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Cuando fui consciente de lo que significa conocer a alguien, digamos que conocí a Adelina, mi
madre. Ya lo había dicho, tuvo una relación de pareja con el negro Eugenio Cano. También ya lo
sabía
2. De Adelina, la madre. Del tío Manuel y del tío Luciano, llamado el bobo.
Dicho, asumió la sumisión como herencia. No podía esperarse nada diferente. Era
algo así como la secuela fundamental y necesaria. Porque ella, mi madre, tenía
extirpe de mujer sumisa. Como casi todas nuestras mujeres. Hasta cierto punto fui
yo misma. Y no es un decir al garete. Es una precisión en términos históricos y
culturales.
Adelina había vivido, allí mismo en ese espacio geográfico que fue mi cuna. No
tengo claro cómo conoció al negro Eugenio Cano. Lo que si tengo claro, ahora, es
que vivió al lado de él. Como todas las mujeres, sin ton ni son. Como si la vida
pasara en condiciones opuestas a la felicidad, a la pasión, al goce. Estas dos
palabras, de por sí, son y siguen siendo heréticas. Porque pasión y goce son
sinónimos de libertad y de conocimiento. Ella, Adelina, abrió las piernas…y listo.
Algunas, inclusive, ni siquiera eso. Se las abrían a la fuerza. Lo demás ya es
conocido, la preñez. Y el parto. Y nació María Helena. Y nací yo. Y el negro Eugenio,
como si nada. Porque lo suyo no fue nada diferente a entender que era ella, Adelina,
la del problema. Yo, tal vez decía Eugenio, no tengo nada que hacer. Solo trabajar,
de vez en cuando, y jugar lo ganado, en ese juego de la vida en donde yo siempre
perdía. Pero que importa si pierdo lo que gané trabajando. Al fin y al cabo, Adelina
sabrá qué hacer con las nenas.
Tiempo absolutamente difícil para mi madre. Ella, ni siquiera tuvo el acceso escolar
que tuve. Su infancia fue mucho más precaria que la mía. Casi sin saber leer ni
escribir. Absorta en los vericuetos propios de la vida en Titiribí, veinticinco años
antes que yo. Es decir, estamos hablando de 1908. Comienzo de siglo. Azaroso.
Aquí, en este terruño, se vivieron momentos tenebrosos. Todavía, el municipio, era
2
referente aurífero. Tal vez el abuelo materno, nacido en 1880, había vivido la otra
parte. Es decir, aquellos momentos en los cuales las transferencias visuales y
conceptuales eran mucho más proclives al engaño y a la concreción vinculada con
la doble moral absoluta de aquel medio siglo imbécil, en el cual se aplicó el concepto
bastardo del ir y venir anclado en la ignominia de saber que éramos descendientes
de héroes, pero que, en sí, no éramos otra cosa que la congoja inherente a la
dicotomía. Entre radicalidad y perversión política y social. Una especie de sujetos
históricos sin horizontes. A no ser aquellos en los cuales ejercíamos como
vituperarios. Como simples expresiones de lo gris infinito. Un gris construido a partir
de no cuestionar. De no incidir como propuesta anclada en el subversión. Como
simples herederos de la confrontación constante. Que aquí. Que allá. Que tal vez.
Que, de pronto. Que…En fin una indecisión real, potencial y latente. Como sumisos
guerreros que perdieron su perspectiva. Ya habíamos olvidado lo de Bolívar. Lo de
Santander estaba ahí. Como construcción jurídica estatal. Como insumo latente.
Que convocaba a precisar la noción de la ley y del derecho en lo concreto. Un
Santanderismo acucioso. Vinculado a la noción de ley y de derechos y de
obligaciones; sin posibilidades de concretarse en términos precisos. Un
Santanderismo mezquino; por lo mismo que no lo entendíamos. Es decir, una
percepción de la confrontación Bolívar-Santander, apenas si efímera, tangencial;
casi pervertida.
Ya, entonces, el abuelo materno, podía haber sido o no consciente de lo que
implicaba y soportaba a su entorno inmediato. Lo cierto es que, aun así, su familia,
era lo que yo fui después: una sumatoria de cifras perdidas, olvidadas. Una
expresión tanto o más ausente de verdad, como lo fueron los sueños de la madre
de mí abuelo. Sueños un tanto proclamados como simples expresiones de
presencias simples. Vidas alrededor de la tierra, como suelo que produce.
Inmediatez que habla de la caña de los platanales. Alrededor de las minas. Oro que
estuvo ahí, desde antes de todos nacer. Ahí. Como expresión de lo que existe. Al
margen de lo que somos o queremos ser. Una herencia cultural que fue saqueada.
Por los que vinieron y se fueron…y volvieron a saquear y a saquear…Hasta que se
3
acabó. Pero, ahí, las plataneras y los cañaduzales de la panela el padre de Adelina,
ahí. Trabajando por lo bajo. Es decir, en el día a día. Sinentender la dinámica propia
del Capital. Sin entender el naufragio económico de España. Sin entender el centro-
poder Inglés, ni del Imperio en ciernes.
Ya, ahí cerca, en Fredonia, se vivían momentos así:”…Las precondiciones para el
auge del cultivo del café se dieron en Antioquia, y específicamente en la zona de
Fredonia, el siglo XIX con el proceso de colonización de la frontera, por parte del
campesinado libre, migrante, de origen español, mestizo o negro, que buscaba
tierras cultivables para establecerse. Esta colonización, promovida en parte por el
Estado, así como vinculada a intereses mercantiles, hizo posible la formación de un
campesinado medio en la zona, al tiempo que fortaleció la expansión de las
haciendas. Muchas veces, las familias de campesinos que iban abriendo la selva
fueron financiadas por el capital mercantil que proveía a los colonos con bienes de
consumo hasta que se establecían como agricultores. Pero el endeudamiento de
los colonos permitió al capital mercantil acaparar las tierras. A medida que llegaban
más colonos en busca de tierras, sin medios de subsistencia, las haciendas fueron
captando la mano de obra disponiblepara su propia expansión. Así se dio el proceso
por el cual las tierras eran dadas a familias campesinas para desmontar y sembrar
sus cultivos por varios años hasta que el hacendado se apropiaba de ellas para la
producción ganadera, moviendo la familia campesina más adentro de la selva.
Como en otras zonas del país, recayó sobre la familia conquistar la naturaleza,
dando paso a la futura expansión agrícola y ganadera, y por tanto a la acumulación
de la clase dominante.
En la época de 1870 se empezó a producir café, principalmente en las haciendas
grandes. Parece que la iniciativa en el cultivo partió de la clase terrateniente, pero
rápidamente se incorporó a la producción de unidades campesinas, tal vez por la
4
baja técnica y la escasa inversión requerida, dadas las tierras aptas para el
cultivo…”1
De mi parte, es apenas obvio, no existía ninguna fundamentación teórica.
Simplemente una visión un tanto intuitiva. La transcripción del texto de la
investigación liderada por la profesora Magdalena León, es producto de mi itinerario
posterior. Como cuando una accede, pasado el tiempo, a conocimientos que le
permiten rastrear el pasado. Y no “el pasado efímero” al que le canta Serrat. Más
bien es la referencia a ese tiempo pasado que viví en compañía de mi madre
Adelina, del tío Manuel y del tío Luciano.
Ya dije que el abuelo materno vivió en la segunda mitad del siglo XIX y el primer
cuarto del 1siglo XX. Las alusiones, que se perciben en esta parte de mi escrito, a
las pugnas relacionadas con el poder político, constituyen una asociación de ideas
construida a partir de lo que denomino esa percepción de la vida y que, después,
adquiere una connotación de mucho más talante, habida cuenta de mi ejercicio
político y sindical posterior. En este contexto, cito el texto de la profesora
Magdalena, así:
“…Aunque los comerciantes antioqueños habían incursionado durante el siglo XIX
en el comercio mundial exportando quina y tabaco, Colombia no había logrado
desarrollar una producción con arraigo relativamente estable en el mercado
internacional. Exiliado en Guatemala, uno de los representantes de la burguesía
comercial antioqueña, Mariano Ospina Rodríguez, escribía a su amigo Julián
Vásquez, minero, comerciante y, posteriormente terrateniente, sobre las grandes
utilidades que allí producía la siembra de cafetales. Fueron estos señores quienes
iniciaron el cultivo de café en Fredonia, donde los terrenos según se sabía, eran
muy propicios para tal industria. La mentalidad empresarial con que se iniciaron los
primeros cultivos de café en la región, no solo se denota en los propósitos
1León de L., Magdalena. “Mujer y Capitalismo Agrario”. Asociación colombiana para el estudio de la
población; primera edición 1980, página 34
5
claramente expresados de que ello constituiría una rentable inversión con un
mercado asegurado para la producción, sino en el empleo de una tecnología
moderna para el cultivo y una maquinaria que agilizaba el proceso de beneficio. En
las primeras décadas del siglo XX Fredonia se destacó en Antioquia como una
importante zona cafetera.
Sectores de la burguesía comercial antioqueña hicieron una amplia difusión del
cultivo y muchos de ellos, que ya poseían haciendas ganaderas en el suroeste,
dedicaron parte de sus terrenos al cultivo del grano. La introducción del cultivo no
desplazó la actividad ganadera, más bien contribuyó a conformar el peculiar
complejoagrícola ganadero en cuya alta productividad insiste Ospina Vásquez. Así,
las tierras cafeteras abandonadas durante los periodos en que se deprimen los
precios del café, pueden ser rápidamenteadaptadas para la ganadería, aminorando
el impacto de las pérdidas de la producción cafetera para el hacendado…”2
Lo cierto es que yo estuve ahí. En una casa heredada por vía materna. Lo mío era
vivir esa infancia de mujer ya cifrada, ya vinculada culturalmente a las condiciones
de dominación vigente en un país profundamente machista. Una infancia en la cual
Adelina estuvo vigilante. No tanto porque ella tuviese una posición de autoridad
conciente, en términos de conocimiento de causa y/o de aplicación de conceptos
elaborados. Más bien era ese tipo de vigilancia inherente a las condiciones
generales de participación en los procesos de un tipo de familia patriarcal en el cual
las mujeres no hacían otra cosa que estar ahí expectantes. Pero, también, adscritas
a un desenvolvimiento como de partitura preestablecida. En una familia establecida
y en la cual el negro Eugenio no era otra cosa que un macho vinculado a procesos
de producción agrícola limitados y de los cuales derivaba su salario; pero que él
asumía como extensión de sus condiciones y posibilidades de dominación sobre
Adelina y sobre “la otra” de la cual hablaba Adelina, haciendo alusión del hecho de
que mi padre tenía una (…o varias) relaciones furtivas. Ya dije que él, Eugenio
Cano, a más de ser bebedor, dedicaba mucha parte de su tiempo libre al juego de
2León de L., Magdalena, Ibíd.
6
cartas y al oficio de apostador en riñas de gallos. Una especie de trabajador
asimilado a lo que se denomina (expresión acuñada por el marxismo) lumpen
proletario.
En ese contexto, los rituales de Adelina, no eran otra cosa que estar ahí y cocinar y
enhebrar y vigilar a sus hijas y3 responder ante el tío Manuel (su hermano) por el
manejo laborioso de la casa. Una Adelina Restrepo que siempre asumió como
profesión marginal de subsistencia el oficio de lavandera; bien fuera a domicilio o
utilizando la casa de la familia como sitio de trabajo. Esto le permitió una relativa
emancipación con respecto a Eugenio Cano.
Y yo seguía ahí. Como sujeta de mil y un hechizos. Como partícipe de ese proceso
cultural que desde mucho antes de yo nacer estaba vigente. La religión era y ha
sido uno de los referentes mayores. Con su peculiar manera de condicionarnos,
particularmente a nosotras las mujeres. Con un extravío de la vida plena.
Convocada a ser simple réplica de las de antes y de las que vendrían después. Ese
tósigo que me conminaba a ser prudente, a ser virgen de eternos sueños. Todo a
pesar de que la sexualidad como posibilidad latente de convocar al deseo y a la
pasión, también estaba ahí. Unos sueños casi enfermizos. Una combinación de “lo
bueno” y “lo malo”; esa lucha que ha estado ahí. Como opuestos. Como en casi
todo. El día y la noche; el frío y el calor; la verdad y la mentira; etc.
“…El intento por canalizar los poderes mágicos desembocó en la necesidad de
socializar a los africanos dentro de los márgenes culturales occidentales, proceso
que corría paralelo a la cristianización. Pero la enseñanza y la aprehensión de las
costumbres, tradiciones e instituciones españolas chocaba de frente con el
diametralmente opuesto modelo de socialización africano: Los territorios de donde
procedía la mano de obra esclava estaban organizados en una unidad básica de
carácter familiar, ‘ampliada o extendida, especie de fracción de clan de tipo
patriarcal: grupo de parientes y por línea paterna o materna fijado o ligado al suelo’.
3
7
En este sentido, la socialización era diferente al modelo de educación europeo en
tanto que todo el grupo participaba de la educación de los hijos de la comunidad,
sin importar quiénes fueron los padres biológicos.El sistema educativo reposaba en
una organización de carácter gerontocrático, es decir, a los ancianos les
correspondía la iniciación social y la educación sexual de los adolescentes.
En estas circunstancias, la comprensión del bien y del mal, de la muerte y la
sexualidad, reposaba en una estructura muy distinta que seguía las tradiciones
culturales propias sin que tuviera incorporado el férreo dualismo cristiano. Ni la
diversidad de mecanismos que utilizó la cultura dominante ni la aprehensión de los
comportamientos blancos, lograron desterrar del todo esta conciencia no dualista.
Por el contrario, se convirtió en uno de los bastiones de resistencia contra la
sociedad esclavista. En el pensamiento africano occidental nada era enteramente
bueno ni enteramente malo, idea que se reforzaba en sus sistemas religiosos
tradicionales por la carencia de una teoría del pecado original y por la extensión del
concepto del demonio. A esta carencia de dualismo se le sumó la apropiación de
poderes mágicos de santos y demonios, lo que permitía la creación de un sistema
coherente de creencias nacidas para la resistencia y la búsqueda de factores que
los identificaba como pertenecientes a una comunidad…”4
Durante mucho tempo permaneció en mi (…y aún aparecen secuelas) esa
sensación de estar inmersa en un contexto pleno de situaciones ancladas en esa
herencia cultural. Por lo pronto era mujer-niña. Con obligaciones reales y
potenciales. Alrededor de la casa; pero también en el escenario escolar; asimismo
en la herencia religiosa. Era profundamente inmersa en los ires y venires de los
ejercicios parroquiales. Estaba en los ejercicios inherentes a la eucaristía y en las
celebraciones relacionadas con las realizaciones de fiestas y expresiones afines. La
Semana Santa era una de ellas. Yo estaba ahí, al lado del vía crucis. Mi capacidad
para la lectura clara y comprensiva me hacía partícipe en términos puntuales en la
4 Borja G., Jaime H. “Rostros y rastros del demonio en la Nueva Granada”. Impreandes presencia S.A.
Primera edición, 1998; páginas 132-133.
8
procesión del viernes santo. Tal vez, desde ese entonces, se produjo una inquietud
relacionada con el significado del sacrificio de Jesús y los verdaderos alcances del
mismo.
“…La maneracomo se planteó la evangelizacióna comienzos de la conquista marcó
el camino que tendría durante los siguientes siglos. El proceso de cristianización de
las Indias se dio en el contexto de un convencimiento colectivo que provenía desde
finales del siglo XV: se acercaba el final del mundo. Los convulsionados
acontecimientos del Renacimiento daban razón a las angustiosas profecías del
Apocalipsis, quizás el libro que más había marcado el pensamiento cristiano. La
escatología afirmaba que el final estaría preanunciado por acontecimientos
calamitosos, contexto en el cual vendría el Anticristo. La expansión geográfica que
incluía loa conquista de las Indias reafirmaba la creencia, pues un texto de los
evangelios lo profetizaba: ´se proclamará este Evangelio del Reino en el mundo
entero, para dar testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin’.
Entonces, después de la conversión del mundo al cristianismo como verdadera fe,
acaecería el escalón final. Siguiendo la misma tradición cristiana, la ´bestia´del
Apocalipsis-entendida como el demonio-tendría que soltarse por un tiempo antes
de la segunda venida del Mesías. Esta postura hacía más entendible la obsesión
cristiana de contemplar el reino de Satanás en el Nuevo Continente: Los misioneros
españolesse planteaban, no sin cierta angustia, si evangelizar no equivalíaa aclarar
el proceso de autodestrucción. La idea de la decrepitud del mundo y su pronta
transformación era frecuente durante el siglo XVI. Fray Rafael de los Ángeles lo
escribía así:
Verdad es que el mundo está en lo último y allegado a la decrépita, porque aun en
materia de virtud se hallanen él cien mil novedades y disparates nunca antes vistos,
y en materia de pecados no tienen número de invencionesque cada día salen, como
diremos más adelante, ni hay teólogos que agoten sus dificultades (…). Al fin la
9
virtud en estos desdichados tiempos no tiene la armadura o el esqueleto, que lo
demás casi todo es prudencia de carne enemiga de Dios. ´5
El tío Manuel Restrepo trabajaba como jornalero, en la modalidad de prestación de
servicios día a día en haciendas de terratenientes. El pago que recibía era el soporte
económico fundamental de la familia. Todo, a pesar de que en la casa teníamos
sembrados de pan coger, necesarios para hacer más llevadera la subsistencia. Su
talante fue siempre vinculado con una opción solidaria. No solo para su hermana
Adelina y su hermano Luciano; sino también para sus sobrinas María Helena y yo.
Un tipo de interacción (…la del tío Manuel), en la cual ejercía como insumo básico
la compartición de sus ingresos y de su presencia constante. Algo así como lo
opuesto a la posición asumida por el negro Eugenio.
“…En las primeras iniciativas del cultivo hubo contratación de mano de obra libre,
especialmenteen las haciendas ligadas al capital mercantil, donde la producción de
café se dio bajo la administración directa de la hacienda. El sistema utilizado,
llamado de agregados, tiene como característica ser mano de obra asalariada a la
que, además del efectivo, se le da como parte de su remuneración, el acceso a un
terreno dentro de la hacienda para construir su casa y sembrar algunos productos
de pancoger.
La fuerza de trabajo para el cultivo del café en este tipo de hacienda, incluía tanto
hombres como mujeres, pero dividida en sus respectivas cuadrillas. Parece que,
aunque las mujeres trabajaban en casi todas las operaciones del cultivo, el uso de
mano de obra masculina era más estable y los hombres trabajaban todo el año, ya
fuera en arreglos de la finca o en los trabajos más pesados del cultivo. Por lo tanto,
podría pensarse que, siendo la participación masculina más permanente que la de
la mujer en las tareas del cultivo del café para la hacienda, buena parte de la
producción de pancoger estuviera en manos de la mujer campesina…”6
5Borja G., Jaime H., Ibíd.; pp. 305-306.
6 León de L., Magdalena; Ibíd., página 35
10
No tengo plena certeza acerca de los orígenes del tío Manuel. Por lo menos en
términos de su acervo cultural y de su inserción en la familia. Yo diría que, así como
en el caso del abuelo materno, su infancia y adolescencia estuvieron influidas por
lo que describí antes en el sentido de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX.
Lo que si es, plenamentecierto, es el origen primero de la influenciapolítica y social.
“…Es imposiblehablarfavorablemente de la administraciónde justicia en Colombia;
los códigos civil y penal son poco más que una colección de supersticiones y
abusos, bajolos nombres de Castilla, ordenanzas reales, leyes de las indiasy varias
recopilaciones de decretos españoles y regulaciones coloniales, de los cuales, para
el disgusto del demandante y beneficio del abogado, se pueden sacar deducciones
contradictorias sobre todo aspecto posible de litigio. Este defecto es percibido y
reconocido por el gobierno; se ha propuesto introducir el nuevo código penal
español. El juicio por jurado felizmente se ha restablecido en casos de libelo y la
legislación se ha declarado a favor de introducirlo en forma general en todos los
casos en que sea aplicable; sin embargo, el gran mal que probablemente persista
en el gobierno del país en todas sus ramas, tiene su origen en los hábitos de
disimulo, indolencia y corrupción que marcan el carácter de todas las naciones
esclavizadas. Los briotes momentáneos de sensibilidad o aun de ideas correctas y
las buenas intenciones en general, no son suficientes para romper la oscura cadena
de vicios, con las cuales generaciones de ignorancia, supersticiones y opresión han
entrelazado todas las situaciones sociales y contraído o distorsionado todos los
sentimientos morales…”7
El tío Luciano era un ser de esos que podríamos llamar “ausente”; como quiera que
estaba ahí con nosotras y nosotros; pero, al mismo tiempo, sin estar. Su infancia
pudo haber estado cruzada por las mismas condiciones en las cuales se
7 Coronel Hall Francis. “Colombia y su estado actual”, pp. 17-18. Obra aparecida en la recopilación
“Santander y la Opinión Angloamericana”(David Sowell, compilador). Biblioteca de la Presidencia de la
República, 1991.
11
desenvolvió el tío Manuel. Lo cierto es que siempre fue una especie de gregario
absoluto. Su disponibilidad estaba anclada no solo en los nexos familiares. Era
como algo innato en él. Asocio su figura y su laboriosidad a la fabricación manual
de jabón. Una gestión casera, para lo cual se requerían inmensas cantidades de
ceniza. Y nadie mejor que Luciano para proveerla. Desde muy temprano salía de
casa hacia diferentes lugares. Lejanos y cercanos, solicitando a las familias el
rescoldo de los fogones. Y los cargaba. Y las lluvias lo arropaban. Desde ahí,
contrajo una dolencia asociada al cuadro respiratorio. Desde ahí provino la
transformación del sonido de su voz. Se tornó aflautada, casi imperceptible. Y fue
ese hecho el que originó que lo tildaran de bobo. Y él nunca fue conciente del
significado de esa chapa que permaneció por siempre, hasta su muerte. No se
porque, el recuerdo de tío Luciano, me retrotrae a la lectura que hice de “El
Ingenioso Hidalgo, don Quijo de la Mancha”.
“…En la tercera salida de don Quijote, el Cura y el Barbero se estuvieron un mes
sin verle, por no traerle a la memoria cosas pasadas; pero no por eso dejaron de
visitar a su sobrina y a su ama, encargándoles tuviesen cuenta con regalarle,
dándole a comer cosas confortativas y apropiadas para el corazón y el cerebro. Las
cuales dijeron que así lo hacían y harían porque echaban de ver que su señor por
momentos daba muestras de estar en su entero juicio, y así determinaron de
visitarle y hacerle experiencia de su mejoría y acordaron de no tocarle en ningún
punto de la andante caballería.
