El documento discute la desigualdad de oportunidades en Chile, señalando que a pesar del aumento en la matrícula universitaria, la educación preescolar y primaria siguen siendo deficientes, especialmente para los niños de sectores de menores recursos. Esto perpetúa las desigualdades entre generaciones y limita el desarrollo de habilidades necesarias para enfrentar los cambios en el mercado laboral. Se necesitan reformas enfocadas en mejorar la calidad de la educación temprana para combatir estas desigualdades
Estructura y elaboración de un presupuesto financiero
Desigualdad en chile
1. Desigualdad de oportunidades en Chile.
Cuando Chile está a punto de legislarse sobre si los trabajadores tendrán una jornada
laboral de 40 horas sin flexibilidad o de 41 horas promedio con flexibilidad, aún subyace el
flagelo de la desigualdad de oportunidades para alcanzar ciertos niveles de ingresos,
reservados sólo para los que tuvieron la suerte de cumplir ciertas condiciones.
Según el Ministerio de Educación, se ha producido un 2,3% de aumento en el número de
matrículas universitarias y un estancamiento para el caso de los Centros de Formación
Técnica e Institutos Profesionales, manteniéndose constante durante las últimos 15 años,
con lo cual se ha alcanzado un nivel de acceso a la educación superior comparable a la de
los países desarrollados (Juan Eduardo Varas, Jefe de la Comisión de educación Superior
del Ministerio de Educación).
En los primeros años de la década del 90, el gobierno de Chile decidió impulsar la Reforma
Educacional de los niveles básico y medio, planteándose como objetivo colocar la
2. educación al servicio del desarrollo económico del país y enunciando como base dos
principios fundamentales: introducir mayores niveles de equidad en el sistema
educacional y mejorar la calidad de la educación. El costo de la reforma significó al Estado
Chileno más de 5.000 millones de dólares de inversión, no obstante, los resultados
muestran que la situación en términos de calidad no se ha modificado sustancialmente
como lo deja en evidencia el SIMCE (Sistema de Medición de la Calidad de la Educación).
Además, estas mediciones ponen de manifiesto que los mejores rendimientos los
obtienen los alumnos de los colegios Particulares Pagado, luego se ubican los Particulares
con Subvención del Estado y, por último, los Colegios Municipales (gratuitos). Como se
puede advertir, continua la injusticia y la deficiente calidad. (Mineduc, 2005)
De acuerdo con León y Martínez (2001) en Chile “el nivel educativo de los padres, aún más
que los niveles de ingreso familiar aparece como el principal determinante del nivel
educativo alcanzado por los hijos, lo que indica la persistencia de fuentes principalmente
adscriptivas de desigualdad”.
Un estudio desarrollado por Torche y Wormald (2004) muestra que en Chile el 18.7% de
los entrevistados presentaba educación post-secundaria, en cambio, sólo el 6.7% de sus
padres había alcanzado este nivel. La misma tendencia se aprecia al efectuar la
comparación en el extremo más bajo del continuo educacional. En efecto, con educación
primaria o menos los sujetos entrevistados suman 38% y sus padres en el mismo nivel
65.9 %. Al considerar las tasas absolutas de movilidad educacional se aprecia que el 41.7%
resulta estacionario, el 49.3% experimenta movilidad social ascendente y sólo un 9%
registra movilidad educacional descendente. Se aprecia con mayor rigurosidad el impacto
de la educación de los padres en los niveles alcanzados por los hijos cuando se examina el
nivel educacional alcanzado por el hijo según nivel educacional del padre. Los datos
indican que de los individuos con educación primaria o menos, en un 90.7% presentan
padres con el mismo nivel educacional, mientras que sujetos con educación post-
secundaria sólo el 19.3% presentan padres con el mismo nivel educacional (“Desigualdad
en el Acceso a la Educación Superior en Chile”, Luis Gajardo Ibañez).
