1. 1. deficiencia de vitaminas y minerales durante el embarazo (A,E y K. yodo.
Hierro zinc)
Yodo
El yodo es un elemento fundamental en el desarrollo de los órganos y en especial
del cerebro. El déficit de este nutriente puede afectar de forma permanente el
desarrollo neuronal del bebé en camino, provocando trastornos como el bocio
endémico, el retraso en el desarrollo en niños o el retraso mental. A día de hoy la
recomendación es que se ingiera un suplemento de yodo durante toda la
gestación y la lactancia.
El yodo se encuentra en pescados y mariscos, la sal yodada, los huevos y las
algas.
Zinc
La carencia de zinc es elevada puede derivarse en malformaciones congénitas,
como defectos cardíacos, urológicos, defectos en el paladar entre otros. Una
carencia moderada de este nutriente aumenta el riesgo de parto prematuro.
La principal fuente de zinc son las carnes blancas y rojas, el pescado y los
cereales.
Hierro
La anemia ferropénica es la deficiencia nutricional más frecuente en mujeres
embarazadas. Una ingesta de hierro adecuada durante el embarazo es muy
importante para asegurar buenos niveles de hemoglobina en sangre y por lo tanto
un buen transporte de oxígeno al feto, asegurando así su ben desarrollo.
Para mujeres sin antecedentes de ferropenia es recomendable tomar una pequeña
dosis de hierro para complementar su dieta a partir de la semana 20 de embarazo.
La cantidad diaria recomendada de hierro durante el embarazo es de 30 mg y es
preferible ingerirla en ayunas o entre comidas para mejorar su absorción.
Para cubrir las necesidades de hierro del organismo se deben incluir en la dieta
carnes rojas, legumbres y mariscos.
Vitamina A
La deficiencia de vitamina A puede provocar ceguera nocturna, parto prematuro,
desprendimiento de placenta y una mayor mortalidad materna.
La vitamina A se encuentra en el hígado, los huevos, los lácteos, las zanahorias, el
brócoli, las espinacas y el melón entre otras frutas y verduras.
Vitamina E
La vitamina E es el principal antioxidante liposoluble. Los buenos niveles de
vitamina E en el cuerpo ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares, cáncer
2. y trastornos neurológicos.
Algunos de los alimentos más ricos en vitamina E son los frutos secos, las aceitunas
verdes, las hierbas aromáticas, el kiwi, el mango y el tomate.
Vitamina K y embarazo: Previene hemorragias en el bebé
Ayuda a la coagulación de la sangre
La vitamina K o naftoquinona es la vitamina de la coagulación sanguínea: se
acumula en el hígado y allí forma parte de la síntesis de algunos de los factores de
la cascada de coagulación. Durante el embarazo, la vitamina K es importante
porque previene hemorragias en el feto.
¿Dónde se encuentra?
Existen tres tipos de vitamina K:
K1: Es la que se encuentra en los alimentos: verduras de hoja de color verde
oscuro (espinacas, acelga, achicoria, brócoli y en la lechuga) y, en pequeñas
proporciones, en los cereales integrales.
K2: La producen las bacterias intestinales.
K3: Es sintética y es la que se usa en los complementos alimenticios.
2. importancia de la alimentación del lactante y el niño pequeño
La Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2001, en su 54 Asamblea Mundial
de la Salud, exhortó a los estados miembros a promover la lactancia materna
exclusiva durante los primeros seis meses de vida e iniciar la alimentación
complementaria después de ese periodo. Manteniendo la lactancia materna por el
tiempo que la madre y el niño deseen, con el fin de garantizar que los pequeños
alcancen todo su potencial de crecimiento, desarrollo y salud, con especial cuidado
en los primeros 1000 días de vida del lactante y el niño pequeño, con los beneficios
que representan en la prevención de las enfermedades crónicas del adulto.
Actualmente, ha tomado gran importancia el periodo que abarca desde el momento
de la concepción hasta los dos años de vida, periodo de rápido crecimiento y que
brinda una oportunidad única para que los niños obtengan los beneficios
nutricionales e inmunológicos que van a necesitar el resto de sus vidas. En esta
etapa se forman el cerebro, los huesos y la mayor parte de los órganos y tejidos,
así como también el potencial físico e intelectual de cada persona. Los daños que
genera la desnutrición durante estos primeros dos años tienen consecuencias
irreversibles en el individuo, por lo que la prevención es fundamental.