Visitárosle en fin y halláronle sentado en la cama. Fueron de él muy bien recibidos,
preguntáronle por su salud y el dio cuenta de sí y de ella con mucho juicio y con
muy elegantes palabras; y en el discurso de su plática habló don Quijote con tanta
discreción en todas las materias que se tocaron, que los dos examinadorescreyeron
indudablemente que estaba del todo bueno y en su entero juicio…”8
8 Cervantes S., Miguel de : “El ingenioso hidalgo don Quijo de la Mancha”,resumen de la obra.. Ed. Gráficas
Modernas.Primera edición, junio de 1988; página 141.
12
Yo seguí en la idolatría de los íconos del catolicismo. Sin ir más allá de las dudas
acerca del martirologio de Jesús. Pero, a decir verdad, me causaba cierto escozor
en el alma, el hecho de pensar en lo que serían las otras religiones y los significados
de muchas celebraciones.
“…De nuestro examen precedente podemos inferir que entre los antepasados
paganos de los pueblos
europeos, el festival ígnico anual más popular y extendido fue la gran celebración
de la víspera del solsticioo la del día del solsticio estival. La coincidenciadel festival
con el solsticio de verano es muy difícil que sea accidental. Mejor aún, debemos
suponer que nuestros antepasados paganos se pusieron a fechar la ceremonia del
fuego en la tierra coincidiendo con la llegada del sol al punto más alto de su carrera
en los cielos. Si esto fuese así, se deduce que los fundadores antiguos de los ritos
solsticiales habían observado los solsticios o puntos críticos del camino aparente
del sol en el cielo y de acuerdo con ellos regularon su calendario vestal, en cierto
modo por consideraciones astronómicas…”9
Y me seguían envolviendo las dudas. Un día pensaba en mi condición de mujer y el
sometimiento como herencia cultural. Otro día pensaba en mi sexo, en mi virginidad
y en su significado desde el punto de vista religioso y moral. Y, al día siguiente,
pensaba en lo que sería de mí y de mi sexo, cuando conociera el del hombre, en
real y no en el imaginario pecaminoso a que nos tenían acostumbradas como
mujeres. No solo en la familia y su tradición; sino en la escuela y por parte de los
párrocos en la iglesia. Y, cualquier otro día, volvía a reflexionar sobre las otras
religiones. En silencio; porque temía que me leyeran el pensamiento. Porque yo
sabía que era pecado el solo hecho de pensar en el dios de los otros y las otras no
católicos y católicas.
“…Sobre la fornicación:
9Frazer, James G. “La rama dorada”., Ed. Fondo de Cultura Económica, segunda reimpresión 1995; pp.710-
711
13
19. Contra aquellas de vuestras mujeres que cometen fornicación buscad cuatro
testigos de entre vosotros. Si dan fe contra ellas, mantenedlas cautivas en las
habitaciones hasta que las llame la muerte o Dios las dé un procedimiento.
20. A aquellos, de entre vosotros, que cometen este pecado, castigadlos. Si se
arrepienten y se reforman, apartaos de ellos. Dios es remisorio misericordioso.
21. Dioses quien vuelve haciaquienes hacen el mal por ignorancia, pues enseguida
se arrepienten. Dios les perdonará pues es omnisciente, sabio.
22. No hay perdón para quienes cometen malas acciones hasta el momento en que
se presenta a uno de ellos la muerte y exclama: ‘!yo me arrepiento ahora’¡ Tampoco
tienen perdón quienes mueren mientras son infieles: a ésos les hemos preparado
un tormento doloroso…”10
En medio de mi ignorancia y desespero, pude asumir algunas posiciones más o
menos coherentes. Era algo así como entender que yo debía vivir la vida, en las
condiciones en las cuales era posible hacerlo. Es decir, en medio de una familia que
me conminaba por la vía doctrinaria a asumir el rol que me estaba predestinado.
Pero, al mismo tiempo, en mí se hacía sólida la intención de revertir ese hecho. Al
menos en términos de disección que convoca a entender la necesidad de redefinir
mis expectativas. Inicialmente, esto aparecía como simple efecto colateral de esos
sueños míos que me convocaban a una tenencia de lo inmediato y lo potencial,
como necesidad latente que estaba ahí; pero que yo no podía asir. Precisamente
porque se bifurcaban en el escenario primero y último. Es decir, en una trama que
no lograba discernir. Venía a mi mente, después de esos sueños constantes y
punzantes, lo leído en “Doña Bárbara”.
10El Corán Editorial Óptima, S.L, 2002. pp.88-89
14
“…En Altamira siempre era ´Pajarote´ quien contaba los casos más espeluznantes.
La vida andariega del encaminador de ganados y la imaginación vivaz,
suministrábanle mil aventuras que narrar, a cual más extraordinarias.
¿…Muertos? A todos los que salen desde Uribante hasta el Orinoco y desde el
Apure hasta el Meta, les conozco sus pelos y señales – solía decir - . Y si son los
otros espantos ya no tienen sustos que no me hayan dado.
-Las almas en pena que recogen sus malos pasos por los sitios donde los dieron;
la llorona, fantasma de las orillas de los ríos, caños o remansos y cuyos lamentos
se oyen a leguas de distancia; las ánimas que rezan en coro, con rumor de
enjambres, en la callada soledad de las matas, en los claros de luna de los calveros
y el ÁnimaSola que asolaba al caminantepara arrancarle un Padre Nuestro, porque
es el almamás necesitadade purgatorio; laSayona, hermosa enlutada, escarmiento
de los mujeriegos trasnochadores, que les sale al paso, les dice ´sígueme, y de
pronto se vuelve y les muestra la horrible dentadura fosforescente y las piaras de
los cerdos negros que Mandinga arrea por delante del viajero y las otras formas
bajo las cuales se presenta; todo se le había aparecido a Pajarote…”11
De todas maneras, lo mío, seguía siendo una desolación parecida al extravío. Como
cuando no podía encontrar el horizonte de mis enajenaciones; de mis delirios que
se hacían cada vez más constantes y atosigadores. Un itinerario parecido a la vida
nómada que nunca se ancla en ningún sitio. Y veía, en mis sueños de siempre, mi
figura y mis acciones distanciadas en el tiempo. Con expresiones en las cuales ya
había logrado descifrar los códigos inherentes a mi condición de mujer libertaria que
se expresaría a futuro. Sueños como este:
Para este trabajo se asumencomo válidasalgunas opciones en lo que hace relación
al significado que adquiere la participación colectiva, por parte de sectores de la
población en los cuales actúan sujetos (hombres y mujeres) no vinculados con el
11Gallegos, Rómulo. “Doña Bárbara”. Momo ediciones, pp.63-64
15
poder y los beneficios que otorga el control de instancias estatales y
gubernamentales. Asimismo, se asume una cotejación conceptual en lo que
respecta a tipos de Estado, como aquellas categorías que pueden definir una u otra
posición con respecto a la intervención en el espectro social, 0por la vía de políticas
inherentes a la noción del Estado Benefactor o de Estado centrado en la noción de
la autonomía dinámica económica para definir e imponer los términos en la
intervención.
Presento, en consecuencia, algunos elementos teóricos que ya habían sido
insinuados en la Justificación del trabajo.
La noción de Política. Se entiende como la precisión, a la manera de directriz
general, de una sumatoria conceptual relacionada con una determina área en la
cual el Estado o un Gobierno deben intervenir. En este nivel de expresión se
proponen programas que delinean la intervención, con unos objetivos concretos; de
tal manera que delimiten escenarios y el espectro mismo que la origina. Esto
presupone la preexistencia de opciones teóricas y prácticas en nexo con esa área
específica.
En términos de Estado, una política, debe proponerse de tal manera que se entienda
como derivación lógica y coherente, con respecto al soporte conceptual que lo
acompaña; en cuanto a cohesionador de las fuerzas que actúan como integrantes
del País y de la Nación.
Tratándose de un Gobierno, entendido como expresión circunstancial y transitoria,
las políticas ejercen como concreción a través de Planes específicos que orientan
la actividad económica, política, social, etc.; de ese Gobierno, por un periodo
definido.
Tanto en lo que respecta al Estado, como a los Gobiernos; se entiende que debe
existir una concatenación, también lógica y coherente, a partir de la Norma General
16
(Constitución Política) que orienta el quehacer del Estado y otorga a los asociados
unidos determinados beneficios e impone unas determinadas obligaciones.
Visto así, entonces, se introduce una diferenciación necesaria, derivada del tipo de
Estado instaurado para una sociedad específica. Esto traduce que no es lo mismo
diseñar una política de asistencia social, a manera de ejemplo, por parte de un
Estado soportado en un una opción hacia el bienestar general; que esa misma
política por parte de un Estado anclado en la ortodoxia con respecto al desarrollo
de los mecanismos del mercado; los cuales pueden establecer (por sí mismos) un
equilibrio.
Para el caso que nos ocupa en este trabajo, asumimos la existencia de una
definiciónConstitucional, que reivindicala vigencia de un Estado Social de Derecho,
obligado a proponer y desarrollar una políticas públicas de beneficio general, con
énfasis en la protección de los sectores mas vulnerables de la población.
Tanto es así que, en la Constitución Política, se expresa el hilo conductor para la
intervención del Estado. Veamos:
Articulo 1. Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de
República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales,
democráticas, participativa y pluralista, fundada en el respeto de l dignidadhumana,
en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del
interés general. 12
Articulo 2. Son fines esenciales del Estado: servir a la comunidad, promover la
prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes
consagrados en la Constitución; facilitar la participación de todos en las decisiones
que los afectan y en la vida económica, política, administrativa y cultural de la
12 Constitución Política de Colombia 1991, segunda edición ESAP, febrero 1992
17
Nación; defender la independencia nacional, mantener la integridad territorial y
asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo.
Las autoridades de la Repúblicaestán instituidas para proteger a todas las personas
residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás derechos y
libertades, y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de
los particulares.13
En consecuencia, el diseño e implementación de las políticas públicas para el
bienestar de los habitantes, deben estar orientados por ese mandato
Constitucional. La reglamentación de esas políticas (.O de una de ellas en
particular), debe tener en consideración el escenario y los grupos sociales a los
cuales están dirigidas. Lo anterior está definido, de manera taxativa, en la Norma
Constitucional, así:
Articulo 339: Habrá Plan Nacional de Desarrollo conformado por una parte general
y un plan de inversiones de las entidades públicas del orden nacional. En la parte
general se señalarán los propósitos y objetivos nacionales de largo plazo, las metas
y prioridades de la acción estatal a mediano plazo y las estrategias y orientaciones
generales de la política económica, social y ambiental que serán adoptadas por el
gobierno. El plan de inversiones públicas contendrá los presupuestos plurianuales
de los principales programas y proyectos de inversión pública nacional y la
especificación de los recursos financieros requeridos para su ejecución.
Las entidades territoriales elaborarán y adoptarán de manera concertada entre ellas
y el gobierno nacional, planeas de desarrollo, con el objeto de asegurar el uso
eficiente de sus recursos y el desempeño adecuado de las funciones que les hayan
sido asignadas por la Constitución y la ley. Los planes de las entidades territoriales
13 Ibíd.
18
estarán conformados por una parte estratégica y un plan de inversiones de mediano
y corto plazo.14
Artículo 366: El bienestar general y el mejoramiento de la calidad de vida de la
población son finalidades sociales de Estado. Será objetivo fundamental de su
actividad la solución de las necesidades insatisfechas de salud, de educación, de
saneamiento ambiental y de agua potable.15
En aplicación de esta noción de política, particularmente de política pública, el
presente trabajo, desenvuelve el seguimiento con respecto al rol de las mujeres, en
lo que concierne a al desarrollo de los programas para la protección y atención a los
grupos poblacionales vulnerables.
La noción de participación.
El trabajo se sitúa en un entendido de participación, definido a partir de del
significado que adquiere el quehacer de grupos sociales no vinculados con el poder
político y económico. Es tanto como recorrer el acumulado de experiencias
presentadas en diferentes momentos y en relación con acciones que reivindican
derechos, tanto en lo que concierne a la calidad de vida, como también a aquellos
que hacen referencia a su relación con el Estado, en lo que esta tiene de
manifestaciones por alcanzar beneficios puntuales que ejercen como colaterales
indispensables para alcanzarla.
Visto lo anterior, entonces, aparece una posición en términos de fundamentar la
intervención, soportada en definiciones, tanto teóricas como prácticas, que han
orientado los procesos hacia la admisión de lo conciente , como condición
indispensable para trascender la espontaneidad y la visión reduccionista que no
permite diseñar estrategias para el mediano y largo plazo.
14 Ibíd.
15 Ibíd.
19
En una publicación del Centro de Estudios del Hábitat Popular – Cehap, adscrito a
la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia, se recopilaron
documentos presentados en el 4º Seminario Internacional CEHA – PEVAL,
realizado en la ciudad de Medellín entre el 7 y el 11 de abril de 1986, en el cual se
analizaron las experiencias en América Latina, bajo el título: Los pobladores,
protagonistas urbanos en América Latina.
En una de las ponencias titulada Aproximacióna los MovimientosSocialesUrbanos
en América Latina, el investigador Etienne Henry, adscrito al Institut National de
Recherche sur les Transports et leur Segurite-INRETS, Francia; dice, en uno de los
apartes referido a los Movimientos Regionales y Nacionales:
“..Finalmente los movimientos sociales se despliegan alrededor de los principales
polos urbano-industriales. Tienenuna connotaciónmàs obrera y, las organizaciones
sindicales son aquí las que incentivan la formación de frentes regionales. Pero su
evolución depende de su capacidad en aglomerar a las masas urbanas y a sus
organizaciones representativas. Los bloquesde clases son aquí menospoliclasistas
y esos movimientos pueden derivar hacia meras huelgas obreras o revueltas de
protesta popular.
Tales movimientos regionales no se reducen a una oposición al poder central y una
afirmación del poder regional. Hay que buscar en la configuración de los segmentos
locales de clases, su dominación y su depresión socioeconómica, las razones de la
vitalidad de su movilización y las perspectivas de los bloques regionales. No
constituyen duraderas alianzas de clases ni son portadoras de proyectos históricos
específicos; pero si corresponden a una fuerza social capaz de imponer
modificaciones parciales en los esquemas administrativos y redistributivos. En la
medida en que las masas pauperizadas concentradas en los núcleos urbanos
20
participan de esos movimientos en forma importante – y a veces mayoritaria – es
legítimo ver aquí una expresión de los movimientos urbanos...” (Sic)16
De otra parte, el investigador Emilio Pradilla Cobos, presentó un escrito titulado
“Mitos y realidades de los llamados Movimientos Sociales Urbanos “, publicado en
diciembre de 1984 por la Editorial de la Universidad Autónoma Metropolitana.
Unidad Xochimilco, Méjico D.F., Méjico., como ponencia en ese mismo evento.
Destaco un aparte que considero pertinente, veamos:
“..Este análisis se inició poco tiempo después de que el movimiento real se hubiera
manifestado. De un lado, por parte de los investigadores y técnicos al servicio del
Estado y las clases dominantes, en busca de respuestas que permitieran
mediatizarlo, controlarlo, articularlo o reprimirlo, a fin de mantener “el orden y la paz
social” necesarios al desarrollo del capitalismo y para evitar la formación de un
nuevo componente perturbador en la ya convulsa situación social. De otro lado, los
investigadores comprometidos, en una u otra forma, desde una u otra vertiente
ideológico-política, con las luchas de los explotados y los militantes de las
organizaciones políticas de izquierda, para entender su potencial revolucionario, sus
contradicciones internas, sus límites, y encontrar las alternativas correctas para su
vinculación con las otras formas de lucha de las clases explotada...”.(sic).17
El punto, en consecuencia, tiene que ver con desarrollar una interpretación asertiva,
en lo que hace alusión a la participación. Aquí, lo asertivo, no supone una actitud de
simple extensión de esa participación, hacia aplicaciones acríticas, en las cuales,
simplemente, se replican esquemas, al margen de una construcción teórica,
derivada del análisis del objeto de esa participación, de los mecanismos para
desarrollarla y de las transformaciones que la misma pueda propiciar.
16 Texto citado, página 37
17 Ibídem
21
En consideración a la anterior aseveración, es importante conocer la propuesta de
Amartya Sen, Premio Nóbel de Economía en 1998., con respecto al sentido que
adquiere lo humano en el marco de las políticas de desarrollo del capital. Veamos:
En el articulo “Las Teorías del Desarrollo A Principios del Siglo XXI”, Amartya Sen
dice, entre otras cosas,”El alcance de este planteamiento no se limita a una
fundamentación teórica del desarrollo; sus connotaciones prácticas han de
plasmarse en el terreno de la política estatal. Si bien la prosperidad económica y la
situación demográfica favorable fomentan el bienestar y la libertad de una sociedad,
no es menos cierto que la mayor educación, prevención y atención sanitaria y otros
factores similares afectan las auténticas libertades de que disfruta la población.
Estos `avances sociales’ deben considerarse como parte del ‘desarrollo’, puesto
que proporcionan una existencia màs prolongada, libre y fructífera, además de que
estimulan la productividad o el crecimiento económico.
La concepción tradicional del concepto de ‘capital humano’ tiende a concentrarse
en la segunda función de la ampliacióndelas capacidades del ser humano, es decir,
la de generar ingresos. Y aunque este aspecto no deja de ser importante, a los
ingresos hemos de añadir los beneficios y ventajas de tipo ‘director’ o primario. Esta
ampliación es de carácter adicional y acumulativo y no una alternativa a la noción
actual de ‘capital humano’. El proceso de desarrollo no es independiente de la
ampliación de las capacidades del ser humano, dada la importancia intrínseca e
instrumental de esta ampliación...” (sic)18
18 Publicado en Cuadernos de Economía No. 29, Departamento de Teoría y Política Económica, páginas 89-
90.
22
Esto implica, para el caso de este trabajo de investigación, que asumo una posición
que trasciende la mera expectativa generada a partir de la participacióncomunitaria,
como acompañamiento pasivo en el proceso de aplicación de una determinada
política gubernamental en lo que hace al bienestar de la población. Supone, en
consecuencia, definir un entendido, en la perspectiva de localizar los elementos
agregados, como valores que cualifican esa participación, en función de interpretar
esas políticas y proponer, a partir de ahí, la posibilidad de una intervención
conciente de los y las sujetos que la promueven.
La política social y el Estado. Ya he señalado arriba acerca del nexo lógico entre
concepto, teoría y aplicación de un modelo determinado de Estado, con respecto a
la implementación de políticas gubernamentales siendo este (…el gobierno) una
expresión transitoria, fundamentada en estrategias, programas, políticas y acciones.
De todas maneras, es preciso discernir en torno a la incidencia que adquiere la
envoltura conceptual y práctica del Estado como guía para cualquier desarrollo
estratégico y/o circunstancial de políticas gubernamentales. Algo así comoentender
la presencia de una dinámica en la cual se expresan condicionantes propios de ese
modelo.
En términos de soporte teórico fundamental, no es lo mismo la construcción de una
opción de Estado, a partir ( a manera de ejemplo) de la propuesta planteada por
Juan Jacobo Rousseau en “El Contrato Social”; a una opción de Estado construida
a partir de la propuesta de Tomas Hobbes en “El Leviatán”. Inclusive, situándome
en un escenario mucho màs próximo (como quiera que se asuma como inherente
23
al horizonte teórico que ha acompañado a la definición y aplicación política y
económica en Occidente); es relevante proponer un ejercicio de análisis a partir de
la confrontación entre la doctrina de Adam Smith y la de John Maynard Keynes.
Porque, entre otras razones, permite precisar aspectos relacionados con la
economía política, en el contexto del capitalismo, como sistema económico y como
oferente de las condicionespara la construcción de Estado, comoordenador y como
aglutinante de las fuerzas que actúan al interior de las sociedades y de las naciones.
En mi disquisición, aunque no aparece como centro, es conveniente resaltar la
propuesta de Estado que se deriva de la doctrina del Marxismo ortodoxo; entendido
como el concepto político y económico que cuestiona los principios éticos,
económicos y políticos en los cuales se fundamenta el Capitalismo. En este
sentido y con el propósito de insinuar (..a futuro) una profundización con respecto
a las opciones para su interpretación; me parece conveniente citar (..en extenso) la
expresión alcanzada por la profesora Consuelo Corredor en su texto “Los Límites
de la Modernización “. Veamos:
“1.1. El doble ideario de la sociedad moderna
Digamos entonces, a manera de hipótesis, que el advenimiento de la sociedad
moderna recoge un doble ideario: el de transformar el entorno material, y el de
transformar al hombre como centro del mismo. Mientras el primero alude a la
modernización, el segundo a la modernidad.
La configuración histórica de la sociedad modernaha puesto al descubierto que esta
diferenciación no es meramente teórica, sino que se trata de un proceso real que
ha tenido lugar, con mayor o menor fuerza y nitidez, es distintas regiones y países.
Por lo tanto, partiendo de la posibilidad analítica de diferenciar los dos procesos se
ha llegado a constatar y padecer su disociación real.
Durante el proceso, la modernización se ha convertido en el abecé del progreso,
colocándosecomo un fin en sí mismoy no como un medio, imprescindibleporcierto,
24
para dotar a la sociedad de unas mejores condiciones materiales. Lo paradójico es
que si bien no sería concebible una sociedad moderna carente de un proceso de
modernización, este último no requiere ineluctablemente de la modernidad y aún
menos conduce por sí mismo a ella.
Este es el conflicto no resuelto por muchas sociedades actuales: la tensión entre
modernidad y modernización. Marx lo puso claramente al desnudo a través de la
crítica a la sociedad burguesa moderna, que a lo largo de su obra, desde el
Manifiesto del Partido Comunista hasta El Capital, está presente como núcleo de
reflexión central. Así lo podemos apreciar en el siguiente pasaje:
La época de la burguesía se caracteriza y distingue de todas las demás por el
constante y agitado desplazamiento de la producción, por la conmoción
interrumpida de todas las relaciones sociales, por una inquietud y una dinámica
incesantes..Todo lo que se creía permanente y perenne se esfuma, lo santo es
profanado y, al fin, el hombre se ve constreñido por la fuerza de las cosas a
contemplar con mirada fría su vida y sus relaciones con los demás. (C. Marx y F.
Engels –1848. El Manifiesto Comunista, Editorial Ayuso, Madrid, 1974, p. 76.).
La profunda crítica de Marx pone de manifiesto la potencialidad que encierran las
fuerzas productivas, pero también, y principalmente, su interdependencia e
interacción con las relaciones sociales entre los hombres. Mutua y compleja
interacción que lejos de ser reductible a un problema de causa – efecto, como en
forma equivocada se interpretó por algunos, es un proceso profundamente
conflictivo de construcción, destrucción y reconstrucción del orden social”.19
La pertinencia de la cita, obedece a la necesidad de introducir un insumo teórico
que permita concretar elementos de diferenciación, al momento de proponer una
interpretación, respecto a la intervención estatal, por vía de planes y programas de
19 Corredor, Consuelo. Los Límites de la Modernización, Cinep-Facultad de Ciencias Económicas
Universidad Nacional de Colombia – Sede Bogotá, segunda edición, 1997, páginas 37-38.
