan o sumergen
sectores enteros y promueven otros a una cultura del consumo de niveles ascendentes. De una
manera grosera podría decirse que queda un sector mínimo con altísimos niveles de consumo a
estándares internacionales, un sector que se mantiene en márgenes de integración relativos con
exigencias laborales en aumento y otro marginalizado en una subsistencia relativa y miserable.
Cada uno de ellos tiene o padece vicisitudes distintas, pero a su vez se producen efectos en su
interacción. Es imposible que una sociedad mantenga, por ejemplo, un treinta por ciento de sus
sujetos en condiciones de subsistencia precaria, sin que esto implique al funcionamiento social
en su conjunto. El aumento de las formas inorgánicas de violencia parece formar parte de esta
situación.
Por otro lado los mencionamos como sectores porque no se trata de grupos homogeneos o
categorizables como clases sociales. En cada uno de ellos se atomizan los vínculos internos . La
modificación de las formas laborales, la precarización del empleo y la proliferación de sus formas
marginales rompen ejes centrales de organización social y de establecimiento de acciones
5
solidarias. Asimismo producen efectos en la familia y en las formas no laborales de relación. A
esto se agregan los desplazamientosa migratorios masivos.
Estos procesos también se manifiestan en las formas particulares de malestar o
padecimiento subjetivo, así como lo hacen en los perfiles epidemiológicos de la población. Por
ende las prácticas en Salud Mental deben poder resignificarse a partir de las demandas
potenciales o efectivas que se dirigen a ellas y por la operatoria que estos procesos tienen en
ellas.
Nos detendremos momentáneamente en algunos de ellos, pese a puntuarlos por separado
recordamos que no suceden en forma desarticulada sino como distintas facetas de un proceso.
NUEVAS FORMAS LABORALES/PRECARIZACION DEL EMPLEO:
La existencia del desempleo, en el capitalismo, es un problema que se agudiza
cíclicamente. Los estudios sobre sus efectos en la salud adquieren relevancia en la Crisis del 30
y se retoman a partir de los 60.
A principios de los 70 H. Brenner investigó la correlación existente en Nueva York desde
l987 a l967 entre recesiones económicas y aumento de internaciones psiquiátricas, mostrando
que inclusive pequeñas recesiones se asociaban con un aumento de los índices de hospi-
talizacion.(
10
)
Sin embargo se trata de otro tipo de crisis que implica , además del desempleo,
transformaciones productivas drásticas .
Se modifican las formas y relaciones de trabajo, desaparecen industrias tradicionales y se
desarrollan otras, se "flexibilizan" (o precarizan) las condiciones de contratación. Se incorporan
formas diferenciales de pago que fragmentan estructuras sindicales preexistentes. Los
"empleados" se dividen en dos grupos: los estables que tiende a ser minoritario y la masa flotante
de trabajadores precarios ya sea por contrato temporario, trabajo a domicilio o trabajo de tiempo
parcial(2). Se podría afirmar que una gran parte de la población oscila entre el temor a la pérdida
del empleo y el desempleo. Aun los empleados estables tienen que afrontar los incrementos de
productividad y las modificaciones de ritmos y modos de trabajo que impone la reorganización de
la produccion en la reconversion industrial.
Entre 1981 y 1982 Magdalena Echeverría realiza una investigación en Chile sobre los
efectos de las transformaciones economicas en ese país y la salud de los trabajadores.(
11
)
Entre sus conclusiones encuentra que en el grupo de trabajadores de una rama en
expansión aumentan las consultas por accidentes laborales, por esfuerzo y posición. En cambio
los "problemas psicologicos" (agrupan en ellos trastornos psiquiátricos y emfermedades
psicosomáticas) tienden a aumentar en las empresas deprimidas y en los desempleados. Dentro
de estos, aparece una diferencia : los trastornos psicosomáticos son mayoritarios en aquellas
personas que estan en riesgo de perder el empleo, en cambio los "trastornos psiquiátricos
francos" aparecen más en los que ya quedaron fuera de él. Concluye: "la patología mental es,
quizás, una de las características sobresalientes de la crisis actual".
En las entrevistas realizadas como parte de la investigación, los trabajadores resaltan como
un factor de su padecimiento el "enrarecimiento" de las relaciones personales dentro de las
empresas en crisis: la aparición de delaciones, formas veladas de prostitución, falta de
organizaciones con objetivos comunes, etc. En el caso de los desempleados, resalta la "pérdida
de identidad social".
La precarización alcanza a los sectores "medios" e inclusive a profesiones consideradas
clasicamente "liberales". Por poner un ej.que nos compete: la mayoria de los profesionales de la
salud en la Argentina pasan a ser empleados con diversa valorizacion del trabajo y ,en general,
con formas de contratación inestable. Dentro del sub-sector público por las políticas de restricción
del gasto y dentro del sub-sector privado o de Obras Sociales (que contratan las prestaciones del
sector privado) ,por la tendencia a la concentracion de capitales en el área, por lo que se configu-
ran empresas ( o Uniones Transitorias de Empresas) que contratan en bloque la prestación
subcontratando al personal para la misma. Al tratarse de empresas regidas por la lógica de la
6
ganancia de la cual una parte importante deviene de la inversión en alta tecnología, el gasto en
salarios y contratación de personal se restringe a límites extremos.
Qusisieramos incorporar una conceptualización más general. El fenomeno de la precarización
desarticula mitos caros al soporte y construccion de una perspectiva de futuro: el del progreso por
el trabajo, el de sentar las bases para que los hijos tengan una condicion superadora de la de los
padres, el de la previsibilidad o planificacion de la vida (labrarse su propio destino). Promueve
una temporalidad inmediata ( "vivimos un presente continuo" dice un joven entrevistado
recientemente). Pero no se trata de un gozoso "vivir el presente" sabiendo que el futuro será
dado. Es más bien la áspera afirmación que titula una película documental mexicana: "La neta:
No hay futuro" ." La Neta" es algo equivalente a "la justa" en la jerga de los jóvenes marginales
de Ciudad Netzahualcoyotl, un asentamiento irregular de millones de persona que produce,
inclusive, su lenguaje.
DESARTICULACION COMUNITARIA: "EL PUEBLO BLANCO"
..."que esta tierra está enferma
y no esperes mañana
lo que no te dio ayer,
que no hay nada que hacer"...
J.M. Serrat
Un ejemplo claro de los efectos comunitarios de la reconversión estuvo dado, en
Argentina, a partir los cambios en el proceso de producción de la acería Acindar, principal fuente
de ingresos de la población de Villa Constitución, una comunidad con altos niveles de orga-
nización y una identidad definida. Durante los despidos masivos causados por el proceso
de reconversión se constató un aumento altamente significativo del consumo de psicofármacos.
Para muchos de sus habitantes, la pérdida no abarcaba sólo el empleo o la fuente de ingresos.
También afectaba sus proyectos vitales, sus referencias de amistad o vecindad, obligándolos
posiblemente a una migración forzosa. En ese mismo proceso los niveles de organización y soli-
daridad de la comunidad permitieron poner algún freno a las medidas más salvajes y , de alguna
manera, constituyeron un soporte subjetivo importante para sus actores.(
12
)
Un estudio de Elliot D. Sclar (
13
) analiza los efectos de la concentración monopolica y oligo-
pólica en EEUU sobre las pequeñas comunidades y lo relaciona con la demanda de los servicios
de Salud Mental. En su análisis incorpora las transformaciones sufridas por las comunidades
desde el período en que cada una tenía el control sobre su producción hasta que son absorvidas
por corporaciones monopólicas y oligopólicas perdiendo referencia local y "despersonalizándose"
sus responsables. Al ser absorvidas las empresas y organizaciones productivas por grandes
corporaciones anónimas, son facilmente desplazables sus ganancias disminuyendo los recursos
económicos colectivos de las comunidades. Los individuos son sometidos a mayores niveles de
exigencia laboral para la subsistencia, a la par que sienten falta de posibilidad de intervenir en las
decisiones. Como resultado, pierden niveles de participacion en las actividades comunitarias
habituales, por lo que las formas organizativas se debilitan.
. En su recorrido histórico muestra cómo el principio único de maximización de ganancias de
las corporaciones multinacionales deviene en costos sociales altísimos para las comunidades
locales. La hipotesis, que sostiene en datos estadisticos, es que en la operatoria de este proceso
los sujetos ven disminuido su apoyo social simultáneamente a un aumento de lo que el autor
denomina "stress económico". En una descripcion meticulosa de hechos muestra cómo un
padecimiento vivido como individual forma parte de un complejo proceso social. Incorpora,
además, el criterio subjetivo de "pérdida de control sobre su propio destino" y la imposibilidad de
personalización de los responsables.
Todo esto tiene su impacto en los servicios de Salud Mental. En las comunidades
estudiadas ,recordemos que se trata de EEUU década del 70 , la poblacion tiende a aumentar su
asistencia a ellos. En este punto el autor sostiene que la lectura en terminos psicopatológicos
que los servicios hacen de este aumento de la demanda es cuestionable. Deviene de que sólo
pueden leer la demanda en "código" de psicopatologia convencional o sea, a partir de su oferta.
Esto los llevaría a la hipotesis de un aumento de prevalencia de enfermedad cuando se trata de
7
un fenómeno de erosion de vínculos comunitarios. Afirma que la fluctuación en la cantidad de
internaciones psiquiátricas parece estar fundamentalmente relacionada con la capacidad de las
familias y los grupos sociales de contener o no un enfermo en su seno, más que con la incidencia
de cuadros psiquiátricos individuales.
El análisis que Sclar aplica a las pequeñas comunidades, en muchos sentido podría
aplicarse a naciones enteras que ven cada vez más distantes y anonimos los resortes del poder
en que se deciden sus destinos.
Este efecto en las pequeñas comunidades se agrava en nuestros países por las
caracteristicas particularmente "salvajes" de los procesos de ajuste. Por mencionar un ejemplo,
en el caso de la Argentina la suspensión lisa y llana de los servicios de ferrocarriles anuló la vía
fundamental de comunicación e intercambio de una serie poblaciones del interior condenadas a
una extinción rápida.
Habría que agregar en este análisis la tendencia a la "urbanización" creciente que, en los
países periféricos, no deja de acentuarse. México D.F. es, hoy, la ciudad más poblada del mundo
y la Argentina concentra el 30 % de su población total en Buenos Aires y su periferia.
Concentración que coincide con menor nivel de vinculación entre sus habitantes y menor posibi-
lidad, por parte de los mismos, de tener ingerencia en las decisiones que les atañen.
Los sectores integrados, los que mantienen su inclusión con costos vitales crecientes , se
ven afectados por la soledad relacional. Los vínculos barriales y de vecindad, los familiares
extensos, así como los gremiales y de participacion política se labilizan. Simultáneamente sucede
una tendencia al abroquelamiento dado que los espacios públicos se restringen y amplias areas
de la ciudad son vividas como peligrosas. Es en ellos que pesa la sustitucion de relaciones
interpersonales por relaciones con máquinas y objetos. Y es a ellos a quienes se dirige funda-
mentalmente la propuesta del neo-individualismo como valor.
La inmensa concentracion de recursos y poder "despersonalizados" de esta faz del
capitalismo le da un carácter apariencial a las formas políticas y plantea una abismal distancia
entre los sujetos y los resortes de resolución de sus vidas. Por otra parte la producción en gran
escala implica la generación de un consumo en masa que " requiere que la población aprenda a
expresar sus deseos a través de las unidades estandarizadas en que estos productos se ofrecen,
desvalorizando las cualidades de singularidad"..(13).
En este contexto la representación de individuo tal como se produjera en el capitalismo
naciente deja de tener sentido, pero simultánea y paradójicamente es exaltada. Sucede que ya
no de trata del individuo de la competencia por la acumulación, capaz de sacrificios actuales en
miras a un futuro sino de un individuo del consumo, centrado en placeres inmediatos. Se le
propone que sea "individualista", pero bajo la forma de ser exactamente igual a los otros
,portador y sujeto de discursos homogeneizados por los medios de comunicación omnipresentes,
con deseos enlazados a fantasías suntuarias (reflejo precario de los hábitos de los grupos de
poder).
Proponemos llamar neo-individualismo a este pos-darwinismo social, un modelo de pacotilla
del original que se caracteriza más por su negativa a la singularidad que por las oportunidades
que ofrece: hedonismo de producción en serie, erotismo de sensualidad y coproreidad pautada
por consumos definidos.
Dice al respecto Emiliano Galende:.." bajo estas condiciones de empobrecimiento del
espacio social los sujetos tienden a des-investir la realidad exterior, volcándose crecientemente
sobre sí mismos, vuelco que es facilitado por la adquisición de objetos de utilización personal que
sustituyen el encuentro con otros. De este modo se debilita el deseo y la acción, incremen-
tándose el aislamiento y el sentimiento de vacío"(
14
).
LA FAMILIA: LA MUERTE DEL PADRE (PRECARIZACIóN DEL PADRE)
.."Tuve un Edipo imperial: detrás de la figura de mi padre estaba la del
emperador Francisco José"...
Marie Langer (Autobiografía)
8
La familia es, quizás, una de las formas institucionales que muestra en forma más
transparente su crisis. En América Latina el "matrifocalismo"(15
) creciente es un dato importante
de transformación. En el los sectores con Necesidades Básicas Insatisfechas (N.B.I.) del
conurbano bonaerense, casi el 45% de las familias tienen por cabeza y soporte a una mujer. Con
respecto a los sectores medios, pareciera que esta tendencia también se repite aunque no
contamos con datos estadísticos.
Podría afirmarse que se tiende a una configuracion familiar que tiene a una mujer como
cabeza y principal (aunque no único,por el trabajo infantil) soporte economico y en donde el varón
ocupa un lugar periférico o circunstancial. En grupos domésticos populares se produce una
precarización mayor en la medida en que las mujeres reciben salarios menores y
prioritariamente son ocupadas en trabajos informales (16
).
Es muy complejo el entramado en que este fenomeno se produce. Articula con la inestabilidad
laboral masculina, con el peso de la baja del valor del trabajo, con la migracion temporaria por
razones de empleo y con transformaciones de las representaciones de género. Hemos
antecedido este punto con la cita de Marie Langer porque da cuenta, con profunda sencillez, de
la articulación entre el Estado y el Padre, una línea que habría que profundizar actualmente.
Con respecto a las familias "típicas" su sosten requiere de más trabajo. El salario medio de un
trabajador industrial argentino cubre apenas el 40 % de los gastos de una familia tipo (
17
) de
manera que difícilmente puedan mantenerse las condiciones de subsistencia con un sólo
trabajador por grupo domestico, independientemente que sea varón y en condiciones laborales
favorables (obrero industrial). Es así que se producen cambios "de hecho" que no articulan con
las representaciones hegemónicas en las que sostienen su identidad y sus prácticas los protago-
nistas. Un ejemplo es el aumento del trabajo extra-doméstico de la mujer sin que se produzcan
redistribuciones consecuentes en el trabajo doméstico y la crisis de la identidad maculina en la
medida en que tiene, como uno de sus puntales, el lugar de "sostén de familia".
El aumento global de horas dedicadas por sus miembros a la subsistencia restringe el
intercambio dentro del grupo doméstico y disminuye su disponibilidad para el cuidado entre y
hacia sus mienbros, en circunstancias en que parte del apoyo externo comunitario tambien se
debilita (guarderías, servicios de salud, etc.) (13).