3. Todas las alteraciones que padece un niño durante esta etapa generarán
morbimortalidad alta y afectación en el desarrollo mental y motor. En el largo plazo
pudiera estar ligado a un bajo rendimiento intelectual, una merma en la capacidad
de trabajo, en la salud reproductiva y en la condición de salud general durante la
adolescencia y la edad adulta.
Todo lo anterior, dibuja un panorama en el cual la desnutrición se vuelve un círculo
vicioso. Es muy probable que una niña desnutrida dé a luz un niño desnutrido, que
en conjunto con prácticas inadecuadas de lactancia materna y de alimentación
complementaria y diarreas frecuentes, son las principales causas de desnutrición
en los primeros años de vida y del incremento en las muertes de los niños menores
de cinco años. Es esencial que las personas que se encargan de cuidar a los
infantes reciban la orientación adecuada de la alimentación de lactantes y de los
niños pequeños.
Existe una creciente evidencia que coloca a la nutrición como un factor ambiental
que tiene incidencia en diversas enfermedades tanto crónicas como autoinmunes.
El efecto se inicia a nivel epigenético, durante el embarazo debido a que la nutrición
de la madre afecta el crecimiento del feto y de igual manera puede impactar el
desarrollo durante toda la infancia.
3. Composición de la leche materna, factores antiinfecciosos y beneficios de
la leche materna
Beneficios
La lactancia exclusivamente materna durante los primeros seis meses de vida
aporta muchos beneficios tanto al niño como a la madre. Entre ellos destaca la
protección frente a las infecciones gastrointestinales, que se observa no solo en los
países en desarrollo, sino también en los países industrializados. El inicio temprano
de la lactancia materna (en la primera hora de vida) protege al recién nacido de las
infecciones y reduce la mortalidad neonatal. El riesgo de muerte por diarrea y otras
infecciones puede aumentar en los lactantes que solo reciben lactancia
parcialmente materna o exclusivamente artificial.
La leche materna también es una fuente importante de energía y nutrientes para los
niños de 6 a 23 meses. Puede aportar más de la mitad de las necesidades
energéticas del niño entre los 6 y los 12 meses, y un tercio entre los 12 y los 24
meses. La lecha materna también es una fuente esencial de energía y nutrientes
durante las enfermedades, y reduce la mortalidad de los niños malnutridos.
4. Los niños y adolescentes que fueron amamantados tienen menos probabilidades
de padecer sobrepeso u obesidad. Además, obtienen mejores resultados en las
pruebas de inteligencia y tienen mayor asistencia a la escuela. La lactancia materna
se asocia a mayores ingresos en la vida adulta. La mejora del desarrollo infantil y la
reducción de los costos sanitarios gracias a la lactancia materna generan beneficios
económicos para las familias y también para los países.1
La mayor duración de la lactancia materna también contribuye a la salud y el
bienestar de las madres. Reduce el riesgo de cáncer de ovarios y de mama y ayuda
a espaciar los embarazos, ya que la lactancia exclusiva de niños menores de 6
meses tiene un efecto hormonal que a menudo induce la amenorrea. Se trata de un
método anticonceptivo natural (aunque no exento de fallos) denominado Método de
Amenorrea de la Lactancia.
Factores antiinfecciosos
Únicamente la leche materna contiene muchos factores diferentes que combaten
enfermedades y que ayudan a prevenir infecciones leves o graves en los bebés. La
leche materna prematura tiene niveles más altos de estas propiedades
antiinfecciosas. Los anticuerpos (inmunoglobulinas) de la leche materna protegen
directamente al bebé de las infecciones. Otros factores antiinfecciosos crean un
entorno amigable para las bacterias "buenas", también conocido como "flora
normal", y uno hostil para las bacterias "malas", los virus o los parásitos. La lecha
materna también parece contener propiedades que ayudan a que el sistema
inmunitario del bebé funcione mejor.