25
política social, en una sociedad como la nuestra. Inclusive, con la posibilidad
ubicarla en el contexto de América Latina, habidacuenta de los elementos comunes
que la cruzan; en una transversalidad que se hace evidente, a partir de la cotejaciòn
de posiciones e implementaciones.
Visto así, entonces, me atrevo a aseverar lo siguiente: En Colombia, las políticas
sociales de sucesivos gobiernos, asumiendo como base el mandato presente en la
Constitución Política de 1991, particularmente en su articulo número 366; se
suponen ancladas en el principio de intervención estatal, en términos de asimilados
a lo propuesto por Rousseauen El Contrato Social y a los lineamientosKeynesianos
acerca de la redistribución social de la renta nacional. Queda claro que no pretendo
establecer una relación de causalidad absoluta, entre los principios ortodoxos del la
teoría de John Maynard Keynes y la norma Constitucional en lo que respecta al
nexo entre el Estado como garante y dador de bienestar en la noción de política
social que subyace al articulo 366 de la Constitución Política. Se trata, simplemente,
de utilizar ese referente teórico (..el de Keynes), como horizonte conceptual para
construir un análisis que me permite acceder a una valoración pertinente de la
política social implementada en el Plan Nacional de Desarrollo y en el Plan de
Desarrollo Distrital.
Otro de los aspectos que convoca mi atención, tiene que ver con el análisis y
seguimiento del rol que ha desempeñado el Estado en América Latina. Se trata de
una cotejaciòn, que permita encontrar los elementos de coincidencia en cuanto que
representan la incidencia de programas gubernamentales; pero también los
insumos conceptuales y prácticos, originados en la intervención de los Movimientos
Sociales, en cuanto ejercicios de movilización y confrontación que “obligan” a
modificaciones puntuales y estratégicas, a los gobiernos que actúan como
mandatarios de ese “equilibrio” que se supone pleno en la configuración de las
políticas de Estado. Lo que, desde mi interpretación, conlleva a una construcción
compleja en la cual confluyen diferentes énfasis relacionados con teorías y
postulados disímiles. Algo así como un entrelazamiento entre posiciones
26
autoritarias y despóticas(...a la manera de Thomas Hobbes, en el Leviatán ),
posiciones de “equilibrio” entre intereses diferenciados (..a la manera de Rousseau
, en su Contrato Social) y una fuerte intervención estatal (…una figura cercana a la
combinatoria entre Marx y Keynes), que adquiere matices. Desde opciones
estrictamente populistas, hasta aquellas que encontraron su mayor expresión en el
programa liderado por Salvador Allende, en Chile.
En una ponencia presentada ante el Cuarto Seminario Internacional Cehap – Peval
“Los Movimientos de los Pobladores en los Barrios Populares de las Ciudades
Latinoamérica” (realizado en la ciudad de Medellín-Colombia, entre el 7 y el 11 de
abril de 1986); Marta Baliero (de los Movimientos de Favelados en Brasil), presentó
una ponencia (Caracterización del concepto urbano en Brasil). Destaco el siguiente
aparte:
El Estado Brasileño y su Manejo de lo Urbano.
“Es innegable que el modelo de Capitalismo Monopolista viene gestándose desde
los años 30, marco histórico de la industrialización en el Brasil. Dicho paradigma
posee una característica notable. Habría en él, un cierto papel de Estado que lo
hace invisible. Esto quiere decir que el Estado no aparece ni se manifiesta bajo la
forma de inversiones y ese no dejarse ver ocurre exactamente en el lugar focal de
la determinación de la tasa de ganancia del conjunto oligopolista.
Esto quiere decir, según plantea el sociólogo Francisco de Oliveira (Oliveira,
Francisco de /O Estado e o Urbano no Brasil Estudos do Cebrap, a ser publicado).
Que por fenómenos inherentes a dicho modelo, los cuales se colocan en
contraposición al Capitalismo de Libre Competencia, dicho Capitalismo
Monopolista(no competitivo y salvaje de cualquier país subdesarrollado) politiza las
relaciones económicas al máximo en el sentido inequívoco de que el Estado (a
través de los hombres de empresa ) pasa a ser, en cierta medida, el lugar en donde
27
la tasa de ganancia – cuota que cada conjunto oligopolìsrtico tiene en la masa
excedente de excedente social producido en el país- se determina por el acceso
empresarial a los aparatos del Estado”,.20
Me queda la sensación (...o la reafirmación), en el sentido de que, en nuestra
América Latina, el Estado (...o, quienes actúan y ejercen como sus portavoces y/o
beneficiarios directos)
Ha actuado, en la intención de incidir en las relaciones sociales, con un estilo y
mecanismos de intervención como híbrido teórico y político, bien sea circunstancial
o programático.
Ahora bien, desde la pretensión de este trabajo, se trata de reivindicar, también, el
asunto relacionado con la incidencia efectiva de este tipo de participación estatal.
Porque, entre otras razones, la caracterización y seguimiento de la misma; permite
cierta aproximación a una teoría general de la intervención estatal y sus verdaderas
repercusiones, en cuanto políticas de contenido social que son asumidas por la
población, como “evidencia” y como “resultado” del mandato Constitucional. O, en
otra opción de interpretación, como expresión obligadapor parte de un determinado
gobierno; a partir del desarrollo de movimientos sociales, tanto urbanos como
rurales (….en otras palabras: como reivindicación alcanzada, mediante la
realización de movimientos populares que “obligan”, por la vía de la fuerza, a
modificaciones absolutas o transitorias, de programas gubernamentales originales.
Un ejemplo de este tipo de intervenciones y su efecto colateral, tienen que ver con
la agitación y movilización en contra de la propuesta original inmersa en la
modificación del régimen de transferencias, adjunto al Plan Nacional de Desarrollo,
tanto en el gobierno del Presidente Andrés Pastrana Arango, como también el
gobierno del Presidente Álvaro Uribe Vélez. Esto es significativo, en la medida en
que compromete, entre otros aspectos, la participación de las regiones en el diseño
20 Baliero, Marta, “Caracterización del Concepto Urbano en Brasil, Seminario Los pobladores: protagonistas
urbanos en América Latina, Memorias Editorial Lealon, marzo de 1988.
28
y aplicación del gasto público, a partir de las regiones y con énfasis en rubros tan
importantes como la salud y la educación
Para el caso del Distrito Capital, se presenta un efecto de traslación, si entiende
como tal el hecho de que las regiones, simplemente extienden la aplicación de los
conceptos y postulados generales inmersos en la doctrina estatal que orienta a la
gestión social, a la manera de políticas que la desarrollan.
Cabe, entonces, enfatizar acerca de los contenidos en cuanto a la nociónde política
social en un universo de aplicación en el cual está demostrado la vigencia de un
modelo de producción capitalista; acompañado (..por simple derivación doctrinaria)
de un modelo de Estado que navega entre el intervensionismo, como “árbitro
imparcial”por parte del Estado que convoca al equilibrioinstitucional necesario para
poder desarrollar políticas de beneficio común y el dejar hacer entendido como la
libertad ortodoxa derivada de los mecanismodel mercado que actúan como agentes
abstractos y prácticos para el equilibrio. De todas maneras, en uno u otro punto de
referencia, se asume como fundamento y como soporte económico el asunto
relacionado con el excedente económico global, como sujeto plusvàlico, derivado
del desarrollo propio del capitalismo. Entonces, la política social, tiene razón de ser(
en términos de su viabilidad económica) en la figura de la plusvalía presentada por
Marx, a través de mecanismos coercitivos implementados desde el Estado, por la
vía de imposiciones que permiten captar recursos (..a manera de impuestos) . Es
decir, ¡otra vez¡ la figura del equilibrio actúa como soporte para la conversión del
beneficio plusvàlico, en beneficio social, como aplicación de una política de
redistribución; en la cual el entendido de beneficio social adquiere características
diferenciadas, dependiendo de las estrategias y programas inherentes a los Panes
de Desarrollo gubernamentales.
La Política Social y los derechos Las variables trabajadas (… en lo que concierne
a la noción de política social), hasta ahora, suponen la vigencia de un determinado
modelo de Estado, fundamentado en conceptos y/o teorías que implican, tanto a la
29
economía política, como también a las categorías de la filosofía y la ética; como
implicación universal; hasta cierto punto abstractas.
En la intención de precisar y concretar la vigencia de opciones, en esa perspectiva,
he citado (para nuestro caso, en Colombia); la figura del articulo 366 de la
Constitución Política. Se entiende, por aplicación, la vigencia y la pertinencia de
unos derechos consignados; de tal manera que su implementación no es otra cosa
que el cumplimiento de un mandato perentorio; como quiera que la Constitución
Política norma mayor.
Sin embargo, vale la pena resaltar un hecho que, si bien es cierto, pudiera estar
relacionadoo en nexo con ese mandato, adquiere connotaciónpropia y, hasta cierto
punto, independiente. Se trata del derechos (..o derechos) que se promueven y
ejercen como consecuenciade acciones y movilizacionesque involucrana aquellos
sectores no beneficiarios directos del excedente plusvàlico y/o de la tasa de
ganancia derivada del ejercicio económico Capitalista. Es, en otras palabras, la
confrontación entre el poder, como posibilidad y como práctica relacionada con el
control de los medios de producción (..en el lenguaje Marxista) y de la
superestructura en el Estado Capitalista; y los hombres y la franja(..la mayoría ) de
la sociedad no beneficiaria y/o excluida de los beneficios que se derivan del
acumulado plusvàlico.
Así las cosas, entonces, cabe una expresión asumida como hipótesis lógica: las
modificaciones y las transformaciones en lo que respecta a la utilización del
acumulado plusvàlico(-..o del excedente originado en la porción de la tasa de
ganancia absorbida por el Estado, a través de las reglamentaciones impositivas y
sus agentes retenedores), en muchas ocasiones, ha estado (..y estarán)
condicionadas por la realización de acciones de confrontación, por parte de las
organizaciones y/o movimientos de los no beneficiario0s directos; a la manera de
acciones y movilizaciones de masas que reclaman el redireccionamiento de estos
beneficios, que se concretan por la vía de políticas de beneficio social en ámbitos
30
diferenciados; pero que, en fin de cuentes, remiten a opciones relacionadas con la
calidad de vida, màs allá de la simple reproducción de la fuerza de trabajo.
Se configura, a partir de esta hipótesis y para el caso que me ocupa, una posición
que involucra al concepto de derecho al beneficio social; como quiera que se
entiende en nexo con esa porción de la riqueza, construida a partir de la intervención
de los sectores sociales que actúan en el espacio geográfico entendido como país
y/o como Nación. Para no hablar de la aplicación, en este tiempo, de la figura
cercana a la internacionalización o interacción global de los factores (humanos y
materiales) que ejercen como soportes para el desarrollo. La acumulación,
entonces, se asume como inherente a la intervención de esos(as) actores8as) y
recursos materiales; en los términos que ya había advertido Rosa Luxemburgo en
su obra “La Acumulación del Capital. Es conveniente resaltar esta expresión:
La segunda condición previa fundamental, tanto para la adquisición de medios de
producción, como para la realización de la plusvalía, es la ampliación de la acción
del capitalismo a las sociedades de economía natural. El capital necesita que todas
las capas y sociedades no capitalistas se conviertan en compradores de mercancías
y que le vendan sus productos. Parece como si aquí, al menos, comenzase la paz
y la igualdad, el do ut des, la reciprocidad de los intereses, la competencia pacífica
y los influjos civilizadores.”21
Está, en mi interpretación, involucrada una noción similar al entendió de “calidad de
vida”, aún el universo del Capitalismo. Luego, por deducción, se infiere que estoy
hablando de políticas sociales con una elaboración que presupone la presencia de
índices para ser medidas y cuantificadas en lo que respecta a la calidad y a la
cobertura. Es decir, entendidas como derechos propuestos y asumidos, no como
dádivas tangenciales; sino como inmersos en la misma dinámica que propone y
desarrolla la propuesta de bienestar social, como aplicación lógica prevista en la
21 LUXEMBURGO, Rosa, “La Acumulación del Capital”, página 298, editorial Grijalbo, edición 1967
31
teoría de la “reproducción” de las condiciones necesarias para la ampliación de las
fuerzas productivas. Algo así, como condición necesaria para que el capital pueda
reproducirse y ampliarse, con la intervención de los agentes necesarios para ello.
Lo anterior traduce, en consecuencia, que el seguimiento propuesto (en lo que
compromete a la participación e intervención de las mujeres) relacionado con la
política de bienestar social implementada por el gobierno del Distrito Capital,
supone la presencia de una opción para su interpretación; desde una perspectiva
que involucra al significado de calidad de vida y, por esto mismo, al concepto de
redistribución del acumulado plusvàlico, entendido como aquella porción
“apropiada” por parte del Estado (..Incluidos los entes territoriales) de la tasa general
de ganancia originada en el ejercicio inherente al modo de producción capitalista.
El concepto de bienestar y el Neoliberalismo. Ya había expresado antes un
criterio para la interpretación del concepto relacionado con el bienestar, en el
contexto de la intervención del Estado, como institución que aglutina ( en los
términos del Contrato Social) los intereses de los habitantes del territorio nacional;
inclusive como garante de la concreción que adquiere el concepto de Nación. En
esa aseveración presentada, se expresa una interpretación acerca del “equilibrio”
de los sectores sociales , incluido lo étnico y lo racial, como variables que reclaman
y adquieren una presencia efectiva, a partir de la cual se originan conflictos no
resueltos; precisamente en razón a la orientación y a la lógica que subyacen a esa
misma institución estatal.
Retomo, entonces, la cotejaciòn entre la opción del Estado Benefactor anclado en
el beneficio social general a partir de su intervención con políticas precisas, en las
cuales se incluye el direccionamiento de la redistribución de la porción recaudada
de la tasa general de ganancia, al margen de las leyes del mercado capitalista; y
la opción del Estado orientado hacia la aplicación de políticas fundamentadas en el
curso general de esas leyes del mercado y las cuales se asume la posibilidad
32
efectiva de que estas, por sí mismas, conducen al equilibrio social, sin que esté
implicada la intervención estatal en su direccionamiento.
En otras palabras, hice precisión respecto a la metodología propuesta por Amartya
Senn, en mi entendido, como desarrollo de la opción del Estado interventor,
profundizando una línea de interpretación del desarrollo, como agregados en los
cuales queda involucrada la teoría del bienestar general de la población; a partir de
introducir el concepto de nivel de vida digna, màs allá de la simple sobrevivencia.
Me corresponde ahora, insistir en los aspectos de contradicción entre los postulados
fundamentales de la Constitución Política, expresados en sus artículos 1 y 2 , de un
lado y las aplicaciones de sucesivos gobiernos que contrarían esos mismos
postulados, incluyendo agendas de reformas a la Constitución, con el objeto de
facilitar la implementación de esas políticas. Es el caso, a manera de ejemplo, de
los Actos Legislativos a través de los cuales han modificado aspectos como el
Régimen de Transferencias y de los insumos sociales que orientan la elaboración e
implementación del Plan Nacional de Desarrollo, conforme a lo que, originalmente,
había sido establecido en los artículos 150, 200, 339 y 341.
Asumo, en extensión de los criterios que he venido reivindicado como válidos, que
el punto de comienzo para el quiebre de los postulado Constitucionales señalados,
tuvo que ver con la política desarrollada por parte del doctor César Gaviria Trujillo,
en cuyo mandato presidencial se configuró la propuesta de “Apertura Económica”;
la que a su vez, estuvo soportada en la opción de intervención estatal, anclada en
la presunción de que las condicionede libre mercado y librecompetencia derivaban,
por sí mismas, en escenarios de equilibriopara el bienestar general de la población;
puesto que (..en su interpretación) el obstáculo para el crecimiento y desarrollo ,
tiene que ver con el excesivo intervensionismo que se manifestaba,
fundamentalmente, en el sobredimensionamiento del paradigma relacionado con
esa intervención, al momento de definir acerca del bienestar social colectivo y de la
calidad de vida. A partir de ahí, se explica todo el ejercicio relativo a trabajar por “un
33
bajo perfil” de la presencia del Estado y el consecuente desmonte acelerado de esa
incidencia. En este contexto es representativa la expedición de la Ley 100 de 1993,
proyecto que fue liderado (“coincidencialmente”) por el doctor Álvaro Uribe Vélez,
actual presidente y que, antes, había liderado el proyecto que concluyó con la
expedición de la Ley 50 de 1990. en el gobierno del doctor Virgilio Barco Vargas.
Se trata de un hilo conductor que se mantiene y que se ha profundizado.
La expresión Neoliberalismo, en consecuencia, no tiene una connotación
peyorativa. Define, simplemente, esa postura política y económica que le atribuye a
la intervención estatal hacia el beneficio social general y hacia las consecuencias
calamitosas del libre juego del mercado, consecuencias ajenas y en contravìa del
desarrollo económico; le atribuye, algo así como una posición de asfixia y de
obsolescencia, respecto al paradigma del crecimiento económico. Cabe resaltar,
entonces, la esencia de su perspectiva estratégica: el énfasis hacia el crecimiento
económico y la modernización, no puede ser obstaculizado por la implementación
de una intervenciónestatal en términos del beneficio social, a no ser que retracemos
nuestra inserción en la dinámica de los mercados globalizados, competitivos.
..De la participación
Como consecuencia de este tipo de orientación política, económica y social, por
parte de los teóricos y usufructuarios fundamentales del modelo neoliberal; el
Estado adquiere una connotación que desvirtúa su razón de ser como garante del
beneficio social y como propiciador de ese equilibrio dinámico entre los sectores
sociales, con énfasis en la implementación y desarrollo de políticas sociales y
económicos en las cuales la predistribución de esa franja de la tasa de ganancia
que le corresponde (..por la vía de la política y las normativas tributarias), se asume
como recurso efectivo para concretar procesos plenos para el impulso y aplicación
de modelos de intervención en áreas fundamentales como la salud, la educación,
los servicios públicos de alcantarillado, acueducto, energía; en una posición que
reivindique la calidad de vida.
34
Asimismo, como colateral indispensable, este modelo (neoliberal) propone un
entendido de intervención de los asociados (ciudadanos (as), campesinos (as),
grupos étnicos, mujeres, etc.), en el cual, el ejercicio de derechos (por ejemplo, la
participación), se erige como insumo, bien de formalidad y/o como objeto extraño
que, hasta cierto punto, es necesario restringir. Esto explica, entre otras razones, el
hecho de la implementación de propuestas y acciones modificatorias en lo que
respecta al marco conceptual que soporta a los derechos fundamentales y básicos.
Para el caso de nuestro País, es evidente la insistencia de objeciones al ejercicio
de los derechos otorgados por la Constitución Política. Es una dinámica que
reivindica la contradicción entre la teoría de “seguridad del Estado” y el ejercicio de
esos derechos. Un elemento trascendental, del último tiempo, ilustra esa
perspectiva: El Estatuto de Seguridad Democrática y la propuesta hacia la
restricción de la Acción de Tutela prevista en la Constitución Política; con una
argumentación de doble vía: de un lado por sus efectos económicosy, de otra parte,
en alusión a la inserción de procedimientos que lesionan la unidad de mando en la
aplicación de las normas básicas que sustenta al Estado.
Se configuran, en ese contexto descrito, expresiones dicotòmicas, de contradicción
latente y efectiva. Porque confrontan, de manera permanente, las visiones y
opciones libertarias de participación, con las visiones y las opciones de restricción
propias del modelo neoliberal presente en diferentes gobiernos de América Latina
y, particularmente, en nuestro País. Es una confrontación en la cual se exhiben las
contradicciones, tanto en lo que respecta a los recursos económicos y de
infraestructura, al momento de proponer y aplicar acciones que involucran
reivindicaciones económicas y sociales. Adquiere significado, en ese horizonte, esa
interpretación que involucra a los sujetos (hombres y mujeres) en expresiones un
tanto kafkianas, como quiera que es como un “no reconocimiento”, un
“extrañamiento” con respecto al entorno, a la “realidad” a la que invita el modelo,
que pretende imprimir y consolidar como “única verdad” y como “única posibilidad”
35
que tienen que ser asumidas, a no ser que se “pretenda, por parte de los quejosos,
desvertebrar al Estado y …sumirlo en la impotencia.”
El reto (...o lo retos) propuesto (para quienes ejercemos como no beneficiarios (as)
fundamentales), a partir de la implementación de ese estilo, de esa concepción, de.
.esa visión de sociedad, de derechos y de futuro; supone la asunción de insumos
para el cuestionamiento de fondo; lo cual supone (..Por esto mismo) una cercanía
al cuestionamiento político en profundidad. Casi como reconocer que, la “simple”
reivindicación de participación libertaria, por derechos fundamentales y básicos en
salud, educación, recreación...; ya de por si , es constitutivo de herejía y de
“subversión”; como quiera que “ataca”, los cimientos mismos del modelo y de todos
sus efectos colaterales inherentes. Para situarnos en ejemplos recientes, llamo la
atención acerca del sentido que ha adquirido la confrontación a la propuesta del
ALCA y de su símil regional el TLC...o, en un terreno mucho mas parroquial, el
enfrentamiento a la propuesta del “peajito social”, en el territorio Norte cercano en
Antioquia (Copacabana, Girardota, Barbosa); propuesta que se sustenta en (según
el doctor Álvaro Uribe Vélez) “l necesidad de que los pobladores colaboren, se
metan la mano al dril, para ampliar y mejorar la Troncal de Norte..”
..De las mujeres, su participación. Una observación de superficie, evidencia la
asunciónde retos importantes, en un universo de intervención que incluyediferentes
aspectos. Es importante resaltar, por ejemplo, el desarrollo de actividades
relacionadas con la confrontación a los motivos que sustentan al desplazamiento
forzado y a las desapariciones. Es tanto como si las acciones de movimientoscomo
los de las Madres de la Plaza de Mayo, en Argentina, hubiera permeado a las
mujeres, como madres, como esposas, como compañera en unión libre; de tal
manera que les ha permitido alcanzar niveles de confrontación que han trascendido
la formalidad de la denuncia. Se han convertido, sus organizaciones y sus acciones,
en insumos aleccionadores. Porque, entre otros aspectos, han permitido dilucidar
esos elementos ideológicos y políticos de profundidad, que recorren
transversalmente a los contenidos de la política de “contención a la subversión” que
36
está en la base las proclamas gubernamentales. Inclusive, ha permitido localizar el
nexo “no visible” entre la denominada “autoridad pública oficial, militar, de policía
y...todos sus afines al servicio de la defensa del Estado”, cono aquellos actores que
efectúan esa “contención”, por la vía de castigar con la muerte, la desaparición, las
torturas..etc., a quienes suponen (..!Ellos!, claro está) que tienen nexos con la
subversión armada y no armada. Porque, en mi opinión, se mantiene el soporte
conceptual básico originado en la didáctica de la “guerra de baja intensidad”,
auspiciada por los militares Norteamericanos a través de la Escuela de las
Américas; según la cual la “contención” debe efectuarse, actuando sobre los sujetos
(hombres y mujeres), que puedan influencia acciones hacia la desestabilización;
aún en escenarios de intervención política legal (como en el caso de la Unión
Patriótica). Porque, aquí en esa didáctica ideológica, lo que cuenta es el soporte
teórico conciente que pueda originar acciones generalizadas..”Subversivas”.
