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Revisión bibliográfica - Vacunación antineumocócica en pacientes con VIH
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Miguel Ángel Santana Arteaga, Jorge Cañarte Alcívar; REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA:
VACUNACIÓN ANTINEUMOCÓCICA EN PACIENTES CON VIH
Cátedra de Inmunología, Escuela de Medicina, Facultad Ciencias de la Salud. Universidad Técnica de Manabí.
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA: VACUNACIÓN ANTINEUMOCÓCICA EN
PACIENTES CON VIH
(Miguel Ángel Santana Arteaga)1
, Jorge Cañarte Alcívar2-3-4
1
Estudiante de la Escuela de Medicina. Facultad Ciencias de la Salud. Universidad Técnica de Manabí, Portoviejo –
Manabí – Ecuador
2
Docente Investigador. Facultad Ciencias de la Salud. Universidad Técnica de Manabí. Portoviejo – Manabí – Ecuador
3
Medico especialista en Inmunología Clínica, StemMedic, Manta – Manabí – Ecuador.
4
Director de Docencia e Investigación, Instituto Ecuatoriano de Enfermedades Digestiva IECED, Portoviejo – Manabí –
Ecuador
Resumen:
La infección por el virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH) es uno de
los problemas más relevantes en la salud
pública, ya que trae como consecuencia
principal el deterioro del sistema inmunitario
junto con la depleción masiva de Linfocitos T
CD4+, dejando al organismo propenso a
infecciones por bacterias como el neumococo.
El objetivo de esta revisión bibliográfica es
mostrar cómo afecta el Streptococcus
pneumoniae a los pacientes con VIH.
Asimismo, se señala que la infección puede
causar la Enfermedad Neumocócica invasiva,
la cual puede manifestarse como neumonía
con bacteriemia o meningitis. Por otro lado, se
busca evidenciar la dificultad que tienen los
sujetos con VIH al momento de usar una
vacuna profiláctica neumocócica, y las
recomendaciones que brinda el Comité Asesor
de Prácticas de Inmunización (ACIP) en el uso
de las vacunas PPSV23 y PCV13, siendo
esencialmente importante esta última ya que
brinda mayor inmunogenicidad a los pacientes
con VIH. Igualmente, se indica que los efectos
adversos son muy leves y se llega a la
conclusión que el recuento de linfocitos T
CD4+ es significativo para poder obtener
beneficios totales en la inmunización.
Palabras claves:
VIH; Streptococcus pneumoniae; PPSV23;
PCV13; recuento de linfocitos T CD4+.
Introducción: La creación de vacunas para
diferentes tipos de microorganismos
patógenos han sido uno de los avances más
grandiosos en la medicina, ya que ha permitido
reducir una gran cantidad de fallecimientos por
infecciones bacterianas o virales. Asimismo, la
seguridad de estas vacunas ha sido
comprobada antes de su comercialización, por
lo cual los efectos secundarios son muy
limitados y no suelen presentarse
frecuentemente. A pesar de esto, se debe
mencionar que el panorama puede cambiar si
el paciente presenta algún tipo de
inmunodeficiencia como la causada por el
VIH, ya que la vacuna no tendrá el mismo
efecto, es decir, no provocará la misma
inmunogenicidad que en un paciente sano, por
lo que se deberá tomar otras medidas de
inmunización para salvaguardar la vida de
estos pacientes.
Vacunación antineumocócica en pacientes
con VIH
La infección por el virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH) es uno de
los problemas más relevantes en la salud
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VACUNACIÓN ANTINEUMOCÓCICA EN PACIENTES CON VIH
Cátedra de Inmunología, Escuela de Medicina, Facultad Ciencias de la Salud. Universidad Técnica de Manabí.
pública a nivel mundial. Según ONUSIDA, en
el año 2018 había cerca de 38 millones de
infectados con VIH, de los cuales 1,7 millones
correspondían a menores de 15 años (1).
Asimismo, se sabe que la infección por VIH
puede adquirirse a través de la vía sexual o
transmitirse de la madre al hijo durante la
gestación o por lactancia. La principal
consecuencia que genera la infección con VIH
es que provoca un deterioro del sistema
inmunológico del paciente, a través de la
depleción masiva de linfocitos T CD4+,
además, por lo general presenta un nivel de
inmunosupresión alto de linfocitos T CD4+
<200 cel /mm3
o <15% en niño (2). Así pues,
esto ocasiona que los sujeto con VIH sean más
susceptibles a infecciones como las causadas
por el neumococo.