5. Composición de la leche materna
1. Precalostro. Es un exudado del plasma que se produce en la glándula
mamaria a partir de la semana 16 de embarazo. Cuando el nacimiento
ocurre antes de las 35 semanas de gestación, la leche producida es rica en
proteínas, nitrógeno total, inmunoglobulinas, ácidos grasos, magnesio,
hierro, sodio y cloro. Tiene bajas concentraciones de lactosa, ya que un
recién nacido prematuro tiene poca actividad de lactasa.
2. Calostro. Se secreta cinco a siete días después del parto, aunque en las
mujeres multíparas puede presentarse al momento del nacimiento del bebé.
Tiene una consistencia pegajosa y es de color amarillento por la presencia
de β-carotenos. Su volumen puede variar de 2 a 20 mL/día en los tres
primeros días; a medida que el bebé succiona, aumenta hasta 580 mL/día
hacia el sexto día. 4 Esta cantidad es suficiente para cubrir las necesidades
del recién nacido por lo que no es necesario complementar con fórmulas
lácteas. Tiene mayor cantidad de proteínas (97% en forma de
6. inmunoglobulina A–IgA-), vitaminas liposolubles, lactoferrina, factor de
crecimiento, lactobacilos Bifidus, sodio y zinc. En concentraciones menores
se encuentran las grasas, la lactosa y las vitaminas hidrosolubles
3. Leche de transición. Su producción se inicia después del calostro y dura
entre cinco y diez días. Progresivamente se elevan sus concentraciones de
lactosa, grasas, por aumento de colesterol y fosfolípidos y vitaminas
hidrosolubles; disminuyen las proteínas, las inmunoglobulinas y las
vitaminas liposolubles debido a que se diluyen por el incremento en el
volumen de producción, que puede alcanzar 660 mL/día hacia el día 15
postparto. Su color blanco se debe a la emulsificación de grasas y a la
presencia de caseinato de calcio.
4. Leche madura. Comienza su producción a partir del día 15 postparto y
puede continuar por más de 15 meses. Su volumen promedio es de 750
mL/día, pero puede llegar hasta 1,200 mL/día en madres con embarazo
múltiple. 2-4 Tiene un perfil estable de sus diferentes componentes:
Agua
Carbohidratos
Grasas
Proteínas
Vitaminas
Minerales
Oligoelementos ( flúor)
Anatomía del pecho materno y hormonas que estimulan la lactancia
Anatomía externa Pecho, areola y pezón
Todos los pechos son válidos para amamantar, independientemente del
tamaño y la forma. Durante el embarazo la mama alcanza su máximo
desarrollo, se forman nuevos alvéolos y los conductos se dividen.
La areola se oscurece durante el embarazo, para una mejor localización por
el bebé, aunque el reconocimiento también es olfativo, el recién nacido
reconoce a su madre por el olor. Rodeando la areola, se encuentran los
tubérculos de Montgomery
El pezón, está formado por tejido eréctil, cubierto con epitelio, contiene
fibras musculares lisas. Musculatura circular, radial y longitudinal, que
actúan como esfínteres controlando la salida de la leche. En el pezón
desembocan los tubos lactíferos por medio de unos 15-20 agujeros, es
como una criba.
7. Anatomía interna El tamaño de la mama no tiene relación con la
secreción, la mayor parte es grasa La mama contiene de 15 a 20 lóbulos
mamarios, cada uno de los cuales desemboca en un conducto galactóforo
independiente. Cada lóbulo se divide en lobulillos Bajo la areola, los
conductos se ensanchan formando los senos lactíferos donde se deposita
la leche durante la mamada.
8. Prolactina
Prolactina
Se libera en la hipófisis anterior. Activa la formación de la leche en los
alvéolos mamarios. Los niveles de prolactina se mantienen muy elevados
durante las últimas semanas de gestación. Sin embargo no se produce leche
debido al efecto inhibidor de los estrógenos y la progesterona. Pasado el
parto, y con la expulsión de la placenta, disminuyen los niveles de estrógenos
y progesterona, y la prolactina puede desarrollar su actividad lactogénica. Se
produce en todas las mujeres, los hombres también producen prolactina.