Me parece relevante, presentar un aparte de lo expresado por el profesor Francisco
Leal Buitrago, en su texto “El Oficio de la Guerra”, a propósito de las realizaciones
en la política de seguridad, por parte del gobierno del doctor César Gaviria Trujillo,
Es conveniente aclarar, eso sí, que la investigación del profesor Leal, se efectúa en
un contexto que supone (..Según los objetivos mismos de la investigación),
desagregar la información, de tal manera que pueda se pueda acceder, de manera
objetiva, a los insumos necesarios para balancear la política general de seguridad
nacional. Veamos:
Por otra parte, y eso es lo negativo, el Gobierno se dejó desbordar por la
intransigenciaguerrillera, colocándosea su mismonivel al dar prioridad a los medios
militares sobre los políticos e incluso violando los derechos humanos. El ejecutivo
disimuló su actitud guerrerista escudándose con el fortalecimiento de la justicia
brindado por el uso del estado de excepción constitucional y el manejo “eficientista”
por parte de la Fiscalía de la política de sometimiento a la justicia. En tales
circunstancias, al debilitarse los recursos políticos oficiales, el Gobierno perdió la
capacidad de avanzar en la formulación de la política estatal de seguridad y, màs
37
grave aún, , dio aliento a militares y policías para continuar con la iniciativa del
manejo armado del orden público, cuyo subproducto es la constante violación de lo
derechos humanos. Los mayores recursos para la seguridad y la ampliación de
efectivos de la fuerza públicase convirtieron en la panacea para sustituir la ausencia
del Estado en las comarcas y los quehaceres ciudadanos..22
En esa intervención de madres, hijas, esposas, compañeras en unión libre,
aparecen momentos y signos que pueden interpretarse, con limitantes apenas
obvias, como el acercamiento a posiciones concientes; en donde la condición de
sujeto autónoma, se exhibe, trascendiendo, “superando” la dominación masculina.
Porque, supone una mirada, un recorrido y una interpretación de los hechos, con un
método diferente. En el cual se descubren fortalezas, se consolida una visión de lo
sensible, como punto de comienzo para entender, en adelante, asuntos de mayor
complejidad; como quiera que el derecho a la vida, adquiere presencia y sentido, a
partir de establecer una contradicción entre este derecho inalienable y los
postulados básicos de la política de seguridad nacional. En este sentido es
aleccionadorala experienciay el nivel de participaciónadquirido por organizaciones
de mujeres como las que se han originado y desarrollado en el Magdalena Medio,
particularmente, en Barrancabermeja.
Quiero enfatizar, con esto, acerca de la significación particular que adquiere el
concepto de participación (...ya lo expresé arriba), en un escenario en el cual la
doctrina de seguridad nacional, promovido desde los gobiernos que se reclaman
como portadores de esa teoría y prácticas relacionadas con una intervención del
Estado como agente que debe garantizar el libre juego del mercado y,
colateralmente, achicar su participación en las actividades susceptibles de ser
asumidas por la empresa privado.. o, al menos, con una visión gerencial, en donde
22 LEAL BUITRAGO, Francisco. El Oficio de la Guerra, página 176, TM editores-Iepri, primera edición,
julio 1994.
38
la racionalidad y la eficiencia son entendidas como garantía plena para avanzar en
un diseño moderno del Estado que propicia la injerencia de la metodología y los
horizontes propuestos desde la perspectiva reguladora en beneficio de esa política
de expansión del capital; aún en países comoel nuestro (..y todos los dependientes)
en donde el desarrollo de las denominadas fuerzas productivas, ha sido atrofiado
por el control y la división del trabajo impuesto por Estados Unidos y Europa. Este
énfasis supone colocar un insumo importante para proponer una reflexión en torno
a esa participación femenina en diferentes procesos. Porque, entre otros efectos
colaterales, el modeloimpuesto, supone reivindicarprácticas económicasderivadas
de ese estilo de gestión y de nexo con organismos internacionales de financiación,
que ejercen ( a su vez) como orientadores del rumbo que debe mantener el manejo
económico gubernamental. Esto explica, a manera de ejemplo, la intervención del
Fondo Monetario Internacional en el diseño de las políticas fiscales, en la
perspectiva de disminuir el componente relacionado con el gasto social, en el
diseño y aplicación presupuestal; a màs de la definición de horizontes
macroeconómicosque deben ser mantenidos, independientementede su incidencia
en la pauperización generalizada de la población.
Una de las consecuencias derivadas de la política económica desarrollada para
mantener los equilibrios macro necesarios; tiene que ver con el decrecimiento
tendencial del gasto público hacia el beneficio social. Esto, a su vez, se concreta en
la profundización de las contradicciones entre esa política y los postulados
Constitucionales ya referenciados y que establecen la obligatoriedad del Estado y
de los gobiernos concretos, en el sentido de asumir la responsabilidad de
estrategias y programas de contenido social y económico que beneficien a la
población vulnerable. Recabar acerca de esa contradicción entre Derechos
Constitucionales y el realismo económico y político; permite entender ciertas
dinámicas y características que adquieren la participación de las mujeres, al
momento de concretarse acciones inherentes a la defensa de esos derechos, en
áreas como la atención a los niños y a las niñas; así como su intervención en
actividades comunitarias generales, en las cuales adquiere un perfil alto e introduce
39
elementos de diferenciación con respecto a los hombres; sin que esta afirmación
pueda entenderse como aseveración, en el sentido de la plena conciencia de su rol,
en la perspectiva de género, como se proclama desde sectores de mujeres en la
academia y/o en espacios en donde predomina la reflexión con el soporte de
insumos teóricos que no son visibles y concretos para muchas mujeres que actúan
en la cotidianidad, que las convoca a mantener referentes inmediatos y prácticos
sin ese “deslinde” entre simples acciones puntuales y lo conciente, en su condición
de mujeres que deben aspirar a ejercicios libertarios màs allá de estas. Entender
esta forma de dicotomía, va a permitir una lectura crítica de los resultados obtenido
en la investigación precisa, acerca del significado que adquiere la participación de
las mujeres adscritas a Fundac; de su visión e interpretación de las políticas
propuestas y desarrolladas por el Gobierno Distrital, hacia los niños y las niñas y la
población adulta vulnerable, en deferentes zonas de la geografía física y política
Distrital.
A manera de corolario transitorio: Esta indagación acerca de la participación de las
mujeres, en un escenario en el cual se aplica con todo rigor las diferentes políticas
derivadas del modelo neoliberal; me permiten llamar la atención en torno al
contenido de esa intervención; entendido este (...el contenido) como lo conciente
que ejerce en condición de agregado no circunstancial e inmediato; sino como
agregado que trasciende a ese quehacer y lo sitúa en posiciónde referente, un tanto
como paradigma, en todo el proceso. Esto me permite establecer, como posibilidad
efectiva, una perspectiva política en la cual pueda hacer fusión esa disponibilidad
práctica, inmediata; con los insumos teóricos propuestos y desarrollados en
aquellas actividades en donde la condición de género, es reivindicada en términos
de propuesta libertaria; en la cual la diferenciación trasciende a lo estrictamente
biológico y, por lo tanto, insinúa aspectos como la vida afectiva, la equidad, la
convivencia, la sexualidad, etc.
Las mujeres, su intervención. América Latina; Colombia. De los referentes teóricos.
40
He venido desarrollando una interpretación, en términos del significado que
adquiere la intervención de las mujeres en la realización de movimientos sociales y
políticos. Tal vez el aspecto exhibido con mayor énfasis, tiene que ver con la
dicotomía entre aquellosroles asumidosde manera simpley espontánea y aquellos
que trascienden esa característica; en razón a que suponen una posición conciente
en la cual hace presencia esa figura denominada (...a veces de manera peyorativa)
identidad como sujeto para sí.
Lo anterior implica el manejo de expresiones relacionadas con el concepto de
referentes teóricos, en el proceso de participación. Uno de los elementos señalados
arriba, tiene que ver con el horizonte propuesto a manera de bitácora. Este es el
caso, a manera de ejemplo, de la intervención en escenarios en los cuales, si bien
es cierto aparece con claridad el objetivo que se pretende, este no puede ser
entendió como la asunción de posiciones que transgredan la posición
predominante, en lo que esta tiene de yunta que impide la reivindicación libertaria
plena; al menos en lo que hace referencia a desinhibir a las mujeres de aquellos
agregados culturales que minimizan su expresión como género y como sujeto.
Mi interpretación conlleva a establecer diferencias fundamentales, al momento de
analizar e interpretar la participación de las mujeres en el inicio y desarrollo de
movimientos sociales y políticos. Es tanto como entender que esta puede (...y de
hecho se ha dado) , sin que la misma implique una acción conciente en lo que
respecta a la identificación de su rol como sujeto pleno en derechos, que puede y
debe reclamar el reconocimiento de su autonomía. Algo así como entender esa
intervención como interacción plural, en cuanto los objetivos ejercen como
condicionantes. Esto traduce un tipo de participación condicionadapor esos mismos
objetivos y en donde no existe lugar para la libertad, entendida como horizonte en
si mismo. En otras palabras, es una figura asimilada ese tipo de acciones en las
cuales el punto de comienzo y el resultado aparecen como simple yuxtaposición de
opciones diferentes que coinciden, de manera transitoria, con respecto al objeto que
origina la necesidad del movimiento.
41
Este es el caso, a manera de ilustración, de la participación de las mujeres en
movimientos sociales relacionados con la vivienda, la educación, la salud, etc.
Inclusive, en procura de una tipificación con respecto a movimientos originados en
aspectos relacionados con los conflictos asociados a la guerra; aún en aquellos en
los cuales la iniciativa y los objetivos, ha estado en cabeza de mujeres (como el
caso de los movimientos en contra de las desapariciones forzadas y el
desplazamiento); su rol no implica el reconocimiento de su condición autónoma, ni
libertaria.
Sin embargo, no pretendo desconocer la participación cociente originada en
determinadas franjas de las mujeres, que proponen y desarrollan movimientos
estrictamente relacionados con su identidad de género, con repercusiones
asociadas a la misma. De lo que se trata, para el caso que me ocupa, es de precisar
términos de referencia, en cuanto a significado y alcance; en la aplicación de un
método que introduce, insisto en esto, la diferenciación de los movimientos,
introduciendo una tipificación necesaria, al momento de evaluar perspectivas y
resultados.
El caso de América Latina. En algunos de los casos presentados, en desarrollo de
este trabajo, he hecho referencia a algunos movimientos sociales en América
Latina. Es el caso de las citas de texto e interpretación efectuadas, a partir de
algunos de los trabajos presentados en el Cuarto Seminario Internacional de
CEHAP – PEVAL, realizado en la ciudad de Medellín entre el 7 y el 11 de abril de
1986. Como se puede observar, revisando las acotaciones, es notoria la
preocupación en cuanto al nexo entre los objetivos de algunos movimientos y el
alcance que adquiere la ausencia de lo conciente como insumo necesario, al
momento de promover transformaciones de fondo que trasciendan a la sola
expectativa y/o realización reivindicativa. Esto para no hablar de que los sujetos
protagónicos aparecen diluidosen esos mismosobjetivos. Es relevante señalar, en
aplicación estricta del concepto de variación de las condiciones en el tiempo y en
42
los escenarios, que ha habido modificaciones relativas importantes, en cuanto al
alcance, los objetivos y los roles. Sin embargo, queda claro que persisten niveles
(...tal vez los fundamentales) de participación en los cuales se reafirman las
condiciones de no-identidad que permiten la permanencia de las condiciones de
dominación las que, a su vez, profundizan la segregación. Esta afirmación no es
otra cosa que reconocer las limitaciones propias de los movimientos sociales, en
cuanto no implican, necesariamente, una opción de poder hacia la desarticulación
y eliminación de las condiciones de dominio prevalecientes.
Con ese mismo horizonte como referente se ha desarrollado la participación de las
mujeres. Inclusive, en el caso de Argentina, el movimiento liderado por las mujeres
en denuncia de las desapariciones durante la Dictadura Militar, a partir de 1976
(Madres de la Plaza de Mayo); a pesar de promover y desarrollar expresiones en
contra de las acciones represivas de los militares, el hecho se circunscribe al
espectro relacionado con las desapariciones forzadas, particularmente de hijos e
hijas. Es claro, eso sí, que el mismoimplicala asunción de una posiciónpolítica que
trasciende la intervención reivindicativa simple; en razón a que deriva en el
cuestionamiento del poder y, aún hoy, se convierte en referente para la defensa
conciente y consecuente de la democracia, y de los Derechos Humanos. A partir
de los postulados originados en ese movimiento, se han inspirado y desarrollado
acciones similares. Es el caso de los movimientos de mujeres en Guatemala, El
Salvador (...en el tiempoanterior y posterior al derrocamiento de Anastasio Somoza,
por parte de Frente Sandinista de Liberación Nacional) y Chile.
El caso de Guatemala; así como en Méjico, adquiere una connotación adicional,
habida cuenta de las condicionesde profunda segregación haciala poblaciónnativa
(indígena). Además de las características dramáticas relacionadas con la
discriminación de las mujeres y de su utilización, por parte de sectores
gubernamentales y civiles, para proveer el mercado infame de jóvenes para surtir
prostíbulos y mano de obra en oficios emparentados con el esclavismo y el
feudalismo. Basta recordar, para el caso de Guatemala, la descripción realizada por
43
Miguel Ángel Asturias en “El Señor Presidente” y “El Papa Verde”, para efectuar
análisis e interpolaciones con respecto a la situación actual. Para el caso de Méjico,
es ilustrativa la situación de las mujeres en Tijuana.
El caso Colombia. Antes he referenciado algunos ejemplos de participación de las
mujeres en movimientos sociales. Me permito recordar, asimismo, el análisis
propuesto en términos de los derechos Constitucionales relacionados con la
participación ciudadana, particularmente con el énfasis acerca de la reivindicación
de derechos para las mujeres.
Me corresponde, ahora, enfatizar en torno a algunos aspectos que pueden ejercer
como referentes, en cuanto a la connotación teórica y política. Pretendo un
seguimiento y análisis de los diferentes movimientos organizados y dirigidos por
mujeres, para enfrentar algunas de las repercusiones más dramáticas del conflicto
armado interno: el desplazamiento y las desapariciones forzadas. En mi opinión, la
cotejación de algunos elementos exhibidos en ese proceso, con las variables
relacionadas con la identidad y lo conciente; permiten extraer conclusiones
importantes que contextualizan el objeto de este estudio.
La intervención de las mujeres en la promoción y construcción de organizaciones,
en algunas de las zonas más afectadas por el conflicto armado, ha tenido un soporte
preciso: denunciar el desplazamiento forzado de que son objeto las comunidades
de mujeres (incluidas las niñas), y hombres (incluidos los niños), en los diferentes
grupos etéreos; así como reclamar la intervención gubernamental (nacional,
departamental y municipal)en la soluciónde los problemasderivados a partir de ahí
y la restitución de las condiciones que permitan revertir el proceso de
desplazamiento. De otra parte, algunas de estas organizaciones, asumen también
la denuncia de las desapariciones forzadas y los asesinatos de mujeres, hombres,
niños y niñas, como consecuencia directa de ese mismo conflicto.
44
Me convoca, sin que esto implique el desconocimiento de otras organizaciones de
mujeres, la labor realizada por la organización que agrupa a las mujeres del
Magdalena Medio, particularmente en Barrancabermeja. Tal vez por su itinerario,
por los hechos que les ha correspondido enfrentar y, como efecto colateral, por el
proceso que han construido. Esto ha permitido trascender la denuncia inmediata,
para asumir posiciones de fondo, como quiera que han ejercido como punta de
lanza en el cuestionamiento de los beneficiarios directos de la guerra y del poder.
Todo esto, a partir de introducir aspectos de identificación y de análisis en torno a
su rol como víctimas directas o indirectas. Podría decirse, entonces, que se asumen
como sujeto individual y colectivo que reivindican su visión y caracterización del
conflicto y, como derivación, actúan en contra del mismo, por la vía de reclamar
derechos asociados a los Derechos Humanos, el Derecho Internacional
Humanitario. Esto supone, a la vez, exigencias en cuanto a la eliminación de las
acciones y las condiciones que originan el desplazamiento y las desapariciones.
Asimismo, conlleva a reivindicar (en la lógica misma del sistema económico y
político vigente) la concreción de derechos como vivienda, trabajo, salud...plena y
cumplida justicia.
En este caso, a pesar de de avances en torno a la identidad en cuanto a la condición
de género, se inhibe de manera relativa su autonomía en lo que corresponde a su
plena identidad, como sujeto, que reclama libertad y equidad. Lo anterior, en razón
a que opera en sus acciones, como dirigente de un proceso que involucra diferentes
opciones y objetivos; todos relacionados con los efectos directos y colaterales del
conflicto armado. Supone no trascender, en estricto, a esas acciones; ni implicarse
como sujeto con identidad de género, que pueda acceder a expresiones que
contraríen a la subyugación originada, inclusive, en aspectos diferentes al conflicto
mismo.
Llama mi atención, también, organizaciones como la liderada por la señora María
Eugenia Zabala (ganadora del Premio Mujer Cafam 2004). Mi inquietud, sin dejar
de lado el necesario reconocimiento a su tenaz labor, está relacionada con el tipo
45
de paradigma que se construye a partir de su experiencia. Esto, a pesar de que sus
acciones y la organización que lidera, se originan en hechos similares a los que
originaron las acciones y organización de las mujeres del Magdalena Medio
(veamos su relato: “... Mi hijo fue el primero en morir - sic - , porque esos hombres
llegaron pidiendo la cédula y él estaba con otro muchacho. Jorge les dijo que no
tenía la cédula y ahí mismo lo quemaron vivo. Al otro muchacho como que se le
reflejó la muerte, estaba blanco, cadavérico. El fue la siguiente víctima.23
Sin
embargo, en mi interpretación, los efectos de esas acciones(...las de María Eugenia
Zabala), derivan en opciones diferentes, en cuanto que es evidente el manejo de
los conceptos y la caracterización del conflicto suponen un entendido en el cual los
niveles de cuestionamiento y de identificación del soporte y componentes del
mismo, son diferenciados. De un lado, en el caso del Movimiento de Mujeres del
Magdalena Medio, existe la certeza de los factores que originan el conflicto y de los
agregados posteriores que lo profundizan. De otro lado, en el caso de la
Organización liderada por María Eugenia Zabala (El Valle Encantado), aparece una
vivencia dramática, a partir de la cual surge la necesidad de implementar acciones
de reparación que permitan acceder a soluciones en términos de vivienda y
manutención.
No se trata, de mi parte, introducir el análisis y diferenciación teórica que remitan a
la minimización y/o desconocimiento de la opción propuesta por María Eugenia
Zabala; simplemente pretendo ubicar perspectivas derivadas de esa diferenciación,
a partir de entender que postulan y realizan dinámicas disímiles.
Lo cierto, de todas maneras, es la vigencia del método que permite asumir posición
con respecto al alcance y profundidad que adquieren los movimientos sociales.
Esto, de por sí, permite identificar y valorar la presencia de lo conciente, como
agregado que introduce una u otra perspectiva. Para el caso analizado aquí, cabe
la aseveración: no todo movimiento social liderado por mujeres tiene la connotación
de género, en términos de su identidad y autonomía. Ese perfil (.. en cuanto a
23Entrevista a María Eugenia Zabala. Revista Cafamilia, edición No. 99, abril-mayo 2004, página 4
46
reivindicar la identidad de género, en plena autonomía que permita la interacción,
sin perder su referente), se adquiere en razón a un agregado conciente. Acceder al
mismo supone, entonces, la presencia de elementos de análisis y reflexión, por
medio de los cuales es posible establecer la separación pertinente. Algo así como
entender el proceso que compromete a las mujeres en su condición de género,
como resultado de una sumatoria compleja de agregados conceptuales, adquiridos
a partir de de una abstracción relativa con respecto a la experiencia inmediata; de
tal manera que permiten una elaboración que trasciende a la motivación originaria
y se convierten en soporte para proponer y realizar opciones de mayor profundidad,
transformadoras. Esto supone rupturas con esquemas y paradigmas.
De lo que se trata, en consecuencia, es entender y contextualizar la participación.
No toda participación, individual y colectiva, origina insumos para modificar
procesos, o escenarios, o realidades transitorias asumidas como válidas. La
transformación es una opción que requiere de calidades especiales en el liderazgo
y definición de objetivos. Requiere asumirse como sujeto individual y/o colectivo, a
partir de cierto ejercicio de abstracción que permita el análisis y construcción de
alternativas; en una lectura clara del entorno, de los objetivos propuestos y de los
condicionantes…”24
3. La hermana María Helena.
“…Cuando Isolina Girardot despertó, el día primero de abril de 2025, recordó lo
sucedido el día anterior.
Estuvo con Isabel Pamplona, en Anápolis, ciudad siempre acogedora. Uno de los
aspectos más importantes, hacía referencia a la manera de abordar la doctrina de
la libertad. Doctrina inmersa en vacíos conceptuales. Algo así como entender su
dinámica, anclada a la teoría de “vista atrás”.
24 Cano R., Fabiola: “…de uno de esos sueños premonitorios”
47
Es decir, una reiteración en torno al hilo conductor: por más que avancemos en el
discurso libertario, navegamos en el remolino de la repetición. Significa desandar,
por lo menos en la noción de asumir los hechos, en un contexto de cotidianidad,
agresivo.
Ya Isabel le había advertido a Isolina sobre las consecuencias relacionadas con la
depravación vigente. Los malos tratos recibidos avanzaban exponencialmente.
Inclusive, Isabel, hizo referencia a la cantidad de momentos vividos bajo el énfasis
de los textos producidos. Textos que relacionan la libertad con esquemas
discursivos. Unos esquemas de fulgurantes palabras huecas.
De hechos formales. Inclusive le recordó lo sucedido el 8 de marzo anterior. Cuando
enfrentaron la fatiga de los escenarios y de las intervenciones alusivas a la mujer.