Por último, y quizás como su aspecto más inquietante sucede también una tendencia a la
labilizacion de la estructura familiar en su conjunto ,particularmente en los grandes conglo-
merados urbanos, que se manifiesta en la pérdida de continencia hacia sus miembros mas
frágiles : los niños, los ancianos y los enfermos. Si bien esto no es una novedad de la década
(siempre hubo desamparados) es su masividad y la forma abrumadora en que desborda las
deterioradas formas sociales de asistencia lo que le da un nuevo perfil.
Se trata de un proceso cuya complejidad de análisis excede este trabajo, pero que no puede
dejar de señalarse por sus posibles efectos subjetivos .
Por ejemplo, cuando un fenómeno como el de los "niños de la calle" adquiere masividad,
obliga a pensar en subjetividades constituidas en relacion a otros que también son niños. Un
mundo de Peter Pan de la marginalidad donde grupos infantiles establecen sus reglas y
despliegan sus estrategias de sobrevivencia, en los resquicios de una sociedad que no tiene otro
espacio para ellos. Cabe preguntarse si las formas de organización que "espontáneamente" se
dan los niños de la calle son una familia atípica.
La crisis de la estructura familiar tiene dos fascetas una es la de la disrupción que se produce
en un momento de cambio donde la tendencia parece ser la transformacion de la familia
patriarcal hacia otra forma en la que varían las atribuciones de genero, así como la distribucion
de poder y de funciones. Esta sería una fasceta de transformación. La otra es la de desarticu-
lacion o labilización .En ella parece no constituirse una "nueva forma" sino fragmentarse la
existente cesando en sus funciones, en estos casos daría la impresion que el tejido social no con-
tiene a las familias que, a su vez, no pueden contener a sus miembros más frágiles o
dependientes.
9
LOS REAGRUPAMIENTOS Y NUEVOS VINCULOS
"Al fin un monte
detrás de la bajura"...
César Vallejo
Los fenómenos descriptos son parte de lo que muchos autores o programas sociales
actuales mencionan como "ruptura de los lazos solidarios" o "desarticulacion de vinculos
sociales"
. Habría que señalar que junto con ello suceden, aunque en forma precaria y embrional,
nuevas formas de reagrupamiento. Estas nuevas formas de agrupación son poco estudiadas o,
a veces, no reconocidas como tales.
Robert Castel plantea ubicar las situaciones marginales al final de un doble proceso : de
desenganche en relacion al trabajo y en relación a la insercion relacional, en este punto define la
situacion de "desafiliación" . Distingue dos formas principales de marginalidad : una marginalidad
"libre" caracterizada por su distancia en relacion al trabajo pero también en relacion a las formas
organizadas de protección próxima, representadas por la asistencia, y una marginalidad que es
institucionalizada por la asistencia estatal (dentro de ella los pacientes psiquiatricos).(
18
)
En su analisis, la centralidad asignada a la asistencia estatal es consecuente con el
hecho de que se refiere a un pais central en el cual el Estado Social tuvo (y tiene) un funciona-
miento significativo.
Este modelo sólo parcialmente puede aplicarse a la marginalidad de nuestros paises cuya
asistencia, de existir, es mucho menor, más circunstancial y precaria. Los procesos de desafilia-
ción en los países periféricos suceden sobre grupos sociales completos. Por ende, resulta más
visible que se producen formas organizativas en y de la marginalidad, afiliaciones particulares con
sus propias normativas. Estas formas organizativas tienen como función la sobrevivencia. Una
investigadora mexicana plantea que las redes sociales de asistencia mutua de estos grupos
representan parte de una sistema económico informal, paralelo a la economía de mercado,
caracterizado por el aprovechamiento de recursos sociales y que opera en base al intercambio
recíproco entre iguales (
19
).
A lo largo de este trabajo hemos mencionado cicunstancialmente dos: los
asentamientos humanos irregulares en la periferia de las ciudades y los grupos de niños de la
calle. Nadie podría afirmar que se tratan de sumatorias de individuos aislados. Inclusive los
habitantes de las calles constituyen redes con comunicación entre ellos.
Las estructuras asistenciales no llegan a absorver o institucionalizar estos sectores, y
su recurrencia a ellas (ej. servicios públicos de salud o educación) es un elemento circunstancial
dentro de sus estrategias de sobrevivencia. La tendencia de estas formas reorganizativas es
producir una sub-cultura normativa y valorativa donde inclusive el mensaje de los medios es
resignificado de una manera particular... " Comparten una serie de caracteristicas
ecologicas,culturales, psicologicas, económicas , legales y hasta biológicas que determinan un
perfil social común, una comunidad de procesos que reproducen permanentemente su condición
de marginados" (20
). Esto es más notable cuando se trata de grupos con diferencias étnicas,
pero sucede prácticamente en todos. Dentro de este fenómeno se dan las adhesiones a cultos o
religiones de diversa índole en incremento notable en la última decada.
Afirmar que estos grupos tienen sus propias formas organizativas y solidarias no
implica desconocer los niveles de violencia creciente en que transcurre su existencia. Una parte
de esta violencia es interna. La otra es represiva y puede ser estatal o paraestatal, como es el
caso de los escuadrones de exterminio de niños de la calle en Brasil.
Por otro lado, sus formas organizativas son precarias y vulnerables en la medida en que son
gestadas en la marginación.
Su irrupción activa en la vida política sucede en forma circunstancial y en momentos extremos ( el
caso de los saqueos). Cómo lo afirmábamos anteriormente, son formas destinadas funda-
10
mentalmente a la sobrevivencia y que sólo ircunstancialmente adquieren significación política
formal.
Resulta más difícil visualizar las formas nuevas organizativas en los sectores integrados
(asalariados estables y medios). Es en ellos en donde particularmente repercuten o se efectivizan
las representaciones del neo-individualismo inherentes a la propuesta social hegemónica .
Sin embargo no se trata de una tendencia unidireccional y ,eventualmente, aparecen formas
de reagrupamiento y de manifestación a-típicas o no tradicionales, alrededor de aspectos
sociales puntuales (educación, necesidades comunitarias, salud corrupción) , allí donde se hace
notable la deserción del Estado.
Ya sea de carácter defensivo o de sobrevivencia, estas formas precarias e incipientes,
fácilmente absorvibles por las hegemónicas, pueden ser prefiguraciones de lo que surge en el
espacio que van dejando vacío algunas formas anteriores (por. ej las sindicales clásicas o las
corporativas).
Un ejemplo, pese a la circunstancia excepcional en que se dió, sería lo sucedido en Mexico
luego del sismo de 1985. Hubo un respuesta inmediata solidaria y organizada de la población,
frente a un vacío de liderazgo oficial gubernamental. Según Mario Campuzano (
21
) .."la dinámica
social de la situación se caracterizó por una expansión de la sociedad civil y una redefinición de
sus espacios que fue oficializada más tarde por el Estado, en un intento de recuperar liderazgo
formal y operativo". Los efectos en el imaginario social de una respuesta que la población "no
esperaba de sí misma" tuvieron perdurabilidad más allá de la inmediatez de la catástrofe.
Las reacciones sociales en Brasil y Venezuela frente al fenomeno de la corrupción, también
entran en esta línea.
No puede pensarse un polo de disgregación sin plantear, por lo menos la hipótesis de un
polo de reagrupamiento, quizás transitamos un momento de transición en la configuración de los
actores sociales y sus movimientos, cuyas nuevas formas (desde la familia hasta los devenires
comunitarios) no terminan de aparecer en forma evidente.
LOS PADECIMIENTOS DE LA EPOCA
...Todos llegaron a vivir la ley de la peste, más eficaz cuanto más
mediocre. Ni uno entre nosotros tenía grandes sentimientos. Pero todos
experimentaban sentimientos monótonos ...el hábito de la desesperación
es peor que la desesperación misma...
A. Camus (La Peste)
Cada época tiene una forma particular de producción de padecimientos. Seria dificil negar
hoy, que el auge de las formas clásicas de la histeria de conversión y su posterior decadencia
estuvieron profundamente entramados con la condición de la mujer y el ámbito social en que esta
se producía.
En un trabajo citado anteriormente, Emiliano Galende (14) plantea, como hipótesis, que en
las actuales condiciones es esperable un crecimiento de lo que se engloba bajo la denominación
de patologías narcisistas :trastornos del carácter , perversiones ,emfermedades funcionales,
padecimientos psicosomáticas y adicciones, así como incremento de la violencia familiar y los
suicidios. Conjuntamente con el aumento de las depresiones de diversa índole.
Podríamos coincidir en términos generales con esta hipótesis. No obstante que algunos de
estos problemas ya eran relevantes con anterioridad y su aparente aumento en terminos rela-
tivos, puede provenir de su salida de un espacio de invisibilidad social. El ejemplo más claro es el
del maltrato a la mujer, no se puede evaluar su incremento por el de la demanda de asistencia.
Como indicador epidemiológico la demanda es de poco valor dado que hasta hace unos años no
existían servicios que brindaran asistencia a este problema y se lo ubicaba consensualmente en
la esfera de lo íntimo, no trascendiendo del espacio doméstico. Quizás las modificaciones de
11
representaciones de género y de situación de la mujer mencionadas anteriormente tienden a faci-
litar su corrimiento de la esfera doméstica e íntima y favorecer la aparición del mismo en la esfera
pública.
Independientemente de que su tasa aumente, su magnitud debe incrementarse en términos
absolutos y su existencia es coherente con los niveles de violencia inorgánica y cotidiana en
aumento. Esta consideración también abarca a los suicidios sobre los que no contamos con
estadisticas confiables (particularmente porque muchos de ellos están cubiertos por las altas
tasas de mortalidad por accidentes). Debemos señalar , como analizador social, los episodios de
suicidios de jubilados en la Argentina .
En el caso de las adicciones, el alcoholismo en América Latina hunde sus raíces en la
conquista. Sin embargo nadie puede negar su incremento y la edad más temprana de su inicio.
Segun las investigacines citadas, tiende a asociar significativamente con las situaciones de
desempleo. También se observa, según algunos estudios, su aumento entre los jóvenes y las
mujeres.
En 1989 en Provincia de Buenos Aires, por citar datos, el 20% de los ingresos al sistema de
salud por trastornos mentales, fueron por Síndrome de Dependencia al Alcohol. Sobre 410
muertes por "trastornos mentales" 210 tuvieron como causa el cuadro mencionado. Con un rango
de edad que parte de los 15 años. También el 8% de la población atendida en clínica médica,
ingreso con síntomas asociados al alcoholismo.(
22
).
Lo mismo puede afirmarse de la circulación de drogas ilegales y, en algunos sectores, del
consumo abusivo de psicofármacos (el Lexotanil ha llegado a ocupar en la Argentina el segundo
lugar en venta de medicamentos).
Drogas, psicofármacos y alcohol articulan en su produccion con intereses económicos de
gran magnitud y su consumo es incentivado activamente de diferentes maneras. Desde el lado
de los consumidores, su vulnerabilidad frente a esta oferta creciente quizás deviene de la misma
vulnerabilidad relacional en que se desenvuelven sus vidas y de la imposibilidad de construir pro-
yectos que permitan soportar las situaciones vitales.
La carencia de posibilidades de construcción de una perspectiva de futuro y de espacios
claros de participación social parece asociar, particularmente en poblaciones jóvenes, con la
busqueda de circuitos sustitutivos.
En un estudio epidemiológico realizado en México (
23
) Miguel Matrajt encuentra relación entre
las depresiones (neuroticas y psicóticas) así como el consumo de psicofármacos, alcohol o
drogas, con la carencia o derrumbe del proyecto existencial. Afirma: .."desde una óptica
deleuziana diríamos que son los sujetos en los que mas nocivamente ha penetrado la producción
de carencia"..En su opinión, en el Tercer Mundo, la ausencia o derrumbe del proyecto existencial
están indisolublemente ligados a la falta de posibilidades sociales de realizarlo, por la
marginación social en general y del mercado de trabajo en particular. Las excepciones por
inhibiciones personales no tendrían relevancia sanitaria. Sus conclusiones parecen coincidir con
los resultados de la investigación citada de Magdalena Echeverría en Chile (11). Como lo
mencionáramos,los cuadros psiquiátricos francos y el alcoholismo aparecían significativamente
aumentados en los grupos de desempleados. La investigadora afirma:.."La situación social del
cesante es completamente desintegrada y precaria, objetiva y subjetivamente".
Con respecto a los padecimientos psicosomáticos, los estudios mencionados de México y
Chile vuelven a tener coincidencias en sus resultados. Aparecen fundamentalmnete en sujetos
que se hallan integrados, aún en forma parcial, a los modos de vida socialmente valorados, pero
cuya integración es conflictiva en grado sumo. Para Matrajt el costo de la integración consiste en
alienar uno de los términos del conflicto inmanente a este tipo de pertenencias. Desde su marco
referencial concluye : .."el órgano enfermo es el engranaje secundario disonante de la máquina
humana que funciona armónicamente con la megamáquina social". Una canción popularizada
entre los jóvenes en los 80 decía en su estribillo .."se fuerza la máquina" para concluir "y los
músicos/ se juegan la vida".
En el estudio de Magdalena Echeverría ,como lo mencionamos antes, las enfermedades
psicosomáticas aparecen ligadas a la situación de inestabilidad y posibilidad de pérdida del
trabajo. Sin embargo su relacion no es directa, tienden a incidir más entre los trabajadores que
desempeñan labores de administración o servicios, que entre los que desempeñan labores
productivas. Concluye que, mientras la posibilidad de pérdida del empleo está presente, los
12
sujetos tienden a "reprimir" las manifestaciones psíquicas que la situación puede generar,
aumentando sus niveles de auto-exigencia. Curiosamente, esos mismos sujetos cuando
finalmente son despedidos, dejan de tener manifestaciones psicosomáticas y tienden a expresar
más francamente sus problemas "psíquicos" (lo que la investigadora engloba en "cuadros psi-
quiátricos francos").
Esta último dato del estudio de M. Echeverría nos precipita a una revisión de las entidades
nosográficas y sus explicaciones clásicas. Un mismo sujeto pasa de un tipo de sintomatología a
otra dependiendo de una modificación de su inserción vital.
Investigaciones de esta índole desafían tanto las conceptualizaciones biologistas, como
aquellas que desde una lectura estructuralista suprimen la historicidad de las producciones
sintomáticas. Quizás uno de los efectos de la crisis sea transparentar situaciones, des-invisibilizar
procesos y desafiar a revisiones teóricas a fin de ajustar las herramientas a las problemáticas.
Probablemente haya que pensar en nuevas categorizaciones en función de las nuevas
formas de producción de padecimiento. En estas nuevas categorizaciones no puede quedar
afuera, también, el malestar difuso (y eventualmente asintomático) de la crisis de las
instituciones.
CONTEXTUACION DE LAS PRACTICAS EN SALUD MENTAL
En el contexto de los cambios actuales, las políticas sociales y entre ellas las de salud se
ven severamente transformadas en la redefinicion de las funciones del Estado. Las prácticas en
Salud Mental son, obviamente, atravesadas por ésto.