Entre los hindúes de casta superior, es frecuente la lactancia materna
prolongada, hasta los 5 años, y los hombres practican la meditación, en
estado de meditación, se liberan endorfinas, las cuales activan la formación
de prolactina y estos hombres presentan desarrolladas las mamas. Durante
el parto, si la madre no ha sido tratada con analgésicos, y en el momento del
nacimiento del hijo, durante la primera hora, están en contacto madre y bebé,
se alcanzan los niveles más altos de endorfinas (sustancias opiáceas,
fabricadas en el hipotálamo. Químicamente, son polipéptidos de cadena
larga).
Las endorfinas permiten a la madre identificar al bebé y crear lazos
afectivos. Las endorfinas inducen la liberación de la prolactina “A más tiempo
de succión, más producción de prolactina” y por lo tanto “más leche”. “Hay
más liberación de prolactina durante las mamadas nocturnas” (Stern,
Reichlin Glassier A. S, Home PW. 1984. The Prolactin Response to Suckling
Clinical) La prolactina es la hormona que empuja a los animales a construir
su nido. Desencadena comportamientos agresivos característicos de las
hembras que amamantan. Algunos de sus efectos en los comportamientos
humanos han sido establecidos por el estudio de los síntomas de tumores
secretores de prolactina en hombres y mujeres. Bajo los efectos de la
prolactina, la madre tiene una disponibilidad máxima frente a las exigencias
del bebé, y el grado de ansiedad le aumentará la capacidad de vigilancia y
una tendencia a no experimentar fases de sueño profundo. En el momento
del parto, se alcanzan los niveles más altos de prolactina. Cada la vez que la
madre amamanta se alcanzan valores de prolactina, durante al menos una
hora, semejantes a los niveles que se consiguen en el parto y al final del
embarazo.
La oxitocina
Secretada por el cerebro primitivo (el que tenemos en común con los
mamíferos) y liberada por el lóbulo posterior de la hipófisis, actúa sobre la
célula mioepitelial que se contrae y provoca el reflejo de eyección o bajada
de la leche. En la primera hora postparto, se alcanzan los niveles más altos
de oxitocina, si están juntos el bebé y la madre “piel con piel” En los primeros
9. días, el reflejo de eyección es incondicionado, y no puede ser inhibido por la
ansiedad. Pero después, la oxitocina se produce por un reflejo condicionado
a ver y escuchar al bebé o como resultado de la preparación para darle el
pecho. Al ser un reflejo condicionado, queda bajo control de centros
cerebrales superiores y también se inhibe por el miedo, este es un
mecanismo de protección que permite en los mamíferos, huir a la hembra sin
dejar rastro. La leche sale porque la madre la expulsa
Reflejos del bebé para lactar
Reflejo de búsqueda
Es uno de los dos reflejos imprescindibles para la alimentación. Sin haberlo
experimentado antes, el bebé sabe buscar el pezón y succionarlo para
sacar la leche. El reflejo de búsqueda ¡es el que mejor le sale! Esa ansiedad
por localizar el pecho de mamá la manifiestan todos los recién nacidos. Si le
tocas la mejilla verás cómo tu hijo orienta su cabeza al lugar donde le tocaste
mientras abre la boquita e intenta succionar el dedo o, si le acercaste el
pecho, el pezón.
El pediatra comprobará mejor este reflejo si el bebé no ha realizado una toma
recientemente. Le tumbará boca arriba, pondrá una mano detrás de su cuello
para notar los movimientos de la nuca y con el dedo tocará con suavidad su
labio superior, el inferior y las comisuras.
El niño abrirá la boca y moverá la cabeza hacia ese lado: si es el labio de
arriba, estirará la cabeza, y si es el de abajo, bajará el mentón persiguiendo
el dedo. Con esta prueba el pediatra comprueba que los movimientos de la
cabeza (flexión, extensión y rotación del cuello) se efectúan en la misma
dirección que se ha realizado el estímulo. Desaparece a los 4 meses.
Reflejo de succión
10. El otro reflejo esencial en su alimentación. Seguramente no necesitarás que
el especialista te descubra este reflejo de tu bebé, ya que al tocarle la boquita
con tu dedo te habrás dado cuenta de que lo chupa enérgicamente. Y no
digamos si lo que roza sus labios es tu pezón.