Como ícono, en constante crecimiento. Una forma de respaldar la interpretación de
los aportes, en términos de epopeyas vinculadas con la defensa de si mismas en la
ciudad, en el campo, en el hogar; utilizando un lenguaje impúdico. Una reflexión
atada a la globalización. Un contexto en el cual se vulneraba la emancipación, por
la vía de utilizar ese referente, como doctrina soportada en la superficialidad;cuando
no con una variante perversa del homenaje a las madres, de por si degradado,
absorbido por la literatura y las prácticas inveteradas. Como aquella de hacer
coincidir afecto y respeto, con la oferta de mercancías.
No obstante, en esa referencia, Isabel postuló la posibilidad de rehacer el concepto
de libertad de las mujeres. Tal vez, volver al origen de la declaración primera. Esa
derivada de las obreras y las mujeres libertarias, cuando yo erigieron la lucha
autonómica, soportada en la dignidad, contra los atropellos, contra la asimilaciónde
sus reivindicaciones, a simples acciones cautivas de la lógica de una sociedad
absolutamente centrada en la opción de la ternura como la implicación de las
mujeres en el proceso orientado por el rotulo: nacieron para ser madres. Esa huelga
de las mujeres obreras en una empresa de Estados Unidos, en 1910, constituye
Cuando fui conciente de lo que significa conocer a alguien
Cuando fui conciente de lo que significa conocer a alguien
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Cuando fui conciente de lo que significa conocer a alguien

  • 1. 1 Cuando fui consciente de lo que significa conocer a alguien, digamos que conocí a Adelina, mi madre. Ya lo había dicho, tuvo una relación de pareja con el negro Eugenio Cano. También ya lo sabía 2. De Adelina, la madre. Del tío Manuel y del tío Luciano, llamado el bobo. Dicho, asumió la sumisión como herencia. No podía esperarse nada diferente. Era algo así como la secuela fundamental y necesaria. Porque ella, mi madre, tenía extirpe de mujer sumisa. Como casi todas nuestras mujeres. Hasta cierto punto fui yo misma. Y no es un decir al garete. Es una precisión en términos históricos y culturales. Adelina había vivido, allí mismo en ese espacio geográfico que fue mi cuna. No tengo claro cómo conoció al negro Eugenio Cano. Lo que si tengo claro, ahora, es que vivió al lado de él. Como todas las mujeres, sin ton ni son. Como si la vida pasara en condiciones opuestas a la felicidad, a la pasión, al goce. Estas dos palabras, de por sí, son y siguen siendo heréticas. Porque pasión y goce son sinónimos de libertad y de conocimiento. Ella, Adelina, abrió las piernas…y listo. Algunas, inclusive, ni siquiera eso. Se las abrían a la fuerza. Lo demás ya es conocido, la preñez. Y el parto. Y nació María Helena. Y nací yo. Y el negro Eugenio, como si nada. Porque lo suyo no fue nada diferente a entender que era ella, Adelina, la del problema. Yo, tal vez decía Eugenio, no tengo nada que hacer. Solo trabajar, de vez en cuando, y jugar lo ganado, en ese juego de la vida en donde yo siempre perdía. Pero que importa si pierdo lo que gané trabajando. Al fin y al cabo, Adelina sabrá qué hacer con las nenas. Tiempo absolutamente difícil para mi madre. Ella, ni siquiera tuvo el acceso escolar que tuve. Su infancia fue mucho más precaria que la mía. Casi sin saber leer ni escribir. Absorta en los vericuetos propios de la vida en Titiribí, veinticinco años antes que yo. Es decir, estamos hablando de 1908. Comienzo de siglo. Azaroso. Aquí, en este terruño, se vivieron momentos tenebrosos. Todavía, el municipio, era
  • 2. 2 referente aurífero. Tal vez el abuelo materno, nacido en 1880, había vivido la otra parte. Es decir, aquellos momentos en los cuales las transferencias visuales y conceptuales eran mucho más proclives al engaño y a la concreción vinculada con la doble moral absoluta de aquel medio siglo imbécil, en el cual se aplicó el concepto bastardo del ir y venir anclado en la ignominia de saber que éramos descendientes de héroes, pero que, en sí, no éramos otra cosa que la congoja inherente a la dicotomía. Entre radicalidad y perversión política y social. Una especie de sujetos históricos sin horizontes. A no ser aquellos en los cuales ejercíamos como vituperarios. Como simples expresiones de lo gris infinito. Un gris construido a partir de no cuestionar. De no incidir como propuesta anclada en el subversión. Como simples herederos de la confrontación constante. Que aquí. Que allá. Que tal vez. Que, de pronto. Que…En fin una indecisión real, potencial y latente. Como sumisos guerreros que perdieron su perspectiva. Ya habíamos olvidado lo de Bolívar. Lo de Santander estaba ahí. Como construcción jurídica estatal. Como insumo latente. Que convocaba a precisar la noción de la ley y del derecho en lo concreto. Un Santanderismo acucioso. Vinculado a la noción de ley y de derechos y de obligaciones; sin posibilidades de concretarse en términos precisos. Un Santanderismo mezquino; por lo mismo que no lo entendíamos. Es decir, una percepción de la confrontación Bolívar-Santander, apenas si efímera, tangencial; casi pervertida. Ya, entonces, el abuelo materno, podía haber sido o no consciente de lo que implicaba y soportaba a su entorno inmediato. Lo cierto es que, aun así, su familia, era lo que yo fui después: una sumatoria de cifras perdidas, olvidadas. Una expresión tanto o más ausente de verdad, como lo fueron los sueños de la madre de mí abuelo. Sueños un tanto proclamados como simples expresiones de presencias simples. Vidas alrededor de la tierra, como suelo que produce. Inmediatez que habla de la caña de los platanales. Alrededor de las minas. Oro que estuvo ahí, desde antes de todos nacer. Ahí. Como expresión de lo que existe. Al margen de lo que somos o queremos ser. Una herencia cultural que fue saqueada. Por los que vinieron y se fueron…y volvieron a saquear y a saquear…Hasta que se
  • 3. 3 acabó. Pero, ahí, las plataneras y los cañaduzales de la panela el padre de Adelina, ahí. Trabajando por lo bajo. Es decir, en el día a día. Sinentender la dinámica propia del Capital. Sin entender el naufragio económico de España. Sin entender el centro- poder Inglés, ni del Imperio en ciernes. Ya, ahí cerca, en Fredonia, se vivían momentos así:”…Las precondiciones para el auge del cultivo del café se dieron en Antioquia, y específicamente en la zona de Fredonia, el siglo XIX con el proceso de colonización de la frontera, por parte del campesinado libre, migrante, de origen español, mestizo o negro, que buscaba tierras cultivables para establecerse. Esta colonización, promovida en parte por el Estado, así como vinculada a intereses mercantiles, hizo posible la formación de un campesinado medio en la zona, al tiempo que fortaleció la expansión de las haciendas. Muchas veces, las familias de campesinos que iban abriendo la selva fueron financiadas por el capital mercantil que proveía a los colonos con bienes de consumo hasta que se establecían como agricultores. Pero el endeudamiento de los colonos permitió al capital mercantil acaparar las tierras. A medida que llegaban más colonos en busca de tierras, sin medios de subsistencia, las haciendas fueron captando la mano de obra disponiblepara su propia expansión. Así se dio el proceso por el cual las tierras eran dadas a familias campesinas para desmontar y sembrar sus cultivos por varios años hasta que el hacendado se apropiaba de ellas para la producción ganadera, moviendo la familia campesina más adentro de la selva. Como en otras zonas del país, recayó sobre la familia conquistar la naturaleza, dando paso a la futura expansión agrícola y ganadera, y por tanto a la acumulación de la clase dominante. En la época de 1870 se empezó a producir café, principalmente en las haciendas grandes. Parece que la iniciativa en el cultivo partió de la clase terrateniente, pero rápidamente se incorporó a la producción de unidades campesinas, tal vez por la
  • 4. 4 baja técnica y la escasa inversión requerida, dadas las tierras aptas para el cultivo…”1 De mi parte, es apenas obvio, no existía ninguna fundamentación teórica. Simplemente una visión un tanto intuitiva. La transcripción del texto de la investigación liderada por la profesora Magdalena León, es producto de mi itinerario posterior. Como cuando una accede, pasado el tiempo, a conocimientos que le permiten rastrear el pasado. Y no “el pasado efímero” al que le canta Serrat. Más bien es la referencia a ese tiempo pasado que viví en compañía de mi madre Adelina, del tío Manuel y del tío Luciano. Ya dije que el abuelo materno vivió en la segunda mitad del siglo XIX y el primer cuarto del 1siglo XX. Las alusiones, que se perciben en esta parte de mi escrito, a las pugnas relacionadas con el poder político, constituyen una asociación de ideas construida a partir de lo que denomino esa percepción de la vida y que, después, adquiere una connotación de mucho más talante, habida cuenta de mi ejercicio político y sindical posterior. En este contexto, cito el texto de la profesora Magdalena, así: “…Aunque los comerciantes antioqueños habían incursionado durante el siglo XIX en el comercio mundial exportando quina y tabaco, Colombia no había logrado desarrollar una producción con arraigo relativamente estable en el mercado internacional. Exiliado en Guatemala, uno de los representantes de la burguesía comercial antioqueña, Mariano Ospina Rodríguez, escribía a su amigo Julián Vásquez, minero, comerciante y, posteriormente terrateniente, sobre las grandes utilidades que allí producía la siembra de cafetales. Fueron estos señores quienes iniciaron el cultivo de café en Fredonia, donde los terrenos según se sabía, eran muy propicios para tal industria. La mentalidad empresarial con que se iniciaron los primeros cultivos de café en la región, no solo se denota en los propósitos 1León de L., Magdalena. “Mujer y Capitalismo Agrario”. Asociación colombiana para el estudio de la población; primera edición 1980, página 34
  • 5. 5 claramente expresados de que ello constituiría una rentable inversión con un mercado asegurado para la producción, sino en el empleo de una tecnología moderna para el cultivo y una maquinaria que agilizaba el proceso de beneficio. En las primeras décadas del siglo XX Fredonia se destacó en Antioquia como una importante zona cafetera. Sectores de la burguesía comercial antioqueña hicieron una amplia difusión del cultivo y muchos de ellos, que ya poseían haciendas ganaderas en el suroeste, dedicaron parte de sus terrenos al cultivo del grano. La introducción del cultivo no desplazó la actividad ganadera, más bien contribuyó a conformar el peculiar complejoagrícola ganadero en cuya alta productividad insiste Ospina Vásquez. Así, las tierras cafeteras abandonadas durante los periodos en que se deprimen los precios del café, pueden ser rápidamenteadaptadas para la ganadería, aminorando el impacto de las pérdidas de la producción cafetera para el hacendado…”2 Lo cierto es que yo estuve ahí. En una casa heredada por vía materna. Lo mío era vivir esa infancia de mujer ya cifrada, ya vinculada culturalmente a las condiciones de dominación vigente en un país profundamente machista. Una infancia en la cual Adelina estuvo vigilante. No tanto porque ella tuviese una posición de autoridad conciente, en términos de conocimiento de causa y/o de aplicación de conceptos elaborados. Más bien era ese tipo de vigilancia inherente a las condiciones generales de participación en los procesos de un tipo de familia patriarcal en el cual las mujeres no hacían otra cosa que estar ahí expectantes. Pero, también, adscritas a un desenvolvimiento como de partitura preestablecida. En una familia establecida y en la cual el negro Eugenio no era otra cosa que un macho vinculado a procesos de producción agrícola limitados y de los cuales derivaba su salario; pero que él asumía como extensión de sus condiciones y posibilidades de dominación sobre Adelina y sobre “la otra” de la cual hablaba Adelina, haciendo alusión del hecho de que mi padre tenía una (…o varias) relaciones furtivas. Ya dije que él, Eugenio Cano, a más de ser bebedor, dedicaba mucha parte de su tiempo libre al juego de 2León de L., Magdalena, Ibíd.
  • 6. 6 cartas y al oficio de apostador en riñas de gallos. Una especie de trabajador asimilado a lo que se denomina (expresión acuñada por el marxismo) lumpen proletario. En ese contexto, los rituales de Adelina, no eran otra cosa que estar ahí y cocinar y enhebrar y vigilar a sus hijas y3 responder ante el tío Manuel (su hermano) por el manejo laborioso de la casa. Una Adelina Restrepo que siempre asumió como profesión marginal de subsistencia el oficio de lavandera; bien fuera a domicilio o utilizando la casa de la familia como sitio de trabajo. Esto le permitió una relativa emancipación con respecto a Eugenio Cano. Y yo seguía ahí. Como sujeta de mil y un hechizos. Como partícipe de ese proceso cultural que desde mucho antes de yo nacer estaba vigente. La religión era y ha sido uno de los referentes mayores. Con su peculiar manera de condicionarnos, particularmente a nosotras las mujeres. Con un extravío de la vida plena. Convocada a ser simple réplica de las de antes y de las que vendrían después. Ese tósigo que me conminaba a ser prudente, a ser virgen de eternos sueños. Todo a pesar de que la sexualidad como posibilidad latente de convocar al deseo y a la pasión, también estaba ahí. Unos sueños casi enfermizos. Una combinación de “lo bueno” y “lo malo”; esa lucha que ha estado ahí. Como opuestos. Como en casi todo. El día y la noche; el frío y el calor; la verdad y la mentira; etc. “…El intento por canalizar los poderes mágicos desembocó en la necesidad de socializar a los africanos dentro de los márgenes culturales occidentales, proceso que corría paralelo a la cristianización. Pero la enseñanza y la aprehensión de las costumbres, tradiciones e instituciones españolas chocaba de frente con el diametralmente opuesto modelo de socialización africano: Los territorios de donde procedía la mano de obra esclava estaban organizados en una unidad básica de carácter familiar, ‘ampliada o extendida, especie de fracción de clan de tipo patriarcal: grupo de parientes y por línea paterna o materna fijado o ligado al suelo’. 3
  • 7. 7 En este sentido, la socialización era diferente al modelo de educación europeo en tanto que todo el grupo participaba de la educación de los hijos de la comunidad, sin importar quiénes fueron los padres biológicos.El sistema educativo reposaba en una organización de carácter gerontocrático, es decir, a los ancianos les correspondía la iniciación social y la educación sexual de los adolescentes. En estas circunstancias, la comprensión del bien y del mal, de la muerte y la sexualidad, reposaba en una estructura muy distinta que seguía las tradiciones culturales propias sin que tuviera incorporado el férreo dualismo cristiano. Ni la diversidad de mecanismos que utilizó la cultura dominante ni la aprehensión de los comportamientos blancos, lograron desterrar del todo esta conciencia no dualista. Por el contrario, se convirtió en uno de los bastiones de resistencia contra la sociedad esclavista. En el pensamiento africano occidental nada era enteramente bueno ni enteramente malo, idea que se reforzaba en sus sistemas religiosos tradicionales por la carencia de una teoría del pecado original y por la extensión del concepto del demonio. A esta carencia de dualismo se le sumó la apropiación de poderes mágicos de santos y demonios, lo que permitía la creación de un sistema coherente de creencias nacidas para la resistencia y la búsqueda de factores que los identificaba como pertenecientes a una comunidad…”4 Durante mucho tempo permaneció en mi (…y aún aparecen secuelas) esa sensación de estar inmersa en un contexto pleno de situaciones ancladas en esa herencia cultural. Por lo pronto era mujer-niña. Con obligaciones reales y potenciales. Alrededor de la casa; pero también en el escenario escolar; asimismo en la herencia religiosa. Era profundamente inmersa en los ires y venires de los ejercicios parroquiales. Estaba en los ejercicios inherentes a la eucaristía y en las celebraciones relacionadas con las realizaciones de fiestas y expresiones afines. La Semana Santa era una de ellas. Yo estaba ahí, al lado del vía crucis. Mi capacidad para la lectura clara y comprensiva me hacía partícipe en términos puntuales en la 4 Borja G., Jaime H. “Rostros y rastros del demonio en la Nueva Granada”. Impreandes presencia S.A. Primera edición, 1998; páginas 132-133.
  • 8. 8 procesión del viernes santo. Tal vez, desde ese entonces, se produjo una inquietud relacionada con el significado del sacrificio de Jesús y los verdaderos alcances del mismo. “…La maneracomo se planteó la evangelizacióna comienzos de la conquista marcó el camino que tendría durante los siguientes siglos. El proceso de cristianización de las Indias se dio en el contexto de un convencimiento colectivo que provenía desde finales del siglo XV: se acercaba el final del mundo. Los convulsionados acontecimientos del Renacimiento daban razón a las angustiosas profecías del Apocalipsis, quizás el libro que más había marcado el pensamiento cristiano. La escatología afirmaba que el final estaría preanunciado por acontecimientos calamitosos, contexto en el cual vendría el Anticristo. La expansión geográfica que incluía loa conquista de las Indias reafirmaba la creencia, pues un texto de los evangelios lo profetizaba: ´se proclamará este Evangelio del Reino en el mundo entero, para dar testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin’. Entonces, después de la conversión del mundo al cristianismo como verdadera fe, acaecería el escalón final. Siguiendo la misma tradición cristiana, la ´bestia´del Apocalipsis-entendida como el demonio-tendría que soltarse por un tiempo antes de la segunda venida del Mesías. Esta postura hacía más entendible la obsesión cristiana de contemplar el reino de Satanás en el Nuevo Continente: Los misioneros españolesse planteaban, no sin cierta angustia, si evangelizar no equivalíaa aclarar el proceso de autodestrucción. La idea de la decrepitud del mundo y su pronta transformación era frecuente durante el siglo XVI. Fray Rafael de los Ángeles lo escribía así: Verdad es que el mundo está en lo último y allegado a la decrépita, porque aun en materia de virtud se hallanen él cien mil novedades y disparates nunca antes vistos, y en materia de pecados no tienen número de invencionesque cada día salen, como diremos más adelante, ni hay teólogos que agoten sus dificultades (…). Al fin la
  • 9. 9 virtud en estos desdichados tiempos no tiene la armadura o el esqueleto, que lo demás casi todo es prudencia de carne enemiga de Dios. ´5 El tío Manuel Restrepo trabajaba como jornalero, en la modalidad de prestación de servicios día a día en haciendas de terratenientes. El pago que recibía era el soporte económico fundamental de la familia. Todo, a pesar de que en la casa teníamos sembrados de pan coger, necesarios para hacer más llevadera la subsistencia. Su talante fue siempre vinculado con una opción solidaria. No solo para su hermana Adelina y su hermano Luciano; sino también para sus sobrinas María Helena y yo. Un tipo de interacción (…la del tío Manuel), en la cual ejercía como insumo básico la compartición de sus ingresos y de su presencia constante. Algo así como lo opuesto a la posición asumida por el negro Eugenio. “…En las primeras iniciativas del cultivo hubo contratación de mano de obra libre, especialmenteen las haciendas ligadas al capital mercantil, donde la producción de café se dio bajo la administración directa de la hacienda. El sistema utilizado, llamado de agregados, tiene como característica ser mano de obra asalariada a la que, además del efectivo, se le da como parte de su remuneración, el acceso a un terreno dentro de la hacienda para construir su casa y sembrar algunos productos de pancoger. La fuerza de trabajo para el cultivo del café en este tipo de hacienda, incluía tanto hombres como mujeres, pero dividida en sus respectivas cuadrillas. Parece que, aunque las mujeres trabajaban en casi todas las operaciones del cultivo, el uso de mano de obra masculina era más estable y los hombres trabajaban todo el año, ya fuera en arreglos de la finca o en los trabajos más pesados del cultivo. Por lo tanto, podría pensarse que, siendo la participación masculina más permanente que la de la mujer en las tareas del cultivo del café para la hacienda, buena parte de la producción de pancoger estuviera en manos de la mujer campesina…”6 5Borja G., Jaime H., Ibíd.; pp. 305-306. 6 León de L., Magdalena; Ibíd., página 35
  • 10. 10 No tengo plena certeza acerca de los orígenes del tío Manuel. Por lo menos en términos de su acervo cultural y de su inserción en la familia. Yo diría que, así como en el caso del abuelo materno, su infancia y adolescencia estuvieron influidas por lo que describí antes en el sentido de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Lo que si es, plenamentecierto, es el origen primero de la influenciapolítica y social. “…Es imposiblehablarfavorablemente de la administraciónde justicia en Colombia; los códigos civil y penal son poco más que una colección de supersticiones y abusos, bajolos nombres de Castilla, ordenanzas reales, leyes de las indiasy varias recopilaciones de decretos españoles y regulaciones coloniales, de los cuales, para el disgusto del demandante y beneficio del abogado, se pueden sacar deducciones contradictorias sobre todo aspecto posible de litigio. Este defecto es percibido y reconocido por el gobierno; se ha propuesto introducir el nuevo código penal español. El juicio por jurado felizmente se ha restablecido en casos de libelo y la legislación se ha declarado a favor de introducirlo en forma general en todos los casos en que sea aplicable; sin embargo, el gran mal que probablemente persista en el gobierno del país en todas sus ramas, tiene su origen en los hábitos de disimulo, indolencia y corrupción que marcan el carácter de todas las naciones esclavizadas. Los briotes momentáneos de sensibilidad o aun de ideas correctas y las buenas intenciones en general, no son suficientes para romper la oscura cadena de vicios, con las cuales generaciones de ignorancia, supersticiones y opresión han entrelazado todas las situaciones sociales y contraído o distorsionado todos los sentimientos morales…”7 El tío Luciano era un ser de esos que podríamos llamar “ausente”; como quiera que estaba ahí con nosotras y nosotros; pero, al mismo tiempo, sin estar. Su infancia pudo haber estado cruzada por las mismas condiciones en las cuales se 7 Coronel Hall Francis. “Colombia y su estado actual”, pp. 17-18. Obra aparecida en la recopilación “Santander y la Opinión Angloamericana”(David Sowell, compilador). Biblioteca de la Presidencia de la República, 1991.