En un trabajo anterior (
24
) planteamos que si bien la critica al sistema asilar-manicomial
nacía con el siglo, la generacion de propuestas asistenciales diversas a ésta comienza en los
cincuenta, ligada por un lado a la instauración del Estado Social en los países centrales y por
otro, posteriormente, a los movimientos sociales tendientes a cuestionar órdenes reinantes.
La redistribución operada por las políticas sociales en esa época tendía, por un lado a
proveer margenes de salud y bienestar a la población y por otro, a mantener los límites de los
conflictos sociales dentro del dominio del saber técnico administrativo.
La mayoría de las transformaciones en Salud Mental se englobaron en reformas sanitarias
más extensas. Tal el caso de la psiquiatria comunitaria inglesa, la Reforma psiquiátrica Italiana,
etc.
Salvo en la experiencia Italiana, todas ellas terminan coexistiendo con los manicomios y, en
algunos casos, viendo reaparecer los supuestos objetivantes y segregativos en el interior de
prácticas supuestamente innovadoras.
En América Latina el sistema custodial manicomial siguió siendo hegemónico como
respuesta social frente a la problemática de la locura. No obstante las transformaciones en los
países centrales encontraron eco y forma propia en algunas propuestas.
En la Argentina hasta el golpe militar de 1976, y en combinación con un período de gran
movilización social, se desarrollaron diversas experiencias tanto de asistencia como de
agremiación de trabajadores de la salud mental.
Desde el retorno a las formas democráticas de gobierno hubo planes y propuestas de
modernización de los servicios, y una tendencia a la disminución de las internaciones en hospi-
cios. En forma puntual y en distintos lugares se evidencian intentos de reconducir las
prestaciones hacia modelos mas abiertos y comunitarios. Salvo en el caso de la Reforma
Psiquiátrica de la Provincia de Río Negro, son experiencias puntuales que no se instituyen
juridicamente. Todas son sometidas a viscisitudes políticas y presupuestarias que limitan su
desarrollo.
En Brasil , algunas alcaldías y estados también han emprendido transformaciones de esta
índole.
13
Las políticas en salud se deslizan hacia el concepto de mercado de la salud. El Estado se
retira de un lugar de garante de derechos (el de la salud, entre otros ) y tiende a dejar libradas
las prestaciones al juego de oferta y demanda con gran concentración de capitales y
configuración de grupos empresariales cuasi monopólicos, en el sector. La prestación guberna-
mental se reserva para acciones de corte asistencialista dirigidas a los sectores marginados,
La seguridad social se resquebraja ante la disminución del empleo y del salario, a lo que se
suma una administración por lo menos ineficiente. La tendencia al pago y contratación "per-
cápita", si bien disminuye el riesgo de sobreprestación inherente al pago por acto medico, al
carecer muchas veces de un control y auditación adecuado, aumenta el riesgo de subprestación.
Esto puede ser particularmente riesgoso en las acciones de Salud Mental cuyas caraterísticas no
se prestan facilmente a la normatización.
En el sector privado, prestador por contrato de la seguridad social, la oferta tiende a
diversificarse. Tienden a proliferar los Hospitales de Día, la Atención Domiciliaria, la prestación
psicoterapéutica etc. Se trata de una oferta más aceptable para entrar en la competencia y sus
costos son menores. Son modernizaciones parciales tendientes a diversificar la oferta y
racionalizar los costos, en un mercado restringido. Obviamente estas prácticas son
desarticuladas con cualquier actividad comuntaria tendiente a operar sobre los procesos que
mencionamos con anterioridad.
Por otro lado el pricipio de la ganancia les impone límites a su cobertura. Por mencionar un
ejemplo: los seguros pre-pagos no cubren tratamientos de SIDA por considerarla una
enfermedad de "adquisición voluntaria" y tampoco atienden adicciones , patologías mentales pre-
existentes o discapacidades.
El sector público se debate en la crisis de recursos y está en este momento atravesado por
diferentes (y congruentes) propuestas que pueden sintetizarse en : privatizaciones o subsi-
diarizaciones puntuales, descentralización y recorte a la gratuidad.
La descentralización es, quizás, el aspecto que más contradicciones encierra en sí mismo.
Desde cierta óptica tiende a poner más cerca de las poblaciones los canales de desición sobre
sus recursos en salud y puede, hipotéticamente, tender a una mayor adecuación a los
requerimientos y a un funcionamiento menos burocrático. Sin embargo ésta no es, de ninguna
manera, una consecuencia lineal y necesaria. Depende de la asignación y redistribución de
recursos y de los reales resorte de participación que se produzcan. De hecho puede favorecer el
desentendimiento del Estado y promover una mayor inequidad. Si no se opera una redistribucion
global, las comunidades pobres tendrán servicios pobres y las ricas servicios ricos.
Los planes asistenciales son, salvo excepciones, de claro corte vertical y clientelista.
Benefactores en el mal sentido del término y siempre insuficientes. Como agravante son terri-
torio de la corrupción. Suceden episodios como que el Estado pague a precios exhorbitantes
leche no apta para consumo humano distribuida en poblaciones marginales, o que una provincia
invierta una suma millonaria en juguetes inexistentes, para niños necesitados de alimento (ambos
hechos sucedieron en la Argentina en los últimos tres años).
Hay que reconocer que el contexto democrático, aún con sus limitaciones, es mejor espacio
para las prácticas en Salud mental que los regímenes dictatoriales. Sin embargo la tendencia
actual es a prestaciones fragmentarias y puntuales, existiendo una declinacíon de las incipientes
propuestas comunitarias que nacieron con la vuelta a la democracia.
El personal de las instituciones padece las viscicitudes inherentes a su condición, las que
describíamos como de sectores integrados a un costo creciente. Por lo tanto se sobreocupa, y ve
recortadas sus posibilidades de participación.
Los entramados teóricos de las prácticas también son atravesados por las condiciones de su
producción. Se suelen deslizar a posiciones de alto nivel de individualismo, con una declamatoria
sobre la particularidad que no coincide con la falta de reconocimiento hacia las viscisitudes
vitales de quienes consultan . También comienza a pesar el neo-biologismo en el campo de la
definición de las enfermedades mentales que se manifiesta en una tendencia a profundizar la
investigación de sus determinaciones genéticas. En sí es progresivo, el problema surge porque
se tiende a transformar ideológicamente esta determinación biológica en causalidad suprema,
14
derivando en prácticas tecnologizadas (el auge de los mapeos cerebrales, curas de electro-
sueño, etc) y centradas en la farmacología, que no comtemplan el proceso en su conjunto
,invisibilizando sus determinaciones subjetivas y sociales.
En el cruce de estas polémicas, la respuesta cuantitativamente hegemónica hacia el
padecimiento subjetivo (aún en la Argentina, país con gran desarrollo del psicoanálisis) sigue
siendo la prescripción incontrolada de psicofármacos.
MANICOMIOS: EL FIN DE LAS INSTITUCIONES TOTALES O LA SOCIEDAD COMO
INSTITUCION TOTAL ?.
"las leyes te hacen sufrir
porque eres culpable,
porque puedes serlo,
porque yo quiero
que lo seas"...
C. Beccaria
(De los Delitos y Las Penas)
El modelo neo-liberal no carece de propuestas "críticas" al manicomio. La base de su
cuestionamiento es el alto costo y "baja eficacia" de sus establecimientos. Esto es congruente
son una cierta tendencia a modificar la instancia de las instituciones totales. Recuérdese la
propuesta de privatización de los sistemas carcelarios en Inglaterra y, más recientemente, una de
alta tecnología, que consiste en mantener a los procesados en sus domicilios colocándoles un
dispositivo electrónico que limitaría su desplazamiento al interior de su vivienda. Lo que no se
decía, al plantear las bondades de este sistema dirigido a evitar la superpoblación carcelaria
actual, es quién sostendría a ese hombre preso en su domicilio e incapacitado de trabajar.
En un trabajo ya citado (24) mencionábamos un Editorial de Acta Psiquiátrica y Psicológica
de América Latina (
25
) en que se criticaba simultáneamente a los manicomios y a las prestaciones
estatales y servicios comunitarios. A los primeros por cronificantes y onerosos, a las segundas
por ineficaces y "restrictivas de la libertad de elección", para concluir que los manicomios
desaparecerían si el Estado decidiera venderlos a empresarios audaces que "sepan explotar la
parte sana del enfermo psíquico crónico".
Plantearemos una hipótesis. En la actualidad puede darse desde la propuesta neo-liberal
hegemonica una tendencia a la disminucion y limitación de los establecimientos manicomiales.
Pero ésto no es coincidente con una política de desmanicomialización o sea de desarticulación
de los supuestos de segregación y aislamiento de los "locos".
Trataremos de fundamentar esta afirmación. La generación del consenso necesario para el
proceso de reconversión , requiere de un ideario social en el que la exclusión y la marginación
sean vistas como "naturales" y necesarias. Se trata de legitimar la marginalidad y generar un
enfrentamiento entre sectores de la sociedad: los integrados vs. los excluidos.
Dice J. Habermas:..."la política neo-conservadora tiene cierta posibilidad de imponerse si
encuentra base en una sociedad dividida en dos segmentos, que al mismo tiempo, propug-
na"...(
26
).
Un ejemplo extremo, a nivel nacional, de ésto sería la tendencia separatista del sur del Brasil,
zona rica e industrial, con relacion al norte , zona pobre y racialmente diferenciada.
Al cristalizarse ésta tendencia, invisibiliza que en los mismos planes económicos del Brasil se
sacrificó al Norte a expensas del desarrollo del sur (estaba explícitamente enunciado en las
bases del "milagro" brasileño).
Se trata del reforzamiento de las actitudes individualistas , la visualización de los marginados
como enemigos potenciales de los que sobreviven en el sistema, y la legitimación del sufrimiento
social como única vía para el desarrollo.
15
Algunos episodios, particularmente entre los policiales, dan cuenta de esta tendencia a
considerar antagónicos los derechos de los marginados con respecto a los de los incluidos. En la
Argentina, por citar un caso que operó como analizador, un ingeniero de clase media persiguió y
mató a dos jóvenes que habían hurtado el aparato de musica de su auto. Un importante
comunicador social (27
) bautizó como "justiciero" al legalmente homicida y lo consideró un
defensor de "sus derechos, entre ellos el de escuchar música ,permanentemente violados por los
rateros de siempre".
Es en este contexto que el establecimiento manicomial resulta insuficiente en sus objetivos de
origen: dar un lugar definidido al "no trabajo". La marginalidad desborda sus posibilidades. Si el
manicomio cumplió la función de recordar a la sociedad que habia un lugar de contención a la
locura, la diversidad y la marginalidad; si legitimó la negación de los más elementales derechos
para quienes fueran recluidos en él, si el amparo de la institucion psiquiátrica permitió formas de
represión agresivas que no herían la sensibilidad social (dado que piadosamente se las
consideraba aplicadas "por el bien del paciente"), puede decirse crudamente que los
asentamientos humanos irregulares son los manicomios de la época. El lugar de los marginados,
de los excluidos. Allí, y al desamparo de las calles, serán devueltos los internos.
Ya no es suficiente, ni siquiera necesario, un establecimiento espacialmente definido cuando
la marginalidad ha debordado a buena parte del espacio urbano. Se configuran formas insti-
tucionales diseminadas en el conjunto social que conjugan las acciones directamente represivas
con las consensuales, a fin de limitar los síntomas de la desagregacion social y mantenerlos en
los límites de "barreras urbanísticas" definidas. Para los integrados quedará la protección de los
espacios privatizados, de los barrios cerrados, de los recorridos preservados (todo esto con
resultados parciales), de la defensa policial y de su propia autodefensa. Para los excluidos el
abandono de los espacios publicos, los lugares olvidados del cuerpo urbano, y la represión. Los
locos, son una "especie" más dentro de ellos.
Muchos de los programas tendientes a disminuir el número de camas de los Hospitales
Psiquiátricos entran en esta línea, aunque no lo expliciten. Y aunque, quizás, sus actores no lo
sepan. Sucede que tienden a externar el paciente buscando soporte en comunidades
precarizadas y familias con escasa capacidad de continencia. Dirigidos a disminuir costos, no
crean los recursos necesarios para una real externación, que tenga en cuenta las condiciones
actuales. En un reciente recorrido por una ciudad del interior donde fue aplicada una política de
externación, pudimos observar ex-pacientes psiquiátricos en situaciones de vagabundeo y sin
hogar definido.
Volvamos a citar a J. Habermas:.."Un desmantelamiento decidido del Estado Social tiene que
dejar tras de sí lagunas funcionales que sólo pueden rellenarse mediante a represión o el
desamparo..." (26).
El dispositivo manicomial quizás se independiza de su establecimiento y se traslada al
conjunto de la sociedad. Con respuestas técnico-disciplinarias y represivas.
LAS PROPUESTAS CONTRA-HEGEMóNICAS
La construcción de propuestas contrahegemónicas hoy, tiene como base fundamental la
defensa del derecho a la salud y del salario social. Este es el eje ético-político en el cual se traza
la divisoria de las propuestas técnico-administrativas.
Sin embargo no se trata de una propuesta que cristalice acríticamente los modelos pre-
existentes de prestación estatal.
El discurso que intenta imponerse como hegemónico plantea una jerarquización de lo privado
y una crítica a la ineficacia e ineficiencia de lo estatal. En contraposición a esto debe plantearse
una transformación de lo estatal en defensa de lo público.
16
Se debe tender a legitimar la prestación pública para lo cual es necesario disminuir sus
barreras de accesibilidad, promover redes de apropiación de las instituciones por parte de las
comunidades y antagonizar con la tendencia a la burocratización y el aislamiento.
La crisis produce en las instituciones de salud dos tendencia antagónicas: una de índole
informal a la horizontalización y participación y otra a la fragmentación y degradación. Ambas
coexisten y entran en conflicto.
La tendencia positiva enunciada primero, se basa en la horizontalización y el rol protagónico
de sus actores. La defensa del derecho a la salud auna los intreses de los usuarios y de los
trabajadores del sector. Profundizar ésto implica una revision crítica de los modelos que han
fundado sus prácticas, y que han promovido la creación de barreras con las comunidades. La
ruptura de las barreras de accesibilidad es una condición no sólo para el cumplimiento de sus
objetivos, sino para su sobrevivencia. Esta horizontalización cuestiona ,en la práctica, el
tecnocratrismo y autoritarismo de los modelos hegemónicos.
La tendencia negativa, enunciada en segundo lugar, consiste en una progresivas rigidificación
y ritualización de sus prácticas, junto con una degradación creciente de sus instituciones.
La encrucijada de esta doble tendencia: degradación, o defensa y transformación, es
particularmente notable en el caso de las prácticas de Salud Mental. En cuanto campo de prácti-
cas sociales no es homogeneo ni unívoco. En él antagonizan diversas tendencias y cuerpos
conceptuales, así como se articulan otros. En ellas el proceso de medicalización de la vida ha
hecho su ingreso en lo íntimo proveyendo de normatizaciones disciplinarias para la cotidianeidad.
Pero también en su seno se ha anticipado la crítica a los modelos medicalizantes, confluyendo
con las corrientes críticas en el campo de la salud en general. En este espacio se transparenta
particularmente que la defensa del caracter de público y solidario de la asistencia en salud no
puede hacerse sin frofundizar el cuestionamiento y transformación de sus instituciones.