Extraer la leche no es fácil: tiene que abarcar la areola con los labios, apretar
el pezón entre la lengua y el paladar y coordinar los movimientos rítmicos de
succión con la respiración y la acción de tragar. Por ello, aunque el reflejo
existe, no todos maman eficazmente desde el principio. Este reflejo se
desarrolla a partir de la semana 20 de embarazo (el feto lo ensaya
chupándose el dedo) y se prolonga durante 2 meses, cuando el bebé ya no
lo necesita, porque ha aprendido a mamar a voluntad
Como el lactante agarra y succiona el pecho.
Si el niño está bien agarrado, su labio inferior quedará muy por debajo del pezón y
buena parte de la areola dentro de su boca, la cual estará muy abierta. Casi siempre
es posible observar que queda más areola visible por encima del labio superior del
niño que por debajo de su labio inferior. La barbilla del niño toca el pecho y sus
labios están evertidos (hacia afuera). De esta forma se asegura que el pecho se
mantenga bien dentro de la boca del bebé y que los movimientos de succión y
ordeño sean eficaces. Normalmente se nota que el bebé “trabaja” con la mandíbula,
cuyo movimiento rítmico se extiende hasta sus orejas, y que sus mejillas no se
hunden hacia adentro, sino que se ven redondeadas. Cuando el bebé succiona de
esta manera la madre no siente dolor ni siquiera cuando tiene grietas.
Signos y consecuencia de una succión inefectiva
Prensión o succión ineficaz
El bebé tiene que succionar eficazmente durante la lactancia para obtener la leche
que necesita, con el fin de aumentar de peso y "avisar" a los senos que deben
aumentar o mantener la producción de leche. Por lo tanto, si la extracción de leche
11. es ineficaz puede que el bebé no aumente de peso como corresponde, debido a
que no consume la cantidad de leche adecuada, lo cual provoca un menor volumen
en la producción de leche.
Existen diferentes factores que pueden afectar la capacidad del bebé de succionar
y extraer leche. La prematuridad, la administración de medicamentos a la madre
durante el trabajo de parto y en el parto propiamente dicho, y condiciones tales como
el síndrome de Down pueden hacer que, en principio, el sistema nervioso del bebé
tenga dificultades para permanecer en estado de alerta o coordinar las acciones de
succión, deglución y respiración. Las condiciones agudas de salud tales como la
ictericia o la infección, y las condiciones crónicas como los defectos cardíacos
pueden afectar el nivel de alerta del bebé o su capacidad de succionar. Cuestiones
"mecánicas", como la lengua atada (anquiloglosia) o el labio leporino o paladar
hendido, podrían interferir directamente en la capacidad del bebé de usar las
estructuras de la boca para lograr una succión efectiva.
Algunas veces, la causa es evidente pero a menudo no lo es. Sin embargo, es
importante reconocer las señales que indican que un bebé no puede extraer leche
de manera efectiva durante la lactancia, con el fin de tomar las medidas necesarias
para remediar cualquier problema. Las señales de una succión ineficaz pueden
incluir las siguientes:
El bebé que sistemáticamente:
No se despierta por sí solo para dar señales de que necesita alimentarse.
Da señales de que necesita alimentarse menos de ocho veces en 24 horas.
Da señales de que necesita alimentarse 14 o más veces en 24 horas.
Se prende y luego se desprende del pecho repetidamente.
Se aleja o se rehúsa a prenderse.
Se queda dormido a los cinco minutos de prenderse o después de haber succionado
por sólo dos o tres minutos.
12. No succiona de manera casi continua durante los siete a 10 primeros minutos de
una toma.
Sigue succionando sin desprenderse del primer seno después de 30 ó 40 minutos.
Succiona durante más de 45 minutos sin mostrarse satisfecho después de comer.
Defeca menos de tres veces en 24 horas (defecar tres veces por día es normal para
un bebé que tiene más de una semana de vida y menos de un mes).
Tiene gases y produce heces verdes y espumosas después de la primera semana.
Moja menos de seis pañales en 24 horas (un bebé moja seis pañales por día al
término de la primera semana).