  • 11. 11 desenvolvió el tío Manuel. Lo cierto es que siempre fue una especie de gregario absoluto. Su disponibilidad estaba anclada no solo en los nexos familiares. Era como algo innato en él. Asocio su figura y su laboriosidad a la fabricación manual de jabón. Una gestión casera, para lo cual se requerían inmensas cantidades de ceniza. Y nadie mejor que Luciano para proveerla. Desde muy temprano salía de casa hacia diferentes lugares. Lejanos y cercanos, solicitando a las familias el rescoldo de los fogones. Y los cargaba. Y las lluvias lo arropaban. Desde ahí, contrajo una dolencia asociada al cuadro respiratorio. Desde ahí provino la transformación del sonido de su voz. Se tornó aflautada, casi imperceptible. Y fue ese hecho el que originó que lo tildaran de bobo. Y él nunca fue conciente del significado de esa chapa que permaneció por siempre, hasta su muerte. No se porque, el recuerdo de tío Luciano, me retrotrae a la lectura que hice de “El Ingenioso Hidalgo, don Quijo de la Mancha”. “…En la tercera salida de don Quijote, el Cura y el Barbero se estuvieron un mes sin verle, por no traerle a la memoria cosas pasadas; pero no por eso dejaron de visitar a su sobrina y a su ama, encargándoles tuviesen cuenta con regalarle, dándole a comer cosas confortativas y apropiadas para el corazón y el cerebro. Las cuales dijeron que así lo hacían y harían porque echaban de ver que su señor por momentos daba muestras de estar en su entero juicio, y así determinaron de visitarle y hacerle experiencia de su mejoría y acordaron de no tocarle en ningún punto de la andante caballería. Visitárosle en fin y halláronle sentado en la cama. Fueron de él muy bien recibidos, preguntáronle por su salud y el dio cuenta de sí y de ella con mucho juicio y con muy elegantes palabras; y en el discurso de su plática habló don Quijote con tanta discreción en todas las materias que se tocaron, que los dos examinadorescreyeron indudablemente que estaba del todo bueno y en su entero juicio…”8 8 Cervantes S., Miguel de : “El ingenioso hidalgo don Quijo de la Mancha”,resumen de la obra.. Ed. Gráficas Modernas.Primera edición, junio de 1988; página 141.
  • 12. 12 Yo seguí en la idolatría de los íconos del catolicismo. Sin ir más allá de las dudas acerca del martirologio de Jesús. Pero, a decir verdad, me causaba cierto escozor en el alma, el hecho de pensar en lo que serían las otras religiones y los significados de muchas celebraciones. “…De nuestro examen precedente podemos inferir que entre los antepasados paganos de los pueblos europeos, el festival ígnico anual más popular y extendido fue la gran celebración de la víspera del solsticioo la del día del solsticio estival. La coincidenciadel festival con el solsticio de verano es muy difícil que sea accidental. Mejor aún, debemos suponer que nuestros antepasados paganos se pusieron a fechar la ceremonia del fuego en la tierra coincidiendo con la llegada del sol al punto más alto de su carrera en los cielos. Si esto fuese así, se deduce que los fundadores antiguos de los ritos solsticiales habían observado los solsticios o puntos críticos del camino aparente del sol en el cielo y de acuerdo con ellos regularon su calendario vestal, en cierto modo por consideraciones astronómicas…”9 Y me seguían envolviendo las dudas. Un día pensaba en mi condición de mujer y el sometimiento como herencia cultural. Otro día pensaba en mi sexo, en mi virginidad y en su significado desde el punto de vista religioso y moral. Y, al día siguiente, pensaba en lo que sería de mí y de mi sexo, cuando conociera el del hombre, en real y no en el imaginario pecaminoso a que nos tenían acostumbradas como mujeres. No solo en la familia y su tradición; sino en la escuela y por parte de los párrocos en la iglesia. Y, cualquier otro día, volvía a reflexionar sobre las otras religiones. En silencio; porque temía que me leyeran el pensamiento. Porque yo sabía que era pecado el solo hecho de pensar en el dios de los otros y las otras no católicos y católicas. “…Sobre la fornicación: 9Frazer, James G. “La rama dorada”., Ed. Fondo de Cultura Económica, segunda reimpresión 1995; pp.710- 711
  • 13. 13 19. Contra aquellas de vuestras mujeres que cometen fornicación buscad cuatro testigos de entre vosotros. Si dan fe contra ellas, mantenedlas cautivas en las habitaciones hasta que las llame la muerte o Dios las dé un procedimiento. 20. A aquellos, de entre vosotros, que cometen este pecado, castigadlos. Si se arrepienten y se reforman, apartaos de ellos. Dios es remisorio misericordioso. 21. Dioses quien vuelve haciaquienes hacen el mal por ignorancia, pues enseguida se arrepienten. Dios les perdonará pues es omnisciente, sabio. 22. No hay perdón para quienes cometen malas acciones hasta el momento en que se presenta a uno de ellos la muerte y exclama: ‘!yo me arrepiento ahora’¡ Tampoco tienen perdón quienes mueren mientras son infieles: a ésos les hemos preparado un tormento doloroso…”10 En medio de mi ignorancia y desespero, pude asumir algunas posiciones más o menos coherentes. Era algo así como entender que yo debía vivir la vida, en las condiciones en las cuales era posible hacerlo. Es decir, en medio de una familia que me conminaba por la vía doctrinaria a asumir el rol que me estaba predestinado. Pero, al mismo tiempo, en mí se hacía sólida la intención de revertir ese hecho. Al menos en términos de disección que convoca a entender la necesidad de redefinir mis expectativas. Inicialmente, esto aparecía como simple efecto colateral de esos sueños míos que me convocaban a una tenencia de lo inmediato y lo potencial, como necesidad latente que estaba ahí; pero que yo no podía asir. Precisamente porque se bifurcaban en el escenario primero y último. Es decir, en una trama que no lograba discernir. Venía a mi mente, después de esos sueños constantes y punzantes, lo leído en “Doña Bárbara”. 10El Corán Editorial Óptima, S.L, 2002. pp.88-89
  • 14. 14 “…En Altamira siempre era ´Pajarote´ quien contaba los casos más espeluznantes. La vida andariega del encaminador de ganados y la imaginación vivaz, suministrábanle mil aventuras que narrar, a cual más extraordinarias. ¿…Muertos? A todos los que salen desde Uribante hasta el Orinoco y desde el Apure hasta el Meta, les conozco sus pelos y señales – solía decir - . Y si son los otros espantos ya no tienen sustos que no me hayan dado. -Las almas en pena que recogen sus malos pasos por los sitios donde los dieron; la llorona, fantasma de las orillas de los ríos, caños o remansos y cuyos lamentos se oyen a leguas de distancia; las ánimas que rezan en coro, con rumor de enjambres, en la callada soledad de las matas, en los claros de luna de los calveros y el ÁnimaSola que asolaba al caminantepara arrancarle un Padre Nuestro, porque es el almamás necesitadade purgatorio; laSayona, hermosa enlutada, escarmiento de los mujeriegos trasnochadores, que les sale al paso, les dice ´sígueme, y de pronto se vuelve y les muestra la horrible dentadura fosforescente y las piaras de los cerdos negros que Mandinga arrea por delante del viajero y las otras formas bajo las cuales se presenta; todo se le había aparecido a Pajarote…”11 De todas maneras, lo mío, seguía siendo una desolación parecida al extravío. Como cuando no podía encontrar el horizonte de mis enajenaciones; de mis delirios que se hacían cada vez más constantes y atosigadores. Un itinerario parecido a la vida nómada que nunca se ancla en ningún sitio. Y veía, en mis sueños de siempre, mi figura y mis acciones distanciadas en el tiempo. Con expresiones en las cuales ya había logrado descifrar los códigos inherentes a mi condición de mujer libertaria que se expresaría a futuro. Sueños como este: Para este trabajo se asumencomo válidasalgunas opciones en lo que hace relación al significado que adquiere la participación colectiva, por parte de sectores de la población en los cuales actúan sujetos (hombres y mujeres) no vinculados con el 11Gallegos, Rómulo. “Doña Bárbara”. Momo ediciones, pp.63-64
  • 15. 15 poder y los beneficios que otorga el control de instancias estatales y gubernamentales. Asimismo, se asume una cotejación conceptual en lo que respecta a tipos de Estado, como aquellas categorías que pueden definir una u otra posición con respecto a la intervención en el espectro social, 0por la vía de políticas inherentes a la noción del Estado Benefactor o de Estado centrado en la noción de la autonomía dinámica económica para definir e imponer los términos en la intervención. Presento, en consecuencia, algunos elementos teóricos que ya habían sido insinuados en la Justificación del trabajo. La noción de Política. Se entiende como la precisión, a la manera de directriz general, de una sumatoria conceptual relacionada con una determina área en la cual el Estado o un Gobierno deben intervenir. En este nivel de expresión se proponen programas que delinean la intervención, con unos objetivos concretos; de tal manera que delimiten escenarios y el espectro mismo que la origina. Esto presupone la preexistencia de opciones teóricas y prácticas en nexo con esa área específica. En términos de Estado, una política, debe proponerse de tal manera que se entienda como derivación lógica y coherente, con respecto al soporte conceptual que lo acompaña; en cuanto a cohesionador de las fuerzas que actúan como integrantes del País y de la Nación. Tratándose de un Gobierno, entendido como expresión circunstancial y transitoria, las políticas ejercen como concreción a través de Planes específicos que orientan la actividad económica, política, social, etc.; de ese Gobierno, por un periodo definido. Tanto en lo que respecta al Estado, como a los Gobiernos; se entiende que debe existir una concatenación, también lógica y coherente, a partir de la Norma General
  • 16. 16 (Constitución Política) que orienta el quehacer del Estado y otorga a los asociados unidos determinados beneficios e impone unas determinadas obligaciones. Visto así, entonces, se introduce una diferenciación necesaria, derivada del tipo de Estado instaurado para una sociedad específica. Esto traduce que no es lo mismo diseñar una política de asistencia social, a manera de ejemplo, por parte de un Estado soportado en un una opción hacia el bienestar general; que esa misma política por parte de un Estado anclado en la ortodoxia con respecto al desarrollo de los mecanismos del mercado; los cuales pueden establecer (por sí mismos) un equilibrio. Para el caso que nos ocupa en este trabajo, asumimos la existencia de una definiciónConstitucional, que reivindicala vigencia de un Estado Social de Derecho, obligado a proponer y desarrollar una políticas públicas de beneficio general, con énfasis en la protección de los sectores mas vulnerables de la población. Tanto es así que, en la Constitución Política, se expresa el hilo conductor para la intervención del Estado. Veamos: Articulo 1. Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democráticas, participativa y pluralista, fundada en el respeto de l dignidadhumana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general. 12 Articulo 2. Son fines esenciales del Estado: servir a la comunidad, promover la prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución; facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan y en la vida económica, política, administrativa y cultural de la 12 Constitución Política de Colombia 1991, segunda edición ESAP, febrero 1992
  • 17. 17 Nación; defender la independencia nacional, mantener la integridad territorial y asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo. Las autoridades de la Repúblicaestán instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás derechos y libertades, y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares.13 En consecuencia, el diseño e implementación de las políticas públicas para el bienestar de los habitantes, deben estar orientados por ese mandato Constitucional. La reglamentación de esas políticas (.O de una de ellas en particular), debe tener en consideración el escenario y los grupos sociales a los cuales están dirigidas. Lo anterior está definido, de manera taxativa, en la Norma Constitucional, así: Articulo 339: Habrá Plan Nacional de Desarrollo conformado por una parte general y un plan de inversiones de las entidades públicas del orden nacional. En la parte general se señalarán los propósitos y objetivos nacionales de largo plazo, las metas y prioridades de la acción estatal a mediano plazo y las estrategias y orientaciones generales de la política económica, social y ambiental que serán adoptadas por el gobierno. El plan de inversiones públicas contendrá los presupuestos plurianuales de los principales programas y proyectos de inversión pública nacional y la especificación de los recursos financieros requeridos para su ejecución. Las entidades territoriales elaborarán y adoptarán de manera concertada entre ellas y el gobierno nacional, planeas de desarrollo, con el objeto de asegurar el uso eficiente de sus recursos y el desempeño adecuado de las funciones que les hayan sido asignadas por la Constitución y la ley. Los planes de las entidades territoriales 13 Ibíd.
  • 18. 18 estarán conformados por una parte estratégica y un plan de inversiones de mediano y corto plazo.14 Artículo 366: El bienestar general y el mejoramiento de la calidad de vida de la población son finalidades sociales de Estado. Será objetivo fundamental de su actividad la solución de las necesidades insatisfechas de salud, de educación, de saneamiento ambiental y de agua potable.15 En aplicación de esta noción de política, particularmente de política pública, el presente trabajo, desenvuelve el seguimiento con respecto al rol de las mujeres, en lo que concierne a al desarrollo de los programas para la protección y atención a los grupos poblacionales vulnerables. La noción de participación. El trabajo se sitúa en un entendido de participación, definido a partir de del significado que adquiere el quehacer de grupos sociales no vinculados con el poder político y económico. Es tanto como recorrer el acumulado de experiencias presentadas en diferentes momentos y en relación con acciones que reivindican derechos, tanto en lo que concierne a la calidad de vida, como también a aquellos que hacen referencia a su relación con el Estado, en lo que esta tiene de manifestaciones por alcanzar beneficios puntuales que ejercen como colaterales indispensables para alcanzarla. Visto lo anterior, entonces, aparece una posición en términos de fundamentar la intervención, soportada en definiciones, tanto teóricas como prácticas, que han orientado los procesos hacia la admisión de lo conciente , como condición indispensable para trascender la espontaneidad y la visión reduccionista que no permite diseñar estrategias para el mediano y largo plazo. 14 Ibíd. 15 Ibíd.
  • 19. 19 En una publicación del Centro de Estudios del Hábitat Popular – Cehap, adscrito a la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia, se recopilaron documentos presentados en el 4º Seminario Internacional CEHA – PEVAL, realizado en la ciudad de Medellín entre el 7 y el 11 de abril de 1986, en el cual se analizaron las experiencias en América Latina, bajo el título: Los pobladores, protagonistas urbanos en América Latina. En una de las ponencias titulada Aproximacióna los MovimientosSocialesUrbanos en América Latina, el investigador Etienne Henry, adscrito al Institut National de Recherche sur les Transports et leur Segurite-INRETS, Francia; dice, en uno de los apartes referido a los Movimientos Regionales y Nacionales: “..Finalmente los movimientos sociales se despliegan alrededor de los principales polos urbano-industriales. Tienenuna connotaciónmàs obrera y, las organizaciones sindicales son aquí las que incentivan la formación de frentes regionales. Pero su evolución depende de su capacidad en aglomerar a las masas urbanas y a sus organizaciones representativas. Los bloquesde clases son aquí menospoliclasistas y esos movimientos pueden derivar hacia meras huelgas obreras o revueltas de protesta popular. Tales movimientos regionales no se reducen a una oposición al poder central y una afirmación del poder regional. Hay que buscar en la configuración de los segmentos locales de clases, su dominación y su depresión socioeconómica, las razones de la vitalidad de su movilización y las perspectivas de los bloques regionales. No constituyen duraderas alianzas de clases ni son portadoras de proyectos históricos específicos; pero si corresponden a una fuerza social capaz de imponer modificaciones parciales en los esquemas administrativos y redistributivos. En la medida en que las masas pauperizadas concentradas en los núcleos urbanos
  • 20. 20 participan de esos movimientos en forma importante – y a veces mayoritaria – es legítimo ver aquí una expresión de los movimientos urbanos...” (Sic)16 De otra parte, el investigador Emilio Pradilla Cobos, presentó un escrito titulado “Mitos y realidades de los llamados Movimientos Sociales Urbanos “, publicado en diciembre de 1984 por la Editorial de la Universidad Autónoma Metropolitana. Unidad Xochimilco, Méjico D.F., Méjico., como ponencia en ese mismo evento. Destaco un aparte que considero pertinente, veamos: “..Este análisis se inició poco tiempo después de que el movimiento real se hubiera manifestado. De un lado, por parte de los investigadores y técnicos al servicio del Estado y las clases dominantes, en busca de respuestas que permitieran mediatizarlo, controlarlo, articularlo o reprimirlo, a fin de mantener “el orden y la paz social” necesarios al desarrollo del capitalismo y para evitar la formación de un nuevo componente perturbador en la ya convulsa situación social. De otro lado, los investigadores comprometidos, en una u otra forma, desde una u otra vertiente ideológico-política, con las luchas de los explotados y los militantes de las organizaciones políticas de izquierda, para entender su potencial revolucionario, sus contradicciones internas, sus límites, y encontrar las alternativas correctas para su vinculación con las otras formas de lucha de las clases explotada...”.(sic).17 El punto, en consecuencia, tiene que ver con desarrollar una interpretación asertiva, en lo que hace alusión a la participación. Aquí, lo asertivo, no supone una actitud de simple extensión de esa participación, hacia aplicaciones acríticas, en las cuales, simplemente, se replican esquemas, al margen de una construcción teórica, derivada del análisis del objeto de esa participación, de los mecanismos para desarrollarla y de las transformaciones que la misma pueda propiciar. 16 Texto citado, página 37 17 Ibídem
  • 21. 21 En consideración a la anterior aseveración, es importante conocer la propuesta de Amartya Sen, Premio Nóbel de Economía en 1998., con respecto al sentido que adquiere lo humano en el marco de las políticas de desarrollo del capital. Veamos: En el articulo “Las Teorías del Desarrollo A Principios del Siglo XXI”, Amartya Sen dice, entre otras cosas,”El alcance de este planteamiento no se limita a una fundamentación teórica del desarrollo; sus connotaciones prácticas han de plasmarse en el terreno de la política estatal. Si bien la prosperidad económica y la situación demográfica favorable fomentan el bienestar y la libertad de una sociedad, no es menos cierto que la mayor educación, prevención y atención sanitaria y otros factores similares afectan las auténticas libertades de que disfruta la población. Estos `avances sociales’ deben considerarse como parte del ‘desarrollo’, puesto que proporcionan una existencia màs prolongada, libre y fructífera, además de que estimulan la productividad o el crecimiento económico. La concepción tradicional del concepto de ‘capital humano’ tiende a concentrarse en la segunda función de la ampliacióndelas capacidades del ser humano, es decir, la de generar ingresos. Y aunque este aspecto no deja de ser importante, a los ingresos hemos de añadir los beneficios y ventajas de tipo ‘director’ o primario. Esta ampliación es de carácter adicional y acumulativo y no una alternativa a la noción actual de ‘capital humano’. El proceso de desarrollo no es independiente de la ampliación de las capacidades del ser humano, dada la importancia intrínseca e instrumental de esta ampliación...” (sic)18 18 Publicado en Cuadernos de Economía No. 29, Departamento de Teoría y Política Económica, páginas 89- 90.
  • 22. 22 Esto implica, para el caso de este trabajo de investigación, que asumo una posición que trasciende la mera expectativa generada a partir de la participacióncomunitaria, como acompañamiento pasivo en el proceso de aplicación de una determinada política gubernamental en lo que hace al bienestar de la población. Supone, en consecuencia, definir un entendido, en la perspectiva de localizar los elementos agregados, como valores que cualifican esa participación, en función de interpretar esas políticas y proponer, a partir de ahí, la posibilidad de una intervención conciente de los y las sujetos que la promueven. La política social y el Estado. Ya he señalado arriba acerca del nexo lógico entre concepto, teoría y aplicación de un modelo determinado de Estado, con respecto a la implementación de políticas gubernamentales siendo este (…el gobierno) una expresión transitoria, fundamentada en estrategias, programas, políticas y acciones. De todas maneras, es preciso discernir en torno a la incidencia que adquiere la envoltura conceptual y práctica del Estado como guía para cualquier desarrollo estratégico y/o circunstancial de políticas gubernamentales. Algo así comoentender la presencia de una dinámica en la cual se expresan condicionantes propios de ese modelo. En términos de soporte teórico fundamental, no es lo mismo la construcción de una opción de Estado, a partir ( a manera de ejemplo) de la propuesta planteada por Juan Jacobo Rousseau en “El Contrato Social”; a una opción de Estado construida a partir de la propuesta de Tomas Hobbes en “El Leviatán”. Inclusive, situándome en un escenario mucho màs próximo (como quiera que se asuma como inherente
  • 23. 23 al horizonte teórico que ha acompañado a la definición y aplicación política y económica en Occidente); es relevante proponer un ejercicio de análisis a partir de la confrontación entre la doctrina de Adam Smith y la de John Maynard Keynes. Porque, entre otras razones, permite precisar aspectos relacionados con la economía política, en el contexto del capitalismo, como sistema económico y como oferente de las condicionespara la construcción de Estado, comoordenador y como aglutinante de las fuerzas que actúan al interior de las sociedades y de las naciones. En mi disquisición, aunque no aparece como centro, es conveniente resaltar la propuesta de Estado que se deriva de la doctrina del Marxismo ortodoxo; entendido como el concepto político y económico que cuestiona los principios éticos, económicos y políticos en los cuales se fundamenta el Capitalismo. En este sentido y con el propósito de insinuar (..a futuro) una profundización con respecto a las opciones para su interpretación; me parece conveniente citar (..en extenso) la expresión alcanzada por la profesora Consuelo Corredor en su texto “Los Límites de la Modernización “. Veamos: “1.1. El doble ideario de la sociedad moderna Digamos entonces, a manera de hipótesis, que el advenimiento de la sociedad moderna recoge un doble ideario: el de transformar el entorno material, y el de transformar al hombre como centro del mismo. Mientras el primero alude a la modernización, el segundo a la modernidad. La configuración histórica de la sociedad modernaha puesto al descubierto que esta diferenciación no es meramente teórica, sino que se trata de un proceso real que ha tenido lugar, con mayor o menor fuerza y nitidez, es distintas regiones y países. Por lo tanto, partiendo de la posibilidad analítica de diferenciar los dos procesos se ha llegado a constatar y padecer su disociación real. Durante el proceso, la modernización se ha convertido en el abecé del progreso, colocándosecomo un fin en sí mismoy no como un medio, imprescindibleporcierto,
  • 24. 24 para dotar a la sociedad de unas mejores condiciones materiales. Lo paradójico es que si bien no sería concebible una sociedad moderna carente de un proceso de modernización, este último no requiere ineluctablemente de la modernidad y aún menos conduce por sí mismo a ella. Este es el conflicto no resuelto por muchas sociedades actuales: la tensión entre modernidad y modernización. Marx lo puso claramente al desnudo a través de la crítica a la sociedad burguesa moderna, que a lo largo de su obra, desde el Manifiesto del Partido Comunista hasta El Capital, está presente como núcleo de reflexión central. Así lo podemos apreciar en el siguiente pasaje: La época de la burguesía se caracteriza y distingue de todas las demás por el constante y agitado desplazamiento de la producción, por la conmoción interrumpida de todas las relaciones sociales, por una inquietud y una dinámica incesantes..Todo lo que se creía permanente y perenne se esfuma, lo santo es profanado y, al fin, el hombre se ve constreñido por la fuerza de las cosas a contemplar con mirada fría su vida y sus relaciones con los demás. (C. Marx y F. Engels –1848. El Manifiesto Comunista, Editorial Ayuso, Madrid, 1974, p. 76.). La profunda crítica de Marx pone de manifiesto la potencialidad que encierran las fuerzas productivas, pero también, y principalmente, su interdependencia e interacción con las relaciones sociales entre los hombres. Mutua y compleja interacción que lejos de ser reductible a un problema de causa – efecto, como en forma equivocada se interpretó por algunos, es un proceso profundamente conflictivo de construcción, destrucción y reconstrucción del orden social”.19 La pertinencia de la cita, obedece a la necesidad de introducir un insumo teórico que permita concretar elementos de diferenciación, al momento de proponer una interpretación, respecto a la intervención estatal, por vía de planes y programas de 19 Corredor, Consuelo. Los Límites de la Modernización, Cinep-Facultad de Ciencias Económicas Universidad Nacional de Colombia – Sede Bogotá, segunda edición, 1997, páginas 37-38.