La reivindicación del Hospital Público no puede llevarnos al absurdo de defender el Hospicio.
Se trata de profundizar su crítica y promover las formas sociales, políticas y jurídicas de su
desarticulación, no confundiendo ésta con el desamparo que se mencionaba en el punto anterior.
Por otra parte, no es pensable una accionar de ésta índole sin acercar las prácticas en Salud
Mental a las Prácticas en Salud. La tendencia a incorporar las primeras en las segundas debe
profundizarse tendiendo, simultáneamente, a que este proceso opere en forma transformadora
en ambas.
Los programas preventivos y comunitarios deben reconocer y promover las formas
espontáneas de re-afiliación de los grupos sociales. No hacerlo repetiría una experiencia ya
realizada en la época de la Alianza Para el Progreso: los programas preventivos desarticulaban
los liderazgos y formas organizativas comunitarias, imponiendo otros que cesaban al cesar la
financiación a los mismos.
Su riesgo es transformarse en acciones marginales y subordinadas. Se harían portadoras de
una tendencia inherente al modelo neo-liberal: delegar en las comunidades el cuidado de su
salud. Tendencia que no se propone un mayor protagonismo, sino un mayor desamparo a favor
de la concentración de ganancias. La diferencia se asienta en la cuestión distributiva : mientras la
financiación estatal tiende a ser fundamentalmente regresiva (se sostiene en inpuestos al
consumo que pesan sobre sectores populares y medios) esto no se devuelve en forma de
prestación. Los baches de financiación se espera sean llenados con el aporte directo del usuario
o con su trabajo voluntario. En la práctica terminan produciendo recarga de trabajo, generalmente
no rentado, sobre importantes sectores comunitarios. Las mujeres suelen, por su lugar asignado
de géner de "cuidadoras de la salud" ser convocadas preferencialmente a este tipo de
actividades.
Muchas propuestas aparentemente progresistas y participativas caen en esta situación,
inclusive algunas que aparentemente reivindican las formas de medicina tradicional.
El filo que diferencia una propuesta alternativa y participativa de una marginal es sutil. De
hecho una propuesta contra-hegemónica no debe tener como objetivo llenar las "lagunas
funcionales" a las que se refiere J. Habermas en el texto citado.
17
El protagonismo que devuelve a las comunidades y a los profesionales su lugar de actores
sociales no se dirige a obturar demandas, se dirige a hacerlas actuantes y operativas.
En todo caso, el trabajo en Salud Mental es siempre un trabajo de producción de
significaciones. De generación de espacios "imaginantes" en circunstancias en que lo
hegemónico es la standarización de lo subjetivo, de soporte de particularidades. Y ésta es la vía
congruente con el favorecer la rearticulación de redes sociales y acciones solidaridad.
La solidaridad se diferencia radicalmente de la beneficencia. La primera consiste en un
reconocimiento de falta por ambos actores, la segunda es un acto donde un sujeto se coloca en
el lugar de tener (inclusive de más) y le da al que "no tiene".
Aún los actores profesionales del sector salud deben reconocer que hoy, buena parte de su
sobrevivencia depende de su posibilidad de establecer acciones solidarias.
Se trata, entonces, de construir las prácticas con prefiguraciones mínimas. Lo alternativo no
se define por las formas o por los establecimientos, sino por las bases éticas, ideológicas y
conceptuales en las que se asienta.
La crisis, como decíamos antes, tiende a disgregar y destruir, pero también devela y abre
espacios de transformación. Produce confusión, pero ésta puede tanto conducir a la parálisis
como a la construcción de nuevos referentes conceptuales a partir de la caída de los anteriores.
El esfuerzo de elaboración conceptual en las prácticas debe ser máximo. Todo vínculo de
intercambio entre los trabajadores del sector, las redes y formas organizativas que se den , la
preservación de los espacios de reflexión y elaboración, es una necesidad ineludible para la
construcción de las propuestas Forma parte de ellas.
(entregado para publicación Ed. Lugar Editorial, julio de 1993). Publicado en 1994 en el libro
Políticas en Salud Mental, compiladores O.Saidón y P. Troianovski. Buenos Aires ( pags. 25 a 53)
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América Latina : Ideología, Discurso y realidades" V Congreso
Latinoamericano de Medeicina Social, Caracas, Marzo de 1991.
4.Marshall, A. : " Políticas Sociales : El Modelo Neoliberal " ,
FLACSO/Legasa, Bs. As., 1988.
5. Ferguson, A. : "Cuando muere el dinero -El derrumbamiento de la
República de Weimar", Alianza Editorial, Buenos Aires, 1989.
6.Esta cita de " El mundo de ayer" de Stefan Zweig (Ed. Claridad,
1953, Bs. As. ) es a su vez tomada de un trabajo de Santiago
Dubcovsky : "LA INFLACION : Algunas consecuencias de las crisis
económicas sobre la práctica psicoanalítica" Revista Argentina de
Psicología, Año IX, No 25, Bs. As.,octubre de 1979.
18
7.Aglietta, M. : "Regulación y Crisis del Capitalismo en la
experiencia de los Estados Unidos", Ed. Siglo XXI, México,1979.
(el resaltado en negritas es nuestro)
8. Tomamos el concepto de genericidad-cotidianeidad de Agnes
Heller. (Heller, A. : Sociología de la vida cotidiana, Ed.
Península, 2a. Ed., Barcelona, 1987.)
9.Diderinchsen, Finn : "Algunas cuestiones de la Epidemiología
Social sobre las condiciones de Trabajo en el Post-Fordismo",
Cuadernos Médico Sociales No 51,Rosario, Marzo de 1990.
10.Brenner, H. : Mental Illness and the Economy, Cambridge, Harvard
Press, 1973.
11. Echeverria, M. : "Enfermedades de los Trabajadores y Crisis
Económica" ,PISPAL, Santiago 1984.
12. Piccinini, A.; Bouvier, O. ; Valle, I. : " Villa Constitución :
un pueblo en lucha. La construcción de una propuesta en salud" , V
Jornadas de Atención Primaria de la Salud y II de Medicina Social,
Julio de 1991, Buenos Aires.
13. Sclar, E. D.: "Comunity Economic Structure and Individual Well-
Being. A look behind the statistics" ,International Journal of
Health Services, Vol. 10, Number 4, U.S.A.,1980. (Trad.para la II
Cátedra de Salud Pública/Salud Mental, Fac. de Psicología U.B.A.,
Dra.Belen Suarez Munist)
14. Galende, E. : " Perspectivas en Salud Mental en Argentina para
la próxima década" Seminario FLACSO-OPS , Bs. As., 1992.
15. Menendez, E. : Grupo doméstico y proceso salud/emfermedad/a-
tención. Del "teoricismo" al movimiento continuo. Cuadernos Médico
Sociales No 59, Marzo 1992, Rosario.
16. Massiah, Joselin: "La mujer como jefe de familia en el Caribe:
Estructura familiar y condicion social de la mujer" U.N.E.S.C.O ,
Paris, 1984.
17. FUENTE : Instituto de Economía (UADE) mayo de 1993
18. Castel, R. : "La dinámica de los proceso de marginalización: de
la vulnerabilidad a la exclusión", El Espacio Institucional 1,
Lugar Editorial, Buenos Aires, 1991.
19.Lommitz, L. de : "Cómo sobreviven los marginados" .Siglo XXI
Editores, México, 1983.
20. Castellanos, P.L. : "Principales problemas de salud enlas areas
marginales", Cuadernos Médico-Sociales No 29-30, Noviembre de 1984,
Rosario.
21.Prod. col.: "Psicología para casos de desastres" ,Ed. PAX
MEXICO, México, 1987.
19
22. Sanchez, A. : "Alcoholismo: La grieta " , Rev. Nudos y Redes,
Año 1 No 1, Equipo de Dogradependencia, Ministerio de Salud y
Acción Social de la Provincia de Buenos Aires, Buenos Aires, 1992.
23. Matrajt M. K.: "Las enfermedades mentales en la República
Mexicana", Ed. Taller Abierto, México, 1987.
24. Stolkiner, A. : "Crisis, Estado y Políticas en Salud Mental",
Rev. Salud, Problema y Debate, Año III, No 6, enero de 1991, Buenos
Aires.
25.Vidal, G. : " Editorial" , Acta Psiquiátrica y Psicológica de
América Latina, Vol. XXII, No 2, Junio de 1986, Buenos Aires.
26. Habermas, J. : "Ensayos Políticos", Ed. Península, Barcelona,
1988.
27. Nos referimos a Bernardo Neustad en el programa "Tiempo Nuevo".

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Tiempos

  • 1. 1 TIEMPOS "POSMODERNOS": AJUSTE Y SALUD MENTAL Alicia Stolkiner (Publicado en el libro : POLÍTICAS EN SALUD MENTAL, Comp. O.Saidon y Pablo Troianovsky , Lugar Editorial, Buenos Aires, 1994.) ( pags. 25 a 55) INTRODUCCION En la película "Tiempos Modernos", Charles Chaplin sintetizó en imágenes una época. En las vicisitudes de una historia individual desfilan los principios del fordismo rigiendo la producción, los tiempos y las vidas; la Gran Crisis rompiendo la ilusión del Mercado Autoregulado y precipitando rupturas en los destinos colectivos y personales, las fuerzas institucionales (en este caso la policía y la psiquiatría) tratando de controlar las disfuncionalidades provocadas . Sabemos cómo siguió la historia. Guerra de por medio y en un mundo bipolar, el capitalismo abrió una etapa . El keynesianismo como principio de relación del Estado con la Economía, el Estado Benefactor en funciones de redistribución de la riqueza y de regulación de las tensiones entre el capital y el trabajo y, para los países atrasados, el sueño del desarrollo por vía de la industrialización y la sustitución de importaciones. Este proceso encontró su disrupción en la crisis de los 70, que algunos definen como crisis del Fordismo. Crisis en la que se incorpora poco después la bancarrota del socialismo real. Nos detendremos en ella porque parece haber inaugurado la época de los " pos " : posfordismo, postindustrial, posmodernidad etc. Dice al respecto un autor italiano, refiriéndose a los países centrales : ..."La crisis es un intermedio dentro de cuyos límites el presente se desconoce a sí mismo. Las fronteras entre posible e imposible se vuelven inseguras y los paradigmas que permitían fijar objetivos, ins- trumentos y comportamientos para el conjunto de las fuerzas sociales, dejan de operar con la fuerza acostumbrada. El desarrollo sin cambios estructurales profundos es sustituido por cambios y tensiones que operan mientras el desarrollo parece haberse congelado.....La crisis parece presentarse...como liberación de la realidad frente a la teoría, una realidad decidida a quebrar seguridades establecidas y que siembra un camino de acertijos. Desde 1974 hubo de todo: estancamiento con inflación, crecimiento económico con aumento del desempleo, políticas antikeynesianas con déficits presupuestales sin precedentes, retórica librecambista con reafirmación del papel central del dólar, baja en el nivel de vida de millones de trabajadores y altos niveles de paz social, etc. ...aunque sea evidente para todos, es conveniente recordarlo: la crisis del capitalismo es también crisis de las ideas y de las perspectivas. Un momento de pausa que, mientras produce una baja sensible en las seguridades axiomáticas del pasado, impone una atención más puntual hacia procesos históricos originales que requieren nuevos instrumentos analíticos para su interpretación. La realidad deja de ser una extensión enriquecida de alguna teoría y se convierte en reto y momento de redefinición de toda teoría"..(1 ) La "mundialización" de la crisis condujo a la aplicación de políticas comunes internacionales para su superación. La apertura de los mercados, la desestatización de la economía y la flexibilización laboral comforman hasta hoy el trípode organizador de la respuesta capitalista.(2 ) Una aclaración necesaria es que, si bien muchos de los problemas a encarar son comunes con los países centrales, las diferencias también son grandes. Algunas de las investigaciones que se citarán corresponden a economías desarrolladas, pero consideramos necesario señalar que no es lo mismo hablar de procesos de marginación en un país central que en América Latina. "Aún cuando la política neoliberal ha empobrecido y lanzado al desempleo a grandes grupos en los países centrales, estos grupos no son mayoritarios y tienden también a ser margi- nales políticamente. En nuestros países, por el contrario, el empobrecimiento involucra a la
  • 2. 2 mayoría de la población"..( 3 ). Hablar de marginación en nuestro caso, es hablar de los excluidos en sociedades que, a su vez, son periféricas y marginales en términos de poder y economía. Esta misma diferencia vale para las formas políticas y las transformaciones del Estado. La mundialización de la economía, así como la velocidad y simultaneidad de la información, no implican que, en ese sistema único, los lugares sean equivalentes o similares, sino complementarios o alternos. Aún cuando un modelo o propuesta sea similar --tal el ejemplo de la propuesta neoliberal-- sus objetivos distan de ser los mismos en todos los países. La restricción del gasto público en nuestro subcontinente, por ejemplo, tiene como objetivo predominante cumplir con los compromisos de pago de la deuda externa, antes que ser parte de una estrategia de modernización global del aparato productivo. Por otra parte, en lo que hace al Estado Benefactor, cabe preguntarse si entre nosotros llegó a ser algo más que una tendencia. Dice Adriana Marshall: ..."El Modelo propuesto por el régimen liberal en este ámbito no representó una inflexión de las tendencias históricas anteriores, puesto que en el pasado bajo la apariencia de un estado ~protector~, la dinámica de financiamiento del gasto público en general y del de la seguridad social en particular ya hacía recaer sobre los trabajadores una fraccion importante del costo de las prestaciones colectivas"..(4 ) Un análisis detallado del gasto del Estado en las últimas décadas dejaría en claro que su aspecto más grueso estuvo directamente traspasado a sectores privados que construyeron masas importantes de capital y poder a través de él (créditos impagos, subsidios, exenciones impositivas, etc.). Se trata de un capitalismo de alta ineficiencia, acostumbrado a ganancias financieras coyunturales e improductivas. Esto, sin contar las formas corruptas de apropiación, en países donde es difícil discernir la frontera entre legalidad e ilegalidad de la actividad financiera. Otra diferencia importante es que la implementación de las políticas neoliberales en los países centrales se hizo desde el inicio en formas democráticas de gobierno y con un margen de consenso importante. En América Latina, que alcanzó en la década del 70 altos niveles de conflictividad y lucha social, la implementación de estas políticas estuvo, en la mayoría de los casos, a cargo de gobiernos dictatoriales, que debieron anular las formas de resistencia social por medio del Terror de Estado. Hubo, es cierto, algunas excepciones, como México. Sólo con posterioridad a esta desarticulación sangrienta de las fuerzas sociales que podrían haber significado un obstáculo, se hizo posible aplicar el modelo conservando las formas democráticas. El término "desmovilización indolora", que suelen utilizar autores europeos, difícilmente sea aplicable a nuestro sub-continente. Al Terror de Estado se sumó el Terror Económico bajo la forma de escaladas hiperinflacionarias que operaron de hecho como mecanismo de traslación de ingreso de abajo hacia arriba y de adentro hacia afuera, y que, en muchos casos, fueron un poderoso recurso de presión política en manos de los grandes grupos económicos. Ya en el marco de una política internacional de control político y económico, se mantuvieron las formas indirectas o abiertas de coerción. Con respecto a estas últimas, basta mencionar que en la década del 80 se sucedieron: dos invasiones directas de tropas estadouni- denses (Granada y Panamá), dos ingerencias militares encubiertas (la "guerra de baja intensi- dad" en Nicaragua y el conflicto salvadoreño) y otras formas que apenas consiguen disimularse bajo el discurso de la lucha contra el narcotráfico. Todo análisis de campos de representaciones actuales debe incorporar el hecho de que el Terror tiene una operatoria que trasciende los límites temporales de su aplicación. Se invisibiliza en formas de aparente consenso pasivo o indiferencia, y opera en las subjetividades y en los funcionamientos institucionales. El objetivo de este trabajo es formular hipótesis y abrir interrogantes sobre las formas particulares de producción de subjetividad y/o de padecimiento inherentes a las actuales transfor- maciones económicas, sociales y culturales. Avanzar sobre esta problemática es indispensable para pensar cuales son o deben ser las acciones a desarrollar en el campo de la salud mental, entendido como un conjunto heterogéneo y contradictorio de prácticas sociales. Cabe mencionar que estas prácticas y sus actores también se hallan sometidos y son sujetos de los efectos de estas transformaciones. Por ende el análisis los engloba.