Tiene dificultades para tomar leche por otros métodos alternativos de alimentación.
La madre que:
Tiene moretones o dolores persistentes en los pezones o aréolas.
Tiene los pezones enrojecidos, raspados o agrietados.
Observa con frecuencia malformaciones en los pezones luego de dar el
pecho (es decir, pliegues o aplanamiento).
Rara vez o nunca observa que sus senos se llenan antes de amamantar y se
ablandan después de hacerlo, en especial, si transcurren varias horas entre
las tomas.
Experimenta más de un episodio de conductos mamarios obstruidos o
mastitis.
Posición del bebe y la madre para una alimentación exitosa
1. La madre se sitúa en la postura elegida apoyando bien espalda y pies.
2. Se acerca el niño al pecho allí donde quede éste sin desplazarlo.
3. Se coloca al bebe perpendicular a la orientación del pezón.
4. Se enfoca nariz – pezón.
5. Antes de abrir la boca, sin necesidad de ladear, doblar o girar el cuello, el
pezón ha de estar frente a la nariz del bebé.
13. 6. Cuando abre la boca, acercar al bebé con rapidez y decisión al pecho.
7. Madre e hijos han de quedar cuerpo contra cuerpo (frente a frente)
8. El pezón ha de quedar apuntando al paladar del bebé.
9. Nunca el pecho ha de ir hacia el bebé, es el niño el que va hacia el pecho.
10.La cabeza del bebe no ha de quedar en el hueco del codo, sino en el
antebrazo.
11.La madre no sujeta al bebé por las nalgas con esa mano, sino que ésta queda
a mitad de la espalda, aunque puede sujetarlo con la otra.
12.Es recomendable evitar el uso de ropa o mantas que aumenten la distancia del
bebe al pecho.
Signos de buena posición
La cabeza y el cuerpo del bebé están en línea recta.
La cara del bebé mira hacia el pecho.
La madre mantiene el cuerpo del bebé cerca de ella.
Si el bebé es un recién nacido, la madre lo envuelve en un abrazo. No lo sujeta
solamente de la nuca y los hombros.
Postura sentada – Posición estirado: El bebé estirado frente a la madre
en contacto con su cuerpo, mamando de un pecho y con sus pies hacia el
otro pecho. Es la más habitual.
14.
Una variante de la posición anterior es colocar al bebé de forma inversa,
también estirado y girado hacia la madre, pero con los pies hacia el otro
lado. Esta variante no es tan frecuente pero puede ser útil si el bebé
rechaza, por la razón que sea mamar de un pecho. Si se le coloca en el
pecho que rechaza del mismo modo en que mama del otro, es posible que
lo acepte.
Postura sentada – Posición “de rugby”: El cuerpo del bebé pasa por
debajo del brazo de la madre y sus pies apuntando a la espalda.
15.
Esta posición es muy útil para drenar los conductos que se encuentran en
la cara externa de los pechos y así prevenir, o si es el caso curar, posibles
obstrucciones o mastitis que, aunque puede darse en cualquier zona del
pecho, suelen ser más frecuentes en ésa.
Tanto las posición estirada como la “de rugby” funcionan perfectamente
bien si la madre, en vez de estar sentada, está colocada en postura semi-
reclinada.
Postura sentada – Posición caballito: En esta posición el bebé está
sentado a horcajadas sobre una de las piernas de su madre.
16.
Aunque poco frecuente, esta posición puede ser muy útil con bebés con
dificultades para fijar el pecho, bien por retrognatia (maxilar inferior corto o
retraído) u otras causas.
En esta posición conviene que, al introducir el pecho en la boca del bebé, el
pezón apunte “hacia arriba” en dirección a su paladar, de forma que una
buena porción de pecho descanse sobre el labio inferior facilitando el
agarre.
Postura estirada – Posición estirado (en paralelo): En este caso tanto la
postura como la posición son frecuentes ya que de este modo se facilita el
descanso de la madre. Es especialmente útil si la madre todavía siente
molestias tras el parto, sobre todo si ha sido sometida a una episiotomía o
cesárea.
17.
También es muy útil para amamantar por las noches o si simplemente se
quiere descansar un rato.