Por otro lado, El Streptococcus pneumoniae o
neumococo es una bacteria con más de 90
serotipos, se encuentra en la flora normal de la
nasofaringe de los niños (65% en lactantes) y
en menor medida en adultos (15%), puede
causar infeccionas no complicadas en vías
respiratorias, no obstante, la infección crónica
se manifiesta como “Enfermedad
Neumocócica invasiva” (ENI) que se
caracteriza por neumonía con bacteriemia o
meningitis; la infección se transmite de
persona a persona a través del estornudo o tos,
asimismo, la morbilidad y la mortalidad de la
enfermedad neumocócica invasiva son altas en
todo el mundo (3). Además, múltiples estudios
como el realizado por Michael Chowers acerca
del ENI y su impacto en pacientes infectados
por VIH en Israel (2017) demuestran que estos
sujetos tienen un riesgo de 60 a 100 veces
mayor de contagio que el resto de la población
general (4). Se debe entender que el
Streptococcus pneumoniae se adhiere a la
superficie de las células epiteliales y luego las
invade, provocando un daño en el epitelio
respiratorio y en su mucosa. En los sujetos con
VIH está infección empeora y provoca ENI
debido a que estos pacientes tienen una
disfunción de Linfocitos Th1 y Th17, por lo
que no se secretan IFN-γ y TGF-β, que son
necesarios para estimular el cambio de isotipo
de las células B y la secreción de IgA, IgG,
para inhibir así la colonización bacteriana.
Otra razón de vulnerabilidad es la pérdida de
linfocitos T reguladores y la inflamación
persistente debido a la infección crónica (5).
Actualmente, se usa la terapia antirretroviral
de gran actividad (TARGA) en los pacientes
con VIH, esto ha disminuido la destrucción de
los linfocitos T CD4+ y fortaleciendo el
sistema inmunitario, no obstante, no ha
bastado para proteger a estos sujetos de una
infección por neumococo, por lo tanto, es
necesario una vacuna profiláctica
antineumocócica (5).
El Comité Asesor de Prácticas de
Inmunización (ACIP) de EE.UU (2014) ha
sugerido el uso de dos vacunas profilácticas
(6):
-Vacuna 23-valente de polisacáridos contra
el neumococo (PPSV23, Pneumovax®
23-
1983): Contiene antígenos de los 23 subtipos
más virulentos: 1, 2, 3, 4, 5, 6B, 7F, 8, 9V, 9N,
10A, 11 A, 12F, 14, 15B, 17F, 18C, 19F, 19A,
20, 22F, 23F, 33F. Está aprobada para adultos
y niños mayores de 2 años. Se ha demostrado
que el uso de PPSV23 proporciona una
reducción significativa en las tasas de
enfermedad neumocócica invasiva (6).
-Vacuna PCV13 (Prevnar-13®-2009):
Contiene polisacáridos de serotipos
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neumocócicos 1, 3, 4, 5, 6A, 6B, 7F, 9 V, 14,
18C, 19A, 19F y 23F. La vacuna se formula a
pH 5,8 con tampón succinato 5 ml, cloruro
sódico al 0,85% y polisorbato 80 al 0,02%. En
España, los datos de un estudio multicéntrico
entre 2010-2012 indican que la cobertura de
serotipos de PCV13 de cepas productoras de
ENI es del 63% en inmunocompetentes y del
45% en inmunocomprometidos (7).
Características de las vacunas PPSV23 y
PCV13 (8).
La vacunación profiláctica es la mejor manera
para reducir los casos de contagios por el
Streptococcus pneumoniae. Normalmente la
vacuna antineumocócica que se utiliza es la
vacuna de polisacáridos neumocócicas 23-
valente (PPSV23), muy efectiva en paciente
con buen estado inmunológico, por el
contrario, se ha informado que el refuerzo de
PPSV23 provoca “hiporreactividad”, por esta
razón, no es adecuada para pacientes
infectados por VIH principalmente para los
que se encuentren en etapas avanzadas de
inmunodeficiencia (9).