  • 3. 3 LO ECONÓMICO, LAS FORMAS INSTITUCIONALES, LO COTIDIANO. “La angustia producida por la inflación es algo parecido a un dolor agudo, aunque más prolongado. Es totalmente absorbente, requiere una atención completa mientras dura y se ignora o se olvida cuando ha terminado" Adam Ferguson ("Cuando muere el dinero")(5 ) Nunca quisimos más al arte en Austria que en esos años caóticos, porque la traición del dinero nos hizo sentir que sólo lo imperecedero dentro de nosotros era lo realmente estable" Stefan Zweig (6 ) Hemos comenzado este punto con dos citas que tienen que ver con contradictorias sensaciones producidas en el seno de episodios hiperinflacionarios. Para muchos esto puede parecer parte del pasado, asombra recordar que se trata de un pasado abrumadoramente reciente cuyos efectos todavía son actuales. Si bien la sensación es de remotidad, su efectos se manifiestan , por ejemplo, en la valoración colectiva de las situaciones de estabilidad monetaria, independientemente de sus costos. Sucede que en los periodos de "enloquecimiento de la moneda " se transparenta, al cesar en su función, aquello que en los períodos de estabilidad se invisibiliza: el lugar del dinero como equivalente general, significante de relaciones entre los hombres, imbricado en todos los aspectos de la vida social. La investigación de Adam Fergusson, tiene el valor de no ser, él se encarga de afirmarlo, un estudio económico en el sentido estricto. Es así que se documenta en datos económicos, políticos y, a la vez, en historias de vida, en fragmentos de testimonios de personas particulares, en microepisodios sociales. En una descripción minuciosa, que carece de voluntad explicativa global, muestra la articulación entre las vicisitudes económicas, fenómenos sociales y vidas particulares. Todo esto en el particular contexto de la Alemania de los 20. Pensamos que una problemática como la actual , en la velocidad y dramaticidad de sus cambios, requeriría ser abordada de esta manera. Proponemos introducir tres delimitaciones metodológicas en la articulación de sujeto/sociedad : Lo económico, las formas institucionales y lo cotidiano. En el extremo estaría la irreductible particularidad de cada sujeto, esa que reconocemos en la práctica clínica, que sin embargo se constituye con los elementos de lo genérico, con la "materia" que le brindan las significaciones sociales de la época. La "forma" o el "modo" de esta producción para ser explicada desde el psicoanálisis requeriría que éste reconozca su historicidad y la de sus instituciones, permitién- dose el ser interpelado y transformado en este proceso. Conviene, sin embargo, eludir una caracterización economicista de los fenómenos y devenires sociales, lo que implica aclarar que "lo económico" es un recorte, en todo caso metodológico, dentro de un campo de gran complejidad. Dice Michel Aglietta : .."la delimitación del campo de la ciencia económica no resulta de un principio universal fundamentador de una economía pura. Y no es más que una división metódica en el campo de las relaciones sociales, división que constantemente es puesta en entredicho y desplazada por el mismo desarrollo del análisis. El estudio de la regulación del capitalismo, por tanto, no puede ser la búsqueda de leyes económicas abstractas. Es el estudio de la transformación de las relaciones sociales que da lugar a nuevas formas económicas y no económicas simultáneamente"..( 7 ) Lo económico es no sólo inseparable de lo político, sino también de las minúsculas tramas de la cotidianeidad en que se particulariza lo genérico-social( 8 ). Por lo tanto, es preciso entenderlo dejando de lado toda externidad. No se trata de algo que "influye" en los sujetos, sino que se entreteje en el texto de su configuración en la medida en que se imbrica en las representaciones sociales y en las formas institucionales (las determina y a su vez es determinado por ellas).
  • 4. 4 Por citar un ejemplo, las representaciones sociales del tiempo son relativas a una determinada constelación ideológico-cultural que mucho tiene que ver con los tiempos de producción y reproducción social. Junto con la idea de progreso y de evolución, el capitalismo ha producido ritmos en aceleración creciente, obsolescencias cada vez más veloces, cuantificaciones tempo- rales cada vez más estrictas. Puede afirmarse, sin exagerar, que los paradigmas en que se fundó el Taylorismo y el Fordismo marcaron los ritmos no sólo de trabajo sino de descanso, recreación e inclusive del amor de generaciones enteras. Que conste que, al hablar de este entramado de la subjetividad, no nos referimos específicamente a las "mentes" , porque también están allí implicados los cuerpos. Una investigadora sueca afirma:..."luego de 1979 la mortalidad por cardiopatía coronaria ha ido decreciendo en Suecia ...el ascenso y caída del taylorismo en la industria sueca parece estar seguido de una ascenso y caída de enfermedades cardiovasculares entre trabajadores industriales del sexo masculino"...(9 ) Es obvio que no puede pensarse en una determinación lineal que vaya desde las formas hegemónicas de producción de la industria a los corazones y las arterias de los hombres, este ejemplo (como muchos otros) nos enfrentan al desafío teórico de pensar una problemática que se resiste a una explicación unidisciplinaria y causalista. Con respecto a las formas institucionales (entendidas como forma de producción y reproducción de las relaciones sociales) sus procesos de crisis parecen diferenciarse del "estalli- do' del que se hablaba en la décadas del 60 y 70. En algunos casos parecen implosionar sin que haya, al menos de manera evidente, un "instituyente" de nueva índole. Se rigidifican en rituales o gestos mientras, simultáneamente, se vacían de significación. Son atravesadas por la tendencia a la desagregación y a la fragmentación, y lo instituyente en ellas no siempre pude ser conside- rado "mejor" que lo instituido, desde el punto de vista de la realización humana. CONCENTRACION vs. FRAGMENTACION ...Si la melancolía vuelve a ser "el mal del siglo" ,si crece el número de depresiones no ocurre en un contexto social en que se han cortado los nexos simbolicos? vivimos una fragmentación del tejido social que no puede ofrecer ayuda alguna a la fragmentación de la identidad psíquica que vive el deprimido..... Julia Kristeva Como si fuera una situación paradojal, la concentración de la economía a nivel mundial, la transnacionalización de los capitales y la universalización de la información parecen coexistir y polarizar con una tendencia a la desagregación y fragmentación cada vez mayor. Los procesos de ajuste ,a veces llamados "estructurales" promueven una fragmentación social seguida de reagrupamientos parciales. En la medida en que determinan una gigantesca concentración de la ganancia , a nivel de la sociedad en su conjunto desplazan o sumergen sectores enteros y promueven otros a una cultura del consumo de niveles ascendentes. De una manera grosera podría decirse que queda un sector mínimo con altísimos niveles de consumo a estándares internacionales, un sector que se mantiene en márgenes de integración relativos con exigencias laborales en aumento y otro marginalizado en una subsistencia relativa y miserable. Cada uno de ellos tiene o padece vicisitudes distintas, pero a su vez se producen efectos en su interacción. Es imposible que una sociedad mantenga, por ejemplo, un treinta por ciento de sus sujetos en condiciones de subsistencia precaria, sin que esto implique al funcionamiento social en su conjunto. El aumento de las formas inorgánicas de violencia parece formar parte de esta situación. Por otro lado los mencionamos como sectores porque no se trata de grupos homogeneos o categorizables como clases sociales. En cada uno de ellos se atomizan los vínculos internos . La modificación de las formas laborales, la precarización del empleo y la proliferación de sus formas marginales rompen ejes centrales de organización social y de establecimiento de acciones
  • 5. 5 solidarias. Asimismo producen efectos en la familia y en las formas no laborales de relación. A esto se agregan los desplazamientosa migratorios masivos. Estos procesos también se manifiestan en las formas particulares de malestar o padecimiento subjetivo, así como lo hacen en los perfiles epidemiológicos de la población. Por ende las prácticas en Salud Mental deben poder resignificarse a partir de las demandas potenciales o efectivas que se dirigen a ellas y por la operatoria que estos procesos tienen en ellas. Nos detendremos momentáneamente en algunos de ellos, pese a puntuarlos por separado recordamos que no suceden en forma desarticulada sino como distintas facetas de un proceso. NUEVAS FORMAS LABORALES/PRECARIZACION DEL EMPLEO: La existencia del desempleo, en el capitalismo, es un problema que se agudiza cíclicamente. Los estudios sobre sus efectos en la salud adquieren relevancia en la Crisis del 30 y se retoman a partir de los 60. A principios de los 70 H. Brenner investigó la correlación existente en Nueva York desde l987 a l967 entre recesiones económicas y aumento de internaciones psiquiátricas, mostrando que inclusive pequeñas recesiones se asociaban con un aumento de los índices de hospi- talizacion.( 10 ) Sin embargo se trata de otro tipo de crisis que implica , además del desempleo, transformaciones productivas drásticas . Se modifican las formas y relaciones de trabajo, desaparecen industrias tradicionales y se desarrollan otras, se "flexibilizan" (o precarizan) las condiciones de contratación. Se incorporan formas diferenciales de pago que fragmentan estructuras sindicales preexistentes. Los "empleados" se dividen en dos grupos: los estables que tiende a ser minoritario y la masa flotante de trabajadores precarios ya sea por contrato temporario, trabajo a domicilio o trabajo de tiempo parcial(2). Se podría afirmar que una gran parte de la población oscila entre el temor a la pérdida del empleo y el desempleo. Aun los empleados estables tienen que afrontar los incrementos de productividad y las modificaciones de ritmos y modos de trabajo que impone la reorganización de la produccion en la reconversion industrial. Entre 1981 y 1982 Magdalena Echeverría realiza una investigación en Chile sobre los efectos de las transformaciones economicas en ese país y la salud de los trabajadores.( 11 ) Entre sus conclusiones encuentra que en el grupo de trabajadores de una rama en expansión aumentan las consultas por accidentes laborales, por esfuerzo y posición. En cambio los "problemas psicologicos" (agrupan en ellos trastornos psiquiátricos y emfermedades psicosomáticas) tienden a aumentar en las empresas deprimidas y en los desempleados. Dentro de estos, aparece una diferencia : los trastornos psicosomáticos son mayoritarios en aquellas personas que estan en riesgo de perder el empleo, en cambio los "trastornos psiquiátricos francos" aparecen más en los que ya quedaron fuera de él. Concluye: "la patología mental es, quizás, una de las características sobresalientes de la crisis actual". En las entrevistas realizadas como parte de la investigación, los trabajadores resaltan como un factor de su padecimiento el "enrarecimiento" de las relaciones personales dentro de las empresas en crisis: la aparición de delaciones, formas veladas de prostitución, falta de organizaciones con objetivos comunes, etc. En el caso de los desempleados, resalta la "pérdida de identidad social". La precarización alcanza a los sectores "medios" e inclusive a profesiones consideradas clasicamente "liberales". Por poner un ej.que nos compete: la mayoria de los profesionales de la salud en la Argentina pasan a ser empleados con diversa valorizacion del trabajo y ,en general, con formas de contratación inestable. Dentro del sub-sector público por las políticas de restricción del gasto y dentro del sub-sector privado o de Obras Sociales (que contratan las prestaciones del sector privado) ,por la tendencia a la concentracion de capitales en el área, por lo que se configu- ran empresas ( o Uniones Transitorias de Empresas) que contratan en bloque la prestación subcontratando al personal para la misma. Al tratarse de empresas regidas por la lógica de la
  • 6. 6 ganancia de la cual una parte importante deviene de la inversión en alta tecnología, el gasto en salarios y contratación de personal se restringe a límites extremos. Qusisieramos incorporar una conceptualización más general. El fenomeno de la precarización desarticula mitos caros al soporte y construccion de una perspectiva de futuro: el del progreso por el trabajo, el de sentar las bases para que los hijos tengan una condicion superadora de la de los padres, el de la previsibilidad o planificacion de la vida (labrarse su propio destino). Promueve una temporalidad inmediata ( "vivimos un presente continuo" dice un joven entrevistado recientemente). Pero no se trata de un gozoso "vivir el presente" sabiendo que el futuro será dado. Es más bien la áspera afirmación que titula una película documental mexicana: "La neta: No hay futuro" ." La Neta" es algo equivalente a "la justa" en la jerga de los jóvenes marginales de Ciudad Netzahualcoyotl, un asentamiento irregular de millones de persona que produce, inclusive, su lenguaje. DESARTICULACION COMUNITARIA: "EL PUEBLO BLANCO" ..."que esta tierra está enferma y no esperes mañana lo que no te dio ayer, que no hay nada que hacer"... J.M. Serrat Un ejemplo claro de los efectos comunitarios de la reconversión estuvo dado, en Argentina, a partir los cambios en el proceso de producción de la acería Acindar, principal fuente de ingresos de la población de Villa Constitución, una comunidad con altos niveles de orga- nización y una identidad definida. Durante los despidos masivos causados por el proceso de reconversión se constató un aumento altamente significativo del consumo de psicofármacos. Para muchos de sus habitantes, la pérdida no abarcaba sólo el empleo o la fuente de ingresos. También afectaba sus proyectos vitales, sus referencias de amistad o vecindad, obligándolos posiblemente a una migración forzosa. En ese mismo proceso los niveles de organización y soli- daridad de la comunidad permitieron poner algún freno a las medidas más salvajes y , de alguna manera, constituyeron un soporte subjetivo importante para sus actores.( 12 ) Un estudio de Elliot D. Sclar ( 13 ) analiza los efectos de la concentración monopolica y oligo- pólica en EEUU sobre las pequeñas comunidades y lo relaciona con la demanda de los servicios de Salud Mental. En su análisis incorpora las transformaciones sufridas por las comunidades desde el período en que cada una tenía el control sobre su producción hasta que son absorvidas por corporaciones monopólicas y oligopólicas perdiendo referencia local y "despersonalizándose" sus responsables. Al ser absorvidas las empresas y organizaciones productivas por grandes corporaciones anónimas, son facilmente desplazables sus ganancias disminuyendo los recursos económicos colectivos de las comunidades. Los individuos son sometidos a mayores niveles de exigencia laboral para la subsistencia, a la par que sienten falta de posibilidad de intervenir en las decisiones. Como resultado, pierden niveles de participacion en las actividades comunitarias habituales, por lo que las formas organizativas se debilitan. . En su recorrido histórico muestra cómo el principio único de maximización de ganancias de las corporaciones multinacionales deviene en costos sociales altísimos para las comunidades locales. La hipotesis, que sostiene en datos estadisticos, es que en la operatoria de este proceso los sujetos ven disminuido su apoyo social simultáneamente a un aumento de lo que el autor denomina "stress económico". En una descripcion meticulosa de hechos muestra cómo un padecimiento vivido como individual forma parte de un complejo proceso social. Incorpora, además, el criterio subjetivo de "pérdida de control sobre su propio destino" y la imposibilidad de personalización de los responsables. Todo esto tiene su impacto en los servicios de Salud Mental. En las comunidades estudiadas ,recordemos que se trata de EEUU década del 70 , la poblacion tiende a aumentar su asistencia a ellos. En este punto el autor sostiene que la lectura en terminos psicopatológicos que los servicios hacen de este aumento de la demanda es cuestionable. Deviene de que sólo pueden leer la demanda en "código" de psicopatologia convencional o sea, a partir de su oferta. Esto los llevaría a la hipotesis de un aumento de prevalencia de enfermedad cuando se trata de