  • 25. 25 política social, en una sociedad como la nuestra. Inclusive, con la posibilidad ubicarla en el contexto de América Latina, habidacuenta de los elementos comunes que la cruzan; en una transversalidad que se hace evidente, a partir de la cotejaciòn de posiciones e implementaciones. Visto así, entonces, me atrevo a aseverar lo siguiente: En Colombia, las políticas sociales de sucesivos gobiernos, asumiendo como base el mandato presente en la Constitución Política de 1991, particularmente en su articulo número 366; se suponen ancladas en el principio de intervención estatal, en términos de asimilados a lo propuesto por Rousseauen El Contrato Social y a los lineamientosKeynesianos acerca de la redistribución social de la renta nacional. Queda claro que no pretendo establecer una relación de causalidad absoluta, entre los principios ortodoxos del la teoría de John Maynard Keynes y la norma Constitucional en lo que respecta al nexo entre el Estado como garante y dador de bienestar en la noción de política social que subyace al articulo 366 de la Constitución Política. Se trata, simplemente, de utilizar ese referente teórico (..el de Keynes), como horizonte conceptual para construir un análisis que me permite acceder a una valoración pertinente de la política social implementada en el Plan Nacional de Desarrollo y en el Plan de Desarrollo Distrital. Otro de los aspectos que convoca mi atención, tiene que ver con el análisis y seguimiento del rol que ha desempeñado el Estado en América Latina. Se trata de una cotejaciòn, que permita encontrar los elementos de coincidencia en cuanto que representan la incidencia de programas gubernamentales; pero también los insumos conceptuales y prácticos, originados en la intervención de los Movimientos Sociales, en cuanto ejercicios de movilización y confrontación que “obligan” a modificaciones puntuales y estratégicas, a los gobiernos que actúan como mandatarios de ese “equilibrio” que se supone pleno en la configuración de las políticas de Estado. Lo que, desde mi interpretación, conlleva a una construcción compleja en la cual confluyen diferentes énfasis relacionados con teorías y postulados disímiles. Algo así como un entrelazamiento entre posiciones
  • 26. 26 autoritarias y despóticas(...a la manera de Thomas Hobbes, en el Leviatán ), posiciones de “equilibrio” entre intereses diferenciados (..a la manera de Rousseau , en su Contrato Social) y una fuerte intervención estatal (…una figura cercana a la combinatoria entre Marx y Keynes), que adquiere matices. Desde opciones estrictamente populistas, hasta aquellas que encontraron su mayor expresión en el programa liderado por Salvador Allende, en Chile. En una ponencia presentada ante el Cuarto Seminario Internacional Cehap – Peval “Los Movimientos de los Pobladores en los Barrios Populares de las Ciudades Latinoamérica” (realizado en la ciudad de Medellín-Colombia, entre el 7 y el 11 de abril de 1986); Marta Baliero (de los Movimientos de Favelados en Brasil), presentó una ponencia (Caracterización del concepto urbano en Brasil). Destaco el siguiente aparte: El Estado Brasileño y su Manejo de lo Urbano. “Es innegable que el modelo de Capitalismo Monopolista viene gestándose desde los años 30, marco histórico de la industrialización en el Brasil. Dicho paradigma posee una característica notable. Habría en él, un cierto papel de Estado que lo hace invisible. Esto quiere decir que el Estado no aparece ni se manifiesta bajo la forma de inversiones y ese no dejarse ver ocurre exactamente en el lugar focal de la determinación de la tasa de ganancia del conjunto oligopolista. Esto quiere decir, según plantea el sociólogo Francisco de Oliveira (Oliveira, Francisco de /O Estado e o Urbano no Brasil Estudos do Cebrap, a ser publicado). Que por fenómenos inherentes a dicho modelo, los cuales se colocan en contraposición al Capitalismo de Libre Competencia, dicho Capitalismo Monopolista(no competitivo y salvaje de cualquier país subdesarrollado) politiza las relaciones económicas al máximo en el sentido inequívoco de que el Estado (a través de los hombres de empresa ) pasa a ser, en cierta medida, el lugar en donde
  • 27. 27 la tasa de ganancia – cuota que cada conjunto oligopolìsrtico tiene en la masa excedente de excedente social producido en el país- se determina por el acceso empresarial a los aparatos del Estado”,.20 Me queda la sensación (...o la reafirmación), en el sentido de que, en nuestra América Latina, el Estado (...o, quienes actúan y ejercen como sus portavoces y/o beneficiarios directos) Ha actuado, en la intención de incidir en las relaciones sociales, con un estilo y mecanismos de intervención como híbrido teórico y político, bien sea circunstancial o programático. Ahora bien, desde la pretensión de este trabajo, se trata de reivindicar, también, el asunto relacionado con la incidencia efectiva de este tipo de participación estatal. Porque, entre otras razones, la caracterización y seguimiento de la misma; permite cierta aproximación a una teoría general de la intervención estatal y sus verdaderas repercusiones, en cuanto políticas de contenido social que son asumidas por la población, como “evidencia” y como “resultado” del mandato Constitucional. O, en otra opción de interpretación, como expresión obligadapor parte de un determinado gobierno; a partir del desarrollo de movimientos sociales, tanto urbanos como rurales (….en otras palabras: como reivindicación alcanzada, mediante la realización de movimientos populares que “obligan”, por la vía de la fuerza, a modificaciones absolutas o transitorias, de programas gubernamentales originales. Un ejemplo de este tipo de intervenciones y su efecto colateral, tienen que ver con la agitación y movilización en contra de la propuesta original inmersa en la modificación del régimen de transferencias, adjunto al Plan Nacional de Desarrollo, tanto en el gobierno del Presidente Andrés Pastrana Arango, como también el gobierno del Presidente Álvaro Uribe Vélez. Esto es significativo, en la medida en que compromete, entre otros aspectos, la participación de las regiones en el diseño 20 Baliero, Marta, “Caracterización del Concepto Urbano en Brasil, Seminario Los pobladores: protagonistas urbanos en América Latina, Memorias Editorial Lealon, marzo de 1988.
  • 28. 28 y aplicación del gasto público, a partir de las regiones y con énfasis en rubros tan importantes como la salud y la educación Para el caso del Distrito Capital, se presenta un efecto de traslación, si entiende como tal el hecho de que las regiones, simplemente extienden la aplicación de los conceptos y postulados generales inmersos en la doctrina estatal que orienta a la gestión social, a la manera de políticas que la desarrollan. Cabe, entonces, enfatizar acerca de los contenidos en cuanto a la nociónde política social en un universo de aplicación en el cual está demostrado la vigencia de un modelo de producción capitalista; acompañado (..por simple derivación doctrinaria) de un modelo de Estado que navega entre el intervensionismo, como “árbitro imparcial”por parte del Estado que convoca al equilibrioinstitucional necesario para poder desarrollar políticas de beneficio común y el dejar hacer entendido como la libertad ortodoxa derivada de los mecanismodel mercado que actúan como agentes abstractos y prácticos para el equilibrio. De todas maneras, en uno u otro punto de referencia, se asume como fundamento y como soporte económico el asunto relacionado con el excedente económico global, como sujeto plusvàlico, derivado del desarrollo propio del capitalismo. Entonces, la política social, tiene razón de ser( en términos de su viabilidad económica) en la figura de la plusvalía presentada por Marx, a través de mecanismos coercitivos implementados desde el Estado, por la vía de imposiciones que permiten captar recursos (..a manera de impuestos) . Es decir, ¡otra vez¡ la figura del equilibrio actúa como soporte para la conversión del beneficio plusvàlico, en beneficio social, como aplicación de una política de redistribución; en la cual el entendido de beneficio social adquiere características diferenciadas, dependiendo de las estrategias y programas inherentes a los Panes de Desarrollo gubernamentales. La Política Social y los derechos Las variables trabajadas (… en lo que concierne a la noción de política social), hasta ahora, suponen la vigencia de un determinado modelo de Estado, fundamentado en conceptos y/o teorías que implican, tanto a la
  • 29. 29 economía política, como también a las categorías de la filosofía y la ética; como implicación universal; hasta cierto punto abstractas. En la intención de precisar y concretar la vigencia de opciones, en esa perspectiva, he citado (para nuestro caso, en Colombia); la figura del articulo 366 de la Constitución Política. Se entiende, por aplicación, la vigencia y la pertinencia de unos derechos consignados; de tal manera que su implementación no es otra cosa que el cumplimiento de un mandato perentorio; como quiera que la Constitución Política norma mayor. Sin embargo, vale la pena resaltar un hecho que, si bien es cierto, pudiera estar relacionadoo en nexo con ese mandato, adquiere connotaciónpropia y, hasta cierto punto, independiente. Se trata del derechos (..o derechos) que se promueven y ejercen como consecuenciade acciones y movilizacionesque involucrana aquellos sectores no beneficiarios directos del excedente plusvàlico y/o de la tasa de ganancia derivada del ejercicio económico Capitalista. Es, en otras palabras, la confrontación entre el poder, como posibilidad y como práctica relacionada con el control de los medios de producción (..en el lenguaje Marxista) y de la superestructura en el Estado Capitalista; y los hombres y la franja(..la mayoría ) de la sociedad no beneficiaria y/o excluida de los beneficios que se derivan del acumulado plusvàlico. Así las cosas, entonces, cabe una expresión asumida como hipótesis lógica: las modificaciones y las transformaciones en lo que respecta a la utilización del acumulado plusvàlico(-..o del excedente originado en la porción de la tasa de ganancia absorbida por el Estado, a través de las reglamentaciones impositivas y sus agentes retenedores), en muchas ocasiones, ha estado (..y estarán) condicionadas por la realización de acciones de confrontación, por parte de las organizaciones y/o movimientos de los no beneficiario0s directos; a la manera de acciones y movilizaciones de masas que reclaman el redireccionamiento de estos beneficios, que se concretan por la vía de políticas de beneficio social en ámbitos
  • 30. 30 diferenciados; pero que, en fin de cuentes, remiten a opciones relacionadas con la calidad de vida, màs allá de la simple reproducción de la fuerza de trabajo. Se configura, a partir de esta hipótesis y para el caso que me ocupa, una posición que involucra al concepto de derecho al beneficio social; como quiera que se entiende en nexo con esa porción de la riqueza, construida a partir de la intervención de los sectores sociales que actúan en el espacio geográfico entendido como país y/o como Nación. Para no hablar de la aplicación, en este tiempo, de la figura cercana a la internacionalización o interacción global de los factores (humanos y materiales) que ejercen como soportes para el desarrollo. La acumulación, entonces, se asume como inherente a la intervención de esos(as) actores8as) y recursos materiales; en los términos que ya había advertido Rosa Luxemburgo en su obra “La Acumulación del Capital. Es conveniente resaltar esta expresión: La segunda condición previa fundamental, tanto para la adquisición de medios de producción, como para la realización de la plusvalía, es la ampliación de la acción del capitalismo a las sociedades de economía natural. El capital necesita que todas las capas y sociedades no capitalistas se conviertan en compradores de mercancías y que le vendan sus productos. Parece como si aquí, al menos, comenzase la paz y la igualdad, el do ut des, la reciprocidad de los intereses, la competencia pacífica y los influjos civilizadores.”21 Está, en mi interpretación, involucrada una noción similar al entendió de “calidad de vida”, aún el universo del Capitalismo. Luego, por deducción, se infiere que estoy hablando de políticas sociales con una elaboración que presupone la presencia de índices para ser medidas y cuantificadas en lo que respecta a la calidad y a la cobertura. Es decir, entendidas como derechos propuestos y asumidos, no como dádivas tangenciales; sino como inmersos en la misma dinámica que propone y desarrolla la propuesta de bienestar social, como aplicación lógica prevista en la 21 LUXEMBURGO, Rosa, “La Acumulación del Capital”, página 298, editorial Grijalbo, edición 1967
  • 31. 31 teoría de la “reproducción” de las condiciones necesarias para la ampliación de las fuerzas productivas. Algo así, como condición necesaria para que el capital pueda reproducirse y ampliarse, con la intervención de los agentes necesarios para ello. Lo anterior traduce, en consecuencia, que el seguimiento propuesto (en lo que compromete a la participación e intervención de las mujeres) relacionado con la política de bienestar social implementada por el gobierno del Distrito Capital, supone la presencia de una opción para su interpretación; desde una perspectiva que involucra al significado de calidad de vida y, por esto mismo, al concepto de redistribución del acumulado plusvàlico, entendido como aquella porción “apropiada” por parte del Estado (..Incluidos los entes territoriales) de la tasa general de ganancia originada en el ejercicio inherente al modo de producción capitalista. El concepto de bienestar y el Neoliberalismo. Ya había expresado antes un criterio para la interpretación del concepto relacionado con el bienestar, en el contexto de la intervención del Estado, como institución que aglutina ( en los términos del Contrato Social) los intereses de los habitantes del territorio nacional; inclusive como garante de la concreción que adquiere el concepto de Nación. En esa aseveración presentada, se expresa una interpretación acerca del “equilibrio” de los sectores sociales , incluido lo étnico y lo racial, como variables que reclaman y adquieren una presencia efectiva, a partir de la cual se originan conflictos no resueltos; precisamente en razón a la orientación y a la lógica que subyacen a esa misma institución estatal. Retomo, entonces, la cotejaciòn entre la opción del Estado Benefactor anclado en el beneficio social general a partir de su intervención con políticas precisas, en las cuales se incluye el direccionamiento de la redistribución de la porción recaudada de la tasa general de ganancia, al margen de las leyes del mercado capitalista; y la opción del Estado orientado hacia la aplicación de políticas fundamentadas en el curso general de esas leyes del mercado y las cuales se asume la posibilidad
  • 32. 32 efectiva de que estas, por sí mismas, conducen al equilibrio social, sin que esté implicada la intervención estatal en su direccionamiento. En otras palabras, hice precisión respecto a la metodología propuesta por Amartya Senn, en mi entendido, como desarrollo de la opción del Estado interventor, profundizando una línea de interpretación del desarrollo, como agregados en los cuales queda involucrada la teoría del bienestar general de la población; a partir de introducir el concepto de nivel de vida digna, màs allá de la simple sobrevivencia. Me corresponde ahora, insistir en los aspectos de contradicción entre los postulados fundamentales de la Constitución Política, expresados en sus artículos 1 y 2 , de un lado y las aplicaciones de sucesivos gobiernos que contrarían esos mismos postulados, incluyendo agendas de reformas a la Constitución, con el objeto de facilitar la implementación de esas políticas. Es el caso, a manera de ejemplo, de los Actos Legislativos a través de los cuales han modificado aspectos como el Régimen de Transferencias y de los insumos sociales que orientan la elaboración e implementación del Plan Nacional de Desarrollo, conforme a lo que, originalmente, había sido establecido en los artículos 150, 200, 339 y 341. Asumo, en extensión de los criterios que he venido reivindicado como válidos, que el punto de comienzo para el quiebre de los postulado Constitucionales señalados, tuvo que ver con la política desarrollada por parte del doctor César Gaviria Trujillo, en cuyo mandato presidencial se configuró la propuesta de “Apertura Económica”; la que a su vez, estuvo soportada en la opción de intervención estatal, anclada en la presunción de que las condicionede libre mercado y librecompetencia derivaban, por sí mismas, en escenarios de equilibriopara el bienestar general de la población; puesto que (..en su interpretación) el obstáculo para el crecimiento y desarrollo , tiene que ver con el excesivo intervensionismo que se manifestaba, fundamentalmente, en el sobredimensionamiento del paradigma relacionado con esa intervención, al momento de definir acerca del bienestar social colectivo y de la calidad de vida. A partir de ahí, se explica todo el ejercicio relativo a trabajar por “un
  • 33. 33 bajo perfil” de la presencia del Estado y el consecuente desmonte acelerado de esa incidencia. En este contexto es representativa la expedición de la Ley 100 de 1993, proyecto que fue liderado (“coincidencialmente”) por el doctor Álvaro Uribe Vélez, actual presidente y que, antes, había liderado el proyecto que concluyó con la expedición de la Ley 50 de 1990. en el gobierno del doctor Virgilio Barco Vargas. Se trata de un hilo conductor que se mantiene y que se ha profundizado. La expresión Neoliberalismo, en consecuencia, no tiene una connotación peyorativa. Define, simplemente, esa postura política y económica que le atribuye a la intervención estatal hacia el beneficio social general y hacia las consecuencias calamitosas del libre juego del mercado, consecuencias ajenas y en contravìa del desarrollo económico; le atribuye, algo así como una posición de asfixia y de obsolescencia, respecto al paradigma del crecimiento económico. Cabe resaltar, entonces, la esencia de su perspectiva estratégica: el énfasis hacia el crecimiento económico y la modernización, no puede ser obstaculizado por la implementación de una intervenciónestatal en términos del beneficio social, a no ser que retracemos nuestra inserción en la dinámica de los mercados globalizados, competitivos. ..De la participación Como consecuencia de este tipo de orientación política, económica y social, por parte de los teóricos y usufructuarios fundamentales del modelo neoliberal; el Estado adquiere una connotación que desvirtúa su razón de ser como garante del beneficio social y como propiciador de ese equilibrio dinámico entre los sectores sociales, con énfasis en la implementación y desarrollo de políticas sociales y económicos en las cuales la predistribución de esa franja de la tasa de ganancia que le corresponde (..por la vía de la política y las normativas tributarias), se asume como recurso efectivo para concretar procesos plenos para el impulso y aplicación de modelos de intervención en áreas fundamentales como la salud, la educación, los servicios públicos de alcantarillado, acueducto, energía; en una posición que reivindique la calidad de vida.
  • 34. 34 Asimismo, como colateral indispensable, este modelo (neoliberal) propone un entendido de intervención de los asociados (ciudadanos (as), campesinos (as), grupos étnicos, mujeres, etc.), en el cual, el ejercicio de derechos (por ejemplo, la participación), se erige como insumo, bien de formalidad y/o como objeto extraño que, hasta cierto punto, es necesario restringir. Esto explica, entre otras razones, el hecho de la implementación de propuestas y acciones modificatorias en lo que respecta al marco conceptual que soporta a los derechos fundamentales y básicos. Para el caso de nuestro País, es evidente la insistencia de objeciones al ejercicio de los derechos otorgados por la Constitución Política. Es una dinámica que reivindica la contradicción entre la teoría de “seguridad del Estado” y el ejercicio de esos derechos. Un elemento trascendental, del último tiempo, ilustra esa perspectiva: El Estatuto de Seguridad Democrática y la propuesta hacia la restricción de la Acción de Tutela prevista en la Constitución Política; con una argumentación de doble vía: de un lado por sus efectos económicosy, de otra parte, en alusión a la inserción de procedimientos que lesionan la unidad de mando en la aplicación de las normas básicas que sustenta al Estado. Se configuran, en ese contexto descrito, expresiones dicotòmicas, de contradicción latente y efectiva. Porque confrontan, de manera permanente, las visiones y opciones libertarias de participación, con las visiones y las opciones de restricción propias del modelo neoliberal presente en diferentes gobiernos de América Latina y, particularmente, en nuestro País. Es una confrontación en la cual se exhiben las contradicciones, tanto en lo que respecta a los recursos económicos y de infraestructura, al momento de proponer y aplicar acciones que involucran reivindicaciones económicas y sociales. Adquiere significado, en ese horizonte, esa interpretación que involucra a los sujetos (hombres y mujeres) en expresiones un tanto kafkianas, como quiera que es como un “no reconocimiento”, un “extrañamiento” con respecto al entorno, a la “realidad” a la que invita el modelo, que pretende imprimir y consolidar como “única verdad” y como “única posibilidad”
  • 35. 35 que tienen que ser asumidas, a no ser que se “pretenda, por parte de los quejosos, desvertebrar al Estado y …sumirlo en la impotencia.” El reto (...o lo retos) propuesto (para quienes ejercemos como no beneficiarios (as) fundamentales), a partir de la implementación de ese estilo, de esa concepción, de. .esa visión de sociedad, de derechos y de futuro; supone la asunción de insumos para el cuestionamiento de fondo; lo cual supone (..Por esto mismo) una cercanía al cuestionamiento político en profundidad. Casi como reconocer que, la “simple” reivindicación de participación libertaria, por derechos fundamentales y básicos en salud, educación, recreación...; ya de por si , es constitutivo de herejía y de “subversión”; como quiera que “ataca”, los cimientos mismos del modelo y de todos sus efectos colaterales inherentes. Para situarnos en ejemplos recientes, llamo la atención acerca del sentido que ha adquirido la confrontación a la propuesta del ALCA y de su símil regional el TLC...o, en un terreno mucho mas parroquial, el enfrentamiento a la propuesta del “peajito social”, en el territorio Norte cercano en Antioquia (Copacabana, Girardota, Barbosa); propuesta que se sustenta en (según el doctor Álvaro Uribe Vélez) “l necesidad de que los pobladores colaboren, se metan la mano al dril, para ampliar y mejorar la Troncal de Norte..” ..De las mujeres, su participación. Una observación de superficie, evidencia la asunciónde retos importantes, en un universo de intervención que incluyediferentes aspectos. Es importante resaltar, por ejemplo, el desarrollo de actividades relacionadas con la confrontación a los motivos que sustentan al desplazamiento forzado y a las desapariciones. Es tanto como si las acciones de movimientoscomo los de las Madres de la Plaza de Mayo, en Argentina, hubiera permeado a las mujeres, como madres, como esposas, como compañera en unión libre; de tal manera que les ha permitido alcanzar niveles de confrontación que han trascendido la formalidad de la denuncia. Se han convertido, sus organizaciones y sus acciones, en insumos aleccionadores. Porque, entre otros aspectos, han permitido dilucidar esos elementos ideológicos y políticos de profundidad, que recorren transversalmente a los contenidos de la política de “contención a la subversión” que
  • 36. 36 está en la base las proclamas gubernamentales. Inclusive, ha permitido localizar el nexo “no visible” entre la denominada “autoridad pública oficial, militar, de policía y...todos sus afines al servicio de la defensa del Estado”, cono aquellos actores que efectúan esa “contención”, por la vía de castigar con la muerte, la desaparición, las torturas..etc., a quienes suponen (..!Ellos!, claro está) que tienen nexos con la subversión armada y no armada. Porque, en mi opinión, se mantiene el soporte conceptual básico originado en la didáctica de la “guerra de baja intensidad”, auspiciada por los militares Norteamericanos a través de la Escuela de las Américas; según la cual la “contención” debe efectuarse, actuando sobre los sujetos (hombres y mujeres), que puedan influencia acciones hacia la desestabilización; aún en escenarios de intervención política legal (como en el caso de la Unión Patriótica). Porque, aquí en esa didáctica ideológica, lo que cuenta es el soporte teórico conciente que pueda originar acciones generalizadas..”Subversivas”. Me parece relevante, presentar un aparte de lo expresado por el profesor Francisco Leal Buitrago, en su texto “El Oficio de la Guerra”, a propósito de las realizaciones en la política de seguridad, por parte del gobierno del doctor César Gaviria Trujillo, Es conveniente aclarar, eso sí, que la investigación del profesor Leal, se efectúa en un contexto que supone (..Según los objetivos mismos de la investigación), desagregar la información, de tal manera que pueda se pueda acceder, de manera objetiva, a los insumos necesarios para balancear la política general de seguridad nacional. Veamos: Por otra parte, y eso es lo negativo, el Gobierno se dejó desbordar por la intransigenciaguerrillera, colocándosea su mismonivel al dar prioridad a los medios militares sobre los políticos e incluso violando los derechos humanos. El ejecutivo disimuló su actitud guerrerista escudándose con el fortalecimiento de la justicia brindado por el uso del estado de excepción constitucional y el manejo “eficientista” por parte de la Fiscalía de la política de sometimiento a la justicia. En tales circunstancias, al debilitarse los recursos políticos oficiales, el Gobierno perdió la capacidad de avanzar en la formulación de la política estatal de seguridad y, màs
  • 37. 37 grave aún, , dio aliento a militares y policías para continuar con la iniciativa del manejo armado del orden público, cuyo subproducto es la constante violación de lo derechos humanos. Los mayores recursos para la seguridad y la ampliación de efectivos de la fuerza públicase convirtieron en la panacea para sustituir la ausencia del Estado en las comarcas y los quehaceres ciudadanos..22 En esa intervención de madres, hijas, esposas, compañeras en unión libre, aparecen momentos y signos que pueden interpretarse, con limitantes apenas obvias, como el acercamiento a posiciones concientes; en donde la condición de sujeto autónoma, se exhibe, trascendiendo, “superando” la dominación masculina. Porque, supone una mirada, un recorrido y una interpretación de los hechos, con un método diferente. En el cual se descubren fortalezas, se consolida una visión de lo sensible, como punto de comienzo para entender, en adelante, asuntos de mayor complejidad; como quiera que el derecho a la vida, adquiere presencia y sentido, a partir de establecer una contradicción entre este derecho inalienable y los postulados básicos de la política de seguridad nacional. En este sentido es aleccionadorala experienciay el nivel de participaciónadquirido por organizaciones de mujeres como las que se han originado y desarrollado en el Magdalena Medio, particularmente, en Barrancabermeja. Quiero enfatizar, con esto, acerca de la significación particular que adquiere el concepto de participación (...ya lo expresé arriba), en un escenario en el cual la doctrina de seguridad nacional, promovido desde los gobiernos que se reclaman como portadores de esa teoría y prácticas relacionadas con una intervención del Estado como agente que debe garantizar el libre juego del mercado y, colateralmente, achicar su participación en las actividades susceptibles de ser asumidas por la empresa privado.. o, al menos, con una visión gerencial, en donde 22 LEAL BUITRAGO, Francisco. El Oficio de la Guerra, página 176, TM editores-Iepri, primera edición, julio 1994.