3. Según la última Nueva Encuesta Suplementaria de Ingresos (NESI) del INE -sin considerar
las horas trabajadas-, las mujeres tienen un sueldo mensual de $354 mil en promedio,
mientras que los hombres ganan $531 mil. Expertos señalan que la diferencia de
participación laboral entre hombres y mujeres en el país es de 23% (71% versus 47,9%,
respectivamente). Y no solo eso: el subsecretario del Trabajo, Francisco Díaz, señala que
las mujeres trabajan menos horas promedio a la semana que los hombres, lo que también
afecta los salarios. Estos números sitúan a Chile en el último lugar de la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Pero, ¿por qué existe esta brecha, si el nivel de acceso a la educación superior
corresponde a la de países desarrollados, en los cuales no existe una brecha tan
abismante como en Chile?
Los esfuerzos económicos se han destinado más a lograr “padres más preparados” que a
“niños más hábiles”, y esta opinión está corroborada con el análisis de diversos
antecedentes que se presentan a continuación.
Según el informe “Education at a Glance”, elaborado por la (OCDE), Chile se ubica como
uno de los países que tiene una de las tasas más baja en matrícula preescolar entre los
niños de tres años. El reporte, que incluyó a los 34 países que pertenecen al organismo
más cinco asociados- uno de los cuáles no informó su situación-, indica que el país se ubica
en el lugar 28 del total de naciones participantes, quedando por debajo de Polonia y
4. Finlandia. Además, está lejos del promedio internacional que es de 70% a nivel OCDE. En
Chile sólo 44% de los niños de tres años asiste a un recinto educacional.
Con respecto a la distancia entre la tasa de matrícula chilena y el promedio OCDE, Juan
Pablo Valenzuela, investigador y académico del CIAE de la U. de Chile, agregó que “nos
faltan 30 años para cerrar la brecha, considerando la tasa de crecimiento”.
Según el experto en la materia de la U. Diego Portales (UDP), José Joaquín Brunner,
efectivamente “la tasa de niños de tres años que asiste al jardín es baja y, además, está
mal distribuida porque sabemos que son los niños de mayores recursos socioeconómico
que asisten a preescolar y no los más vulnerables”
El reporte también muestra que Chile es el país que más ha incrementado su inversión por
alumnos en la etapa escolar. Entre 2008 y 2011, aumentó la inversión en 22%.
En educación superior, en tanto, la inversión también aumentó. Según los datos, entre
2008 y 2011 el incremento total bruto entre las instituciones públicas creció en 44%,
posicionando al país entre los que más tuvieron alzas del gasto en ese ítem. Si bien la
inversión por alumno no crece tanto en esta etapa, se debe, según los expertos, a que
también aumento de matrícula en la educación superior.
Finalmente, los resultados de la Evaluación Internacional de las Competencias de Adultos
(PIAAC) indican que Chile es uno de los países con más baja comprensión lectora y
matemática en la población adulta, que se traduce en "menor empleabilidad, bajos
salarios y poca productividad del país"
En resumen, si la inversión en educación superior es importante, lo es mucho más la
inversión en la educación pre escolar y primaria para combatir las desigualdades y
tensiones del mundo actual: tensiones intergeneracionales, habilidades en torno a los
trabajos y el mapa de distribución de ingresos que no ha cambiado mucho en los últimos
100 años.
¿Cómo hacer que los recursos se focalicen en los grupos con mayor potencial de cambio?
El programa Adhaar de la India creado por Nandan Nilekani, es un buen ejemplo para
analizar pues permitió el ahorro de 8 mil millones de dólares sólo por concepto de
intermediación.
En mi opinión, la Reforma Educacional impulsada por el Gobierno de Chile, debió estar
dirigida fuertemente a rehacer el modelo de educación pre escolar y básica, para permitir
desarrollar las habilidades y competencias que son fundamentales para aprender a
aprender, más que a permitir el acceso a educación superior a potenciales trabajadores
5. que no cuentan con las herramientas y habilidades básicas para enfrentar el nuevo
escenario mundial de trabajo, especialmente en los sectores de menores recursos.