  • 7. 7 un fenómeno de erosion de vínculos comunitarios. Afirma que la fluctuación en la cantidad de internaciones psiquiátricas parece estar fundamentalmente relacionada con la capacidad de las familias y los grupos sociales de contener o no un enfermo en su seno, más que con la incidencia de cuadros psiquiátricos individuales. El análisis que Sclar aplica a las pequeñas comunidades, en muchos sentido podría aplicarse a naciones enteras que ven cada vez más distantes y anonimos los resortes del poder en que se deciden sus destinos. Este efecto en las pequeñas comunidades se agrava en nuestros países por las caracteristicas particularmente "salvajes" de los procesos de ajuste. Por mencionar un ejemplo, en el caso de la Argentina la suspensión lisa y llana de los servicios de ferrocarriles anuló la vía fundamental de comunicación e intercambio de una serie poblaciones del interior condenadas a una extinción rápida. Habría que agregar en este análisis la tendencia a la "urbanización" creciente que, en los países periféricos, no deja de acentuarse. México D.F. es, hoy, la ciudad más poblada del mundo y la Argentina concentra el 30 % de su población total en Buenos Aires y su periferia. Concentración que coincide con menor nivel de vinculación entre sus habitantes y menor posibi- lidad, por parte de los mismos, de tener ingerencia en las decisiones que les atañen. Los sectores integrados, los que mantienen su inclusión con costos vitales crecientes , se ven afectados por la soledad relacional. Los vínculos barriales y de vecindad, los familiares extensos, así como los gremiales y de participacion política se labilizan. Simultáneamente sucede una tendencia al abroquelamiento dado que los espacios públicos se restringen y amplias areas de la ciudad son vividas como peligrosas. Es en ellos que pesa la sustitucion de relaciones interpersonales por relaciones con máquinas y objetos. Y es a ellos a quienes se dirige funda- mentalmente la propuesta del neo-individualismo como valor. La inmensa concentracion de recursos y poder "despersonalizados" de esta faz del capitalismo le da un carácter apariencial a las formas políticas y plantea una abismal distancia entre los sujetos y los resortes de resolución de sus vidas. Por otra parte la producción en gran escala implica la generación de un consumo en masa que " requiere que la población aprenda a expresar sus deseos a través de las unidades estandarizadas en que estos productos se ofrecen, desvalorizando las cualidades de singularidad"..(13). En este contexto la representación de individuo tal como se produjera en el capitalismo naciente deja de tener sentido, pero simultánea y paradójicamente es exaltada. Sucede que ya no de trata del individuo de la competencia por la acumulación, capaz de sacrificios actuales en miras a un futuro sino de un individuo del consumo, centrado en placeres inmediatos. Se le propone que sea "individualista", pero bajo la forma de ser exactamente igual a los otros ,portador y sujeto de discursos homogeneizados por los medios de comunicación omnipresentes, con deseos enlazados a fantasías suntuarias (reflejo precario de los hábitos de los grupos de poder). Proponemos llamar neo-individualismo a este pos-darwinismo social, un modelo de pacotilla del original que se caracteriza más por su negativa a la singularidad que por las oportunidades que ofrece: hedonismo de producción en serie, erotismo de sensualidad y coproreidad pautada por consumos definidos. Dice al respecto Emiliano Galende:.." bajo estas condiciones de empobrecimiento del espacio social los sujetos tienden a des-investir la realidad exterior, volcándose crecientemente sobre sí mismos, vuelco que es facilitado por la adquisición de objetos de utilización personal que sustituyen el encuentro con otros. De este modo se debilita el deseo y la acción, incremen- tándose el aislamiento y el sentimiento de vacío"( 14 ). LA FAMILIA: LA MUERTE DEL PADRE (PRECARIZACIóN DEL PADRE) .."Tuve un Edipo imperial: detrás de la figura de mi padre estaba la del emperador Francisco José"... Marie Langer (Autobiografía)
  • 8. 8 La familia es, quizás, una de las formas institucionales que muestra en forma más transparente su crisis. En América Latina el "matrifocalismo"(15 ) creciente es un dato importante de transformación. En el los sectores con Necesidades Básicas Insatisfechas (N.B.I.) del conurbano bonaerense, casi el 45% de las familias tienen por cabeza y soporte a una mujer. Con respecto a los sectores medios, pareciera que esta tendencia también se repite aunque no contamos con datos estadísticos. Podría afirmarse que se tiende a una configuracion familiar que tiene a una mujer como cabeza y principal (aunque no único,por el trabajo infantil) soporte economico y en donde el varón ocupa un lugar periférico o circunstancial. En grupos domésticos populares se produce una precarización mayor en la medida en que las mujeres reciben salarios menores y prioritariamente son ocupadas en trabajos informales (16 ). Es muy complejo el entramado en que este fenomeno se produce. Articula con la inestabilidad laboral masculina, con el peso de la baja del valor del trabajo, con la migracion temporaria por razones de empleo y con transformaciones de las representaciones de género. Hemos antecedido este punto con la cita de Marie Langer porque da cuenta, con profunda sencillez, de la articulación entre el Estado y el Padre, una línea que habría que profundizar actualmente. Con respecto a las familias "típicas" su sosten requiere de más trabajo. El salario medio de un trabajador industrial argentino cubre apenas el 40 % de los gastos de una familia tipo ( 17 ) de manera que difícilmente puedan mantenerse las condiciones de subsistencia con un sólo trabajador por grupo domestico, independientemente que sea varón y en condiciones laborales favorables (obrero industrial). Es así que se producen cambios "de hecho" que no articulan con las representaciones hegemónicas en las que sostienen su identidad y sus prácticas los protago- nistas. Un ejemplo es el aumento del trabajo extra-doméstico de la mujer sin que se produzcan redistribuciones consecuentes en el trabajo doméstico y la crisis de la identidad maculina en la medida en que tiene, como uno de sus puntales, el lugar de "sostén de familia". El aumento global de horas dedicadas por sus miembros a la subsistencia restringe el intercambio dentro del grupo doméstico y disminuye su disponibilidad para el cuidado entre y hacia sus mienbros, en circunstancias en que parte del apoyo externo comunitario tambien se debilita (guarderías, servicios de salud, etc.) (13). Por último, y quizás como su aspecto más inquietante sucede también una tendencia a la labilizacion de la estructura familiar en su conjunto ,particularmente en los grandes conglo- merados urbanos, que se manifiesta en la pérdida de continencia hacia sus miembros mas frágiles : los niños, los ancianos y los enfermos. Si bien esto no es una novedad de la década (siempre hubo desamparados) es su masividad y la forma abrumadora en que desborda las deterioradas formas sociales de asistencia lo que le da un nuevo perfil. Se trata de un proceso cuya complejidad de análisis excede este trabajo, pero que no puede dejar de señalarse por sus posibles efectos subjetivos . Por ejemplo, cuando un fenómeno como el de los "niños de la calle" adquiere masividad, obliga a pensar en subjetividades constituidas en relacion a otros que también son niños. Un mundo de Peter Pan de la marginalidad donde grupos infantiles establecen sus reglas y despliegan sus estrategias de sobrevivencia, en los resquicios de una sociedad que no tiene otro espacio para ellos. Cabe preguntarse si las formas de organización que "espontáneamente" se dan los niños de la calle son una familia atípica. La crisis de la estructura familiar tiene dos fascetas una es la de la disrupción que se produce en un momento de cambio donde la tendencia parece ser la transformacion de la familia patriarcal hacia otra forma en la que varían las atribuciones de genero, así como la distribucion de poder y de funciones. Esta sería una fasceta de transformación. La otra es la de desarticu- lacion o labilización .En ella parece no constituirse una "nueva forma" sino fragmentarse la existente cesando en sus funciones, en estos casos daría la impresion que el tejido social no con- tiene a las familias que, a su vez, no pueden contener a sus miembros más frágiles o dependientes.
  • 9. 9 LOS REAGRUPAMIENTOS Y NUEVOS VINCULOS "Al fin un monte detrás de la bajura"... César Vallejo Los fenómenos descriptos son parte de lo que muchos autores o programas sociales actuales mencionan como "ruptura de los lazos solidarios" o "desarticulacion de vinculos sociales" . Habría que señalar que junto con ello suceden, aunque en forma precaria y embrional, nuevas formas de reagrupamiento. Estas nuevas formas de agrupación son poco estudiadas o, a veces, no reconocidas como tales. Robert Castel plantea ubicar las situaciones marginales al final de un doble proceso : de desenganche en relacion al trabajo y en relación a la insercion relacional, en este punto define la situacion de "desafiliación" . Distingue dos formas principales de marginalidad : una marginalidad "libre" caracterizada por su distancia en relacion al trabajo pero también en relacion a las formas organizadas de protección próxima, representadas por la asistencia, y una marginalidad que es institucionalizada por la asistencia estatal (dentro de ella los pacientes psiquiatricos).( 18 ) En su analisis, la centralidad asignada a la asistencia estatal es consecuente con el hecho de que se refiere a un pais central en el cual el Estado Social tuvo (y tiene) un funciona- miento significativo. Este modelo sólo parcialmente puede aplicarse a la marginalidad de nuestros paises cuya asistencia, de existir, es mucho menor, más circunstancial y precaria. Los procesos de desafilia- ción en los países periféricos suceden sobre grupos sociales completos. Por ende, resulta más visible que se producen formas organizativas en y de la marginalidad, afiliaciones particulares con sus propias normativas. Estas formas organizativas tienen como función la sobrevivencia. Una investigadora mexicana plantea que las redes sociales de asistencia mutua de estos grupos representan parte de una sistema económico informal, paralelo a la economía de mercado, caracterizado por el aprovechamiento de recursos sociales y que opera en base al intercambio recíproco entre iguales ( 19 ). A lo largo de este trabajo hemos mencionado cicunstancialmente dos: los asentamientos humanos irregulares en la periferia de las ciudades y los grupos de niños de la calle. Nadie podría afirmar que se tratan de sumatorias de individuos aislados. Inclusive los habitantes de las calles constituyen redes con comunicación entre ellos. Las estructuras asistenciales no llegan a absorver o institucionalizar estos sectores, y su recurrencia a ellas (ej. servicios públicos de salud o educación) es un elemento circunstancial dentro de sus estrategias de sobrevivencia. La tendencia de estas formas reorganizativas es producir una sub-cultura normativa y valorativa donde inclusive el mensaje de los medios es resignificado de una manera particular... " Comparten una serie de caracteristicas ecologicas,culturales, psicologicas, económicas , legales y hasta biológicas que determinan un perfil social común, una comunidad de procesos que reproducen permanentemente su condición de marginados" (20 ). Esto es más notable cuando se trata de grupos con diferencias étnicas, pero sucede prácticamente en todos. Dentro de este fenómeno se dan las adhesiones a cultos o religiones de diversa índole en incremento notable en la última decada. Afirmar que estos grupos tienen sus propias formas organizativas y solidarias no implica desconocer los niveles de violencia creciente en que transcurre su existencia. Una parte de esta violencia es interna. La otra es represiva y puede ser estatal o paraestatal, como es el caso de los escuadrones de exterminio de niños de la calle en Brasil. Por otro lado, sus formas organizativas son precarias y vulnerables en la medida en que son gestadas en la marginación. Su irrupción activa en la vida política sucede en forma circunstancial y en momentos extremos ( el caso de los saqueos). Cómo lo afirmábamos anteriormente, son formas destinadas funda-
  • 10. 10 mentalmente a la sobrevivencia y que sólo ircunstancialmente adquieren significación política formal. Resulta más difícil visualizar las formas nuevas organizativas en los sectores integrados (asalariados estables y medios). Es en ellos en donde particularmente repercuten o se efectivizan las representaciones del neo-individualismo inherentes a la propuesta social hegemónica . Sin embargo no se trata de una tendencia unidireccional y ,eventualmente, aparecen formas de reagrupamiento y de manifestación a-típicas o no tradicionales, alrededor de aspectos sociales puntuales (educación, necesidades comunitarias, salud corrupción) , allí donde se hace notable la deserción del Estado. Ya sea de carácter defensivo o de sobrevivencia, estas formas precarias e incipientes, fácilmente absorvibles por las hegemónicas, pueden ser prefiguraciones de lo que surge en el espacio que van dejando vacío algunas formas anteriores (por. ej las sindicales clásicas o las corporativas). Un ejemplo, pese a la circunstancia excepcional en que se dió, sería lo sucedido en Mexico luego del sismo de 1985. Hubo un respuesta inmediata solidaria y organizada de la población, frente a un vacío de liderazgo oficial gubernamental. Según Mario Campuzano ( 21 ) .."la dinámica social de la situación se caracterizó por una expansión de la sociedad civil y una redefinición de sus espacios que fue oficializada más tarde por el Estado, en un intento de recuperar liderazgo formal y operativo". Los efectos en el imaginario social de una respuesta que la población "no esperaba de sí misma" tuvieron perdurabilidad más allá de la inmediatez de la catástrofe. Las reacciones sociales en Brasil y Venezuela frente al fenomeno de la corrupción, también entran en esta línea. No puede pensarse un polo de disgregación sin plantear, por lo menos la hipótesis de un polo de reagrupamiento, quizás transitamos un momento de transición en la configuración de los actores sociales y sus movimientos, cuyas nuevas formas (desde la familia hasta los devenires comunitarios) no terminan de aparecer en forma evidente. LOS PADECIMIENTOS DE LA EPOCA ...Todos llegaron a vivir la ley de la peste, más eficaz cuanto más mediocre. Ni uno entre nosotros tenía grandes sentimientos. Pero todos experimentaban sentimientos monótonos ...el hábito de la desesperación es peor que la desesperación misma... A. Camus (La Peste) Cada época tiene una forma particular de producción de padecimientos. Seria dificil negar hoy, que el auge de las formas clásicas de la histeria de conversión y su posterior decadencia estuvieron profundamente entramados con la condición de la mujer y el ámbito social en que esta se producía. En un trabajo citado anteriormente, Emiliano Galende (14) plantea, como hipótesis, que en las actuales condiciones es esperable un crecimiento de lo que se engloba bajo la denominación de patologías narcisistas :trastornos del carácter , perversiones ,emfermedades funcionales, padecimientos psicosomáticas y adicciones, así como incremento de la violencia familiar y los suicidios. Conjuntamente con el aumento de las depresiones de diversa índole. Podríamos coincidir en términos generales con esta hipótesis. No obstante que algunos de estos problemas ya eran relevantes con anterioridad y su aparente aumento en terminos rela- tivos, puede provenir de su salida de un espacio de invisibilidad social. El ejemplo más claro es el del maltrato a la mujer, no se puede evaluar su incremento por el de la demanda de asistencia. Como indicador epidemiológico la demanda es de poco valor dado que hasta hace unos años no existían servicios que brindaran asistencia a este problema y se lo ubicaba consensualmente en la esfera de lo íntimo, no trascendiendo del espacio doméstico. Quizás las modificaciones de