Postura estirada – Posición estirado (en paralelo inverso): En este caso
la posición del bebé es menos frecuente que la anterior pero hay madres
que se sienten cómodas con ella y también puede ser útil, igual que la
postura “a cuatro patas”, en caso de obstrucciones o mastitis agudas
localizadas en la parte superior del pecho.
Postura “a cuatro patas” – Posición “boca arriba”: Esta postura es poco
frecuente en el amamantamiento diario.
18.
Pero se trata de un recurso a utilizar en el supuesto de que la madre tenga
una obstrucción o mastitis aguda localizada en la parte superior del pecho,
ya que de ese modo se facilita el drenaje de esos conductos.
Principios para la alimentación complementaria
La alimentación complementaria se define como el proceso que comienza cuando
la leche maternal sola ya no es suficiente para cubrir las necesidades nutricionales
de los lactantes y por ende, otros alimentos y líquidos son necesarios además de la
leche materna. El rango de edad óptimo para dar alimentación complementaria está
habitualmente entre los 6 y 24 meses de edad, si bien la lactancia materna puede
continuar hasta después de los dos años.
1 DURACIÓN DE LA LACTANCIA MATERNA EXCLUSIVA Y EDAD DE
INTRODUCCIÓN DE LOS ALIMENTOS COMPLEMENTARIOS. Practicar la
lactancia materna exclusiva desde el nacimiento hasta los 6 meses de edad,
introducir los alimentos complementarios a partir de los 6 meses de edad (180 días)
y continuar con la lactancia materna.
2 MANTENIMIENTO DE LA LACTANCIA MATERNA. Continuar con la lactancia
materna frecuente y a demanda hasta los dos años de edad o más.
3 ALIMENTACIÓN PERCEPTIVA. Practicar la alimentación perceptiva, aplicando
los principios de cuidado psico-social. Específicamente: a) alimentar a los lactantes
directamente y asistir a los niños mayores cuando comen por sí solos, respondiendo
a sus signos de hambre y satisfacción; b) alimentar despacio y pacientemente y
animar a los niños a comer, pero sin forzarlos; c) si los niños rechazan varios
alimentos, experimentar con diversas combinaciones, sabores, texturas y métodos
para animarlos a comer; d) minimizar las distracciones durante las horas de comida
19. si el niño pierde interés rápidamente; e) recordar que los momentos de comer son
periodos de aprendizaje y amor – hablar con los niños y mantener el contacto visual.
4 PREPARACIÓN Y ALMACENAMIENTO SEGUROS DE LOS ALIMENTOS
COMPLEMENTARIOS. Ejercer buenas prácticas de higiene y manejo de los
alimentos al: a) lavar las manos de las personas a cargo de los niños y de los
mismos niños antes de preparar alimentos y de comerlos, b) guardar los alimentos
de forma segura y servirlos inmediatamente después de su preparación, c) utilizar
utensilios limpios para preparar y servir los alimentos, d) utilizar tazas y tazones
limpios al alimentar a los niños, y e) evitar el uso de biberones, dado que es difícil
mantenerlos limpios.
5. CANTIDAD NECESARIA DE ALIMENTOS COMPLEMENTARIOS. Comenzar a
los seis meses de edad con cantidades pequeñas de alimentos y aumentar la
cantidad conforme crece el niño, mientras se mantiene la lactancia materna. La
energía necesaria proveniente de los alimentos complementarios para niños con
ingestas “promedio” de leche materna en países en vías de desarrollo es de
aproximadamente 200 kcal al día para niños entre los 6 y 8 meses de edad, 300
kcal al día para niños entre los 9 y 11 meses, y 550 kcal al día para niños entre los
12 y 23 meses de edad. En países desarrollados se estima que las necesidades
son algo diferentes (130, 310 y 580 kcal al día para niños entre los 6 y 8, 9 y11 y 12
y 23 meses, respectivamente) debido a las diferencias en la ingesta de leche
materna.