  • 38. 38 la racionalidad y la eficiencia son entendidas como garantía plena para avanzar en un diseño moderno del Estado que propicia la injerencia de la metodología y los horizontes propuestos desde la perspectiva reguladora en beneficio de esa política de expansión del capital; aún en países comoel nuestro (..y todos los dependientes) en donde el desarrollo de las denominadas fuerzas productivas, ha sido atrofiado por el control y la división del trabajo impuesto por Estados Unidos y Europa. Este énfasis supone colocar un insumo importante para proponer una reflexión en torno a esa participación femenina en diferentes procesos. Porque, entre otros efectos colaterales, el modeloimpuesto, supone reivindicarprácticas económicasderivadas de ese estilo de gestión y de nexo con organismos internacionales de financiación, que ejercen ( a su vez) como orientadores del rumbo que debe mantener el manejo económico gubernamental. Esto explica, a manera de ejemplo, la intervención del Fondo Monetario Internacional en el diseño de las políticas fiscales, en la perspectiva de disminuir el componente relacionado con el gasto social, en el diseño y aplicación presupuestal; a màs de la definición de horizontes macroeconómicosque deben ser mantenidos, independientementede su incidencia en la pauperización generalizada de la población. Una de las consecuencias derivadas de la política económica desarrollada para mantener los equilibrios macro necesarios; tiene que ver con el decrecimiento tendencial del gasto público hacia el beneficio social. Esto, a su vez, se concreta en la profundización de las contradicciones entre esa política y los postulados Constitucionales ya referenciados y que establecen la obligatoriedad del Estado y de los gobiernos concretos, en el sentido de asumir la responsabilidad de estrategias y programas de contenido social y económico que beneficien a la población vulnerable. Recabar acerca de esa contradicción entre Derechos Constitucionales y el realismo económico y político; permite entender ciertas dinámicas y características que adquieren la participación de las mujeres, al momento de concretarse acciones inherentes a la defensa de esos derechos, en áreas como la atención a los niños y a las niñas; así como su intervención en actividades comunitarias generales, en las cuales adquiere un perfil alto e introduce
  • 39. 39 elementos de diferenciación con respecto a los hombres; sin que esta afirmación pueda entenderse como aseveración, en el sentido de la plena conciencia de su rol, en la perspectiva de género, como se proclama desde sectores de mujeres en la academia y/o en espacios en donde predomina la reflexión con el soporte de insumos teóricos que no son visibles y concretos para muchas mujeres que actúan en la cotidianidad, que las convoca a mantener referentes inmediatos y prácticos sin ese “deslinde” entre simples acciones puntuales y lo conciente, en su condición de mujeres que deben aspirar a ejercicios libertarios màs allá de estas. Entender esta forma de dicotomía, va a permitir una lectura crítica de los resultados obtenido en la investigación precisa, acerca del significado que adquiere la participación de las mujeres adscritas a Fundac; de su visión e interpretación de las políticas propuestas y desarrolladas por el Gobierno Distrital, hacia los niños y las niñas y la población adulta vulnerable, en deferentes zonas de la geografía física y política Distrital. A manera de corolario transitorio: Esta indagación acerca de la participación de las mujeres, en un escenario en el cual se aplica con todo rigor las diferentes políticas derivadas del modelo neoliberal; me permiten llamar la atención en torno al contenido de esa intervención; entendido este (...el contenido) como lo conciente que ejerce en condición de agregado no circunstancial e inmediato; sino como agregado que trasciende a ese quehacer y lo sitúa en posiciónde referente, un tanto como paradigma, en todo el proceso. Esto me permite establecer, como posibilidad efectiva, una perspectiva política en la cual pueda hacer fusión esa disponibilidad práctica, inmediata; con los insumos teóricos propuestos y desarrollados en aquellas actividades en donde la condición de género, es reivindicada en términos de propuesta libertaria; en la cual la diferenciación trasciende a lo estrictamente biológico y, por lo tanto, insinúa aspectos como la vida afectiva, la equidad, la convivencia, la sexualidad, etc. Las mujeres, su intervención. América Latina; Colombia. De los referentes teóricos.
  • 40. 40 He venido desarrollando una interpretación, en términos del significado que adquiere la intervención de las mujeres en la realización de movimientos sociales y políticos. Tal vez el aspecto exhibido con mayor énfasis, tiene que ver con la dicotomía entre aquellosroles asumidosde manera simpley espontánea y aquellos que trascienden esa característica; en razón a que suponen una posición conciente en la cual hace presencia esa figura denominada (...a veces de manera peyorativa) identidad como sujeto para sí. Lo anterior implica el manejo de expresiones relacionadas con el concepto de referentes teóricos, en el proceso de participación. Uno de los elementos señalados arriba, tiene que ver con el horizonte propuesto a manera de bitácora. Este es el caso, a manera de ejemplo, de la intervención en escenarios en los cuales, si bien es cierto aparece con claridad el objetivo que se pretende, este no puede ser entendió como la asunción de posiciones que transgredan la posición predominante, en lo que esta tiene de yunta que impide la reivindicación libertaria plena; al menos en lo que hace referencia a desinhibir a las mujeres de aquellos agregados culturales que minimizan su expresión como género y como sujeto. Mi interpretación conlleva a establecer diferencias fundamentales, al momento de analizar e interpretar la participación de las mujeres en el inicio y desarrollo de movimientos sociales y políticos. Es tanto como entender que esta puede (...y de hecho se ha dado) , sin que la misma implique una acción conciente en lo que respecta a la identificación de su rol como sujeto pleno en derechos, que puede y debe reclamar el reconocimiento de su autonomía. Algo así como entender esa intervención como interacción plural, en cuanto los objetivos ejercen como condicionantes. Esto traduce un tipo de participación condicionadapor esos mismos objetivos y en donde no existe lugar para la libertad, entendida como horizonte en si mismo. En otras palabras, es una figura asimilada ese tipo de acciones en las cuales el punto de comienzo y el resultado aparecen como simple yuxtaposición de opciones diferentes que coinciden, de manera transitoria, con respecto al objeto que origina la necesidad del movimiento.
  • 41. 41 Este es el caso, a manera de ilustración, de la participación de las mujeres en movimientos sociales relacionados con la vivienda, la educación, la salud, etc. Inclusive, en procura de una tipificación con respecto a movimientos originados en aspectos relacionados con los conflictos asociados a la guerra; aún en aquellos en los cuales la iniciativa y los objetivos, ha estado en cabeza de mujeres (como el caso de los movimientos en contra de las desapariciones forzadas y el desplazamiento); su rol no implica el reconocimiento de su condición autónoma, ni libertaria. Sin embargo, no pretendo desconocer la participación cociente originada en determinadas franjas de las mujeres, que proponen y desarrollan movimientos estrictamente relacionados con su identidad de género, con repercusiones asociadas a la misma. De lo que se trata, para el caso que me ocupa, es de precisar términos de referencia, en cuanto a significado y alcance; en la aplicación de un método que introduce, insisto en esto, la diferenciación de los movimientos, introduciendo una tipificación necesaria, al momento de evaluar perspectivas y resultados. El caso de América Latina. En algunos de los casos presentados, en desarrollo de este trabajo, he hecho referencia a algunos movimientos sociales en América Latina. Es el caso de las citas de texto e interpretación efectuadas, a partir de algunos de los trabajos presentados en el Cuarto Seminario Internacional de CEHAP – PEVAL, realizado en la ciudad de Medellín entre el 7 y el 11 de abril de 1986. Como se puede observar, revisando las acotaciones, es notoria la preocupación en cuanto al nexo entre los objetivos de algunos movimientos y el alcance que adquiere la ausencia de lo conciente como insumo necesario, al momento de promover transformaciones de fondo que trasciendan a la sola expectativa y/o realización reivindicativa. Esto para no hablar de que los sujetos protagónicos aparecen diluidosen esos mismosobjetivos. Es relevante señalar, en aplicación estricta del concepto de variación de las condiciones en el tiempo y en
  • 42. 42 los escenarios, que ha habido modificaciones relativas importantes, en cuanto al alcance, los objetivos y los roles. Sin embargo, queda claro que persisten niveles (...tal vez los fundamentales) de participación en los cuales se reafirman las condiciones de no-identidad que permiten la permanencia de las condiciones de dominación las que, a su vez, profundizan la segregación. Esta afirmación no es otra cosa que reconocer las limitaciones propias de los movimientos sociales, en cuanto no implican, necesariamente, una opción de poder hacia la desarticulación y eliminación de las condiciones de dominio prevalecientes. Con ese mismo horizonte como referente se ha desarrollado la participación de las mujeres. Inclusive, en el caso de Argentina, el movimiento liderado por las mujeres en denuncia de las desapariciones durante la Dictadura Militar, a partir de 1976 (Madres de la Plaza de Mayo); a pesar de promover y desarrollar expresiones en contra de las acciones represivas de los militares, el hecho se circunscribe al espectro relacionado con las desapariciones forzadas, particularmente de hijos e hijas. Es claro, eso sí, que el mismoimplicala asunción de una posiciónpolítica que trasciende la intervención reivindicativa simple; en razón a que deriva en el cuestionamiento del poder y, aún hoy, se convierte en referente para la defensa conciente y consecuente de la democracia, y de los Derechos Humanos. A partir de los postulados originados en ese movimiento, se han inspirado y desarrollado acciones similares. Es el caso de los movimientos de mujeres en Guatemala, El Salvador (...en el tiempoanterior y posterior al derrocamiento de Anastasio Somoza, por parte de Frente Sandinista de Liberación Nacional) y Chile. El caso de Guatemala; así como en Méjico, adquiere una connotación adicional, habida cuenta de las condicionesde profunda segregación haciala poblaciónnativa (indígena). Además de las características dramáticas relacionadas con la discriminación de las mujeres y de su utilización, por parte de sectores gubernamentales y civiles, para proveer el mercado infame de jóvenes para surtir prostíbulos y mano de obra en oficios emparentados con el esclavismo y el feudalismo. Basta recordar, para el caso de Guatemala, la descripción realizada por
  • 43. 43 Miguel Ángel Asturias en “El Señor Presidente” y “El Papa Verde”, para efectuar análisis e interpolaciones con respecto a la situación actual. Para el caso de Méjico, es ilustrativa la situación de las mujeres en Tijuana. El caso Colombia. Antes he referenciado algunos ejemplos de participación de las mujeres en movimientos sociales. Me permito recordar, asimismo, el análisis propuesto en términos de los derechos Constitucionales relacionados con la participación ciudadana, particularmente con el énfasis acerca de la reivindicación de derechos para las mujeres. Me corresponde, ahora, enfatizar en torno a algunos aspectos que pueden ejercer como referentes, en cuanto a la connotación teórica y política. Pretendo un seguimiento y análisis de los diferentes movimientos organizados y dirigidos por mujeres, para enfrentar algunas de las repercusiones más dramáticas del conflicto armado interno: el desplazamiento y las desapariciones forzadas. En mi opinión, la cotejación de algunos elementos exhibidos en ese proceso, con las variables relacionadas con la identidad y lo conciente; permiten extraer conclusiones importantes que contextualizan el objeto de este estudio. La intervención de las mujeres en la promoción y construcción de organizaciones, en algunas de las zonas más afectadas por el conflicto armado, ha tenido un soporte preciso: denunciar el desplazamiento forzado de que son objeto las comunidades de mujeres (incluidas las niñas), y hombres (incluidos los niños), en los diferentes grupos etéreos; así como reclamar la intervención gubernamental (nacional, departamental y municipal)en la soluciónde los problemasderivados a partir de ahí y la restitución de las condiciones que permitan revertir el proceso de desplazamiento. De otra parte, algunas de estas organizaciones, asumen también la denuncia de las desapariciones forzadas y los asesinatos de mujeres, hombres, niños y niñas, como consecuencia directa de ese mismo conflicto.
  • 44. 44 Me convoca, sin que esto implique el desconocimiento de otras organizaciones de mujeres, la labor realizada por la organización que agrupa a las mujeres del Magdalena Medio, particularmente en Barrancabermeja. Tal vez por su itinerario, por los hechos que les ha correspondido enfrentar y, como efecto colateral, por el proceso que han construido. Esto ha permitido trascender la denuncia inmediata, para asumir posiciones de fondo, como quiera que han ejercido como punta de lanza en el cuestionamiento de los beneficiarios directos de la guerra y del poder. Todo esto, a partir de introducir aspectos de identificación y de análisis en torno a su rol como víctimas directas o indirectas. Podría decirse, entonces, que se asumen como sujeto individual y colectivo que reivindican su visión y caracterización del conflicto y, como derivación, actúan en contra del mismo, por la vía de reclamar derechos asociados a los Derechos Humanos, el Derecho Internacional Humanitario. Esto supone, a la vez, exigencias en cuanto a la eliminación de las acciones y las condiciones que originan el desplazamiento y las desapariciones. Asimismo, conlleva a reivindicar (en la lógica misma del sistema económico y político vigente) la concreción de derechos como vivienda, trabajo, salud...plena y cumplida justicia. En este caso, a pesar de de avances en torno a la identidad en cuanto a la condición de género, se inhibe de manera relativa su autonomía en lo que corresponde a su plena identidad, como sujeto, que reclama libertad y equidad. Lo anterior, en razón a que opera en sus acciones, como dirigente de un proceso que involucra diferentes opciones y objetivos; todos relacionados con los efectos directos y colaterales del conflicto armado. Supone no trascender, en estricto, a esas acciones; ni implicarse como sujeto con identidad de género, que pueda acceder a expresiones que contraríen a la subyugación originada, inclusive, en aspectos diferentes al conflicto mismo. Llama mi atención, también, organizaciones como la liderada por la señora María Eugenia Zabala (ganadora del Premio Mujer Cafam 2004). Mi inquietud, sin dejar de lado el necesario reconocimiento a su tenaz labor, está relacionada con el tipo
  • 45. 45 de paradigma que se construye a partir de su experiencia. Esto, a pesar de que sus acciones y la organización que lidera, se originan en hechos similares a los que originaron las acciones y organización de las mujeres del Magdalena Medio (veamos su relato: “... Mi hijo fue el primero en morir - sic - , porque esos hombres llegaron pidiendo la cédula y él estaba con otro muchacho. Jorge les dijo que no tenía la cédula y ahí mismo lo quemaron vivo. Al otro muchacho como que se le reflejó la muerte, estaba blanco, cadavérico. El fue la siguiente víctima.23 Sin embargo, en mi interpretación, los efectos de esas acciones(...las de María Eugenia Zabala), derivan en opciones diferentes, en cuanto que es evidente el manejo de los conceptos y la caracterización del conflicto suponen un entendido en el cual los niveles de cuestionamiento y de identificación del soporte y componentes del mismo, son diferenciados. De un lado, en el caso del Movimiento de Mujeres del Magdalena Medio, existe la certeza de los factores que originan el conflicto y de los agregados posteriores que lo profundizan. De otro lado, en el caso de la Organización liderada por María Eugenia Zabala (El Valle Encantado), aparece una vivencia dramática, a partir de la cual surge la necesidad de implementar acciones de reparación que permitan acceder a soluciones en términos de vivienda y manutención. No se trata, de mi parte, introducir el análisis y diferenciación teórica que remitan a la minimización y/o desconocimiento de la opción propuesta por María Eugenia Zabala; simplemente pretendo ubicar perspectivas derivadas de esa diferenciación, a partir de entender que postulan y realizan dinámicas disímiles. Lo cierto, de todas maneras, es la vigencia del método que permite asumir posición con respecto al alcance y profundidad que adquieren los movimientos sociales. Esto, de por sí, permite identificar y valorar la presencia de lo conciente, como agregado que introduce una u otra perspectiva. Para el caso analizado aquí, cabe la aseveración: no todo movimiento social liderado por mujeres tiene la connotación de género, en términos de su identidad y autonomía. Ese perfil (.. en cuanto a 23Entrevista a María Eugenia Zabala. Revista Cafamilia, edición No. 99, abril-mayo 2004, página 4
  • 46. 46 reivindicar la identidad de género, en plena autonomía que permita la interacción, sin perder su referente), se adquiere en razón a un agregado conciente. Acceder al mismo supone, entonces, la presencia de elementos de análisis y reflexión, por medio de los cuales es posible establecer la separación pertinente. Algo así como entender el proceso que compromete a las mujeres en su condición de género, como resultado de una sumatoria compleja de agregados conceptuales, adquiridos a partir de de una abstracción relativa con respecto a la experiencia inmediata; de tal manera que permiten una elaboración que trasciende a la motivación originaria y se convierten en soporte para proponer y realizar opciones de mayor profundidad, transformadoras. Esto supone rupturas con esquemas y paradigmas. De lo que se trata, en consecuencia, es entender y contextualizar la participación. No toda participación, individual y colectiva, origina insumos para modificar procesos, o escenarios, o realidades transitorias asumidas como válidas. La transformación es una opción que requiere de calidades especiales en el liderazgo y definición de objetivos. Requiere asumirse como sujeto individual y/o colectivo, a partir de cierto ejercicio de abstracción que permita el análisis y construcción de alternativas; en una lectura clara del entorno, de los objetivos propuestos y de los condicionantes…”24 3. La hermana María Helena. “…Cuando Isolina Girardot despertó, el día primero de abril de 2025, recordó lo sucedido el día anterior. Estuvo con Isabel Pamplona, en Anápolis, ciudad siempre acogedora. Uno de los aspectos más importantes, hacía referencia a la manera de abordar la doctrina de la libertad. Doctrina inmersa en vacíos conceptuales. Algo así como entender su dinámica, anclada a la teoría de “vista atrás”. 24 Cano R., Fabiola: “…de uno de esos sueños premonitorios”
  • 47. 47 Es decir, una reiteración en torno al hilo conductor: por más que avancemos en el discurso libertario, navegamos en el remolino de la repetición. Significa desandar, por lo menos en la noción de asumir los hechos, en un contexto de cotidianidad, agresivo. Ya Isabel le había advertido a Isolina sobre las consecuencias relacionadas con la depravación vigente. Los malos tratos recibidos avanzaban exponencialmente. Inclusive, Isabel, hizo referencia a la cantidad de momentos vividos bajo el énfasis de los textos producidos. Textos que relacionan la libertad con esquemas discursivos. Unos esquemas de fulgurantes palabras huecas. De hechos formales. Inclusive le recordó lo sucedido el 8 de marzo anterior. Cuando enfrentaron la fatiga de los escenarios y de las intervenciones alusivas a la mujer. Como ícono, en constante crecimiento. Una forma de respaldar la interpretación de los aportes, en términos de epopeyas vinculadas con la defensa de si mismas en la ciudad, en el campo, en el hogar; utilizando un lenguaje impúdico. Una reflexión atada a la globalización. Un contexto en el cual se vulneraba la emancipación, por la vía de utilizar ese referente, como doctrina soportada en la superficialidad;cuando no con una variante perversa del homenaje a las madres, de por si degradado, absorbido por la literatura y las prácticas inveteradas. Como aquella de hacer coincidir afecto y respeto, con la oferta de mercancías. No obstante, en esa referencia, Isabel postuló la posibilidad de rehacer el concepto de libertad de las mujeres. Tal vez, volver al origen de la declaración primera. Esa derivada de las obreras y las mujeres libertarias, cuando yo erigieron la lucha autonómica, soportada en la dignidad, contra los atropellos, contra la asimilaciónde sus reivindicaciones, a simples acciones cautivas de la lógica de una sociedad absolutamente centrada en la opción de la ternura como la implicación de las mujeres en el proceso orientado por el rotulo: nacieron para ser madres. Esa huelga de las mujeres obreras en una empresa de Estados Unidos, en 1910, constituye