  • 11. 11 representaciones de género y de situación de la mujer mencionadas anteriormente tienden a faci- litar su corrimiento de la esfera doméstica e íntima y favorecer la aparición del mismo en la esfera pública. Independientemente de que su tasa aumente, su magnitud debe incrementarse en términos absolutos y su existencia es coherente con los niveles de violencia inorgánica y cotidiana en aumento. Esta consideración también abarca a los suicidios sobre los que no contamos con estadisticas confiables (particularmente porque muchos de ellos están cubiertos por las altas tasas de mortalidad por accidentes). Debemos señalar , como analizador social, los episodios de suicidios de jubilados en la Argentina . En el caso de las adicciones, el alcoholismo en América Latina hunde sus raíces en la conquista. Sin embargo nadie puede negar su incremento y la edad más temprana de su inicio. Segun las investigacines citadas, tiende a asociar significativamente con las situaciones de desempleo. También se observa, según algunos estudios, su aumento entre los jóvenes y las mujeres. En 1989 en Provincia de Buenos Aires, por citar datos, el 20% de los ingresos al sistema de salud por trastornos mentales, fueron por Síndrome de Dependencia al Alcohol. Sobre 410 muertes por "trastornos mentales" 210 tuvieron como causa el cuadro mencionado. Con un rango de edad que parte de los 15 años. También el 8% de la población atendida en clínica médica, ingreso con síntomas asociados al alcoholismo.( 22 ). Lo mismo puede afirmarse de la circulación de drogas ilegales y, en algunos sectores, del consumo abusivo de psicofármacos (el Lexotanil ha llegado a ocupar en la Argentina el segundo lugar en venta de medicamentos). Drogas, psicofármacos y alcohol articulan en su produccion con intereses económicos de gran magnitud y su consumo es incentivado activamente de diferentes maneras. Desde el lado de los consumidores, su vulnerabilidad frente a esta oferta creciente quizás deviene de la misma vulnerabilidad relacional en que se desenvuelven sus vidas y de la imposibilidad de construir pro- yectos que permitan soportar las situaciones vitales. La carencia de posibilidades de construcción de una perspectiva de futuro y de espacios claros de participación social parece asociar, particularmente en poblaciones jóvenes, con la busqueda de circuitos sustitutivos. En un estudio epidemiológico realizado en México ( 23 ) Miguel Matrajt encuentra relación entre las depresiones (neuroticas y psicóticas) así como el consumo de psicofármacos, alcohol o drogas, con la carencia o derrumbe del proyecto existencial. Afirma: .."desde una óptica deleuziana diríamos que son los sujetos en los que mas nocivamente ha penetrado la producción de carencia"..En su opinión, en el Tercer Mundo, la ausencia o derrumbe del proyecto existencial están indisolublemente ligados a la falta de posibilidades sociales de realizarlo, por la marginación social en general y del mercado de trabajo en particular. Las excepciones por inhibiciones personales no tendrían relevancia sanitaria. Sus conclusiones parecen coincidir con los resultados de la investigación citada de Magdalena Echeverría en Chile (11). Como lo mencionáramos,los cuadros psiquiátricos francos y el alcoholismo aparecían significativamente aumentados en los grupos de desempleados. La investigadora afirma:.."La situación social del cesante es completamente desintegrada y precaria, objetiva y subjetivamente". Con respecto a los padecimientos psicosomáticos, los estudios mencionados de México y Chile vuelven a tener coincidencias en sus resultados. Aparecen fundamentalmnete en sujetos que se hallan integrados, aún en forma parcial, a los modos de vida socialmente valorados, pero cuya integración es conflictiva en grado sumo. Para Matrajt el costo de la integración consiste en alienar uno de los términos del conflicto inmanente a este tipo de pertenencias. Desde su marco referencial concluye : .."el órgano enfermo es el engranaje secundario disonante de la máquina humana que funciona armónicamente con la megamáquina social". Una canción popularizada entre los jóvenes en los 80 decía en su estribillo .."se fuerza la máquina" para concluir "y los músicos/ se juegan la vida". En el estudio de Magdalena Echeverría ,como lo mencionamos antes, las enfermedades psicosomáticas aparecen ligadas a la situación de inestabilidad y posibilidad de pérdida del trabajo. Sin embargo su relacion no es directa, tienden a incidir más entre los trabajadores que desempeñan labores de administración o servicios, que entre los que desempeñan labores productivas. Concluye que, mientras la posibilidad de pérdida del empleo está presente, los
  • 12. 12 sujetos tienden a "reprimir" las manifestaciones psíquicas que la situación puede generar, aumentando sus niveles de auto-exigencia. Curiosamente, esos mismos sujetos cuando finalmente son despedidos, dejan de tener manifestaciones psicosomáticas y tienden a expresar más francamente sus problemas "psíquicos" (lo que la investigadora engloba en "cuadros psi- quiátricos francos"). Esta último dato del estudio de M. Echeverría nos precipita a una revisión de las entidades nosográficas y sus explicaciones clásicas. Un mismo sujeto pasa de un tipo de sintomatología a otra dependiendo de una modificación de su inserción vital. Investigaciones de esta índole desafían tanto las conceptualizaciones biologistas, como aquellas que desde una lectura estructuralista suprimen la historicidad de las producciones sintomáticas. Quizás uno de los efectos de la crisis sea transparentar situaciones, des-invisibilizar procesos y desafiar a revisiones teóricas a fin de ajustar las herramientas a las problemáticas. Probablemente haya que pensar en nuevas categorizaciones en función de las nuevas formas de producción de padecimiento. En estas nuevas categorizaciones no puede quedar afuera, también, el malestar difuso (y eventualmente asintomático) de la crisis de las instituciones. CONTEXTUACION DE LAS PRACTICAS EN SALUD MENTAL En el contexto de los cambios actuales, las políticas sociales y entre ellas las de salud se ven severamente transformadas en la redefinicion de las funciones del Estado. Las prácticas en Salud Mental son, obviamente, atravesadas por ésto. En un trabajo anterior ( 24 ) planteamos que si bien la critica al sistema asilar-manicomial nacía con el siglo, la generacion de propuestas asistenciales diversas a ésta comienza en los cincuenta, ligada por un lado a la instauración del Estado Social en los países centrales y por otro, posteriormente, a los movimientos sociales tendientes a cuestionar órdenes reinantes. La redistribución operada por las políticas sociales en esa época tendía, por un lado a proveer margenes de salud y bienestar a la población y por otro, a mantener los límites de los conflictos sociales dentro del dominio del saber técnico administrativo. La mayoría de las transformaciones en Salud Mental se englobaron en reformas sanitarias más extensas. Tal el caso de la psiquiatria comunitaria inglesa, la Reforma psiquiátrica Italiana, etc. Salvo en la experiencia Italiana, todas ellas terminan coexistiendo con los manicomios y, en algunos casos, viendo reaparecer los supuestos objetivantes y segregativos en el interior de prácticas supuestamente innovadoras. En América Latina el sistema custodial manicomial siguió siendo hegemónico como respuesta social frente a la problemática de la locura. No obstante las transformaciones en los países centrales encontraron eco y forma propia en algunas propuestas. En la Argentina hasta el golpe militar de 1976, y en combinación con un período de gran movilización social, se desarrollaron diversas experiencias tanto de asistencia como de agremiación de trabajadores de la salud mental. Desde el retorno a las formas democráticas de gobierno hubo planes y propuestas de modernización de los servicios, y una tendencia a la disminución de las internaciones en hospi- cios. En forma puntual y en distintos lugares se evidencian intentos de reconducir las prestaciones hacia modelos mas abiertos y comunitarios. Salvo en el caso de la Reforma Psiquiátrica de la Provincia de Río Negro, son experiencias puntuales que no se instituyen juridicamente. Todas son sometidas a viscisitudes políticas y presupuestarias que limitan su desarrollo. En Brasil , algunas alcaldías y estados también han emprendido transformaciones de esta índole.
  • 13. 13 Las políticas en salud se deslizan hacia el concepto de mercado de la salud. El Estado se retira de un lugar de garante de derechos (el de la salud, entre otros ) y tiende a dejar libradas las prestaciones al juego de oferta y demanda con gran concentración de capitales y configuración de grupos empresariales cuasi monopólicos, en el sector. La prestación guberna- mental se reserva para acciones de corte asistencialista dirigidas a los sectores marginados, La seguridad social se resquebraja ante la disminución del empleo y del salario, a lo que se suma una administración por lo menos ineficiente. La tendencia al pago y contratación "per- cápita", si bien disminuye el riesgo de sobreprestación inherente al pago por acto medico, al carecer muchas veces de un control y auditación adecuado, aumenta el riesgo de subprestación. Esto puede ser particularmente riesgoso en las acciones de Salud Mental cuyas caraterísticas no se prestan facilmente a la normatización. En el sector privado, prestador por contrato de la seguridad social, la oferta tiende a diversificarse. Tienden a proliferar los Hospitales de Día, la Atención Domiciliaria, la prestación psicoterapéutica etc. Se trata de una oferta más aceptable para entrar en la competencia y sus costos son menores. Son modernizaciones parciales tendientes a diversificar la oferta y racionalizar los costos, en un mercado restringido. Obviamente estas prácticas son desarticuladas con cualquier actividad comuntaria tendiente a operar sobre los procesos que mencionamos con anterioridad. Por otro lado el pricipio de la ganancia les impone límites a su cobertura. Por mencionar un ejemplo: los seguros pre-pagos no cubren tratamientos de SIDA por considerarla una enfermedad de "adquisición voluntaria" y tampoco atienden adicciones , patologías mentales pre- existentes o discapacidades. El sector público se debate en la crisis de recursos y está en este momento atravesado por diferentes (y congruentes) propuestas que pueden sintetizarse en : privatizaciones o subsi- diarizaciones puntuales, descentralización y recorte a la gratuidad. La descentralización es, quizás, el aspecto que más contradicciones encierra en sí mismo. Desde cierta óptica tiende a poner más cerca de las poblaciones los canales de desición sobre sus recursos en salud y puede, hipotéticamente, tender a una mayor adecuación a los requerimientos y a un funcionamiento menos burocrático. Sin embargo ésta no es, de ninguna manera, una consecuencia lineal y necesaria. Depende de la asignación y redistribución de recursos y de los reales resorte de participación que se produzcan. De hecho puede favorecer el desentendimiento del Estado y promover una mayor inequidad. Si no se opera una redistribucion global, las comunidades pobres tendrán servicios pobres y las ricas servicios ricos. Los planes asistenciales son, salvo excepciones, de claro corte vertical y clientelista. Benefactores en el mal sentido del término y siempre insuficientes. Como agravante son terri- torio de la corrupción. Suceden episodios como que el Estado pague a precios exhorbitantes leche no apta para consumo humano distribuida en poblaciones marginales, o que una provincia invierta una suma millonaria en juguetes inexistentes, para niños necesitados de alimento (ambos hechos sucedieron en la Argentina en los últimos tres años). Hay que reconocer que el contexto democrático, aún con sus limitaciones, es mejor espacio para las prácticas en Salud mental que los regímenes dictatoriales. Sin embargo la tendencia actual es a prestaciones fragmentarias y puntuales, existiendo una declinacíon de las incipientes propuestas comunitarias que nacieron con la vuelta a la democracia. El personal de las instituciones padece las viscicitudes inherentes a su condición, las que describíamos como de sectores integrados a un costo creciente. Por lo tanto se sobreocupa, y ve recortadas sus posibilidades de participación. Los entramados teóricos de las prácticas también son atravesados por las condiciones de su producción. Se suelen deslizar a posiciones de alto nivel de individualismo, con una declamatoria sobre la particularidad que no coincide con la falta de reconocimiento hacia las viscisitudes vitales de quienes consultan . También comienza a pesar el neo-biologismo en el campo de la definición de las enfermedades mentales que se manifiesta en una tendencia a profundizar la investigación de sus determinaciones genéticas. En sí es progresivo, el problema surge porque se tiende a transformar ideológicamente esta determinación biológica en causalidad suprema,
  • 14. 14 derivando en prácticas tecnologizadas (el auge de los mapeos cerebrales, curas de electro- sueño, etc) y centradas en la farmacología, que no comtemplan el proceso en su conjunto ,invisibilizando sus determinaciones subjetivas y sociales. En el cruce de estas polémicas, la respuesta cuantitativamente hegemónica hacia el padecimiento subjetivo (aún en la Argentina, país con gran desarrollo del psicoanálisis) sigue siendo la prescripción incontrolada de psicofármacos. MANICOMIOS: EL FIN DE LAS INSTITUCIONES TOTALES O LA SOCIEDAD COMO INSTITUCION TOTAL ?. "las leyes te hacen sufrir porque eres culpable, porque puedes serlo, porque yo quiero que lo seas"... C. Beccaria (De los Delitos y Las Penas) El modelo neo-liberal no carece de propuestas "críticas" al manicomio. La base de su cuestionamiento es el alto costo y "baja eficacia" de sus establecimientos. Esto es congruente son una cierta tendencia a modificar la instancia de las instituciones totales. Recuérdese la propuesta de privatización de los sistemas carcelarios en Inglaterra y, más recientemente, una de alta tecnología, que consiste en mantener a los procesados en sus domicilios colocándoles un dispositivo electrónico que limitaría su desplazamiento al interior de su vivienda. Lo que no se decía, al plantear las bondades de este sistema dirigido a evitar la superpoblación carcelaria actual, es quién sostendría a ese hombre preso en su domicilio e incapacitado de trabajar. En un trabajo ya citado (24) mencionábamos un Editorial de Acta Psiquiátrica y Psicológica de América Latina ( 25 ) en que se criticaba simultáneamente a los manicomios y a las prestaciones estatales y servicios comunitarios. A los primeros por cronificantes y onerosos, a las segundas por ineficaces y "restrictivas de la libertad de elección", para concluir que los manicomios desaparecerían si el Estado decidiera venderlos a empresarios audaces que "sepan explotar la parte sana del enfermo psíquico crónico". Plantearemos una hipótesis. En la actualidad puede darse desde la propuesta neo-liberal hegemonica una tendencia a la disminucion y limitación de los establecimientos manicomiales. Pero ésto no es coincidente con una política de desmanicomialización o sea de desarticulación de los supuestos de segregación y aislamiento de los "locos". Trataremos de fundamentar esta afirmación. La generación del consenso necesario para el proceso de reconversión , requiere de un ideario social en el que la exclusión y la marginación sean vistas como "naturales" y necesarias. Se trata de legitimar la marginalidad y generar un enfrentamiento entre sectores de la sociedad: los integrados vs. los excluidos. Dice J. Habermas:..."la política neo-conservadora tiene cierta posibilidad de imponerse si encuentra base en una sociedad dividida en dos segmentos, que al mismo tiempo, propug- na"...( 26 ). Un ejemplo extremo, a nivel nacional, de ésto sería la tendencia separatista del sur del Brasil, zona rica e industrial, con relacion al norte , zona pobre y racialmente diferenciada. Al cristalizarse ésta tendencia, invisibiliza que en los mismos planes económicos del Brasil se sacrificó al Norte a expensas del desarrollo del sur (estaba explícitamente enunciado en las bases del "milagro" brasileño). Se trata del reforzamiento de las actitudes individualistas , la visualización de los marginados como enemigos potenciales de los que sobreviven en el sistema, y la legitimación del sufrimiento social como única vía para el desarrollo.