Por otra parte, las recomendaciones actuales
son que todos los sujetos con VIH usen la
vacuna profiláctica conocida como “vacuna
antineumocócica conjugada 13-valente
(PCV13)” independientemente del recuento de
linfocitos T CD4+. De igual forma, una vez
que el recuento de linfocitos T CD4+ se ha
recuperado a más de 200 células / mm3
, y con
un intervalo de 8 semanas de diferencia, se
debe administrar adicionalmente la Vacuna
23-valente de polisacáridos contra el
neumococo (PPSV23) (5). El uso de estas dos
vacunas es debido a que PCV13 no
proporciona la amplitud de cobertura de
serotipos neumocócicos que ofrece PPSV23
(9). Las medidas de prevención también
informan que sería necesario evaluar el
momento óptimo de vacunación para obtener
una inmunidad protectora suficiente, pero
dependería de la circunstancia del momento,
por tanto, el calendario de vacunación se debe
adaptar a cada individuo con VIH.
En un estudio realizado en el Hospital Guro de
la Universidad de Corea desde abril hasta
enero del 2017 se vacunó a una determina
cantidad de sujetos con VIH con la vacuna
PCV13, y a los cuales se les los dividió en dos
equipos: El grupo 1 con 34 personas y un
recuento de linfocitos T CD4 ≥ 350 células /
mm3
y un segundo grupo de 33 personas con
un recuento de células T CD4 <350 células /
mm3
. Después de la inmunización se notó que
las reacciones locales más comunes fueron
dolor (31,3%, 21 de 67 sujetos) y sensibilidad
(35,8%, 24 de 67 sujetos) en el lugar de la
inyección. Mientras que los eventos adversos
sistémicos fueron la fatiga (13,4%, 9 de 67
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sujetos) y mialgia (17,9%, 12 de 67 sujetos),
sin embargo, no hubo ningún efecto
secundario que fuera un peligro para el
paciente. También, este estudio afirmó que el
grupo 1 tuvo una mejor capacidad de
inmunogenicidad, lo que se entiende que de
igual manera el recuento de linfocitos T es
esencial en la hora del beneficioso completo de
la vacuna. Otro dato interesante, es que la
vacunación aumentó la actividad
opsofagocítica de las células del sistema
inmune en el grupo 1. Asimismo, se ha
manifestado que se ha reducido la presencia de
ENI (5).
Además, se debe aclarar que si bien la vacuna
antineumocócica conjugada 13-valente
(PCV13) es más eficaz que la vacuna
antineumocócica no conjugada 23-valente
(PPSV23) en pacientes con VIH, las respuestas
de anticuerpos IgG son menores que en sujetos
seronegativos al VIH (10). A parte de lo
mencionado, también se puede usar otras
vacunas como es el caso de PCV7(Prevnar,
Pfizer) y PCV10 (Synflorix,
GlaxoSmithKline), no obstante, cubren menos
serotipos por lo que aumenta las posibilidades
de alguna infección neumocócica y de ENI (6).
Conclusión:
Los pacientes con VIH son más susceptibles a
contraer una infección neumocócica y padecer
de ENI, por lo tanto, la vacunación profiláctica
es muy esencial para este tipo de personas,
asimismo, se deben tomar medidas para su
vacunación teniendo en cuenta su estado
inmunológico mediante el recuento de
linfocitos T CD4+ siendo más efectiva cuando
el nivel es ≥ 350 células / mm3
, el cual puede
mejorar con la terapia antirretroviral de gran
actividad (TARGA). No obstante, se puede
realizar la inmunización sin regirse totalmente
a este dato, porque, aunque el beneficio de
protección sea reducido es mejor una
protección parcial que nada. Asimismo, los
efectos adversos han sido muy limitados y se
resalta principalmente la fatiga y mialgia
siendo eventos de muy corta duración. El
calendario de vacunación debe ser adaptado a
cada paciente con VIH ya que habrá
circunstancias diferentes, pero de manera
general la ACIP recomienda el uso de la
vacuna antineumocócica conjugada 13-valente
(PCV13), seguida con un intervalo de 8
semanas para la administración adicional de la
Vacuna 23-valente de polisacáridos contra el
neumococo (PPSV23), esto brinda la mayor
capacidad de inmunogenicidad en el sujeto con
VIH, pero a medida que pasa el tiempo se va
perdí esta defensa, por tal debe haber una
revacunación para fortalecer el sistema
inmunitario contra la infección neumocócica.
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