6. CONSISTENCIA DE LOS ALIMENTOS. Aumentar la consistencia y la variedad
de los alimentos gradualmente conforme crece el niño, adaptándose a los requisitos
y habilidades de los niños. Los lactantes pueden comer papillas, purés y alimentos
semisólidos a partir de los 6 meses de edad. A los 8 meses, la mayoría de niños
también pueden consumir alimentos que se pueden comer con los dedos
(meriendas que pueden servirse los niños por si solos). A los 12 meses, la mayoría
de los niños puede comer el mismo tipo de alimentos que el resto de la familia
(teniendo en cuenta su necesidad de alimentos densos en nutrientes, como se
explica en el #8, abajo). Deben evitarse los alimentos que puedan causar que los
niños se atoren o atraganten (es decir, alimentos cuya forma y/o consistencia
implica el riesgo de que pudieran bloquear la tráquea, por ejemplo nueces, uvas,
zanahorias crudas, etc.).
7. FRECUENCIA DE ALIMENTOS Y DENSIDAD ENERGÉTICA. Aumentar el
número de veces que el niño consume los alimentos complementarios conforme va
creciendo. El número apropiado de comidas depende de la densidad energética de
los alimentos locales y las cantidades normalmente consumidas durante cada
comida. Para el niño amamantado promedio de 6 a 8 meses de edad, se debe
proporcionar 2 a 3 comidas al día, de los 9 a 11 meses y 12 a 24 meses de edad el
niño debe recibir 3-4 comidas al día además de meriendas nutritivas (como una
fruta, un pedazo de pan o pan árabe con pasta de nueces) ofrecidas 1 o 2 veces al
20. día, según lo desee el niño. Las meriendas se definen como alimentos consumidos
entre comidas, siendo generalmente alimentos que los niños consumen por sí
mismos y que son convenientes y fáciles de preparar. Si la densidad energética o
la cantidad de alimentos en cada comida es baja, o el niño ya no es amamantado,
es posible que se requiera de comidas más frecuentes.
8. CONTENIDO NUTRICIONAL DE ALIMENTOS COMPLEMENTARIOS. Dar una
variedad de alimentos para asegurarse de cubrir las necesidades nutricionales.
Debe consumirse carne, aves, pescado o huevos diariamente o, de no ser posible,
lo más frecuentemente posible. Las dietas vegetarianas no logran cubrir las
necesidades nutricionales a esta edad, a menos que se utilicen suplementos
nutricionales o productos fortificados (ver #9, abajo). Las frutas y verduras ricas en
vitamina A deben ser consumidas a diario. Proveer dietas con un contenido
adecuado de grasa. Evitar la administración de bebidas o jugos con un bajo valor
nutritivo, como tés, café y sodas. Limitar la cantidad de jugo ofrecido para así evitar
reemplazar o desplazar alimentos más nutritivos.
9. USO DE SUPLEMENTOS DE VITAMINAS Y MINERALES O PRODUCTOS
FORTIFICADOS PARA NIÑOS Y MADRES. Utilizar alimentos complementarios
fortificados o suplementos de vitaminas y minerales para los lactantes de acuerdo
a sus necesidades. En algunas poblaciones, es posible que las madres lactantes
también necesiten suplementos de vitaminas y minerales o productos fortificados,
tanto por su propia salud como para asegurar concentraciones normales de ciertos
nutrientes (especialmente vitaminas) en su leche. [Dichos productos pueden
también ser de beneficio para mujeres antes y durante el embarazo].
10. LA ALIMENTACIÓN DURANTE Y DESPUÉSDE LA ENFERMEDAD. Aumentar
la ingesta de líquidos durante las enfermedades incluyendo leche materna
(lactancia más frecuente), y alentar al niño a comer alimentos suaves, variados,
apetecedores y que sean sus favoritos. Después de la enfermedad, dar alimentos
con mayor frecuencia de lo normal y alentar al niño a que coma más.
21. UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE NICARAGUA
UNAN- LEÓN
ODONTOLOGIA- FACULTAD DE ODONTOLOGIA
TEMA: DEFICIENCIA DE VITAMINAS Y MINERALES DURANTE EL
EMBARAZO
DR. RICARDO DELGADILLO
ELABORADO POR: FRANCISCA ISAMAR TALENO URBINA
¡A LA LIBERTAD POR LA UNIVERSIDAD!
18 JUNIO DE2019