  • 15. 15 Algunos episodios, particularmente entre los policiales, dan cuenta de esta tendencia a considerar antagónicos los derechos de los marginados con respecto a los de los incluidos. En la Argentina, por citar un caso que operó como analizador, un ingeniero de clase media persiguió y mató a dos jóvenes que habían hurtado el aparato de musica de su auto. Un importante comunicador social (27 ) bautizó como "justiciero" al legalmente homicida y lo consideró un defensor de "sus derechos, entre ellos el de escuchar música ,permanentemente violados por los rateros de siempre". Es en este contexto que el establecimiento manicomial resulta insuficiente en sus objetivos de origen: dar un lugar definidido al "no trabajo". La marginalidad desborda sus posibilidades. Si el manicomio cumplió la función de recordar a la sociedad que habia un lugar de contención a la locura, la diversidad y la marginalidad; si legitimó la negación de los más elementales derechos para quienes fueran recluidos en él, si el amparo de la institucion psiquiátrica permitió formas de represión agresivas que no herían la sensibilidad social (dado que piadosamente se las consideraba aplicadas "por el bien del paciente"), puede decirse crudamente que los asentamientos humanos irregulares son los manicomios de la época. El lugar de los marginados, de los excluidos. Allí, y al desamparo de las calles, serán devueltos los internos. Ya no es suficiente, ni siquiera necesario, un establecimiento espacialmente definido cuando la marginalidad ha debordado a buena parte del espacio urbano. Se configuran formas insti- tucionales diseminadas en el conjunto social que conjugan las acciones directamente represivas con las consensuales, a fin de limitar los síntomas de la desagregacion social y mantenerlos en los límites de "barreras urbanísticas" definidas. Para los integrados quedará la protección de los espacios privatizados, de los barrios cerrados, de los recorridos preservados (todo esto con resultados parciales), de la defensa policial y de su propia autodefensa. Para los excluidos el abandono de los espacios publicos, los lugares olvidados del cuerpo urbano, y la represión. Los locos, son una "especie" más dentro de ellos. Muchos de los programas tendientes a disminuir el número de camas de los Hospitales Psiquiátricos entran en esta línea, aunque no lo expliciten. Y aunque, quizás, sus actores no lo sepan. Sucede que tienden a externar el paciente buscando soporte en comunidades precarizadas y familias con escasa capacidad de continencia. Dirigidos a disminuir costos, no crean los recursos necesarios para una real externación, que tenga en cuenta las condiciones actuales. En un reciente recorrido por una ciudad del interior donde fue aplicada una política de externación, pudimos observar ex-pacientes psiquiátricos en situaciones de vagabundeo y sin hogar definido. Volvamos a citar a J. Habermas:.."Un desmantelamiento decidido del Estado Social tiene que dejar tras de sí lagunas funcionales que sólo pueden rellenarse mediante a represión o el desamparo..." (26). El dispositivo manicomial quizás se independiza de su establecimiento y se traslada al conjunto de la sociedad. Con respuestas técnico-disciplinarias y represivas. LAS PROPUESTAS CONTRA-HEGEMóNICAS La construcción de propuestas contrahegemónicas hoy, tiene como base fundamental la defensa del derecho a la salud y del salario social. Este es el eje ético-político en el cual se traza la divisoria de las propuestas técnico-administrativas. Sin embargo no se trata de una propuesta que cristalice acríticamente los modelos pre- existentes de prestación estatal. El discurso que intenta imponerse como hegemónico plantea una jerarquización de lo privado y una crítica a la ineficacia e ineficiencia de lo estatal. En contraposición a esto debe plantearse una transformación de lo estatal en defensa de lo público.
  • 16. 16 Se debe tender a legitimar la prestación pública para lo cual es necesario disminuir sus barreras de accesibilidad, promover redes de apropiación de las instituciones por parte de las comunidades y antagonizar con la tendencia a la burocratización y el aislamiento. La crisis produce en las instituciones de salud dos tendencia antagónicas: una de índole informal a la horizontalización y participación y otra a la fragmentación y degradación. Ambas coexisten y entran en conflicto. La tendencia positiva enunciada primero, se basa en la horizontalización y el rol protagónico de sus actores. La defensa del derecho a la salud auna los intreses de los usuarios y de los trabajadores del sector. Profundizar ésto implica una revision crítica de los modelos que han fundado sus prácticas, y que han promovido la creación de barreras con las comunidades. La ruptura de las barreras de accesibilidad es una condición no sólo para el cumplimiento de sus objetivos, sino para su sobrevivencia. Esta horizontalización cuestiona ,en la práctica, el tecnocratrismo y autoritarismo de los modelos hegemónicos. La tendencia negativa, enunciada en segundo lugar, consiste en una progresivas rigidificación y ritualización de sus prácticas, junto con una degradación creciente de sus instituciones. La encrucijada de esta doble tendencia: degradación, o defensa y transformación, es particularmente notable en el caso de las prácticas de Salud Mental. En cuanto campo de prácti- cas sociales no es homogeneo ni unívoco. En él antagonizan diversas tendencias y cuerpos conceptuales, así como se articulan otros. En ellas el proceso de medicalización de la vida ha hecho su ingreso en lo íntimo proveyendo de normatizaciones disciplinarias para la cotidianeidad. Pero también en su seno se ha anticipado la crítica a los modelos medicalizantes, confluyendo con las corrientes críticas en el campo de la salud en general. En este espacio se transparenta particularmente que la defensa del caracter de público y solidario de la asistencia en salud no puede hacerse sin frofundizar el cuestionamiento y transformación de sus instituciones. La reivindicación del Hospital Público no puede llevarnos al absurdo de defender el Hospicio. Se trata de profundizar su crítica y promover las formas sociales, políticas y jurídicas de su desarticulación, no confundiendo ésta con el desamparo que se mencionaba en el punto anterior. Por otra parte, no es pensable una accionar de ésta índole sin acercar las prácticas en Salud Mental a las Prácticas en Salud. La tendencia a incorporar las primeras en las segundas debe profundizarse tendiendo, simultáneamente, a que este proceso opere en forma transformadora en ambas. Los programas preventivos y comunitarios deben reconocer y promover las formas espontáneas de re-afiliación de los grupos sociales. No hacerlo repetiría una experiencia ya realizada en la época de la Alianza Para el Progreso: los programas preventivos desarticulaban los liderazgos y formas organizativas comunitarias, imponiendo otros que cesaban al cesar la financiación a los mismos. Su riesgo es transformarse en acciones marginales y subordinadas. Se harían portadoras de una tendencia inherente al modelo neo-liberal: delegar en las comunidades el cuidado de su salud. Tendencia que no se propone un mayor protagonismo, sino un mayor desamparo a favor de la concentración de ganancias. La diferencia se asienta en la cuestión distributiva : mientras la financiación estatal tiende a ser fundamentalmente regresiva (se sostiene en inpuestos al consumo que pesan sobre sectores populares y medios) esto no se devuelve en forma de prestación. Los baches de financiación se espera sean llenados con el aporte directo del usuario o con su trabajo voluntario. En la práctica terminan produciendo recarga de trabajo, generalmente no rentado, sobre importantes sectores comunitarios. Las mujeres suelen, por su lugar asignado de géner de "cuidadoras de la salud" ser convocadas preferencialmente a este tipo de actividades. Muchas propuestas aparentemente progresistas y participativas caen en esta situación, inclusive algunas que aparentemente reivindican las formas de medicina tradicional. El filo que diferencia una propuesta alternativa y participativa de una marginal es sutil. De hecho una propuesta contra-hegemónica no debe tener como objetivo llenar las "lagunas funcionales" a las que se refiere J. Habermas en el texto citado.
  • 17. 17 El protagonismo que devuelve a las comunidades y a los profesionales su lugar de actores sociales no se dirige a obturar demandas, se dirige a hacerlas actuantes y operativas. En todo caso, el trabajo en Salud Mental es siempre un trabajo de producción de significaciones. De generación de espacios "imaginantes" en circunstancias en que lo hegemónico es la standarización de lo subjetivo, de soporte de particularidades. Y ésta es la vía congruente con el favorecer la rearticulación de redes sociales y acciones solidaridad. La solidaridad se diferencia radicalmente de la beneficencia. La primera consiste en un reconocimiento de falta por ambos actores, la segunda es un acto donde un sujeto se coloca en el lugar de tener (inclusive de más) y le da al que "no tiene". Aún los actores profesionales del sector salud deben reconocer que hoy, buena parte de su sobrevivencia depende de su posibilidad de establecer acciones solidarias. Se trata, entonces, de construir las prácticas con prefiguraciones mínimas. Lo alternativo no se define por las formas o por los establecimientos, sino por las bases éticas, ideológicas y conceptuales en las que se asienta. La crisis, como decíamos antes, tiende a disgregar y destruir, pero también devela y abre espacios de transformación. Produce confusión, pero ésta puede tanto conducir a la parálisis como a la construcción de nuevos referentes conceptuales a partir de la caída de los anteriores. El esfuerzo de elaboración conceptual en las prácticas debe ser máximo. Todo vínculo de intercambio entre los trabajadores del sector, las redes y formas organizativas que se den , la preservación de los espacios de reflexión y elaboración, es una necesidad ineludible para la construcción de las propuestas Forma parte de ellas. (entregado para publicación Ed. Lugar Editorial, julio de 1993). Publicado en 1994 en el libro Políticas en Salud Mental, compiladores O.Saidón y P. Troianovski. Buenos Aires ( pags. 25 a 53) CITAS BIBLIOGRAFICAS EN LAS NOTAS A PIE DE PÁGINA 1. PIPITONE, H. : "El capitalismo que cambia", Ediciones Era, México, 1986 (las negritas son nuestras). 2. Altamira, C. : Crisis y Movimiento Obrero Hacia una nueva centralidad obrera? ,Rev. Margen Izquierdo,Año 3, No 7, Bs. As., enero de 1993. 3.Laurell, A. C.: " Proyectos Políticos y Opciones en Salud en América Latina : Ideología, Discurso y realidades" V Congreso Latinoamericano de Medeicina Social, Caracas, Marzo de 1991. 4.Marshall, A. : " Políticas Sociales : El Modelo Neoliberal " , FLACSO/Legasa, Bs. As., 1988. 5. Ferguson, A. : "Cuando muere el dinero -El derrumbamiento de la República de Weimar", Alianza Editorial, Buenos Aires, 1989. 6.Esta cita de " El mundo de ayer" de Stefan Zweig (Ed. Claridad, 1953, Bs. As. ) es a su vez tomada de un trabajo de Santiago Dubcovsky : "LA INFLACION : Algunas consecuencias de las crisis económicas sobre la práctica psicoanalítica" Revista Argentina de Psicología, Año IX, No 25, Bs. As.,octubre de 1979.
  • 18. 18 7.Aglietta, M. : "Regulación y Crisis del Capitalismo en la experiencia de los Estados Unidos", Ed. Siglo XXI, México,1979. (el resaltado en negritas es nuestro) 8. Tomamos el concepto de genericidad-cotidianeidad de Agnes Heller. (Heller, A. : Sociología de la vida cotidiana, Ed. Península, 2a. Ed., Barcelona, 1987.) 9.Diderinchsen, Finn : "Algunas cuestiones de la Epidemiología Social sobre las condiciones de Trabajo en el Post-Fordismo", Cuadernos Médico Sociales No 51,Rosario, Marzo de 1990. 10.Brenner, H. : Mental Illness and the Economy, Cambridge, Harvard Press, 1973. 11. Echeverria, M. : "Enfermedades de los Trabajadores y Crisis Económica" ,PISPAL, Santiago 1984. 12. Piccinini, A.; Bouvier, O. ; Valle, I. : " Villa Constitución : un pueblo en lucha. La construcción de una propuesta en salud" , V Jornadas de Atención Primaria de la Salud y II de Medicina Social, Julio de 1991, Buenos Aires. 13. Sclar, E. D.: "Comunity Economic Structure and Individual Well- Being. A look behind the statistics" ,International Journal of Health Services, Vol. 10, Number 4, U.S.A.,1980. (Trad.para la II Cátedra de Salud Pública/Salud Mental, Fac. de Psicología U.B.A., Dra.Belen Suarez Munist) 14. Galende, E. : " Perspectivas en Salud Mental en Argentina para la próxima década" Seminario FLACSO-OPS , Bs. As., 1992. 15. Menendez, E. : Grupo doméstico y proceso salud/emfermedad/a- tención. Del "teoricismo" al movimiento continuo. Cuadernos Médico Sociales No 59, Marzo 1992, Rosario. 16. Massiah, Joselin: "La mujer como jefe de familia en el Caribe: Estructura familiar y condicion social de la mujer" U.N.E.S.C.O , Paris, 1984. 17. FUENTE : Instituto de Economía (UADE) mayo de 1993 18. Castel, R. : "La dinámica de los proceso de marginalización: de la vulnerabilidad a la exclusión", El Espacio Institucional 1, Lugar Editorial, Buenos Aires, 1991. 19.Lommitz, L. de : "Cómo sobreviven los marginados" .Siglo XXI Editores, México, 1983. 20. Castellanos, P.L. : "Principales problemas de salud enlas areas marginales", Cuadernos Médico-Sociales No 29-30, Noviembre de 1984, Rosario. 21.Prod. col.: "Psicología para casos de desastres" ,Ed. PAX MEXICO, México, 1987.
  • 19. 19 22. Sanchez, A. : "Alcoholismo: La grieta " , Rev. Nudos y Redes, Año 1 No 1, Equipo de Dogradependencia, Ministerio de Salud y Acción Social de la Provincia de Buenos Aires, Buenos Aires, 1992. 23. Matrajt M. K.: "Las enfermedades mentales en la República Mexicana", Ed. Taller Abierto, México, 1987. 24. Stolkiner, A. : "Crisis, Estado y Políticas en Salud Mental", Rev. Salud, Problema y Debate, Año III, No 6, enero de 1991, Buenos Aires. 25.Vidal, G. : " Editorial" , Acta Psiquiátrica y Psicológica de América Latina, Vol. XXII, No 2, Junio de 1986, Buenos Aires. 26. Habermas, J. : "Ensayos Políticos", Ed. Península, Barcelona, 1988. 27. Nos referimos a Bernardo Neustad en el programa "Tiempo Nuevo".